domingo, 8 de marzo de 2015

725.- UN PIONERO DE LA INVESTIGACION MEDICA EN CUCUTA



Gerardo Raynaud


Poca importancia se le da, tradicionalmente, a las investigaciones que se realizan en la región.

Ahora que se incentiva y se promueve la experimentación a todos los niveles, buscando la mejora de los niveles de vida y bienestar de la población, especialmente en el ramo de la medicina, recuerdo con cierta nostalgia las propuestas que realizaran en una afamada clínica de Cúcuta, a mediados del siglo pasado, para paliar las novedosas enfermedades que aparecían, ahora con más frecuencia que antes.

Encontré en mis pesquisas bibliográficas, un documento que hoy sería de actualidad, un informe médico científico escrito por un médico cucuteño que en alguna oportunidad se destacó por sus habilidades de líder, pero que infortunadamente y por los azares de la vida, sus actuaciones le produjeron más descalabros y dolores de cabeza que satisfacciones, hablo en lo político, pues como profesional de la medicina tuvo un éxito relativo, especialmente cuando incursionó en el campo de la curación del cáncer.

Por su fuerte carácter y recia personalidad se ganó más enemigos que pacientes por sus acertados diagnósticos, como lo pueden sostener muchos a quienes sus atinados tratamientos lograron la cura definitiva de sus males.

Precisamente, en alguna crónica anterior, hice mención de unos casos y por ello recibí un correo de una persona que me pedía su dirección, pues lo requería para su consulta, toda vez que en el pasado había curado de un mal similar a una parienta suya.

Como tengo entendido que este médico aun está vivo y que tiene una clínica oncológica en Bogotá, esa fue mi respuesta.

Se trata del médico Miguel Roberto Gélvis Sáenz, otrora líder de las huestes liberales de la ciudad, propietario de la clínica que llevaba su nombre, como lo atestigua el aviso de prensa que acompaña esta crónica.

Pues bien, en 1960 publicó un artículo científico, el cual trataré de resumir para que pueda conocerse su teoría acerca de las causas de ciertos tipos de cáncer  y compararlo con las teorías del premio nobel de medicina, Harald zur Hausen, quien con sus descubrimientos logró establecer una fórmula que permitiera elaborar, la tan mencionada vacuna contra el papiloma humano,  causante del cáncer de cuello uterino.

Incluso, el mismo título del artículo científico orienta al lector, como si fuese escrito hoy, en la temática tratada.

El artículo del doctor Gélvis se denomina “El cáncer y los virus” y tratando de sintetizar y poner en lenguaje común sus explicaciones pasaré a contarles lo que dice y aquí voy a citar textualmente al autor:

No pasa semana sin que nos informen que los científicos han descubierto el virus del cáncer.

Los escritores médicos se han declarado fervorosos seguidores de Warburg, en su mutación celular por anexia, sin explicarse cómo el virus causal del cáncer al ser inoculado hace que las células sanas se transformen en células cancerosas.

Está demostrado que tanto en la leucemia, como en los demás cánceres, son las propias células del organismo que se convierten en verdaderos parásitos, son ellas las que van a colonizar a distancia por vía sanguínea o linfática y terminar por matar el organismo, si un tratamiento no los destruye.

La célula cancerosa una vez que aparece en un organismo, conserva indefinidamente todas sus propiedades; es un nuevo ser biológico que transmite a sus descendientes todas sus características, como lo prueban las metástasis, los injertos y los cultivos de células cancerosas.

Así, si una célula cancerosa hepática, por metástasis va al cerebro, allí hace una colonia de células cancerosas hepáticas; si se logra hacer un injerto en un animal receptivo, el tumor que en él se desarrolla, será de células cancerosas hepáticas y si se cultivan en un tubo de ensayo, continuarán siendo células cancerosas hepáticas…

Nunca se ha visto que de un cultivo de microbios o de virus salgan células cancerosas y si está demostrado, desde 1908, la cancerización de células normales en cultivos, mediante muchos procedimientos, pero siempre las células que en cultivos se cancerizan son las del sistema retículo-endotelial, o sea, los fagocitos.

Zinder y Linderberg han pensado que los virus producen cáncer por fecundación de una célula de un organismo con un virus, cosa no solamente imposible biológicamente porque son células que pertenecen a distintas especies y no tienen el mismo número de cromosomas, sino también porque la célula cancerosa no tiene ninguna de las características de los virus.

Desde Pasteur quedó demostrado que la generación espontánea no existe, que todo ser viviente nace de progenitores de la misma especie.

Si en un organismo aparecen células cancerosas lo lógico es buscar sus progenitores; si biológicamente no se puede aceptar la fecundación virus-célula, si está dentro de lo posible la fecundación de dos células del organismo en lo interior de un tejido, fecundación tan solo posible entre un fagocito y una célula hija.

El cáncer es la suma de las propiedades de los fagocitos y de una célula hija… no se puede negar la influencia de ciertos virus …”
 
Termina el artículo, indicando que si sus puntos de vista sobre el origen del cáncer son ciertos, entonces explica el fenómeno de la siguiente manera:

el cáncer es la fecundación de un fagocito por una célula fagocitada del mismo organismo cuyo núcleo no pudo digerir por carencia de desoxiribonucleasa o de sus activadores los iones magnesio-calcio.

Cada virus está formado por un núcleo (ácido desoxiribonucleico) ‘hoy conocido como ADN’ envuelto en una delgada película de protoplasma, son seres vivos, como lo prueba la proliferación exuberante, necesita vivir y reproducirse en el interior de una célula viva y tiene una marcada predilección por determinadas células de un organismo.

El organismo parasitado por virus se defiende ellos con los fagocitos por medio de su poder digestivo (la desoxiribonucleasa) empobreciéndolo en los elementos y explicando a continuación el efecto cancerígeno de los virus, además todo ser viviente elabora sus propias defensas y por ello, tanto los virus como los cánceres liberan en los organismos parasitados la acción de la desoxiribonucleasa como se puede comprobar en el laboratorio.” Y remata, “… solo podemos considerar los virus como uno de tantos factores cancerígenos.”

Ahora bien, veamos cuáles fueron las investigaciones de Harald zur hause para obtener el nobel de medicina; se enfocó básicamente en el cáncer de cuello uterino  y se basó en la hipótesis que el virus del papiloma humano (VPH) estaba relacionado directamente, pues ‘integraba material genético al de las células del útero y las transformaba en cancerosas’ y lo que encontró fue simplemente un cierto tipo del ADN del VPH camuflado entre el de las células cancerosas y desde entonces, se han dado pasos  importantes en la comprensión de este tipo de cáncer  y de los factores que predisponen a las infecciones y a la permanencia prolongada de los virus en las células y su cometido en los mecanismos de malignización.

Juzguen ustedes las coincidencias y concluyan si nuestro famoso doctor tenía razón en sus argumentaciones relacionadas con la cura del cáncer y del éxito, relativo, que tuvo en su clínica y de porqué lo llamaban ‘el mago’.



Recopilado por: Gaston Bermudez V.

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