jueves, 7 de mayo de 2015

755.- LOS OTIES CUMPLEN 60 AÑOS



Pedro Durán B.

Primeros oitíes de Cúcuta


En la calle 12 entre las avenidas 4ª y 5ª del Centro, en la mitad de la cuadra, hay dos árboles enormes que son los primeros oitíes de Cúcuta y del país.

Fueron sembrados en 1954, cuando un cucuteño los trajo desde Brasil de donde son originarios. Estos dos árboles que acaban de cumplir 60 años son los padres de todos los oitíes de Cúcuta y de Colombia.

Durante los años sesenta, setenta y ochenta la Sociedad de Mejoras Públicas sembró miles de oitíes.

Desde entonces la arborización se convirtió en una de las características más conocidas de Cúcuta, y aun cuando se hizo sin suficientes criterios técnicos, el resultado fue bastante bueno.

Por ejemplo, la Avenida de los Faroles se convirtió en uno de nuestros emblemas, y todas las zonas de crecimiento urbano de ese entonces, como Quinta Oriental, Popular y Guaimaral son barrios en los que abunda la arborización.

Pero en los años ochenta la ciudad dejó de sembrar árboles. En la década de 1990 la Sociedad de Mejoras Públicas dejó de participar del Presupuesto Municipal cuando la nueva Constitución prohibió los auxilios públicos a las fundaciones.



La vista de El Malecón empezó a despejarse.

Desde entonces el esfuerzo arborizador quedó a merced de la voluntad de los vecinos. Por eso muchos barrios, sobre todo en las ciudadelas de La Libertad y Atalaya, tienen menor densidad de árboles que los barrios centrales.

Es muy importante relanzar nuestra arborización urbana. Cúcuta debería ser pionera en tener un Código de Arborización que reglamente las condiciones de siembra obligatoria de árboles y el tipo de especie según el uso y el sitio de siembra.

A mí y a muchos cucuteños nos gustaría que esta ciudad fuera conocida como una de las mejor arborizadas del mundo, lo que no es difícil si nos lo proponemos.

Bogotá y Medellín, con una tradición de arborización urbana que no se compara con la nuestra, están avanzado en el diseño de sus Manuales de Arborización y deberían servirnos de ejemplo.

Si nos percatamos de que la arborización ya es uno de nuestros activos más valiosos, podremos trazarnos la meta de ser conocidos internacionalmente por tener la mejor arborización entre todas las ciudades tropicales.


Eso podría ser un eje temático básico de Cúcuta como destino turístico, que nos mostrara ante el mundo como la Ciudad de los Árboles, con cientos de calles semejantes a la Avenida de los Faroles.

Es una pena que el 60º aniversario de los oitíes, en lugar de celebrarse como una fecha importante, en medio de foros y discusiones entre funcionarios municipales, arquitectos urbanistas, ecologistas y urbanizadores, haya en cambio presenciado un hecho tan triste como la tala de los árboles de la calle 10 con avenida 7.

Le propongo a la Secretaría de Planeación Municipal que en el mismo camino iniciado por el Manual del Espacio Público que está por aprobarse, se continúe con el Código de Arborización, para relanzar el esfuerzo arborizador y convertir la arborización urbana en un eje temático central del desarrollo turístico de Cúcuta.


Llegar a Cúcuta por vía aérea es un bello espectáculo por su arborización; Su urbanización perfecta simula pañuelos con encaje verde rizado en su rededor. No fue en balde que en 1988 recibió el premio al mérito forestal “Roble de Oro”, y fue elegida Ciudad verde por el Inderena que dos años después le concedió el título de “Municipio verde de Colombia”. Constanza García-Herreros Ramírez



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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