EL PARQUE
DEL LIBERTADOR EN CUCUTA
Gerardo Raynaud
Hay parque y plazas de Bolívar en todas las ciudades importantes de
Colombia, incluso en aquellas por donde nunca pasó.
Sólo hasta los años finales del siglo veinte, se dio cumplimiento a la Ley
66 de 1925, la cual autorizó al gobierno para erigir estatuas de Simón Bolívar
en Cúcuta, Bucaramanga, Tunja y Pasto.
Para quienes desconocen o han olvidado la historia reciente de la ciudad,
el parque Simón Bolívar, que tras largos debates entre los gobernantes de las
administraciones locales y regionales, su instauración sólo vino a concretarse
hace relativamente poco tiempo, mejor dicho, el parque del Libertador es la
última de la plazas que se levantaron en honor de los varios héroes y heroínas
que adornan nuestra ciudad.
Hay parque y plazas de Bolívar en todas las ciudades importantes de
Colombia, incluso en aquellas por donde nunca pasó ni estuvo en su labor
liberadora como Medellín, Manizales e incluso Pereira donde el maestro Rodrigo
Arenas Betancourt levanto una característica estatua en su honor, una estatua
modernista, salida de los cánones tradicionales de los monumentos clásicos que
muestran a los próceres en sus poses más distinguidas; sin embargo, Cúcuta, tal
vez por las desavenencias, que algunas veces se suscitaron con nuestro adalid
local, se negaba sistemáticamente a erigir un monumento que manifestara el
agradecimiento que los demás mortales de la nación tienen por su nombre y su
memoria.
Para refrescar un poco los recuerdos, hagamos reminiscencia de los sucesos
que motivan esta crónica y digamos que en todas las capitales de departamento
hay estatuas de Bolívar que le rinden al padre de la patria el tributo del
bronce.
Haciendo eco a las palabras del historiador Luis Eduardo Romero citaré sus
palabras bellamente escritas para recrear partes de la vida de Bolívar, que
fueron elevadas a la categoría de homenaje en varias de las ciudades del país,
particularmente por aquellas por donde su genio y figura se pasearon, unas para
deshacer la hegemonía ibérica y otras en tránsito hacia la gloria infinita ya
en el ocaso de su existencia.
En Cúcuta, donde libró una de las más importantes batallas de la
Independencia, tal vez la de mayor significancia en su portentosa campaña de
1812 a 1814, era extraño que en el pasado no hubiera un monumento que
recordara, aunque fuera remotamente su participación en esa batalla librada el
28 de febrero de 1813, cuando entonces ostentaba el grado de Brigadier. La
Batalla de Cúcuta dio inicio a la llamada Campaña Admirable, la que culminó con
la entrada triunfal en Caracas en agosto de ese mismo año.
En algún momento del pasado lejano, el intento glorificador que siempre ha
existido en Cúcuta, hizo que para reparar la ausencia del parque o plaza que
debería haberse levantado en su honor, el municipio, con ocasión del centenario
del nacimiento de Simón Bolívar, en 1883 y para conmemorar además, un año más
de la Batalla de Cúcuta, erigió un sencillo monumento en las colinas
occidentales de la ciudad, en el sitio que según la historia, se desarrolló la
ofensiva patriota contra los realistas que en esos momentos mantenían el
dominio sobre los territorios que habían reconquistado, luego del grito de
independencia, en el oscuro periodo de la denominada “Patria Boba”.
Monumento que fue restaurado hace unos años y que sirve como punto de
encuentro anual de escuelas y colegios, el 28 de febrero.
Lo más cercano que estuvo la ciudad de tener un Parque de Bolívar fue a
principios de 1940, en mayo para ser más exactos, cuando el presidente Eduardo
Santos, tío abuelo del actual mandatario, hizo colocar la primera piedra del
monumento, en el centro del sector que había quedado luego de la construcción
del Edificio Santander, que hoy conocemos como Palacio Nacional.
En ese mismo punto, la colonia italiana, aprovechó que no se hizo nada al
respecto, para regalarle a la ciudad una fuente, dicen que fue luminosa en
algún momento, pero que les dedicaron a los navegantes italianos que
descubrieron el Nuevo Mundo y que en honor de uno de ellos se bautizó nuestro
país.
En el momento de la colocación de la primera piedra antes mencionada, se
suscitó un movimiento social que pretendía que se acometiera tal obra para
darle a la ciudad una estatua del Libertador.
Los principales diarios, lanzaron una propuesta para que se constituyera
una junta presidida por el gobernador y a la cual se les sumaría un numeroso
contingente de muy honorables miembros de la sociedad cucuteña, entre los que
deberían estar, el venerable señor Vicario, los presidentes del Centro de
Historia (que posteriormente se convertiría en la Academia de Historia del
Norte de Santander, por mandato de la Ley 76 del año 68), del Colegio de
Abogados y del Cabildo, el Alcalde, el Director de Educación y dos maestros de
escuela, el Cónsul de Venezuela, el Comandante del Regimiento Santander y un
calificado periodista, además de los presidentes de Mutuo Auxilio y de la
Confederación Obrera; mejor dicho, tal cantidad de personas que, el solo
reunirlos era de por sí, un imposible y como es de suponer, dicha convocatoria
entró rápidamente al olvido y el pueblo de Cúcuta sin su parque.
La generosidad del gobierno colombiano se hizo manifiesta cuando el 21 de
diciembre de 1842, devolvió las cenizas del prócer al gobierno venezolano, envió
una comisión que para tal fin se había designado, doce años después de su
fallecimiento, a pesar del repudio de su país, que el mismo héroe sintió y que
originó su salida.
Sin embargo en Cúcuta, el primer intento documentado sobre la intención
cierta de establecer un parque bautizado con el nombre y la estatua de Bolívar,
se dio el día que el Cabildo de la ciudad aprobó la erección de la plazoleta
ubicada cerca del cementerio, que por entonces quedaba por los lados del barrio
El Llano, al que le dieron el nombre de Parque Bolívar, pero que por los azares
del destino, erigieron allí la estatua de Mercedes Ábrego.
Ese parque que hoy conocemos con el nombre de la heroína, era la nueva
plazuela de regocijos, trasladada allí por el desplazamiento sufrido por la
construcción del anteriormente mencionado Edificio Santander, toda vez que en
ese sitio se realizaban todos los eventos que significaban regocijo para la
población, desfiles, bailes populares y verbenas, hasta circos se instalaban
para gozo y deleite de los ciudadanos.
Hoy, el parque Bolívar, está ubicado en la intersección de la Avenida Gran
Colombia con Avenida 11 Este y al que anteriormente se conocía como Parque
Colsag.
Lo adorna una estatua ecuestre del Libertador, obra del escultor Martín Toledo
y donada por el gobierno del presidente Luis Herrera Campins. Hoy el parque es
mantenido y administrado por el Consulado General del vecino país.
Recopilado por: Gastón
Bermúdez V.
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