Angie
Núñez/Jonathan Jaimes
Cúcuta recibe visitantes de diversas las partes del
país, dispuestos a deleitar un sinfín de sabores, lugares y tradiciones
que resaltan la cultura de la capital nortesantandereana.
Es posible disfrutar especialidades que van desde
camarones y mariscos, hasta platos típicos, como el mute del domingo o sancocho
del sábado.
Aunque se ofrece variedad de platos en la región,
los cucuteños no salen de lo común, por el afán diario o por la simple razón de
no perder dinero en comida que no conocen. Lo que más se consume son carnes,
pescados y aves.
El turista que llega a la cuidad se va satisfecho por
los platos típicos de la región. Es imposible irse sin comer mute, que es la
combinación de granos con diferentes tipos de carnes o el pastel de nuestra
región, que consiste en una mezcla de harina, garbanzo y sal.
La preferencia de quienes comen en restaurantes son los
platos caseros y fáciles de preparar. A pesar de que se ofrece una carta para
llamar la atención, los clientes optan por lo tradicional y por lo que se
acostumbra a comer en el hogar.
Las segundas carnes (vísceras y sobrebarriga, y los
cortes bajos) son platos apetecidos, porque ofrecen calidad y no superan
el presupuesto designado para la alimentación.
Es claro que los clientes no consumen una comida fuera
de lo común. Al mirar la carta de un restaurante siempre encuentran algo
familiar (arroz, yuca o papa, carne a la plancha o pollo, ensalada de tomate y
cebolla), que demuestra que la región es de tradiciones y que predominan las
costumbres por encima de platos extravagantes.
La comida tradicional cucuteña con más relevancia es el
cabrito, que se come asado o cocido; la pepitoria, mezcla de corazón, riñón e
hígado, cocinada con cebolla y tomate; el pastel de garbanzo; el arroz con
pollo; la turmada; la morcilla (rellena), embutido de sangre de cerdo con
arroz, y las hayacas, tanto en temporada decembrina como cualquier
domingo.
El desayuno es la comida más importante para cualquier
ser humano. En la capital nortesantandereana son frecuentes los caldos, huevos
al gusto, pasteles y avena, que levantan el ánimo de los cucuteños. Aunque
ahora, son un poco más refinados a la hora de comer. Están de moda los
omelet y los huevos ponchados.
En muchos hogares de la ciudad se prepara la
arepa, con diferentes tipos de rellenos y combinaciones, puede haber diferente
comida en la mesa, pero el buen cucuteño siempre desayuna con una de ellas.
Las bebidas que acompañan a las comidas tradicionales
son mezclas de frutas, pero no pueden olvidarse el agua de panela, el masato y
la avena.
Algo que nunca ha dejado de gustar, tanto en la ciudad
como en el resto del país es la pasta. En cualquier restaurante este
plato es pedido y ahora se prepara con más técnica, se trabajan diferentes
procesos de elaboración y se acompaña con un buen pedazo de carne y ensalada.
Es fundamental resaltar el auge que ha tenido la cocina
en la actualidad. Los comensales se vuelven exigentes. La gente sabe qué es un
término medio en las carnes, y lo piden. Antes, se pensaba que era comerla
cruda. Pero no importa cómo se cocine, la carne siempre va a estar en el plato
de los nortesantandereanos.
En épocas especiales, como en Semana Santa, se
cocina pescado. Somos de creencias y de culturas. Debido a la importancia de la
religión, en esas fechas la gente deja a un lado la carne, prefiere consumir
ensaladas de todo tipo, huevos en diferentes preparaciones, frutas y carnes
blancas.
Es raro encontrar consumidores de carnes rojas, debido
a la influencia que tiene la Iglesia. Los creyentes consideran que es pecado
consumirlas en esta época.
El cayo guisado con yuca cocida es otro alimento que se
consume durante el año. Es de fácil preparación, económico, llama la
atención y se acompaña con una buena porción de garbanzos y arroz.
Los turistas del país o del mundo no los cautivan los
platos raros o innovadores. Vienen a conocer de comida criolla y probar lo
tradicional.
En la ciudad no solo se conoce este tipo de comidas,
también se ofrece variedad de dulces o postres.
El más importante es el ‘cortado de leche de
cabra’. Consiste en mezclar un litro de leche de cabra, un litro de panela
partida y el jugo de un limón. Los cucuteños acostumbran a comerlo en la media
tarde y lo acompañan con un vaso de agua fría, para no empalagarse.
Dulces tradicionales como el arrastrado, el combinado y
las solteritas, que con la esencia de naranja y ahuyama han conquistado cientos
de paladares cucuteños y visitantes.
El dulce de natas con mora, es otro de los más pedidos.
Es un postre semifrío fácil de preparar. La gente, poco a poco, se ha
acostumbrado a consumirlo después del almuerzo. Esta mezcla de azúcar glas,
moras y natas se sirve en una copa de cristal, se pone a enfriar en la nevera y
cuando se va a consumir se decora con las moras.
La capital nortesantandereana siempre ofrecerá una
amplia variedad gastronómica, desde comidas caseras hechas por tradición, hasta
platos exóticos de excelente calidad y con precios que se ajustan a la
necesidad y al gusto de los habitantes.
Lo que permite que propios y ajenos a esta tierra
puedan degustar platos autóctonos que reflejan la diversidad cultural y que
llama a la atención de los visitantes que deciden conocer a Cúcuta.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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