martes, 7 de junio de 2016

947.- FOTO MUÑOZ DE DON LUIS FRANCISCO



La Opinión


Los últimos 80 años de su vida, Luis Francisco Muñoz no ha hecho otra cosa que mover el dedo índice para obturar su cámara fotográfica.

Su vida ha sido toda para la fotografía, y lo será hasta que pueda respirar, ‘hasta el mismo día que me muera’.

Hoy tiene 87 años y todavía se mantiene vigente y en acción en el oficio que le ha dado todo lo que tiene: hijos, casa, negocio, comida, vestido y hasta cigarrillos, porque fumó como el que más en sus tiempos mozos.

Nació en San Vicente de Chucurí (Santander), pero a los dos años fue llevado por sus padres a vivir a Bucaramanga, donde a la edad de seis años le entró la piquiña por la fotografía.

Su padre Francisco Muñoz era fotógrafo de profesión y entonces tener una cámara al alcance de sus manos le resultaba fácil. Recuerda que el oficio más bello del mundo, como califica su arte de tomar fotos, lo tomó en serio tras la prematura muerte de su papá. 

Se las arregló para montar su primer foto estudio en un pequeño local que le arrendaron en el Hotel Magdalena de Bucaramanga, aunque en mente ya tenía proyectado ir a buscar suerte a Venezuela.

Sus amigos le insistieron para que fuera al vecino país adonde le habían dicho que había trabajo y, lo mejor, se ganaba bueno.

Sin pensarlo dos veces aterrizó en Cúcuta en 1954, en plena presidencia del general Gustavo Rojas Pinilla.

Sin embargo, el trato que recibió de los cucuteños lo cautivó de tal manera que desistió de inmediato de la planeada aventura.

Ahora ya no obtura su Alfa mecánica, sino una canon digital, con la cual continúa ejerciendo el oficio que le enseñó su padre en sus inicios allá en Bucaramanga.

Lo suyo era la fotografía y como en la ciudad había pocos fotógrafos se adelantó a abrir su propio estudio en la esquina de la calle 15 con avenida 5, al que llamó Foto Muñoz.

Llegó a tener 22 empleados, cuatro de los cuales estaban dedicados al laboratorio de blanco y negro.

Muñoz se jacta de haber sido el pionero en la capital nortesantandereana de la fotografía en color, de ahí que sus colegas lo apodaran el papá de los fotógrafos cucuteños.

“Como no habían laboratorios en Cúcuta, las primeras fotos en color hubo necesidad de mandarlas a revelar a Panamá. Enviábamos los rollos y en 15 días nos llegaban las fotos. Luego fue a Medellín”, recuerda Muñoz.

Todo el que quería un retrato en Cúcuta acudía a Foto Muñoz, ahí estaba el chucureño, listo para obturar su Alfa.

No hubo obispos, alcaldes, gobernadores, ni comandantes de policía y ejército que se escaparan a su lente. “Me buscaban, hasta aquí venían a que les tomara la foto del recuerdo”, relata.

Tuvo nueve hijos y todos fueron a colegios privados y a la universidad, lo que lo enorgullece y lo llena de estímulo por ser de los logros más importantes que le dio la fotografía.

En la esquina de la calle 15 con avenida 5, él sigue esperando la llegada de sus clientes para retratarlos, ya no con su Alfa, sino con una canon digital, con la que se sigue ganando su sustento.

Furibundo hincha del Cúcuta, Muñoz también vio nacer importantes periódicos de la región, La Frontera y La Opinión. “Recuerdo como si fuera hoy que el primer tiro de este último periódico se regaló a los cucuteños, yo trabajaba con don Eustorgio Colmenares y a mí me tocó ir a repartir al barrio Alfonso López”.

Muñoz confiesa que a su edad no le tiembla el pulso ni el dedo para seguir obturando su máquina, sin embargo, al sacar cuentas de su estancia en Cúcuta y de lo que ha construido con su oficio, expresa con nostalgia que no pierde la esperanza de ir a su natal San Vicente a tomarse un chocolate en la esquina del parque, “A lo mejor ahí dispararé mi canon a mis paisanos”.

Epílogo (Mary Stapper)

A los 88 años, falleció en la madrugada del jueves 31 de marzo de 2016. Su deceso fue rápido. Don Francisco era amante de la bohemia, de reunirse con sus amigos y de mantener intacto su sitio de trabajo como si el tiempo no hubiera transcurrido.

Con don Francisco, muere una época y desaparece en Cúcuta el último de los fotógrafos que captó imágenes con una vieja cámara de fuelle, pero su recuerdo quedará, grabado, en cada fotografía que él tomó.


Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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