Gerardo
Raynaud
Recorte del
periódico El Popular dirigido por el padre Mendoza, que participa sobre los
preparativos para celebrar la fiesta de la madre a celebrarse el domingo 31 de
mayo de 1925.
Siempre ha llamado la atención del resto de los
ciudadanos de este país, el hecho de la diferencia en el día de celebración en
honor de las madres en Cúcuta.
He leído algunas de las crónicas que tradicionalmente
se escriben cuando se acerca la acostumbrada fecha finalizando el mes de mayo y
una en particular, escrita por Manuel Waldo Carrero que ilustra con claridad
las actividades que se realizaban ese día; por esta razón, me permito extraer
de su muy interesante escrito las frases pertinentes, las que nos ayudarán a
comprender mejor el sentido de esta festividad.
Dice Carrero: “La versión inventada por la mentalidad
mercantil de Cúcuta hace unos años, de que se había trasladado del segundo
domingo al último domingo, a petición del comercio, porque no había llegado el
barco con la mercancía para los regalos, no tiene fundamento, porque en ese
tiempo de los años veinte, según cuenta gente de la época, no se daba regalos
ese día, yo recuerdo que en nuestra casa la primera vez que se dio regalo de
día de la madre fue, en 1939, una nevera que funcionaba con kerosén.
Los diversos barcos que salían de Europa o de los
Estados Unidos, llegaban al Caribe cada uno en distintas fechas, y repartían la
mercancía en Cartagena, Barranquilla, Santa Marta, Maracaibo, Puerto Cabello,
etc.
Parte de la que desembarcaban en Maracaibo seguía en
pequeños barcos a Puerto Encontrados y luego por ferrocarril y carretera a
otras ciudades del interior, como San Cristóbal, Mérida, Rubio, Cúcuta,
Chinácota, con destino a diversas casas comerciales, en cantidades pequeñas y
no en conjunto.
La supuesta reunión de Comerciantes, de donde salió
esta versión reconoció más tarde, que la “suposición” del retraso del barco,
sería válida para ese año y no institucionalmente y así lo habían informado a la
prensa, quienes lo dieron por cierto y permanentemente. No se podía cambiar lo
que no existía y en Cúcuta desde un comienzo fue el último domingo. Y nunca el
segundo domingo.”
Recorte del
periódico El Popular comentando la Fiesta de la Madre.
Hay otras versiones sobre este mismo tema, en especial
una citada por el mismo autor y publicada en el diario El Tiempo de Bogotá en
el año 2000, en la que recoge la siguiente información:
“Según el historiador Aurelio Contreras, la fiesta de
las madres ingresó a Colombia por Cúcuta.
Su origen se remonta a 1925, cuando el director español
de teatro, Manolo Rivas del Campo, propuso presentar el último domingo de mayo
(día 31 en ese año), una obra en honor a las mamás cucuteñas. Luego solicitó
que el Día de las Madres se celebrara ese día.”
Lo cierto es que a pesar de las varias transcripciones
que se han hecho respecto de la tan señalada fecha, incluso una mencionada en
el mismo artículo por Carrero, en la cual se argumenta que ante la posibilidad
que el segundo domingo de mayo coincidiera con la luctuosa conmemoración del
terremoto, lo cual es matemáticamente imposible, toda vez que el segundo
domingo más cercano al 18 es el 14, no era bien visto “una celebración como el
Día de la Madre, con el aniversario de la tragedia”.
Sin el ánimo de entrar en polémicas sobre la veracidad
de la escogencia del día de celebración en honor de las madres en esta ciudad,
la verdad es que esta fecha se venía preconizando en la ciudad de Pamplona por
indicación de la entonces diócesis de esa población, con el argumento que por
privilegio, el último domingo de mayo es el conmemorativo de María, madre de
todas las gracias, de modo que, como el festejo se realizaba en todos los
establecimientos de enseñanza, “los niños celebrarían tanto a la madre del
cielo y a la madre de la tierra, confundidas en un solo amor”.
Con esa tradición, el padre Demetrio Mendoza organizó
la primera Fiesta de la Madre en Cúcuta, en un sobrio espectáculo religioso,
que era la tradición de entonces, lejos del boato y la ostentación que el
comercio ha querido darle, en los últimos tiempos, para beneficio de sus
intereses.
Veamos cómo se desarrolló la primera Fiesta de la Madre
ese 31 de mayo de 1925.
Con la orientación del padre Demetrio Mendoza y el acompañamiento
de los directores de las escuelas y colegios, así como todos sus maestros, se
dispusieron a celebrar este día, de la mejor manera.
En las horas de la mañana, en la iglesia de San José,
se reunieron niños y jóvenes que “ennoblecidos con el pan de los ángeles,
dedicaron los momentos sagrados del recogimiento a las madres vivas y a las que
durmieron bajo la bendición de Dios y las lágrimas de sus hijos”, fue la
descripción que hiciera el propio reverendo Mendoza y que publicara en su
periódico El Popular, luego de transcurrida la solemne celebración.
Cada uno de los hijos exhibía sobre su pecho las rosas
encarnadas que hablaban del amor a las madres presentes y las blancas que
evocaban el cielo de las que ya se ausentaron.
En cada uno de los establecimientos educativos se
programaron diversos actos con representaciones culturales que expresaban el
amor y cariño filiales en una procesión de encantadores momentos por la ternura
y el delicado sentimiento con que ofrendaban en honor de quien es todo cariño,
abnegación, piedad y sacrificio.
A todas las madres les dejó dulcísimas impresiones pero
especialmente a las madres pobres quienes tuvieron especial motivo para
regocijarse justamente por esas demostraciones de cariño.
Los únicos obsequios que fueron entregados a las madres
lo constituyeron las tarjetas con motivos alusivos que expresaban los
afectos de sus retoños. Y desde entonces, el día de la madre se celebra en
Cúcuta, el último domingo de mayo.
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