Eduardo Rozo
Un tapete de frailejones se dibuja a 3.400 metros de altura. Allí, la
ventisca pone a danzar la vegetación, mientras una densa capa de neblina da
giros en el frío ambiente, al tiempo que choca contra una cortina de rocas por
la que se deslizan hilos de agua que son absorbidos por el suelo, dando origen
a turberas, lagunas, arroyos, quebradas y ríos; fuentes inagotables de vida.
El frenético paisaje cobra vida en
la cima del Tamá, páramo con un alto grado de conservación que recientemente
fue delimitado por el Ministerio de Ambiente, perpetuándolo como una perfecta
fábrica de agua de la que se benefician más de dos millones de habitantes.
El Tamá está anclado a los municipios de Herrán y de Toledo en su mayor
extensión y de acuerdo con la delimitación del Minambiente una pequeña porción
hace parte de Chinácota.
Sin embargo, el páramo es
compartido con Venezuela (estados Táchira y Apure). Del lado colombiano lo cuida Parques
Nacionales Naturales de Colombia y en el vecino país lo hace el Instituto
Nacional de Parques (Inparques).
Para entender la dinámica de la delimitación, es preciso conocer que en
Colombia se creó en 1977, el Parque Nacional Natural Tamá, que tiene una
extensión de 48.000 hectáreas. Una parte corresponde a zonas de páramo y
también se encuentran bosques andino y alto andino.
Con la delimitación, se priorizaron 21.374 hectáreas como páramo, quedando
11.600 dentro del Parque Natural y 9.774 por fuera, cuya conservación debe ser
garantizada por la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental
(Corponor).
Paso a paso
El Ministerio de Ambiente emitió la Resolución 1556 fechada el 26 de
septiembre de 2016, mediante la cual delimitó el Tamá.
Sin embargo, el proceso se inició en noviembre de 2014, cuando la
Universidad de Pamplona fue contratada por el Instituto de Investigación de
Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, para hacer un estudio de
caracterización económica, social y biológica del Tamá.
Dicho estudio debía ser supervisado por Corponor y la interventoría estaba
a cargo del Instituto Humboldt.
Cumplido el trabajo de la Unipamplona, se sugirieron 16.000 hectáreas que
debían ser delimitadas como páramo. Para determinar la cifra se tomó como línea
de partida los 2.600 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m).
Tras la revisión de la corporación ambiental se detectaron debilidades en
el estudio, especialmente en la poca profundidad social y económica (mapa
predial nulo).
Por ello, Corponor hizo ajustes y tomó como línea de partida los 2.800
m.s.n.m., desde donde técnicamente existen condiciones biológicas para los
ecosistemas de páramo.
El estudio final se envió al Instituto Humboldt antes de terminar el primer
semestre de este año, con la priorización de 13.513 hectáreas.
Pese al estudio hecho en el territorio, el Ministerio de Ambiente delimitó
21.374 hectáreas, sin conocerse el mecanismo utilizado para llegar a esa cifra,
pese a que la Dirección de Bosques del Minambiente fue consultada con insistencia
por este medio y por la oficina de prensa de la cartera.
Para tener en cuenta
La delimitación ha generado cuestionamientos en el territorio porque se emitió la Resolución 1556 y de acuerdo con el artículo 13, la
misma debía ser comunicada a 14 entidades nacionales y regionales, entre ellas
la Gobernación de Norte de Santander, Corponor y las alcaldías de Chinácota,
Herrán y Toledo.
A ninguna de las instituciones en el departamento ha sido enviado el
documento.
Dentro del área delimitada hay vigentes cuatro títulos mineros de carbón
(dos en Toledo e igual número en Herrán), con vigencia hasta 2037.
Los mismos, de acuerdo con la figura de área protegida, deben entrar en un
proceso de cierre, por tanto en Colombia los páramos están blindados a la
minería.
El protocolo para la finalización de la explotación debe ser coordinado por
la Agencia Nacional de Minería con el apoyo de Corponor.
El área natural tiene una extensión de 48.000 hectáreas.
En el lugar hay comunidades vegetales dominantes como los frailejones.
Espacios como este se disfrutan en el parque Tamá.
El oso andino es uno de los habitantes del Parque Natural Nacional Tamá.
Una de las aves más sobresalientes el paujil copete de piedra.
Norte de Santander es tierra de riquezas, de ese oro verde que algunos no
ven. Esos tesoros invaluables son los las áreas naturales, estratégicas para el desarrollo de la vida animal, vegetal y humana.
La región
cuenta con los espacios Motilón Barí,
Los Estoraques, Sisavita, Santurbán, Almorzadero y Tamá, este último arribó a
sus 40 años, tras su creación el 2 de mayo de 1977. Una zona de 48.000
hectáreas que se encuentra entre los municipios Toledo, Herrán y Chinácota.
Esta área presenta conectividad ecológica con el Parque Nacional El Tamá de
Venezuela, cuyas áreas conforman conjuntamente el macizo Tamá, área protegida fronteriza de carácter binacional, según Parquesnacionales.gov.co.
Una variada fauna
De acuerdo
con Parques Nacionales, los mamíferos más notables son el oso andino, el
marsupial, los venados, el león amapola y el oso hormiguero.
También están
el piro, el venado, la lapa, el chigüiro, el zorro perruno, el chácharo, el
báquiro o cafuche, el ratón de agua, la nutria, la danta, el león amapolo, el
mapuro, la fara y el ratón silvestre, endémico igualmente.
Las aves más
sobresalientes son el paujil copete de piedra, el colibrí de páramo, el
guácharo y el periquito aliamarillo, la cual es especie endémica de la región.
Asimismo, se encuentran el gallito de roca, la gallineta de monte, el perico
multicolor y el carpintero real.
Su flora
En el Parque
Natural Nacional Tamá hay comunidades vegetales dominantes como matorrales,
frailejones, pajonales, rosetales o puyas. “Son frecuentes las rosetas gigantes
de especies de puya, las cuales se encuentran en zonas extensas del páramo del
Cobre y zonas aledañas y el bambú paramuno”, señala Parquesnacionales.gov.co.
Los sitios de
más interés del parque son: la cascada frente al páramo Bélgica, páramos Tamá,
Santa Isabel y Banderas, Alto del Táchira, Cueva de los Guácharos y la cabaña
de visitantes en el sector de Orocué.
¿Cómo se llega?
Se puede
arribar al parque desde Cúcuta o Pamplona.
1. Ruta
Cúcuta-Chinácota-Ragonvalia-Herrán.
2. Ruta Pamplona-Toledo-Chinácota-Ragonvalia-Herrán.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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