jueves, 23 de febrero de 2017

1079.- EL GENERAL CUBEROS NIÑO



Pablo Emilio Ramírez Calderón
                                                    

El general Leandro Cuberos Niño nació en la ciudad de Chinácota, el 24 de diciembre de 1876; fueron sus padres el general Leandro Cuberos Bustamante y doña Emeteria Niño; hizo los estudios primarios en su ciudad natal, los de secundaria en el colegio San José de Pamplona, donde se graduó de bachiller.

En 1896 se matriculó en la facultad de medicina de la Universidad Central de Venezuela en Caracas, donde cursó los primeros cuatro años de la carrera  médica. Al finalizar éstos, encontró que la llamada guerra de los mil días, estaba en su apogeo y decidió vincularse a ella, para luchar por sus ideales de libertad.

En 1899, se enrola en las filas revolucionarias liberales de la guerra de los mil días, con el grado de sargento abanderado del ejército del Norte, bajo las órdenes del general Benjamín Herrera, con quien hizo la campaña de Santander. Participó en la victoriosa batalla de Peralonso, en el puente localizado en el sitio denominado La Laja, en el municipio de Santiago, donde se conserva este puente como una reliquia de la Historia Militar colombiana, que se le puede visitar.

Allí fue ascendido a teniente coronel y en 1901 a general de brigada por su coraje, don de mando y disciplina. Hizo parte de la fuerzas comandadas por el general Rafael Uribe Uribe en la costa Atlántica, que derrotadas, terminaron en Panamá, donde participaron en las negociaciones del final de la guerra en el buque de guerra norteamericano Wisconsin.

Al terminar la guerra con la derrota de las fuerzas liberales insurgentes, se dedicó a la política en el Congreso Nacional, primero como representante a  la Cámara y después como senador de la República, por Pamplona y por Antioquia, en varios períodos.

En 1910 fundó en Cúcuta el periódico Bronces, donde por varios años defendió sus ideas liberales, con su vibrante talento y  gran hidalguía.

En 1925 se casó con la dama venezolana, natural de Colón, doña Laura Giusti Rivas, en   la ciudad de San Cristóbal, con quien procrearon los cinco hijos, Laura, Beatriz, Leandro, Ana y Jorge.

Fue dos veces Representante a la Cámara y en 1927 Senador de la República por el departamento de Antioquia.

En Cúcuta, siendo Senador y Jefe del partido Liberal, fue injustamente, hecho preso por el gobierno de Miguel Abadía Méndez en 1929, al acusarlo de participar en le desmembración del país para formar la república del Zulia, pero pronto el Tribunal de Pamplona, lo absolvió de toda culpa y lo liberó.

En 1929 y 1930 fue miembro de la dirección nacional Liberal en un triunvirato, formado con el doctor Alfonso López Pumarejo y el doctor Antonio Samper Uribe, cuando fue precandidato presidencial.

Fue uno de los fundadores del colegio Gremios Unidos, posteriormente, Universidad Libre de Cúcuta. Colaboró en el funcionamiento del ferrocarril de Cúcuta y en la unión con el gran ferrocarril del Táchira.

Fue poeta, de quien solo se conservan muy pocas producciones, entre ellas, Ave César, Sol Poniente y Sueños de Gloria.

Pobre y lleno de necesidades, fue nombrado Cónsul de Colombia en Maracaibo en un rango muy inferior a sus méritos y servicios a la Patria.

Murió en la ciudad de Maracaibo, donde representaba a Colombia, como Cónsul General, el 10 de noviembre de 1934, por una masiva hemorragia digestiva ocasionada por una agresiva úlcera gástrica, al igual que tres años después, el 18 de febrero de 1937, muriera en la ciudad eterna de Roma, por idéntico proceso patológico, el doctor Enrique Olaya Herrera, expresidente de Colombia de 1930 a 1934, cuando se desempeñaba como Embajador y Ministro Plenipotenciario de Colombia en Italia.

Los presidentes Alfonso López de Colombia y Juan Vicente Gómez de Venezuela, ordenaron rendirle honores. Su cadáver fue trasladado por barco por el Lago de Maracaibo, el río Catatumbo y finalmente el río Zulia, tras una tormentosa travesía, que por poco termina en las aguas del caudaloso río.

Fue enterrado en el cementerio central de Cúcuta, previas las ceremonias religiosas y la Cámara Ardiente en la Asamblea departamental, después de sonoros discursos de oradores de todas las entidades públicas y privadas.

Entre los homenajes públicos que Cúcuta le ha rendido a este caudillo liberal se encuentran un barrio que lleva su nombre, además de un parque y dos escuelas públicas. También el 22 de julio de 1988 la Academia de Historia, el Instituto de Cultura y la Sociedad de Mejoras, develaron un busto en el parque de Los Niños (avenida 1ª entre calles 19 y 20) que desapareció con el tiempo.







Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

1 comentario:

  1. un personaje muy valioso e injustamente relegado al olvido. Sería interesante reproducir los poemas

    ResponderEliminar