lunes, 6 de marzo de 2017

1087.- ADN DEL CUCUTEÑO, UN BALON DE BALONCESTO



Eduardo Díaz Fuentes

IN MEMORIAM: "A los cucuteños hijos de familias ancestrales cucuteñas, que un día tomaron un balón de baloncesto para resguardar su ADN, partida de nacimiento y dejar su huella".

ADN

"A todo hombre de familia ancestral cucuteña, quienes observaron desde una cancha de baloncesto el transcurrir de abuelos, padres, hijos, nietos, familiares, parentela y amigos entrañables"

No podrá existir un hombre cucuteño sin ancestro certificado, único ADN, requisito haber conocido algún pariente cercano o lejano que haya tocado un balón de baloncesto dentro de una cancha en el barrio, escuela, colegio o selección Norte de Santander.

El baloncesto originó la belleza de nuestras mujeres representadas en abuelas, madres, tías, hijas, primas, sobrinas, novias, cuñadas, amigas y esposas. El baloncesto cucuteño fue sinónimo de familia, matrimonio, hogar, esposa y embarazo.

Mi madre una costeña barranquillera de exquisito ´arroz con coco´ pero hija de padre cucuteño siempre me dijo ante la insistente pregunta:

¿Madre por qué no visita su tierra currambera?

Y expresaba:

"Hijo: LAS MADRES DE LOS HIJOS CUCUTEÑOS SOMOS DE DONDE NACIERON NUESTROS HIJOS".

Nacimos de un balón llamado Vientre de Madre.

Hoy, sí hoy, hay sentimientos entrelazados por la pérdida de mi madre y entrañables amigos de mi padre que vuelan al cielo.

Dicen y repiten, se acabo el baloncesto en Cúcuta y siento como si exterminaran mi raza, mi ancestro, mi historia y mi ciudad. Siento el exterminio de todo vestigio de existencia cucuteña, cuando dicen: Se acabo el baloncesto. Me niego a creerlo mientras existan letras y recuerdos, siempre existirá un balón de baloncesto por cada vientre embarazado de una madre cucuteña.

Queridos abuelos y abuelas cucuteños y cucuteñas, por favor expliquen a sus nietos varones que habrá exterminio de nuestro ancestro, en caso que el baloncesto desaparezca de nuestro suelo.

Me refiero al baloncesto que se lleva en la sangre, no al simple juego, me refiero al vientre de cada abuela y madre cucuteña por nacimiento o por tener esposo cucuteño y viceversa, así: Me refiero a cada padre y abuelo no cucuteño con esposa de Cúcuta.

Sí me refiero al ancestro con sangre cucuteña, fácil de detectar en examen de sangre, cuando el bacteriólogo dice: Epa hermano, sus glóbulos son como diminutos balones de baloncesto color anaranjado.


Don Alfredo Díaz Calderón

Cuando Alfredo Díaz Calderón habla sobre la historia ancestral de Cúcuta, cada dato y cada archivo histórico tiene como raíz fundamental, el baloncesto. No importa si el personaje es de política, industria, comercio o cualquier profesión y/o cualquier otro deporte, siempre, pero siempre el arraigo, el ancestro, las costumbres del personaje, siempre don Alfredo las identifica por sus ancestros dentro del baloncesto cucuteño.

Mis largas conversaciones con mi padre intentando descifrar pistas sobre sus 400 cuadernos donde religiosamente cada día escribe y acumula el Diario de Cúcuta desde hace 60 años; siempre tienen como denominador para identificar cualquier personaje, la misma pregunta:

¿Qué posición jugaba dentro del baloncesto? ¿Era su tío o abuelo o padre o hermano o primo o cuñado o pariente un jugador de baloncesto? ¿Era zurdo o derecho para trasladar el balón, era alero, centro, pivot, poste, descolgador o buen defensa? ¿Cuál era su habilidad más sobresaliente en el baloncesto?

Así es la única forma de configurar el perfil de una familia de médicos, abogados, arquitectos, políticos o comerciantes.

´El Pollo´ y ´Fosforito´, nos dejan, dejan a mi padre relatando recuerdos, me dejan la herencia de 400 cuadernos escritos, afloro el sentir por esa currambera que dijo:

"Hijo: LAS MADRES DE LOS HIJOS CUCUTEÑOS SOMOS DE DONDE NACIERON NUESTROS HIJOS".

Hoy también afloran relatos de la familia Dávila, de ellas las madres, abuelas, tías y grandes matronas, todas cucuteñas que con vientres convertidos en balón de baloncesto, dejaron huella.



De izq. a derecha: Toya de Caballero, Eduardo Caballero, Alfredo Díaz Calderón, Eduardo Calderón Fuentes, Hugo Espinosa Dávila y Toñito Ramírez Espinosa (Panfleto)

Ellas Matilde, Rita Elisa, Elena, Margarita y ellos Carlos Luis, Felipe y Turilo. Las ancestrales madres de los hijos cucuteños (Recuerdo ahora a los hermanos Panfleto y Pulga Ramírez Espinosa, nietos de Margarita Dávila e hijos de Lolita Espinosa Dávila).

Y yo pregunto a los cuatro vientos,  ¿Y qué diría doña Matilde Dávila si escuchara decir:

SE ACABO EL BALONCESTO EN CÚCUTA?

Yo respondo:

¡Doña Matilde los mandaría a todos al carajo!




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario