Andrés Clavijo
“Enseñar es un ejercicio de inmortalidad.” Rubem
Alves
Ad portas de iniciar
la “Gran Depresión” en el mundo entero, nacía en la ciudad de Cúcuta un primero
de mayo el maestro Alfredo Díaz Calderón, una de las glorias del baloncesto
regional y nacional, que entregó al país y al departamento innumerables
triunfos deportivos, también compartió su dedicación y conocimiento con varias
generaciones de nortesantandereanos que hicimos parte de alguno de los muchos
equipos que dirigió.
Ni que decir de sus
muchos años como comentarista radial de baloncesto y como escritor de la
historia del deporte en el departamento.
Los que tuvieron el
privilegio de verlo como jugador, afirman que era un deportista excepcional,
muy técnico y disciplinado. Para los que no lo vimos jugar, no es difícil
imaginarnos sus capacidades, bastaba no más estar en uno de sus entrenamientos
o verlo en alguno de los recesos lanzando tiros libres con una precisión casi
perfecta.
Los homenajes se hacen
en vida y es por eso que con unas sencillas pero sentidas palabras, quise en
nombre de muchos nortesantandereanos dedicarle unas cuantas líneas a esta gran
persona que me atrevo a decir que de alguna manera marcó las vidas de todos los
que hicimos parte de alguno de sus equipos.
Cómo olvidar el
“basquetbol brasilero” o la “canasta estrella” que eran ejercicios infaltables
en cada uno de los entrenamientos de don Alfredo. Siempre había un premio a los
mejores, un paquete de papas y una gaseosa que salían de su bolsillo, pareciera
no ser gran cosa, pero luego de 90 minutos a pleno rayo de sol, corriendo,
saltando, lanzando, etc…, se convertían en un potosí para cualquiera de los que
“madrugábamos” a entrenar.
Una vida dedicada al
deporte de la pelota naranja, pero sobre todo a enseñar y dar ejemplo, más que
el baloncesto en sí mismo, los valores que don Alfredo intentó inculcar a
varias generaciones, para mí es igual o más importante que sus hazañas en los
maderamen o desde la raya.
Son varias las personas
que como don Alfredo triunfaron en las canchas y como entrenadores, algunos
como Hugo Hernández y Álvaro “Tito” Ordoñez entre otros, que siguen haciendo
sus aportes desde la formación a este deporte tan importante en nuestro
departamento.
Pero no debemos
ocultar que los días para el baloncesto en Norte de Santander no son los
mejores, que sea esta la oportunidad para convocar a todos los que de una u
otra manera hemos tenido que ver con este bello deporte, para recuperar el
lugar que alguna vez ocupó nuestro departamento en la esfera nacional e
internacional en el baloncesto.
Se debe dejar de ver
al baloncesto y al deporte en general, solamente desde la perspectiva del
“signo pesos”, el deporte es una oportunidad de alejar a nuestros niños y
jóvenes de la violencia y de los vicios; también es una fuente importante de
desarrollo económico para la ciudad en generación de empleo, ocupación hotelera
y demás renglones de la economía que se dinamizan con el deporte. Pero para
llegar a eso necesitamos inversión y buenos manejos, y así poder mejorar la
situación en la que estamos actualmente.
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