martes, 15 de agosto de 2017

1172.- DON TRINO PARADA, UN HOMBRE BUENO



Guillermo Vargas/Wolfgang Parada Vivas


En la mirada y la sonrisa Trino Parada nos enseñaba que él es un hombre bueno, comprensivo, sincero, laborioso y fraternal, un pamplonés más que se agrega a la lista de ciudadanos ecuánimes, nobles e inteligentes que los Valles de Cúcuta y El Espíritu Santo, saben entregar a las hojas de la historia.

Trino Parada conocía la comunidad en sus puntos más sensibles y en una reciprocidad edificante la comunidad lo conocía a él.

Una mutualidad inevitable en los testimonios, confrontaciones, aciertos y desaciertos que los núcleos humanos ofrecen a los investigadores, a los sicólogos, sociólogo ó simples vecinos de modestas culturas.

Trino Parada ha sido un consejero de familias y un orientador de individuos en trance de cruzar el Rubicón de la vida.

El consejo de Trino Parada ha llegado por igual a los seres con fortuna y a los desafortunados, a los generosos y a los tacaños, a los sinceros y a los mentirosos, a los ilustres letrados y a los iletrados, a los incrédulos y a los creyentes, a los que aman y a los que odian.

Sin ningún apasionamiento sectario Trino Parada ha sabido evaluar los sucesos y acontecimientos del gran país colombiano y se ha mostrado solidario con los que sufren y merecen una vida mejor.

Trino Parada sabe observar, sabe analizar para conceder en los contrincantes la legítima razón. Por eso en ocasiones hace brillar la luz de la justicia en los vecinos confrontados, en los vecinos engañados.

Trino Parada ha pertenecido a la comunidad y se ha metido a los temperamentos ofuscados o a los comportamientos demasiado serenos.

No es un ciudadano de voces exaltadas, de aquellas que invitan a los enfrentamientos y las peleas por causas mínimas e insignificantes. 

Por eso sus logros están marcados en los tableros de los introvertidos, en tanto que los análisis empujan su comportamiento a un plano donde la introversión se mezcla con las influencias de la extraversión en un equilibrio conceptual y emprendedor.

Don Trino Parada ofrece las características de un hombre bueno, de un padre de familia ejemplar y de un ciudadano meritorio. Tiene a su favor la ayuda y colaboración de su esposa Carmen y su hermana Gertrudis quienes cruzan sus miradas en un horizonte de paz y entendimiento.

Don Trino Parada y doña Carmen Vivas de Parada con sus hijos. 
De pie de izq. a der.: Wolfang y Amilcar.
Sentados: Judith, don Trino, doña Carmen, Jairo y Elsa.

Cualidades refrendadas por uno de sus hijos en su despedida en los casi 99 años de vida, 1º de mayo de 2013:

Buen viaje papá:

Trino Parada o mejor don Trino, el nombre que a diario repetían todos los que de alguna manera lo conocieron, recibieron sus consejos o fueron receptores de sus obras y generosidad.

Mi papá, personaje sin duda inolvidable para su familia, pero también para sus vecinos, amigos, gente sencilla que llegaba al Lago en busca de ayuda, solidaridad y servicio; pasó sus últimos años aquejado de una penosa enfermedad que le fue consumiendo en vida. Suficiente dolor y sufrimiento padeció, y a todos los que le rodeamos, por lo que no deseo hablar de ello ahora.

Su envoltorio terrenal cesó su función y su alma ha partido a descansar en ese Oriente Eterno que tanto repetía, tal vez significando el perpetuo nacimiento del Sol hacia la Luz eterna que debe ser al entregarse con el Creador, en quien fervientemente creía.

Quiero simplemente hacerle un homenaje a su vida. A esa vida que vivió a plenitud, porque estoy convencido que mi papá fue un amante de la vida y de los placeres que proporciona vivir. Amó, rio, sirvió, creó, comió, bebió, viajó, aconsejó bien, y sobre todo dejó una huella imborrable en la vida de muchos.

Gozó de una longevidad heredada, por lo que casi todos los amigos de su generación partieron hace rato antes que él. Sin embargo, los que quedamos sabremos trasmitir su legado a las futuras generaciones.

Perteneció a una estirpe familiar pamplonesa, de la cual heredó el amor por los demás, la voluntad de servicio, el liderazgo nato y una personalidad cautivadora que supo adobar con su verbo admirable para embelesar a quienes le escuchaban hipnotizados por sus historias.

Fue un padre exigente, muchas veces severo, pero obsesionado por sus hijos se formaran en la academia, pues solía decir que era la herencia más preciada que nos podía dejar. Y sin duda así fue, mi papá jamás se apegó a lo material, para él significaba solo el vehículo para hacerle la vida más llevadera a los que nada tienen.

Con su vocación de líder comunal, impulsó obras perecederas en su entorno como la Clínica de Leones en puente Barco que aún sigue prestando sus servicios, sólo por nombrar alguna.

Su temprana formación e inquietud intelectual por disciplinas ancestrales del pensamiento humano, le dieron acceso a un grupo de hombres preclaros de nuestra sociedad para extender sobre otros a través de sus obras su incansable vocación de servir.

Junto a él, en este discurrir por la vida, siempre al lado suyo, como su bastón, su compañera y su amiga por setenta años, Carmen Sofía, mi mamá. Para ella también este homenaje pues nunca desfalleció ni en las más duras circunstancias, movida por ese amor inmenso que ha profesado siempre por todos nosotros. Gracias mami.

Queda tu huella en toda tu familia, tu herencia se va extendiendo poco a poco, y ya va en tus bisnietos, que también llevan tu sangre. Buena parte de lo que somos refleja tus enseñanzas, principios y ejemplo, y todo ello se reproduce como una planta que fue sembrada en suelo fértil y abonada con devoción y amor.

Somos una familia entrañablemente unida, honesta, generosa, buena, servicial que seguirá por esta senda haciendo énfasis en el servicio, el amor por los demás y replicando ese legado.

Muchos de los aquí presentes en algún momento tuvieron tu afecto, tu amistad y tu consejo, mientras exista en el mundo alguien que te recuerde vivirás para siempre.

Gracias te damos papá por la vida: Judith, Jairo, Amilcar, Elsa, Wolfgang, Anamaría, Juan Manuel, Andrés, Catalina, Andrea, Daniel, Natasia, Alex David, Aurelio, Emilia y Emilio, buen viaje al encuentro con el Gran Arquitecto del Universo, a tu encuentro con todos los que amaste y te precedieron en este último viaje.

Nos quedamos arropados por tu presencia, y estamos felices y regocijados porque fuiste un ser fundamentalmente bueno. Celebremos tu vida, y el nacimiento a una nueva dimensión, con un gran aplauso.

Sus hermanos masones ya habían hecho en su momento un reconocimiento a su vida ejemplar:




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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