Alvaro
Villamizar Suárez
Cúcuta
Bucaramanga
El
25 de julio
de 2010 se cumplieron 100 años de la segregación de la parte norte del
gran departamento de Santander (históricamente Estado Soberano de Santander)
para formar dos entidades territoriales: el departamento que se continuó llamando Santander
capital Bucaramanga y el departamento
Norte de Santander capital Cúcuta.
Este muy importante aniversario
no fue objeto de mayores conmemoraciones y comentarios en Norte de
Santander. Solo se conocen unos pocos artículos que
los periódicos de esos años registraron sobre la separación de Cúcuta y su
provincia, para constituirse en un nuevo ente territorial.
Existe
un importante artículo que nuestro historiador y gran cucuteño Gastón Bermúdez
publicó en su blog CRONICAS DE CUCUTA y que dice: “2010 es el año de la
celebración del Centenario del Norte de Santander, y la historia cuenta las
razones por las cuales el Gran Santander, territorio madre, rico, guerrero,
autónomo, terruño de hombres y mujeres inteligentes, con liderazgo y
reconocimiento nacional, poderosos políticamente, fuertes en lo económico,
buenos negociantes y emprendedores, agresivos en lo social y con fuerte arraigo
cultural; con una élite educada, fue partido en dos territorios de acuerdo a
los intereses de los dirigentes liberales y conservadores del momento.
Cuál
fue el camino que siguió cada porción del territorio, qué los volvió tan
diferentes y cómo y por qué perdieron ese empuje y tesón que les era propio,
requiere conseguir que los estudiosos y conocedores de los tiempos y sucesos
aporten las respuestas que nos llevarán a entender por qué celebramos estas
efemérides.
El
Norte de Santander debe responderse estas preguntas, para así mirar el futuro
con el orgullo de reconocerse a sí mismo como un departamento lleno de
posibilidades en todos los aspectos y con muchos sueños por definir y cumplir,
de manera que los próximos 100 años sean de desarrollo, identidad y progreso.”
Entretanto,
en Bucaramanga, los historiadores bumangueses Alfonso Amaya Parra, Camilo
Villamizar Hernández, José Ricardo
Puyana Valdivieso y Santiago Gómez Mejía con el patrocinio del Observatorio de
Políticas Públicas de Bucaramanga – DEMÓQUIRA-, presentaron en 2007 un
importante trabajo titulado “Causas y efectos de la separación del Gran
Santander”, en el cual se analiza desde todos los aspectos la evolución del que
hoy llamamos, a veces con nostalgia, “el
Gran Santander” y las circunstancias que llevaron a la separación del Norte de
Santander.
El
tema de los dos Santanderes o el Gran Santander, como región, se debe revivir y
el momento es oportuno, pues el parlamento ahora renovado y con un nuevo
gobierno, podrá discutir el tema de las Regiones Administrativas y de
Planificación previstas en la Constitución y de las cuales ya existe la del
Caribe, y se tramita la del Eje Cafetero o antiguo Caldas.
Buena
parte de este artículo se ha documentado en el estudio de los historiadores
bumangueses ya citados al cual recurriré mediante citas textuales que incorporo
reconociendo su autoría.
El
documento a que me remito comprende los siguientes capítulos y temas: Un siglo
de vida jurídica. La economía exportadora y el fraccionamiento del Estado de
Santander en la segunda mitad del siglo Por Alfonso Amaya Parra. La economía y
el distanciamiento entre el sur y el norte de Santander. La riqueza de Cúcuta y
su preeminencia económica respecto de otras localidades. La superioridad
demográfica de Cúcuta en el Estado de Santander. La política pública de
división territorial (1886-1910) por Camilo Villamizar Hernández. La
desmembración del “glorioso” Departamento de Santander por José Ricardo Puyana
Valdivieso. Hacia la escisión del Gran Santander. De cómo se dividió el Gran
Santander y la Conclusión. Los efectos de la separación de norte y sur de
Santander por Santiago Gómez Mejía.
El
estudio se inicia expresando que “El Departamento del Norte de Santander, …,
nació a la vida jurídica …, dejando como resultado la escisión del antiguo
Santander; principal hito del nororiente colombiano durante el siglo XIX. La
determinación legal de erigir a dicho territorio como entidad departamental,
proferida el 14 de julio de 1910, fue producto de un proceso largo y complejo
donde confluyeron una serie de intereses económicos, políticos y sociales. Son
precisamente estas razones el objeto de análisis del presente estudio, cuyo fin
principal es dar una luz sobre lo acontecido hace casi cien años en el
territorio que hoy administran Bucaramanga y San José de Cúcuta.
Al
respecto, vale preguntarse: ¿qué motivos animaron la separación de los
Santanderes? ¿Qué objetivos buscaban quienes promovieron la medida? ¿Qué papel
jugaron los partidos políticos? ¿Qué rol desempeñó el entonces presidente de la
República? ¿Quién fue el ideólogo de la escisión? ¿Qué efectos tuvo sobre el
desarrollo del país y la región?”
Me
hago además otras preguntas: Porqué reconociéndose, los del norte y los del sur
como una Región, terminaron los del
norte pidiendo la separación?
¿Qué papel jugaron los intereses comerciales de las dos ciudades
Bucaramanga y Cúcuta en la separación?
El
tema me resulta apasionante pues desde mi lejana niñez chinacotera, en las
charlas de sobremesa, los viejos rememoraban los años en que éramos un solo y
grande Santander y las polémicas y negociaciones con los pamploneses que se oponían a la separación.
Antecedentes.
La formación de una Región
El
origen político de las regiones de la América española se remonta a las
disposiciones dictadas por la corona española para sus colonias, las grandes
divisiones territoriales en Gobernaciones, Audiencias, Capitanías Generales,
Virreinatos, que más o menos se corresponden con las repúblicas de hoy. Luego,
las subdivisiones regionales por
provincias, villas, parroquias, con jurisdicciones que no siempre
atendían a circunstancias geográficas y humanas. Era explicable en años en los cuales se carecía de mapas confiables, y en donde los
asentamientos humanos aún no se habían caracterizado pues apenas se terminaba
la conquista y se iniciaba la colonización, fundación de pueblos y caracterización de comunidades
procedentes de todas las regiones de España y del mestizaje con diversas tribus
indias.
Las
disposiciones coloniales atribuían a las ciudades y villas o parroquias más
importantes, la jurisdicción sobre enormes extensiones de tierra,
adscribiéndoles pueblos situados a grandes distancias de la ciudad. Así
ciudades como Santa Marta ejercían jurisdicción sobre Ocaña, y otras ciudades
Cartagena, Santa Fe, Tunja, Popayán, Pamplona, Socorro, fueron sede de
gobiernos regionales.
Igualmente
el deslinde entre la Capitanía General de Venezuela y el Virreinato de la Nueva Granada
no era muy claro, por lo cual la jurisdicción de Pamplona en algunos años llegaba a
San Cristóbal y Mérida.
Las
disputas entre estos pueblos y parroquias por el alcance del mando de sus
alcaldes y regidores se resolvían en Santa Fe.
Poco
a poco se fueron definiendo regiones caracterizadas por coincidencias de
procedencia, carácter de sus gentes, su topografía, ríos, clima.
Con
los años se fue formando la región que hoy llamamos Gran Santandereana con sus
provincias Socorro-San Gil, al sur, la de Soto en el centro, y al norte Pamplona, los Valles de Cúcuta (como región no como
ciudad), la provincia de Ocaña, además de las selvas que durante muchos años fueron impenetrables: el Carare, el Sarare y el
Catatumbo.
Promediado
el siglo XVII, se identificaban para efectos gubernamentales ciudades
dominantes: El Socorro, San Gil y Pamplona. Para esos años Bucaramanga carecía
de importancia tanto demográfica como económica y Cúcuta aún no existía como
villa o poblado. Cúcuta solo era el
nombre de una región: “Los valles de Cúcuta” que eran los valles de los ríos Táchira, Pamplonita y el Zulia, región de ricas
haciendas y lugar de cruce de caminos. Los asentamientos urbanos eran la Villa
del Rosario de Cúcuta, al occidente del rio Táchira y San Antonio al oriente.
Como
ya es bien sabido, solo en las primeras décadas del siglo XVIII los hacendados
del valle del río Pamplonita que tenían
sus viviendas dispersas, vieron la
necesidad de vivir en un conjunto urbano que les permitiera defensa contra los
asaltos que periódicamente sufrían por parte de los difíciles indios, y además
tener parroquia y escuela.
En
1733 Doña Juana Rangel de Cuellar rica
hacendada atendió la solicitud de sus vecinos hacendados, y ofreció donar una
extensa superficie de su hacienda para que se establecieran como un poblado.
Así nació San José de Guasimal, el San José de Cúcuta de hoy, como un acto
notarial de generosa donación. A partir de ese año, se inicia el crecimiento y
prosperidad de una población que por su situación geográfica de cruce de
caminos y de fácil salida al mar le generaba una vocación eminentemente
comercial y extrovertida, soñadora y ejecutora de caminos.
Una
sola región. Surgen dos ciudades competitivas
En
el siglo XVIII, Socorro, San Gil y
Pamplona, eran las ciudades que rivalizaban entre sí por ser la sede del poder
político colonial. Ni Cúcuta, ni Bucaramanga tenían pretensiones de liderazgo o
preeminencia política.
Sin
embargo el poblado de San José de Cúcuta progresaba aceleradamente. El cacao
entre otros productos de exportación enriqueció a sus habitantes. Su evidente
desarrollo le hizo acreedora a que el Rey, Carlos IV mediante Cédula Real de
1792 le concediera el Título de "Muy Noble, Valerosa y Leal Villa”. Este
es el punto de partida de la imparable pujanza de la Villa. Por la misma época Bucaramanga crecía más
lentamente.
El
siglo XIX se inicia con la independencia de las colonias españolas y la
constitución de nuevos estados bajo el régimen de repúblicas. En el Congreso
Constituyente de 1821 reunido en la Villa del Rosarlo de Cúcuta se proclamó la
que se llamó República de Colombia, (que nunca se llamó Gran Colombia) como
república soberana con su propia constitución, y sus leyes. Sin embargo, ante la imposibilidad de dejar
sin vigencia las leyes existentes, establecieron en el Artículo 188: “Se
declaran en su fuerza y vigor las leyes que hasta aquí han regido en todas las
materias y puntos que directa o indirectamente no se opongan a esta
Constitución ni a los decretos y las leyes que expidiere el Congreso.”
Por
esta razón la división territorial del régimen colonial de Provincias,
continuaba igual. Además los neogranadinos aceptaban la existencia tanto
política como geográfica de las Provincias, es así que en 1810 los precursores
de la independencia constituyeron lo que llamaron “Las Provincias Unidas de la Nueva Granada”, reconociéndose la existencia
de esas Provincias, con sentido de pertenencia, que hoy continúa vigente, como
regiones que hoy aglutinan a dos o más departamentos.
Solo
promediado el primer siglo de vida republicana independiente, Bucaramanga
inicia el repunte comercial y político, en competencia con El Socorro, San Gil,
y Pamplona. Curiosamente Cúcuta no había expresado deseos de figuración
política, sus ciudadanos se dedicaban preferencialmente a la empresa, al
comercio y dejaban las aspiraciones administrativas a Pamplona y a Bucaramanga.
Finalizando el siglo XIX las gentes de Cúcuta empiezan a interesarse en tener
reconocimiento y jerarquía administrativa.
A
partir de la segunda mitad del siglo XIX, Bucaramanga adquiere jerarquía de
capital de lo que fue el Estado Soberano de Santander, y luego desde 1886, el
Departamento de Santander.
Las
capitales de Santander
Hasta
la mitad del siglo XIX las ciudades con pretensiones de jerarquía
jurisdiccional eran Socorro, San Gil y Pamplona.
La
primera capital del estado soberano de Santander fue Pamplona (mayo de 1857),
en donde se reunió la Asamblea Constituyente, luego por disposición de la
Asamblea Constituyente pasó a ser Bucaramanga, en diciembre de 1857, pero el 14
de septiembre de 1861 otra asamblea trasladó la capital al Socorro.
Pamplona
alegaba tener el derecho de ser capital, pero sus reclamos no fueron oídos ya
que para ese momento “El Socorro se acreditaba como la cuarta ciudad más
importante de la Confederación Granadina.
Finalmente
el 14 de Marzo de 1886, cuando la decadencia del Socorro era innegable y en
cierta medida irreversible, Bucaramanga fuera nuevamente designada como la
capital de Santander.”
La
constitución de 1886 puso fin al federalismo y la nación se llama en adelante
República de Colombia. La misma
constitución creó el Departamento de Santander, con capital Bucaramanga, y
conformado por el territorio del antiguo estado Soberano, que hoy llamamos el
Gran Santander.
Finalizando
el siglo XIX era reconocida la
supremacía económica, demográfica y comercial de Cúcuta, pero la preeminencia
gubernamental era de Bucaramanga. Se iniciaba la marcada diferencia de
intereses y aspiraciones de las gentes de Cúcuta al norte y Bucaramanga al sur.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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