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Margarita Acevedo
Nació en Cúcuta, el 3 de octubre de 1948. A los seis años inició sus
estudios de ballet con la profesora Josefina Hernández. Dos años después,
continúa su formación en la ciudad de San Cristóbal (Venezuela) con el profesor
Luis Sánchez Torres, reconocido bailarín venezolano, y con la profesora Irene
May, de nacionalidad rusa.
A la edad de diez años, Margarita Acevedo se presentó en San Cristóbal
(Venezuela), siendo destacada por la crítica y la prensa como “niña prodigio”.
Posteriormente fue invitada como bailarina y coreógrafa, actividad que fue
apoyada por el profesor Luis Sánchez Torres quien, a pesar de su corta edad,
vio en ella grandes condiciones y un talento natural para el ballet.
A los once años viaja a Bogotá a continuar con sus estudios de formación,
en esta ocasión con el profesor ruso Vladimir Volsky y con el argentino Roberto
Trincery. Dos años después ingresa a la academia de la afamada bailarina y
actriz colombiana Raquel Ércole. Durante su estadía en la ciudad de Bogotá,
también fue alumna del gran bailarín argentino Mario Inigcci, en la academia de
Amparo y Gloria Ramírez, quienes posteriormente serían las fundadoras de
INCOLBALLET…
Su señora madre, la gran pianista cucuteña Ana Francisca Meza de Acevedo,
queriendo mantener vivo el interés por la danza y el piano en su tierra natal,
funda la academia BEMAR, donde sus dos hijas, Beatriz (pianista) y Margarita
(bailarina), se iniciaron como profesoras de piano y ballet, respectivamente.
Fue la academia BEMAR, la primera escuela de formación privada en la ciudad de
Cúcuta que llevó a escena innumerables coreografías del ballet clásico.
Años más tarde, siendo aún muy joven, es seleccionada como profesora y
coreógrafa del Instituto Autónomo Estadal de San Cristóbal donde trabajo
durante dos años. Posteriormente retorna a Cúcuta para ponerse al frente
de su academia de ballet, pero es invitada por la universidad de Pamplona a
vincularse como docente de tiempo completo, adscrita al departamento de
educación física de la institución, trabajo que se prolonga durante siete (7)
años y el cual es alternado con su actividad como profesora de ballet de la
escuela de danzas de pamplona (Norte de Santander).
En 1980 el profesor Luis Sánchez Torres la invita a vincularse al proyecto
CONAC de Venezuela, organismo que asume la cultura en Venezuela, como profesora
y coreógrafa de la Escuela Nacional de Danza de San Cristóbal, la cual es
inaugurada ese mismo año. Continúa también con su formación profesional, esta
vez explorando en la danza contemporánea, con profesores de la talla del
bailarín canario Juan Monzón. Otra de sus maestras ballet clásico fue la
reconocida bailarina brasilera Addy Addor y nuevamente Mario Inigcci.
Cuatro años dura esta experiencia en Venezuela pero decide regresar a Cúcuta, etapa en la cual crea el “Taller Experimental de Danza de Norte de Santander”, con figuras como el maestro Juan Hernando Becerra, los bailarines Guillermo Suarez (f), Gerardo Jaimes (f), entre otros. Se destaca el extraordinario trabajo realizado por Guillermo Suarez como pareja de baile de Margarita Acevedo, y su gran labor en la academia que para ese entonces toma su nombre.
Rafael Díaz, barranquillero, arquitecto, bailarín de danza contemporánea,
apoyó el trabajo de Margarita Acevedo, realizando varias coreografías
para el Taller Experimental de Danza de Norte de Santander.
La ciudad de Cúcuta tiene por primera vez un festival de danza-jazz
organizado por Margarita Acevedo, con apoyo del Centro Cultural Municipal y
bajo la dirección del arquitecto David Bonells Rovira, constituyendo un éxito
sin precedentes, pues esta clase de actividades no eran muy usuales por aquella
época en la ciudad de Cúcuta.
Para el festival, se invitó a importantes figuras de talla nacional e
internacional de la danza contemporánea. Gracias al trabajo mostrado en el
festival de jazz, es invitada junto con su taller experimental a bailar en el
teatro Crisanto Duque de Bogotá, al festival de danza contemporánea organizado
por la Contraloría General de la República, dejando muy en alto, como siempre,
el nombre de Cúcuta. Al año siguiente fue invitada nuevamente a participar al
lado de importantes grupos de la danza de todo el país.
En el año de 1996, se vincula a la universidad Libre de Cúcuta como
directora del grupo de danzas, aportando toda su experiencia y conocimientos a
la cultura universitaria. En 1999 se retira de la docencia universitaria y se
dedica de lleno a la enseñanza particular. En el año 2001 es contratada por el
centro cultural municipal como tallerista de expresión corporal y ballet.
Durante lapsos interrumpidos ha estado vinculada a la Secretaría de
Cultura de la ciudad de Cúcuta, de dónde han salido algunas promesas de la
danza que hoy hacen parte de importantes compañías de ballet
internacionales. También ha sido invitada como coreógrafa de la
universidad de los Andes de Mérida.
Actualmente se encuentra dedicada a la enseñanza del ballet clásico para
niñas y a la formación profesional de bailarines, aplicando una técnica de
enseñanza propia que fue estructurando y desarrollando a partir de su formación
y experiencia, y con la cual ha podido demostrar que el ballet, cuando es bien
dirigido, no sólo es un bello arte, también es terapéutico.
Margarita es eso y mucho más. Margarita por siempre.
Recopilado por: Gastón
Bermúdez V.
Qué alegría leer este artículo. Recuerdo con mucho cariño a la Profesora Margarita. Ella me dio clases de Ballet en la Escuela Nacional de Danza junto al bailarín Luis Sánchez Torres, quien era el director de esta institución. Me encanta que se les recuerde y homenajee. Bendiciones!
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