LA TENISTA ENTRE UNA FAMILIA FUTBOLERA Edson Cabeza Jabba (El Heraldo)
La
colombiana María Camila Osorio y el checo Jonas Forejtek,
ganadores
del US Open Junior 2019.
La cucuteña, que cumplirá 18 años el 22 de diciembre e
hizo historia al ganar el US Open, en la categoría junior, nació en el seno de
un hogar ligado netamente al deporte.
A los seis años María Camila Osorio ya empuñaba una
raqueta. Fue en la Escuela de Tenis de Edgar Muñoz donde sus primeros golpes
comenzaron a causar sensación. Era una niña dulce, siempre sonriente y con
deseos de aprender para llegar a jugar los torneos más importantes.
Once años después los frutos han llegado y María Camila
logró insertar su nombre en los libros de la historia del tenis colombiano al
ser la primera jugadora en conquistar, en sencillos, un Grand Slam (junior).
Es sin duda el galardón del US Open el torneo que
catapultó la carrera de la jugadora cucuteña de 17 años, pero sus triunfos
vienen de tiempo atrás. La cancha de polvo de ladrillo del Country Club la vio
ganar, en dos oportunidades, el Mundial Juvenil.
Es por eso que entre las ciudades favoritas de María
Camila no puede faltar la capital del Atlántico.
“Todos saben que me gusta mucho Barranquilla. Gané mis
primeros torneos grado 1 como junior allá. Me gusta todo, el ambiente, las
personas, todo”, destaca la joven raqueta, en diálogo con EL HERALDO.
La joven tenista junto a su padre Juan Carlos Osorio,
su madre Adriana Serrano
y su hermano Juan Sebastián.
Su vida ha cambiado
Confiesa que desde que ganó en los Estados Unidos,
recibe entre ocho o diez llamadas diarias para ser entrevistada. Sin embargo,
ella sigue siendo la mujer humilde de siempre.
“Trato siempre de ser una buena persona, con los pies
en la tierra. No me puedo creer más que nadie, ¿por ganar un torneo? No. Debo
ser una buena persona en la cancha, fuera de ella, como trato a las demás
personas. Tengo la mente muy arriba porque tengo muchos sueños por hacer, pero
nunca debo perder la esencia”, agrega.
En su tierra natal la recibieron en un carro de
bomberos, como toda una famosa, pero ella considera que aún le falta mucho para
serlo.
“Lo de los bomberos fue muy chistoso porque yo tenía
pena (risas). No sabía cómo saludar, a dónde mirar, pero bueno, ya después me
acostumbré. Y lo de famosa, pues yo digo que no lo soy, pero trato de
aprovechar este momento. Nunca había vivido esto y es muy nuevo para mí”.
Una familia futbolera
Su padre Juan Carlos estuvo ligado a las divisiones
inferiores del Cúcuta Deportivo, su hermano Juan Sebastián defendió los colores
del Fortaleza, en la Primera B, y su abuelo materno Rolando Serrano, hizo parte
de la selección Colombia en la época de los sesenta. Su madre Adriana Serrano
no eligió el fútbol, pero sí tuvo contacto con el baloncesto.
“Toda mi familia fue fútbol, fútbol y fútbol, No sé de
dónde salió el tenis. Fue muy raro. Lo que sí sé es que tenía que hacer algo de
deporte”, expresa.
No solo el deporte blanco seduce a María Camila, la
música y los idiomas la apasionan. Aunque el canto, según ella, no es lo suyo.
“Todavía pienso en que quisiera cantar, pero después me
escucho y se me pasa (risas). Lo que sí toco es el ukelele, en ese me tengo fe.
Cuando tengo tiempo libre lo toco y siempre me acompaña a todos lados. A
Estados Unidos no lo llevé porque tenía muchas maletas”.
Aparte de la raqueta y su ropa deportiva, en la maleta
de la cucuteña nunca puede faltar un Nintendo.
“Cuando tengo tiempo libre lo llevo siempre conmigo. Me
ayuda para quitarme el estrés”.
La carta que María Camila le escribió a Edgar Muñoz.
Guiada por Edgar Muñoz
Hoy con 63 años, el entrenador Édgar Muñoz recuerda los
primeros golpes de María Camila Osorio.
Siempre la vio como una jugadora diferente y con ganas
de emular y superar lo hecho por Fabiola Zulugua, jugadora que también pasó por
su academia.
“María Camila llega a nuestra escuela guiada por un
aviso publicitario que dejé en una de las avenidas de Cúcuta y con el ánimo de
emular a Fabiola Zuluaga.
Fue ganando torneos en cancha reducida y luego en
grandes torneos. Tenía mucho carisma, energía, mucha ‘berraquera’ para
jugar al tenis. Tenía fortaleza mental y se enfocó en que era la número uno¨,
manifiesta Muñoz.
Un 10 de abril, día de su cumpleaños, Edgar recuerda
que su pupila le dejó una carta donde le manifestaba que con él iba a ser la
mejor jugadora del mundo.
“Era una niña especial. Ella y Fabiola son jugadoras
con buena motricidad. Enfocadas con lo que quieren hacer en la vida y con
fortaleza mental”.
María Camila, que ya ha tenido roce a nivel
profesional, se concentrará netamente en esta rama. Es, junto a Juan Sebastián
Cabal y Robert Farah, los tenistas del momento y los que le han dado gloria al
país en el presente año 2019.
Seguir los pasos de su ídolo Roger Federer o estudiar
idiomas. Son muchos los sueños de la cucuteña que siempre regala una sonrisa.
Siempre.
EDGAR MUÑOZ,
FORMADOR DE CAMPEONAS DEL TENIS La
Opinión
El antioqueño Édgar Muñoz pareciera
tener el secreto para crear grandes tenistas.
Acompañó la carrera profesional de la también cucuteña
Fabiola Zuluaga.
Las dos mejores tenistas del país
tanto en el pasado como en la actualidad son cucuteñas y además han sido
formadas por la misma persona.
El antioqueño Édgar Muñoz Sánchez llegó a Cúcuta por el tenis y ya completa
unos 20 años en la región, tiempo en el que ha descubierto muchos talento
entre esos el de Fabiola Zuluaga y María Camila Osorio.
La Opinión habló con él y nos contó como descubrió a estas talentosas
deportistas. Se considera un formador nato y un apasionado del tenis.
¿Cómo descubrió a María Camila Osorio?
Llegó como cualquier niña nueva, sin embargo le vimos mucha actitud,
talento, pasión por lo que hacía y sobre tenía mucha fortaleza mental. Eran más
o menos seis jugadoras las que se formaron juntas, fue un buen grupo, pero
María Camila fue la que más se destacó.
Recuerdo que en una carta, cuando era muy pequeña, María Camila me dijo que
ella quería ser la número uno y que confiaba en que yo la ayudara. Es muy
gratificante ver todo lo que ha logrado.
Fue igual con Fabiola Zuluaga…
Ella llegó a la escuela del Club Tenis, cuando recién llegué a Cúcuta, hizo
parte del programa de Mini Tenis de la época. Siempre se destacó, era la
primera en llegar y la última en irse. Fue una tenista muy disciplina y
talentosa. Dejó el tenis muy rápido creo que nos hubiese dado mucho más.
¿Qué similitudes y diferencias hay ambas?
La similitud es la pasión con la que practican el tenis, la energía
con la que ha enfrentado los objetivos que se han planteado y la fortaleza
mental que tienen. A Fabiola le tocó más duro, era época diferente, sus
padres no tuvieron la posibilidad de hacerle ese acompañamiento que tiene hoy
María Camila por parte de su familia y que ayuda mucho a un deportista. Fabiola
hubiese podido llegar mucho más lejos, pero María Camila tiene mucho futuro.
¿Cuál es mejor?
Los resultados lo dicen todo y Fabiola dio demasiado, su más alto ranking
fue el puesto 16 en 2005, llegó hasta semifinales del Australia Open en 2004,
sigue siendo la colombiana que más lejos ha llegado en el tenis, pero Camila
está en la base y con mucho futuro por recorrer.
¿Cuál fue ese proceso inicial con María Camila?
El proceso de fundamentación técnica lo calculamos los formadores entre los
cuatro o cinco primeros años, es un proceso largo, pero es el más importante de
cualquier deportista porque es su base. Si no hay una buena base el deportista
se pierde. Formar a un deportista con talento es ir tallando poco a poco
esas habilidades que tiene hasta conseguir el nivel que se requiere. Eso fue lo
que hicimos y ya han ido llegando más entrenadores y ellos le han ido aportando
un poco para el tema competitivo, pero la base ha sido fundamental. Tiene todas
esas características técnicas para desarrollar un juego de alto rendimiento.
¿Cuál es el estilo de juego de la campeona
juvenil del US Open?
Es una jugadora agresiva deportivamente, a la que se le enseñaron todas las
características para jugar tanto desde del fondo como para subir a la red
a definir los puntos a pesar de su estatura que no es de las altas del
circuito. En el tenis femenino no se requiere de tanta estatura, pues que
a base de verraquera superan la estatura. Tiene un muy buen
servicio, buena técnica hacia el revés y es una jugadora que está muy
equilibrada en su parte táctica.
¿Cómo cree que será ese paso de categoría?
Muy difícil. Está un punto crítico, en ese el que se han quemado muchos
deportistas, tiene todo para surgir pero hay que ir con calma y con pasos
precisos, conscientes de que tiene que ir de menos a más y que tiene talento
para hacerlo.
¿Cuál es su mensaje para María Camila?
Que mantenga la disciplina, que tiene que seguir esforzándose, que no se
puede dejar impresionar y nublar por los medios y la presión que
pueden generar sin querer los padres y entrenadores, que siga disfrutando de
jugar tenis y los resultados mejorarán, que se enfoque en sus sueños y que le
deseo lo mejor, talento tiene.
¿Hay prospectos para seguir soñando con nuevas
figuras?
Sí. Hay talentos muy buenos que tienen mucho futuro, los padres los están
apoyando y hay que esperar.
¿Qué le hace falta al tenis nortesantandereano?
Apoyo. Lamentablemente tenemos una liga virtual, que no tiene
escenarios donde desarrollar los entrenamientos y que tampoco cuenta con
recursos. Las canchas del complejo Fabiola Zuluaga no las maneja la liga. No
hay voluntad política para que se tengan mayores recursos es lamentable que eso
pase en una región que ha formado a las dos mejores tenistas de la historia del
país.
El futuro del tenis femenino
Si de tenis femenino colombiano hablamos, hay que remontarse a finales de
la década del 90 cuando apareció Fabiola Zuluaga en el circuito internacional
llevando con orgullo la bandera colombiana.
Hoy es María Camila Osorio, otra cucuteña la que se roba las miradas
tras su título del U.S. Open juvenil.
A sus 40 años, quien fuese número 16 del ranking WTA, sabe muy bien lo que
le espera a la joven Osorio en unos meses y le auguró todos los éxitos
posibles, aunque también fue cauta a la hora de dar una predicción sobre su
proyección.
QUIERO SER
LA MEJOR DEL MUNDO Magaly Rubio (La Opinión)
Después de haber conseguido el US Open Juvenil, la cucuteña se prepara para
los torneos en Estados Unidos, Paraguay, Ecuador y Juegos Nacionales.
Espontánea, risueña, con acento marcado y extremadamente carismática. Así es María Camila Osorio Serrano.
Desde que alcanzó este título, los focos se han volcado hacia ella. Dejó de
ser una tenista más para convertirse en la revelación del tenis y el futuro de
este deporte en Colombia.
Sus últimos días han sido muy
diferentes a los que vivía cuando regresaba de algún torneo, así lo ganara. Después del título en Estados
Unidos, su vida se mueve ahora entre cámaras, micrófonos y aviones.
“Nunca había dado tantas entrevistas, ni mucho menos tantas fotos. Ya no
puedo salir desarreglada”, bromea como es habitual.
Es feliz con este momento que está viviendo, aunque es mucho más intenso de
lo que se imaginó.
Siempre soñó ser la número uno de su
categoría aunque no creyó, aun después de haber ganado, que su triunfo
generaría tanto impacto en el país.
Está disfrutando al máximo este momento, pero cuando se apagan los flashes
sigue enfocada en empezar su nuevo reto ahora en el profesionalismo, esa
categoría donde la meta es superar lo que hizo la también cucuteña Fabiola
Zuluaga que llegó a ser la número 16 en el mundo.
La Opinión habló con María Camila, quien
contó cómo han sido estas semanas y cuáles serán sus próximos retos.
¿Cómo ha
vivido los días luego del US Open?
Han sido muy diferentes, los estoy disfrutando mucho, sé que me los
merezco, aunque han sido intensos. No imaginé que el triunfo generaría tanto
impacto. Estoy feliz.
¿Qué es lo
más extraño que le ha pasado?
El otro día iba por una calle de acá en el barrio donde he vivido siempre y
una mujer iba en su carro y empezó a gritar: ¡María Camila!, ¡María Camila!, se
bajó, me pidió una foto y me felicitó y dijo que estaban muy orgullosos de mis
logros. Fue algo extraño, pero es bonito sentir el cariño de la gente.
¿Ha
cambiado su día a día?
Realmente sigo siendo la misma, pero cuando salgo a la calle la gente me
reconoce, quiere una foto y me muestran esa emoción y es algo gratificante
luego de todo ese esfuerzo que uno ha hecho durante todos estos años.
¿Cómo lo
han vivido en familia?
Muy bien, la verdad es que de puertas para dentro, cuando estamos haciendo
cualquier cosa, todo sigue siendo igual. Para mis papás soy un orgullo, pero
sigo siendo la niña consentida de ellos y para mi hermano, la cansona de
siempre (risas). Ellos han sido testigos de todo el proceso, disfrutan
conmigo, pero también son mi polo a tierra, los que me protegen.
¿Qué le ha
dicho su abuelo Rolando Serrano?
Él está muy orgulloso, siempre que hablo con él se pone a llorar de la
emoción, bueno lloramos los dos. Ha sido una buena influencia y toda mi familia
ha estado muy presente en todo este proceso.
¿Cómo hace
para no dejarse abrumar por la fama del momento?
Soy consciente de que esto es solo un momento, en unos días va a pasar y
tengo que seguir trabajando para ser mejor de lo que ya soy. No pienso mucho en
la fama, estoy concentrada en disfrutar el momento y seguir creciendo.
Ha podido
entrenar…
No como quisiera, pero siempre que tengo un espacio en medio de estos días,
estoy ahí con la raqueta. Las entrevistas ya se me dan mejor, pero es que
realmente soy deportista y es ahí donde me gusta estar.
¿Cuál es
su próximo reto?
Terminar este año de la mejor manera, creo que jugaré cinco o seis torneos
más para tratar de entrar al Australia Open y esperemos poder
clasificar que es uno de mis sueños. La próxima semana ya me enfocaré del
todo en los dos torneos que disputaré en Estados Unidos.
¿Qué tiene
que mejorar?
Muchas cosas, uno siempre debe estar en constante cambio, sé que tengo que
fortalecer mucho más mi parte mental, así como de habilidades en la cancha.
Siempre se tiene que trabajar mucho y más ahora que paso a una categoría mucho
más exigente y donde hay deportistas con muchos años de trabajo.
¿Cómo
imagina que será su paso al profesionalismo?
Difícil, eso lo tengo muy claro y por eso sé que tengo que esforzarme mucho
para estar a la altura de ese reto. Estar aquí es solo un paso en todos mis
propósitos y quiero ser la mejor del mundo y para ello trabajaré. Mi carrera
apenas inicia, tengo que hacer mucho todavía, pero quiero ser la mejor del
mundo.
¿Cómo va
el tema de las lesiones?
Muchísimo mejor. Físicamente me siento muy bien y con la mejor disposición
para seguir alcanzado triunfos para todos.
Recopilado por: Gastón
Bermúdez V.
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