viernes, 10 de julio de 2020

1713.- EL GRAN ANTONIO MICO SOLER



Terremotero


Algunos dicen la vida hay que vivirla para recorrerla, otros creen las ilusiones muestran un camino. Un presente marcado por ayer dejando luces para crecer, son rutas del saber. El fallecimiento de ´El Mico´ Soler trajo mares de recuerdos, íntimas anécdotas, muchos acontecimientos y sonoras remembranzas. Una historia singular. Un paso imborrable. Un relato por leer. Una huella por encontrar.

Buscamos los senderos guiados por bachiller de Corsaje 1948. Conocer pisadas de caminos transitados, ver plasmar estelas de infinitos sueños. Hermosas historias desconocidas. Sin lugar a dudas, una extraordinaria vida singular. Un personaje cucuteño acopiando múltiples facetas para contar. Supo dejar páginas en distintos ámbitos y será recordado eternamente.

Un destino tenemos todos en vida terrenal y otro más supremo ante el llamado del Señor. Atendió la cita divina faltando pocos meses para cumplir 90. El colegio Corsaje, los amigos, el baloncesto, la escuela de aviación, los colores rojinegro, los sucesos de Abril del 48, la selección Colombia, los restaurantes y el gran amor por Cúcuta, son luz encendida para siempre.

Toda vida tiene un cuento. Todo niño fue una historia. Era 1940 y aparece despejado el cielo con atardecer cucuteño. Los compañeros del grado 3º elemental colocan un remoquete inolvidable: ´El mico´. Entre los infantes estaba Alfredo Díaz. Antonio y Alfredo sumaban 10 y 11 años respectivamente, ya practicaban baloncesto. Antonio era especialista haciendo imitaciones con gesticulaciones en rostro, torso y brazos. Imitaba personajes famosos, toreros, actores y cantantes. Todos reían en el salón. Así surgió el memorable apodo.

La existencia asoma instantes de segundos que marcan destinos. Los trágicos sucesos de Abril del 48, tallaron vidas en toda Colombia y por supuesto en Cúcuta. Una bala perdida hirió a padre e hijo. Ambos se llamaban Antonio. Los Antonios Soler. Aquel día, ´El mico´ Soler acude raudo para cerrar las rejas del almacén. Era urgente cerrar puertas ante súbito desorden. Don Antonio tenía su local ubicado en Av. 7 entre Calles 11 y 12. Era bodega de víveres y abarrotes de amplio surtido con ventas al por mayor. Los Soler eran bastante conocidos, abastecían bultos con alimentos para hospital, cárcel, policía, internados y otras entidades.

Frente a la bodega cayó muerto el carretillero del almacén. Empleado de los Soler. Quedaron heridos Don Antonio y su hijo. Dos días después, el 11 de abril, Alfredo visitó a los Soler en antiguo hospital San Juan de Dios, ahora Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero. Padre e Hijo quedaron en habitaciones separadas, hubo decenas de heridos por balas perdidas. La mayoría no formaban parte de revueltas contra el Estado. Muchos recibieron balas de forma accidental, las balas no apuntadas contra ellos. Fue el caso de Soler padre e hijo.

Todos tenemos sueños y anhelos. Unos se hacen realidad, otros viven dentro del ser. Los anhelos nunca mueren, nunca desaparecen. Antonio tenía un gran anhelo, era casi una obsesión, ser piloto de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC). Una vez culminado sus estudios de bachillerato, presentó inscripción y estudió 2 años en Cali. Era la Escuela de Pilotos.

Curiosamente ´El mico´ Soler fue estrella del baloncesto interno de la aviación colombiana. Representó a Base Aérea FAC del Guabito, allí fue capitán del equipo denominado Alas. La base aérea quedaba ubicada en el sector hacienda Guabito cerca de Cali. Más tarde, el equipo Alas participó en torneo Interligas y salió campeón. El mejor jugador de Alas fue Soler.

El equipo Alas se convierte para 1950 en aporte importante a la selección Valle del Cauca. Varios jugadores de Alas integran el equipo del Valle. Entonces Soler se convierte en jugador titular de la selección del Valle del Cauca. Al final, no pudo graduarse de piloto, porque detectan secuelas causadas por fractura de ambos brazos. Esa bala perdida siguió latiendo y marcando historia.

Pero nada impedía su ascenso al mundo del baloncesto. Integra la selección Colombia en 4 ocasiones para Suramericanos y Centroamericanos. Defendió los colores del Norte de Santander en juegos nacionales y representó honrosamente otros 3 departamentos.

Soler, se radica en Bogotá. Integra el recordado equipo Fama, quinteto de los mejores equipos capitalinos. Fama era dirigido por Don Fanor Martínez, otrora entrenador de selección Colombia. Este equipo contaba con 2 nortesantandereanos, Manuel Sayago de Chinácota y ´El mico´ Soler. Además su nómina contenía al histórico jugador bogotano de selección Colombia, ´El sandrini´ González.

Hubo logros y records casi imposibles de registrar y creer. Quizás un record imbatible de ´El Mico´ Soler sin parangones, fue haber sido jugador codiciado por muchas selecciones departamentales. Representó en Juegos Nacionales a Norte de Santander, Valle del Cauca, Tolima y Cundinamarca, un verdadero record histórico. En 1959 juega su último campeonato nacional con Norte de Santander por solicitud de amigos coterráneos.

Todo alumno aprende del maestro. Soler incursiona como director técnico. Su rica carrera como entrenador fue fascinante. Inicia entrenando en Bogotá la poderosa Escuela de Artillería del Ejército. Se corona campeón del torneo FFAA de Inter-Fuerzas. Luego entrenó equipos universitarios, como Universidad La Gran Colombia donde estaban varios jugadores del Norte de Santander, entre ellos Álvaro ´Flecho´ Hernández, Carlos ´Perica´ Pérez, ´El mono´ Cárdenas y ´Boligoma´ Moreno. En varias ocasiones quedó campeón universitario.

La visión comercial tuvo ADN incrustado por Don Antonio Soler padre. ´El mico´ tenía sagaz ojo para negocios de restaurantes y cafeterías. Abrió su primer restaurante en Bogotá denominado Café 21. Local ubicado en calle 21 entre Carreras 7 y 8. Quedaba frente a emblemático Edificio de Colseguros. Fueron asiduos clientes funcionarios de estatal de seguros y cucuteños estudiantes universitarios. Posteriormente, decide abrir el Cream Palermo, un restaurante ubicado en Calle 45 con Av. Caracas del barrio Palermo. Luego abrió sucursales en Plaza de Ferias y sector de Sears.

La infancia jamás se olvida. Podrán pasar años y crecer la existencia, pero recuerdos del colegio son imborrables. Un día su amigo de infancia y colegio, volvió a rememorar en ciudad de México aquel magistral niño imitando personajes. Era 1954, compartían la concentración de selección Colombia en Juegos Centroamericanos. Soler quería cumplir otro sueño con otra pasión latente, la tauromaquia. Entonces, solicitó permiso a la delegación para asistir a estelar corrida. Ese día, disfrutó La Monumental Plaza de Toros mexicana y cada pase de muleta del torero Manolo Martínez. Ese día, al llegar del ruedo, comentaba con lujo de detalles, aprovechó el instante para hacer exquisita imitación cómica del matador y banderilleros. Ante carcajadas de jugadores y cuerpo técnico, Alfredo recordó el surgimiento del apodo imborrable.

Fuimos una tierra de aro y balón. Cada jugador cucuteño deja una historia memorable, cada uno tiene sello propio. ´El mico´ Soler, fue eximio jugador ambidiestro. Cerca del aro y debajo de los tableros, las metía con ambas manos. Era alero-pivot, muchos recuerdan su mortal e infalible gancho por ambos lados. No fue tirador de media o larga distancia. Fue admirable su gran sentido del rebote y la función de pivot con solo 1.89 de estatura. Buen defensa y atento al pase rápido para descolgada. En área ofensiva gran atacante del tablero. Incisivo metiendo debajo del aro. Buen amigo de compañeros en equipos.

Nuestras letras tienen una raíz. Surgen para atraer leyendas y cuentos. Quien escribe comparte una maravillosa escena. Corría 1975, pude disfrutar el delicioso plato denominado Hamburger Cream Palermo. Sin saber, fui testigo de página histórica del ADN del baloncesto. Ese día, animadamente departían tres generaciones distintas. ´Toto´ Fuentes, Alfredo Díaz, ´El mico´ Soler y ´Barba roja´ Niño. Apoteósicos destellos del baloncesto cucuteño. La esplendida hamburguesa vino acompañada por copa de helado y suculentas papas fritas. El Cream Palermo era especial, sus helados tipo cóctel y barquillas fueron exquisitos. La servilleta sirvió para resguardar autógrafos.

La noticia con fallecimiento de ´El gran Mico´ Soler, llegó este 24 septiembre 2019. Qué decir, qué expresar. La historia tiene formas distintas para sentirla. Buscaremos letras para hallar personajes. Todos dejan huella, muchos sueños y bellos anhelos.

Amigo Antonio, ya no existen límites que impidan pilotear el gran avión y surcar los cielos de Cúcuta por última vez. Vuela alto, bien alto, pilotea sin detenerte hasta escalar la cumbre divina. Planea por el cerro Tasajero. Hoy Cúcuta abre el libro de páginas gloriosas para sellarte eternamente. Buen viaje capitán de los cielos. Gracias…





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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