Gustavo Gómez Ardila (La
Opinión)
Escribarte nació en un bar nocturno de Cúcuta, pero los bolsillos
escuálidos de poetas no soportaron el ritmo del vino. Además allí no
fiaban.
Se fueron, entonces, para el patio de la biblioteca Julio Pérez
Ferrero, donde un mango gigantesco les dio la bienvenida. Allí tomaban agua en
vez de vino, y los poemas iban creciendo.
Después, la Academia de Historia de Norte de Santander, uno de cuyos
objetivos es fomentar la cultura nortesantandereana, les abrió las puertas,
aprovechando que el secretario de la Academia de entonces es de Escribarte.
Tinto y poesía, poesía y tinto.
Últimamente hallaron albergue en el colegio municipal, María Concepción
Loperena, cuyo rector es miembro de Escribarte.
Pero a pesar de su itinerancia y de los golpes bajos que a veces recibe,
Escribarte siempre ha sido un grupo alegre, porque dicen que poesía es vivir,
poesía es alegría, poesía es gozadera.
En un julio murió uno de sus integrantes, el poeta Pedro Cuadro Herrera. A
sus compañeros de Escribarte les dio duro el asesinato del “Negro”, como lo
llamaban, pero se levantaron y ahí siguen batallando por la cultura
nortesantandereana, creciendo y fructificando.
Los escribartanos o escribarteños o escribartenses son: Álix Vargas Bermón,
Serafín Bautista Villamizar, José Antonio Amaya, Ciro Alfonso Pérez, Raúl
Sánchez Acosta y quien esto escribe, todos poetas, todos cuentistas, todos
ensayistas, algunos novelistas, pero todos mamadores de gallo, amigos de tertulias,
vino y versos.
Están además los jóvenes, que conforman el Semillero Escribarte, y una
pintora invitada, orgullo de la agrupación.
El viernes 13 de diciembre de 2019 hubo viernes cultural. Hemos creado una
revista cultural, Escribarte, y le hicimos el lanzamiento en la Torre del
Reloj, a las 7 de la noche, con canciones, poemas y unos vinillos.
La revista viene a sumarse a los libros ya publicados por Escribarte:
Invitación a la lluvia (poemas), Al final de la calle (cuentos) y El hombre que
vino del mar (homenaje a Pedro Cuadro Herrera).
Sin embargo, hubo un componente adicional: estando en vísperas de navidad,
huele a hayacas y a pernil de cerdo; por todas partes se escuchan el Burrito
sabanero y Tucusito, tucusito; el arbolito se llena de regalos y el niño Dios
ya comienza a sonreír. Pero faltaba el ingrediente principal, que inunda
espíritus y cuerpos: la poesía.
Pensando en eso, este primer número de la revista Escribarte está dedicado
a la Navidad. El eje central alrededor del cual giran los escritos, la portada
y las ilustraciones es el espíritu navideño. Así que, el auditorio Eduardo Cote
Lamus se engalanó con los colores y los sabores y los sones de la Navidad.
Cuando digo sones, lo digo en serio. Porque el conjunto musical, Alma de Colombia,
dio un concierto de guitarras, tiples y bandolas al más alto nivel como es su
estilo. Son muchachos y otros no tan muchachos que conforman esta agrupación,
nacida en Villa del Rosario, hace 62 años.
Entre pasillos, bambucos y aguardientes, Alma de Colombia difunde y revive
nuestra tradición musical, que ha venido sucumbiendo ante ritmos de
tatucos, letras groseras y música que no es música. Escribarte le hizo un
reconocimiento a esta agrupación tan valiosa en el patrimonio cultural
nortesantandereano.
Como ven, apreciados lectores, la noche estuvo de rechupete. Allá nos vimos
y brindamos en nombre de la poesía, de la Navidad y de Escribarte.
Recopilado por: Gastón
Bermúdez V.
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