lunes, 30 de mayo de 2022

2067.- VISITA DEL PRESIDENTE EDUARDO SANTOS, 1941

Gerardo Raynaud (La Opinión)

El Hno. Gonzalo Carlos, rector del colegio provincial San José de Pamplona, da algunas explicaciones al presidente Eduardo Santos junto a su señora Lorencita Villegas.

En una época en que las visitas presidenciales eran poco frecuentes, especialmente en las remotas ciudades de la periferia de la nación, el presidente Eduardo Santos fue, tal vez, el primer mandatario que visitó en más ocasiones el departamento.

No sólo estuvo en Cúcuta en varias ocasiones durante su mandato, sino que visitó a Pamplona, en por lo menos tres oportunidades, todas con ocasión de supervisar las obras que su gobierno impulsó para ampliar las instalaciones del Colegio Provincial de San José. En abril de 1941, regresaba nuevamente a la ciudad con la intención de entrevistarse con su homólogo venezolano, el general Eleazar López Contreras con el exclusivo fin de firmar el Tratado definitivo de límites entre las dos repúblicas hermanas, tal como era el tratamiento que se le daba en esa época a las estrechas relaciones que mantenían los dos países.

Al presidente Santos se le esperaba desde tempranas horas en la Carretera Central, en los límites con el departamento de Santander, numerosas comisiones de todos los municipios salieron a la carretera para dar la bienvenida al ilustre visitante que tanto se había preocupado por la grandeza del país, que ahora culminaba con la firma del Tratado que traería los más provechosos resultados para los dos países.

Para ambientar la reunión, toda la carretera a la frontera, desde Rosetal hasta el puente Internacional, fue bellamente adornado con las banderas de ambos países y el Templo Histórico engalanado en forma espléndida.

El puente Internacional también fue intervenido con luminarias especiales para que fuera iluminado profusamente durante días del encuentro, el 4, 5 y 6 de abril. La entrevista se realizó, el día 4, en un templete especialmente construido bajo la dirección de ingenieros venezolanos, con capacidad para 200 personas, colocado en la mitad del antiguo puente internacional Simón Bolívar.

Seguidamente se trasladaron al Templo Histórico de la Villa del Rosario donde los obispos de Pamplona y San Cristóbal, entonaron el correspondiente Te Deum; el presidente Santos estuvo acompañado de sus ministros de Gobierno y Relaciones Exteriores, Jorge Gartner y Luis López de Mesa, además de una nutrida corte de funcionarios entre quienes estaban los embajadores de Venezuela, Ecuador, Panamá y Bolivia; el encargado de negocios de Perú en representación del presidente Manuel Prado quien no pudo asistir por razones personales; el Contralor de la República, los directores de los principales periódicos del país y los corresponsales de las agencias noticiosas americanas, United Press y Asociated Press, así como la numerosa comitiva militar encabezada por el señor Ministro de Guerra.

En tanto que el presidente Eleazar López lo estuvo de su canciller Esteban Gil Borges y los ministros de Obras Públicas, Enrique Jorge Aguerrevere; de Educación, Arturo Uslar Pietri; de Agricultura y Cría, general Elbano Mibelli; los embajadores y Ministros de las Repúblicas Bolivarianas acreditados ante el gobierno de Venezuela, de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá, así como una vasta comisión militar integrada por los comandantes de las principales zonas militares del país, que fueron agasajados al día siguiente, por el gobierno colombiano y en reciprocidad, el gobernante venezolano invitó a la comitiva de su par colombiano a la ciudad de San Cristóbal, a un festejo similar.

Según se conoció posteriormente, el acto revistió trascendental importancia para que ambas naciones estrecharan más vigorosamente los vínculos fraternales que las unían. En un editorial del periódico Comentarios fue publicado que “… en esta hora de peligros para las democracias, la entrevista de los ilustres jefes de Estado de Colombia y Venezuela tiene una gran trascendencia para los ideales de solidaridad americana y de cooperación amplia y firme, especialmente entre los países libertados por la espada invicta de Bolívar y que un día formaron la Gran Colombia”. Nota especialmente importante para el mundo, toda vez que en esos días se desarrollaba en el viejo continente una de las guerras más sangrientas de la humanidad.

De su parte, las dos primeras damas, Lorencita Villegas de Santos y María Teresa de López Contreras, desarrollaron unas intensas actividades en Cúcuta y San Cristóbal. La esposa del presidente venezolano y su comitiva fueron agasajados en los salones del Club del Comercio con un suculento almuerzo, siendo correspondidos sus similares colombianos, con un banquete de honor en el Casino Militar de la capital tachirense. Así mismo, altos militares de uno y otro país, fueron solemnemente recibidos en los casinos militares de sus guarniciones, tanto en Cúcuta como en San Cristóbal.

De estas y de otras muchas actividades de alborozada fraternidad, quedó constancia en la memoria de los habitantes de esta frontera.

Para la firma de tan importante Tratado, una representación de la Federación de Estudiantes de Colombia, visitó en San Antonio del Táchira al presidente López Contreras para hacerle entrega de una pluma de oro con la cual será firmado el Tratado de Límites en nombre de Venezuela y a su vez, una comisión del Centro de Estudiantes venezolanos residentes en Bogotá, visitó al presidente Santos para hacerle entrega de otra pluma de oro con la cual será firmado el documento en nombre de Colombia. Ambas comisiones fueron recibidas con gran satisfacción por los dos mandatarios, quienes le expresaron la emoción patriótica que experimentaban por tan bello gesto de solidaridad de los estudiantes de las dos naciones.

En la víspera de la firma, el maestro José Rozo Contreras y la Banda Nacional de Música ofrecieron dos magníficos conciertos en el Parque de Santander, uno a las siete de la mañana y otro a las cinco de la tarde, con una enorme concurrencia de público. Como parte del protocolo acostumbrado para esta clase de encuentros, los presidentes intercambiaron sendos obsequios; el excelentísimo señor presidente de Venezuela obsequió a su homólogo colombiano un hermoso óleo del Libertador ejecutado por el afamado pintor venezolano Tito Salas y el presidente Santos retribuyó el gesto con la entrega de una espada que la Legión Británica obsequió al Libertador en agradecimiento a su participación en la gesta emancipadora.


Los presidentes Eleazar López Contreras de Venezuela y Eduardo Santos firmaron en Cúcuta el tratado

El documento firmado por los presidentes Eleazar López Contreras y Eduardo Santos se llamó oficialmente “Tratado sobre demarcación de fronteras y navegación de los ríos comunes con Venezuela”, fue firmado en el Templo del Rosario de Cúcuta, el 5 de abril de 1941, aprobado por la ley colombiana número 8 del 21 de agosto de 1941 y por la venezolana el 18 de junio del mismo año.

El canje de ratificaciones se verificó en Caracas el 12 de septiembre de 1941; promulgado por el gobierno de Colombia por decreto 1697 del 3 de octubre de 1941 y registrado en la Unión Panamericana el 4 de noviembre del mismo año.

El párrafo anterior es el registro oficial del Tratado, tal como quedó incluido en el Libro de Tratado Binacionales con Venezuela.

El Tratado generó toda clase de expectativas, algunas de las cuales vamos a referirnos en esta crónica, así como algunos de sus puntos relevantes. Todos los conceptos publicados por eminentes personajes ponen de relieve el patriotismo y la excelencia histórica del acuerdo firmado.

Cualquiera de los conceptos expresados denota la importancia y trascendencia de este hecho, por esta razón, he seleccionado el concepto expresado por el doctor Aníbal Bonilla Galvis, como el que más se ajustaba a las realidades de ese momento: ”… a las nueve de la mañana, precisamente dentro del augusto templo de la Villa del Rosario de Cúcuta, los cancilleres de Colombia y Venezuela, firmaron el tratado que definirá satisfactoriamente y para siempre el viejo y quizás enojoso litigio fronterizo colombo-venezolano, en una ceremonia revestida de severidad y sencillez. Después de ella, los presidentes de los países firmantes, ratificarán a nombre de sus pueblos y en simbólico apretón de manos tendidas por sobre la línea fronteriza del puente Internacional, las repercusiones fraternas del pacto.

Quien conozca siquiera los aspectos generales de este largo e intrincado proceso de fronteras, podrá asignarle al pacto que hoy se firmó algo de la significativa y trascendencia que encierra. Y quien lo haya estudiado a través de sus mil y más detalles, pequeños unos y elevados los más, podrán desentrañar mucho de su dilatado contenido como modalidad o procedimiento internacional de liquidar viejos conflictos.

Surgido el problema en 1830 al liquidarse la Gran Colombia, fueron necesarios ciento once años de paciente estudio y buena voluntad para resolverlo en forma que no provocara situaciones conflictivas armadas.

En torno a su solución, los dos pueblos pusieron a prueba sus más altos prestigios diplomáticos Francisco de Paula Santander, Márquez, Mosquera, Murillo Toro, Parra, Carlos Holguín, Restrepo, Concha, Suárez y Santos de parte de Colombia le dedicaron mucho de su fervorosa y patriótica sabiduría.

Lo más selecto de la diplomacia venezolana con Guzmán Blanco, Urbaneja, José Gil Fortoul, Lozada Díaz, Carbonell, Rodríguez, Borges y López Contreras a la vanguardia, contribuyeron también con sus luces y tino a despejarle el camino a la solución fraternal, hoy rubricada.

Así fue como los dos pueblos interpretando los fuertes sentimientos americanistas del Libertador consiguieron abonar el terreno donde al fin germinó el tratado que hoy surge a la admiración universal.

Particularmente para Colombia, el pacto tiene un hondo y nobilísimo sentido histórico. Él entraña la más hermosa ratificación de su fisonomía civilista porque sus cláusulas a no dudarlo son la más brillante concreción de las tesis de puro derecho internacional sostenidas por nuestra cancillería a todo lo largo del litigio.

Para la república hermana el tratado será también un motivo de legítimo orgullo, máxime cuando él tiene su feliz culminación dentro de un periodo constitucional de severos y elevados lineamientos democráticos, seguramente reafirmados con solidez para el futuro.

Por lo demás, el pacto se puede considerar, como la más bella reafirmación fisonómica colombiana, hasta ayer imprecisa y litigiosa en uno de sus flancos. Quizás esta conciencia de persona entera y completa sea el mejor y más fecundo resultado del pacto, porque sus repercusiones acrecentarán todavía más su sentido de responsabilidad histórica como ente de derecho público.

Altamente sugestivo, por no decir simbólico, es el hecho de que sea en el Templo de la Villa del Rosario de Cúcuta donde se firmó la conciliación fraterna, si hace precisamente ciento veinte años, sus majestuosas naves albergaron alborozadas a nuestros progenitores patrios para legarnos severos contornos de nación independiente y libre, hoy se estremece su augusto recinto cuando los delegatarios de las dos hijas predilectas de Bolívar, lleguen otra vez solemnemente ante sus aras a jurarse sincera lealtad de hermanos”.

Para el gobernador Darío Hernández Bautista, al firmar el Tratado, los presidentes “…pasarán a la historia como dos grandes americanistas y expertos conductores de pueblos, al definir, en acuerdo de mutua conveniencia, un secular litigio que mantenía intranquilos los corazones y las mentes de quienes amamos a América como tierra de promisión, de paz y de esperanza, para quienes veneramos la humanística y la consideramos fuente inagotable de enseñanza, este sencillo acto significa la continuación y el reflejo del pensamiento grandioso que animó a Bolívar y a Santander”.

Ahora bien, entrando al tema particular del Tratado, el documento es relativamente corto, pues contiene sólo cinco artículos, todos ellos muy precisos y concretos.

A continuación una muestra selectiva que nos permite profundizar en el Tratado sólo para tener una idea y a manera de ejemplo, de su contenido: en el artículo primero se establece que, “…todas las diferencias sobre materia de límites quedan terminadas; y que se reconocen como definitivos e irrevocables los trabajos de demarcación hechos por las Comisiones Demarcadoras en 1901, por la Comisión de Expertos Suizos y los que se hagan de común acuerdo por los comisionados designados conforme al parágrafo cuarto de este artículo”, y en el segundo, los dos países “… se reconocen recíprocamente y a perpetuidad, de la manera más amplia, el derecho a la libre navegación de los ríos que atraviesan o separan los dos países”.

El último artículo establece las condiciones con las que comienza esta crónica, las ratificaciones, el canje de notas, el lugar y plazo otorgados.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

sábado, 28 de mayo de 2022

2066.- PANAMERICANO, CADA LOGRO ES UNA LUCHA

Ronaldo Medina (La Opinión)


Antes conocido por ser un territorio de chircales artesanales, los primeros habitantes que llegaron al asentamiento Panamericano eran, en su mayoría, empleados dedicados a la construcción, quienes sustentaron a sus familias durante 20 años con este oficio hasta que se reglamentó el cierre de las fábricas por políticas ambientales.

El terreno se caracterizaba por la afluencia de cabras, debido a las montañas de maleza y espinos que con esfuerzo fueron niveladas por los fundadores. Entre ellos, las familias Archila, Contreras, Delgado y Romelios. Una de las matriarcas, con 82 años, aún vive.

“Durante la invasión, cada casa era como una quinta, porque abarcaba casi una cuadra completa, pero con los años redondearon los lotes y el barrio fue poblándose”, relató Maria del Carmen Quintero, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC).

Más antiguo que el barrio Aeropuerto, adquirieron la personería jurídica en el año 1971. Hoy Panamericano está compuesto por ocho cuadras, y de los antiguos chircales no queda nada más que un rezago en la diagonal 13 con 9 en recuerdo de las raíces comunales.

De la anterior unidad comunitaria, tampoco queda mucho, pero sí un deseo de emprender, evidente en los talleres de costura, fábricas de plástico y tiendas.


“Por aquí nadie viene”

“Aquí en el barrio Panamericano no hay nada. No tenemos un parque, ni iglesia, sino una cancha llena de barro. Somos un barrio muy abandonado por el gobierno municipal y departamental”, expresó la presidente de la JAC.

La comunidad fue ilusionada con la intervención de la cancha de tierra para convertirla en un campo deportivo moderno, pero sus sueños fueron rotos por el olvido municipal.

Aunque la cancha tiene arcos, están oxidados y podridos por el agua, sin malla y cubiertos de maleza alrededor. Con frecuencia, la tierra permanece convertida en barro, un peligro para los adultos mayores que viven alrededor.

Quintero señaló que desde la JAC se pasó un proyecto a la Gobernación de William Villamizar para la adecuación de la cancha de tierra en una polideportiva, con biosaludables, parque para los niños, zonas verdes, parqueadero y espacios para el esparcimiento social, pero aunque el proyecto fue aprobado, para la comunidad quedó en palabras y papel.

“Vinieron, visitaron, cotizaron un presupuesto por mil millones, pero nada sucedió. Nos quedamos con el diseño hecho y las expectativas por el suelo”.


La lucha por la escuela

“La escuela fue construida a mano y pulso de los primeros padres de familia del barrio. Los ladrillos se traían de los chircales uno a uno para construirla”, contó Quintero.

Ahora, tras una serie de adecuaciones al lugar, la comunidad expresa su inconformidad por la edificación de salones en donde antes quedaba el patio. Señalan que, una vez los niños puedan regresar a clases presenciales, las opciones para recrearse serán nulas.

Sumado a esto, un gran porcentaje de ellos fueron trasladados de allí a una sede en el barrio La Ínsula. Quintero agregó que, además de tener que caminar largos trayectos teniendo un colegio en su mismo barrio, se ven expuestos a una avenida peligrosa por donde circula tráfico de carga pesada.


La odisea de la salud

El salón comunal, antes de convertirse en lo que es hoy, era un puesto de salud que, por circunstancias desconocidas para la comunidad, fue clausurado en el momento menos esperado.

“Ahora tenemos que trasladarnos hasta El Salado, donde se presenta una gran multitud de pacientes porque allí atienden a muchos barrios, y solo reparten un máximo de treinta turnos, un gran complique cuando se necesita atención rápida y urgente”, dijo la presidenta de la JAC.


Nueva invasión

Uno de los pocos lugares que se alzaban en Panamericano y hacían sentir orgullosos a los habitantes, era la Parroquia Cristo Sacerdote, fundada también con el sudor de su gente, pero ya hoy no los acompaña más.

“Era una iglesia muy bonita, pero con los años el terreno empezó a ceder y se cayó una parte. Llegaron otros padres mientras el derrumbe estaba ahí, hasta que demolieron el poquito que quedaba”, manifestó la lideresa.

El terreno, por considerarse de alto riesgo, no volvió a ser usado por la comunidad, aunque en ellos aún persiste la idea de aprovechar el espacio y algún día poder recuperarlo con alguna obra de menor peso como un mirador.

El proyecto del corredor turístico fue pasado a la administración, pero luego de eso no volvieron a saber nada más.

Desde hace unos meses, la zona está invadida con casas de tabla, en su mayoría, por migrantes que encontraron refugio en este sector.


Con más de 50 años de fundados

Como todos los sectores de ‘La Perla del Norte’, en el barrio Panamericano de la Comuna 6, existen cosas positivas y negativas entre las que se destacan el desarrollo que se ha logrado a través de los años en cuanto a pavimentación de vías y cambios de redes de acueducto y alcantarillado.

Sin embargo, sí hay muchas cosas que tienen a la comunidad solicitando atención de parte de la administración municipal, pues según María Quintero, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio, el actual alcalde, Jairo Yáñez, no ha hecho nada por su gente.

“Con esta administración no recibimos absolutamente nada de ayuda, ni siquiera para afiliar a alguien al Sisbén, pero seguimos insistiendo a ver cómo nos pueden ayudar con las distintas necesidades que tenemos”, dijo Quintero.

Una de las solicitudes en las que más se centra la líder comunal, es en la de la pavimentación de vías que faltan y de algunas que ya requieren mantenimiento, entre esas, la vía principal pues iniciaron los trabajos, pero no los terminaron.

“De esa vía, que es la entrada al barrio, falta un pedazo todavía, que es por la avenida principal de El Salado. Este barrio tiene 53 años de creado y aun así hay calles que están como trochas, que son aproximadamente unas cinco. De las pavimentadas hay un 30% que ya necesita recuperación y de verdad se requiere urgente”, precisó la presidenta de la JAC.

Entre las que ha identificado que necesitan asfalto desde cero están la calle 2 entre avenidas 7 y 8, la avenida 10 entre calle 2 y 5, la calle 6 hasta la calle 11, la calle 4 entre la avenida 9 del barrio y la avenida 1 del barrio Aeropuerto, la calle 8 y 9 con avenida 10, y entre las que están dañadas y requieren mejoramiento están las calles 11, 12 y 13.


En este barrio hay vías sin pavimentar y otras que tienen pavimento el cual está en pésimo estado.

La Opinión consultó con la oficina de prensa de la Secretaría de Infraestructura si hay en marcha alguna inversión para el barrio Panamericano y la respuesta obtenida fue que desde el programa ‘Ruta del Asfalto’, se realizarán obras de mantenimiento sobre la avenida 7 con calle 6, beneficiando la vía principal.

Esta vía fue priorizada por su utilidad como ruta del transporte público y por el alto tráfico vehicular que recibe, por lo tanto, las obras de infraestructura vial se estarán realizando entre el 21 y el 30 de junio de 2022.

En cuanto a la inseguridad, la líder comunal señaló que, aunque hay robos esporádicos, se sienten tranquilos en el barrio y destaca que la Policía constantemente está realizando los controles para mantener la tranquilidad, por lo que se sienten seguros y apoyados.

Más iluminación

Desde el 2016, la JAC venía solicitando la instalación de lámparas en algunas zonas que permanecían oscuras, y aunque fueron reemplazadas y se instalaron nuevos postes, solicitan más iluminación, pues la inseguridad que se vive a diario les genera una incertidumbre comunal.

“Ya han muerto algunas personas por robarlas. En esa misma calle, es un vecino el que prende la luz de su casa para iluminar un poco hacia afuera, pero el kilovatio está costoso y no puede seguir haciéndose cargo de iluminar la calle”, dijo Quintero.

Antes, veían seguido el patrullaje del cuadrante número siete por el barrio, pero señalan que desde hace un tiempo solo se les ve en contadas ocasiones. Como refuerzo y apoyo para sentirse más tranquilos al salir por las noches, solicitan mayor vigilancia.

La lideresa manifestó que la inseguridad en el barrio ha escalado a tal punto que, antes de la pandemia, incluso los niños eran robados al salir de la escuela.

Cuentan con una buena cobertura de alumbrado público, pero según Quintero, desde el año 2017 solicitó una sola lámpara que quedó faltando, ya que es una zona oscura que se torna peligrosa en la calle 11 entre la avenida 10 del barrio y la avenida 1 del barrio Aeropuerto.

Sobre eso, desde la subdirección de Servicios Públicos del Departamento Administrativo de Planeación Municipal (DAPM), informaron que hasta el momento no se ha recibido una solicitud formal del requerimiento ante el municipio y que “en el caso de ser radicada, se procederá a adelantar las acciones pertinentes para atender la petición de la comunidad”.

Sin embargo, Quintero expresó que sí hizo el requerimiento en varias oportunidades e, incluso, mostró los oficios radicados, uno en enero de 2020 y otro en mayo de 2022.

Las calles fueron recuperadas


Antes de la pandemia, 11 vías críticas del barrio fueron intervenidas tras un proyecto de pavimentación, y aunque aún quedan algunas calles destapadas que necesitan ser intervenidas, la comunidad agradece que, en cierta medida, su dolor de cabeza haya disminuido.

“No había acueducto ni alcantarillado, solo el que la misma comunidad había construido años atrás, incluso una calle principal parecía calle de riesgo. En ese sentido, estamos agradecidos con el trabajo de Aguas Kpital”.

No siempre las cosas malas son las que tienen que prevalecer, allá también hay personas amables que quieren salir adelante y que, aunque no tengan cómo salir de sus casas para conseguir el pan diario, se lo rebuscan todos los días mediante sus puestos de pasteles, arepas y tiendas, panaderías, lo que les permiten seguir estando en sus hogares y atender a sus familias.

“Acá pavimentaron una vía y empezaron todos a montar tiendas, ventas de pasteles, no había ni una sola panadería y ya hay varias, hay ventas de comidas rápidas, se nota la mejoría en cuanto al nivel de vida gracias al comercio. También hay personas que cosen, la gente realmente se la rebusca, una parte del barrio es de personas muy colaboradoras, pero aquí hay de todo”, precisó la líder comunal.

La presidenta de la JAC además recalcó que no tienen parques, no tienen servicio de transporte público en la parte alta, se quedaron sin iglesia pues la estructura se derrumbó y en el terreno ya levantaron varias viviendas, no hay un salón comunal digno y lo único que tienen para entretenimiento y deporte es una cancha de tierra.

“Queremos que nos miren aquí en el Panamericano, somos comunidad, necesitamos apoyo y colaboración para mejorar cada día más”, puntualizó Quintero.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

jueves, 26 de mayo de 2022

2065.- NOTICIAS DE 1941

Gerardo Raynaud (La Opinión)

Esta foto es de un equipo de fútbol probablemente del Club Tennis, durante un encuentro preliminar en el estadio General Santander y debe corresponder a principio de la década del 60 del siglo pasado. En la imagen aparecen, entre otros, Álvaro Gil, Juan Garbiras, Marcos Urdaneta, Roy Corinaldi y Jáuregui; agachados el ‘Capitán’ Lizcano, Fernando Unda, Enrique Lara, Hernando Lara, Eloy Ronquillo y Fernando Espinel. Eloy Ronquillo fue una de las cientos de personas que fallecieron en el accidente del avión de Avianca del cerro ‘Espardillo’, en ruta hacia Cartagena, en 1988.

Como venía sucediendo desde años anteriores al finalizar el mes de diciembre los diferentes medios radicaban en sus principales páginas, sus esperanzas sobre lo que se quería ocurriera el año venidero. En esta ocasión y sin que fuera una inocentada, el 28 de diciembre de 1940, el periódico Comentarios publicaba las que serían las expectativas para el 41 así:

- La construcción del Palacio Municipal no admite más demoras.

- Que se dé al servicio el Matadero Moderno.

- Que se inicien los trabajos del Alcantarillado de la Ciudad.

- Que se termine la construcción del Acueducto Municipal y se instale la planta de purificación.

- Que se pavimente y arborice el Camellón del cementerio.

- Que se continúe la pavimentación y se arregle el piso de las calles y avenidas de los barrios del Páramo, Contento, Cundinamarca, Benjamín Herrera y Callejón.

- Que se amplíen los puentes de la carretera a la frontera.

- Que se construya el paseo por la antigua carretera de San Luis, arborizándolo y dotándolo de buen piso, a fin de complementar la circunvalación por el puente Benito Hernández Bustos.

- Que se intensifique la urbanización mediante la formación de una compañía con capital suficiente para vender a los empleados casas-quintas por medio de cuotas.

- Que se continúen los trabajos del Estadio Santander.

- Que el espíritu público anime lo más posible a los habitantes de la ciudad para que cooperen en toda forma al ornato y prosperidad de la ciudad.

Hasta aquí la publicación; ahora viene nuestro debate sobre la ciudad de antes, y la que tenemos ahora. Pensar que hace sólo unos pocos años – menos de ochenta- no teníamos agua potable y en las casas más lujosas debían abastecerse de las aguas de las tomas públicas, situación que perduró durante mucho tiempo, pues sólo en 1947 se inauguró el Acueducto Moderno, que, dicho sea de paso, proveía del precioso líquido a unas pocas viviendas de la clase pudiente y algunos negocios del centro de la ciudad.

Un claro ejemplo de ello, es el suministro de agua que tenía la piscina ovalada del Colegio Sagrado Corazón, que todavía a mediados de los años sesenta, se surtía del agua de la toma pública que pasaba –subterránea- por la avenida cuarta.

Y qué decir del Alcantarillado. Apenas construido por los años cincuenta para el uso de las construcciones y viviendas del centro y sus cercanos alrededores. Muchas de las “quintas” de los barrios Blanco, La Playa y Latino, por ejemplo, que se construyeron con los ‘pozos sépticos’ de entonces no fueron conectados a la red de alcantarillado, cuando comenzó a funcionar y, sin embargo, luego de varios años, las Empresas Municipales resultaron cobrándoles el servicio sin estarlo prestando, todo por cuenta de la norma que estableció el valor del servicio en el 50% del consumo de agua. Afortunadamente nadie se quejó y las Empresas pasaron incólumes este percance.

Finalmente, podemos decir que con el pasar del tiempo las peticiones se fueron cumpliendo, no para ese año, que lo único que se cumplió fue la construcción del Matadero Moderno, información que ampliaremos en esta misma crónica. La esperanza de tener un estadio de la categoría que merecía la ciudad de los cuarenta, se mantuvo toda vez que la petición era que continuaran con los trabajos de construcción y finalmente se dio al servicio en 1942, no totalmente terminado, pero sí habilitado para la presentación de algunos eventos deportivos.

Lo que sí se concretó durante ese año fue la puesta en servicio del Matadero Moderno, ese que algunos conocimos como La Pesa, sobre la vía que entonces conducía a El Salado y que más adelante se transformó en el sitio de mayor renombre de la Cúcuta de los años sesenta y setenta, y conocido internacionalmente por sus deslumbrantes bares y prostíbulos como La Ínsula.

El 16 del mes mayo se programó la inauguración del Matadero Moderno, obra de gran importancia para la ciudad, cuya construcción estuvo a cargo del ingeniero Emilio Gaitán Martín, quien estuvo muy solícito y dedicado hasta su terminación. La Asamblea Departamental dio luz verde al proyecto destinando los primeros aportes de cincuenta mil pesos, siendo Secretario de Hacienda don Nicolás Colmenares, continuando el apoyo de la Asamblea que gracias a ellos se logró el objetivo deseado.

A partir de ahora, el sacrificio de ganado se hará de conformidad con los más modernos procedimientos y con plena garantía de higiene. La solemne inauguración estuvo a cargo del entusiasta gremio de la pesa, quienes elaboraron un programa especial consistente en una becerrada y en una ‘ternera a la llanera’, fiesta a la cuál asistió un numeroso grupo de invitados.

La reglamentación del Matadero y la organización de esta renta corresponden a la gerencia de la Empresas Municipales que en ese momento estaba a cargo de don Ernesto Vargas Lara.

Y ya para terminar con esta parte de la crónica, mencionemos la historia de un concurso que quedó inconcluso. Lo que no puedo asegurar si se debió a problemas en la empresa o si fue por falta de información en los medios, pues no logré saber si el concurso finalizó y los premios prometidos quedaron en manos del público o si definitivamente no hubo ganadores o si se declaró desierto. El hecho es que no conseguí la información para cerrar la crónica así que digamos que se trató en un “concurso inconcluso”.

Veamos lo que sucedió: La Cervecería Nueva de Cúcuta S.A., dice el aviso publicado en el diario Comentarios, en enero del 41, con el objeto de encontrar un nombre bonito y apropiado para una cerveza que se está preparando, abre un concurso sobre las siguientes bases:

1. El nombre debe ser nuevo y apropiado para una cerveza Pilsen; 2. No debe estar protegido por patente alguna; y 3. Debe ser corto y de fácil pronunciación.

El concurso cerraba el 30 de marzo y debían enviarse los nombres de los participantes en sobre sellado y dentro del mismo sobre debía incluirse otro con el nombre del autor y su dirección.

La Cervecería nombró un jurado para determinar los tres mejores nombres y otorgar tres premios así: el primero de $60, el segundo de $40 y el tercero por la suma de $20. Sin embargo, por motivos que no fueron informados, antes de terminar el mes de marzo, el concurso fue prorrogado hasta el 31 de mayo.

Fecha después de la cual no se volvió a tener noticias. Pocos años después la Cervecería Nueva lanzó al mercado cucuteño la Sajonia Pilsen, una nueva marca que nos hace pensar en una posible relación con el concurso en mención. ¿Coincidencia?

Antes de finalizar 1941, llegaron a esta ciudad los reconocidos Trovadores Americanos, una pareja de artistas autóctonos de las tierras mexicanas, eran los hermanos Josefina y Alberto Contreras, embajadores del arte folclórico latinoamericano, reconocidos como los estilistas de la canción típica de los países del Centro y Suramérica, ya conocidos entre nosotros por los elogiosos comentarios que los principales periódicos del extranjero han hecho de su arte y conocidos en todo el continente.

Precedidos de ruidosos éxitos en los grandes teatros de Europa y del sur del continente, en particular en Buenos Aires, Santiago y Lima, en donde interpretaron, tangos, boleros, rumbas, cuecas, chacarreras y todos los aires musicales propios de cada país. En las diferentes ciudades donde se presentaron en Colombia, demostraron sus habilidades musicales cantando los ritmos populares nuestros que ahora serían presentados en la Perla del Norte.

Llegaron a Cúcuta en la primera semana de octubre y debutaron en el Teatro Santander el viernes 3 a las nueve de la noche y su debut estará combinado con la grandiosa superproducción protagonizada por las hermanas Lane, titulada Las Cuatro Esposas, una verdadera noche de cine y variedades aprovechando la primera noche del fin de semana, toda una novedad a la que estaba acostumbrado el público del Teatro Santander.

Otra noticia que trascendió, esta vez en los deportes. Se trató de la contratación de un entrenador de fútbol, como director técnico del equipo que representaría al departamento en los V Juegos Atléticos Nacionales que se celebrarán en la ciudad de Bucaramanga. El gobierno departamental, adelantó todas las gestiones tendientes a negociar con un verdadero conocedor del deporte del balompié, su vinculación para que este deporte resaltara en los próximos Juegos Nacionales.

El escogido fue el jugador ecuatoriano Eloy Antonio Ronquillo, de 25 años, natural de la ciudad de Guayaquil. Se inició como jugador en 1930 integrando el equipo ‘Panamá Sporting Club’ de segunda categoría, en la posición de ‘back derecho’, hoy asimilada como ‘defensa’, logró su ascenso a la primera categoría después de una exitosa campaña, en 1933.

En 1938 fue seleccionado por la Liga Nacional del Ecuador como integrante del equipo que concurrió a los Juegos Bolivarianos que se realizaron en Bogotá con motivo del cuarto centenario de su fundación. A finales de ese mismo año asistió como espectador al campeonato chileno de fútbol, donde ya se vislumbraba su predisposición a la dirección técnica.

En el 39, participó en el XII Campeonato Suramericano integrando la selección de su país, en la ciudad de Lima, y en ese mismo año, anduvo de gira con su club ‘Panamá Sporting Club’, en Cali. Encantado de la ciudad, con cuatro de sus compañeros de equipo se quedó para conformar el equipo que se llamó ‘Motorista’ que, en los ocho meses de vida, se mantuvo invicto en la región del Valle del Cauca. Hasta que a finales de ese año fue llamado para integrar el cuadro de los Millonarios, en plena época de ‘El Dorado’. En el equipo capitalino militó hasta cuando fue tentado por el gobierno regional.

En la primera entrevista con los medios, declaró que viajará a Bucaramanga con el equipo ‘motilón’ como siempre optimista, con la certeza de que el equipo rendirá sus máximos esfuerzos para que la afición del departamento se sienta orgullosa que la hayan representado como se merecían, y agregó que lo único que esperaba de los jugadores del seleccionado era que llevaran en alto el estandarte del deportista disciplinado.

Agradeció la magnífica acogida que le brindó la afición local, así como las palabras del presidente de la Liga de Fútbol y el apoyo que desde el primer momento le ofreció el Presidente de la Comisión Departamental de Educación Física.

Terminó la entrevista enviando un saludo a la prensa, a la afición cucuteña, a las ligas de los otros deportes y al gobierno departamental. Lo que nos queda en el tintero es conocer los resultados de la participación del equipo en este campeonato.


Nota del recopilador.- Tomado del libro El Deporte Cucuteño de 1900 hasta el 2000, de Alfredo Díaz Calderón, dice lo siguiente: ‘’El día 23 de octubre de 1941, es contratado Eloy Ronquillo como entrenador departamental. El futbolista internacional ecuatoriano, era el defensa centro titular del equipo Millonarios de Bogotá, que contaba en ese momento con varios jugadores extranjeros y que se había convertido en el primer equipo profesional colombiano.

Ronquillo se lesionó a fines de septiembre de ese año, y según el concepto médico, debía descansar del fútbol durante dos meses. Por ello, con el permiso del club Millonario, firmó contrato con la gobernación de Norte de Santander, para preparar y dirigir nuestra selección de fútbol en los V Juegos Atléticos Nacionales que debían realizarse en Bucaramanga del 11 al 27 de diciembre.

Esos juegos fueron un salto gigantesco para el deporte colombiano, porque el programa estableció competencias en 17 deportes, 6 más que en los juegos anteriores en Manizales. Para el deporte nortesantandereano también fue histórico, porque nuestro departamento presentó equipos en 3 competencias diferentes: 12 personas en basquetbol femenino, 12 en basquetbol masculino y 21 persona en fútbol. En total un representativo de 45 personas, y por primera vez no fue la delegación más reducida, como sí lo había sido en los cuatro anteriores Juegos Nacionales.

Se tenía una gran esperanza en el basquetbol masculino por la calidad individual y colectiva de sus integrantes: Toto Hernández, Toto Fuentes, Luis Ayala, Francisco Contreras, Ignacio Valderrama, Gustavo Castellanos, Moisés Barroso, Carlos Arenas, Víctor Vega, Hugo Uribe, Luis Moncada y Eustorgio Colmenares, pero fue una decepción al caer eliminados en dicha fase, al perder ante Boyacá y Magdalena. En cambio, el elenco femenino con las basquetbolistas: Gisela Porras, Aurora Sánchez, Rita Villalta, Teresa Cuberos, Luz Ramírez París, María Higuera, Magdalena Maldonado, Cristina Jurado, Delfina Maldonado, Ana Francisca Corredor, Aurora Barrera y Noemí Otero, fueron la gran revelación, llegando a la fase final y obteniendo el tercer puesto con medalla de bronce.

Para completar la satisfacción de los nortesantandereanos, los futbolistas: Lucio ‘Capino’ Andrade, Luis ‘Gallito’ Contreras, los hermanos Jorge y Félix García Medina, Onofre Prato, Julio Foliaco, Ricardo Sánchez, Elio ‘Belleza’ Velazco, Pedro ‘Palito’ Medina, Manuel ‘Turilo’ Dávila y Juan ‘Marranito’ Romero, dirigidos por Eloy Ronquillo, recibieron medalla de bronce y el trofeo por el tercer puesto, ante la presencia del presidente de la república doctor Eduardo Santos’’.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

martes, 24 de mayo de 2022

2064.- PANAMERICANO DE GIMNASIA RIO DE JANEIRO, 2021

Omar Romero Güiza (La Opinión)

Jossimar Calvo no clasifico a Tokio 2020


El sueño de ver actuar al gimnasta cucuteño Jossimar Calvo Moreno en los Juegos de Tokio 2020 se el viernes 4 de junio 2021 en el Panamericano de mayores clasificatorio, que se disputa en Río de Janeiro (Brasil), tras la competición en la general individual.

En la general individual, Jossi ocupó la novena casilla, con una calificación de 79.550, mientras que Javier Sandoval estuvo un puesto por arriba de Jossimar, con una puntuación de 80.750.

El nortesantandereano deberá esperar otra oportunidad para los Olímpicos de París 2024.

El primer lugar fue para el brasileño Caio Campos Souza, con 84.450, el segundo lugar lo ocupó el estadounidense Paul Wojciech, que alcanzó una calificación de 83.000, tercero fue Diogo Soares, de Brasil, con 82.700, cuarto el estadounidense Austin Loos, con 82.150, y el quinto lugar fue para otro norteamericano Vitaliy Guimaraes, con 81.650 de calificación.

Era la única posibilidad que tenía la gimnasia nacional de conseguir el cupo a Tokio, tras un año de espera, donde la pandemia de la COVID-19, trastocó toda la preparación deportiva.

Por equipos, Colombia obtuvo la medalla de bronce con 241.750. La presea de oro fue para Brasil con 251.450 y la medalla de plata para los Estados Unidos con 248.600.

Un año sin competir

El Panamericano estaba previsto para abril del año pasado, pero debido al confinamiento mundial y al cierre de los escenarios en Colombia, afectó la preparación de los gimnastas colombianos.

Jossimar Calvo, de 26 años, soñaba con estos olímpicos después de superar una lesión que lo marginó desde 2019 de todas las competencias internacionales.

“No pasamos a la olimpiada”, dijo el entrenador Jairo Ruiz Casas a La Opinión, luego de la presentación ayer de la delegación cafetera, que estuvo concentrada dos meses en Cúcuta, acondicionándose para el torneo continental.

"No pasamos, no clasificamos a la olimpiada, el mejor de los nuestros fue Javier Sandoval (octavo) y el segundo Jossimar (noveno). Jossimar no compitió bien y no nos alcanzó con respecto a los brasileños y los americanos para clasificar a la olimpiada de Tokio" subrayó el entrenador de la Selección Colombia de Gimnasia.

Ruiz Casas indicó que, "pasamos a finales y tenemos opción en barra y paralelas y por equipos hemos obtenido la medalla de bronce".

En los parciales por aparatos, Jossimar logró los siguientes puntajes: en suelo obtuvo 12.100, en arzones, 12.950; en anillas, 13.300; en salto, 14.600; en paralelas, 13.500; y en barra, 13.100, para un total de 79.550.

En cuanto a Javier Sandoval, las calificaciones parciales fueron; suelo, 12.650; arzones, 13.050; anillas, 13.450; salto, 13.550; en paralelas, 14.200; y en barra fija, 13.850.

Se ganó una medalla de oro y dos de plata con Sandoval

Javier Sandoval sumó tres de las seis medallas que logró Colombia

El Panamericano de gimnasia de mayores, masculina y femenina, certamen que era clasificatorio a los Olímpicos de Tokio 2020 bajó el 6 de junio el telón en Río de Janeiro, Brasil. Los grandes dominadores del campeonato fuero los brasileños y los estadounidenses que se quedaron con las plazas para Tokio.

A pesar de que la selección Colombia dirigida por Jairo Ruiz Casas no logró hacerse a unas de las casillas a la olimpiada, el equipo cafetero a nivel panamericano cerró su participación obteniendo seis medallas.

La primera de ellas fue el bronce por equipos ganada en las finales por aparatos, Javier Sandoval, José Manuel Martínez y Christopher Bohórquez fueron los más sobresalientes.

En barra fija, Colombia hizo el 1 y 2 con Javier Sandoval y José Manuel Martínez. Sandoval tuvo un puntaje de 13,900 y Martínez 13,300 y la presea de bronce fue para el argentino Santiago Mayol, con 12,900.

En la prueba de caballo con arzones, Javier Sandoval, en una reñida competencia con el argentino Santiago Mayol, perdió la medalla de oro, a pesar de que los dos deportistas terminaron igualados con el mismo puntaje 13,00 y la definición se dio por el grado de ejecución del esquema donde Mayol tuvo 7.700, con un grado de dificultad de 5.3, mientras que el de Javier fue de 7.200 y el grado de dificultad de 5.8.

En esta competencia Jossimar Calvo terminó sexto con un 12,150 y en paralelas séptimo con 13,100.

De igual manera Sandoval se quedó con la presea de plata en paralelas, con una calificación de 14,500. La medalla de oro fue para el local Caio Campos Souza, quien había ganado el oro en la general individual. Caio consiguió un puntaje de 14,900, el bronce fue para el también brasileño Diogo Soares, con 14,050.

Contento con el resultado

Sobre los resultados logrados pese al sabor agridulce de no poder clasificar a la olimpiada, Javier Sandoval desde Río de Janeiro dijo: “me siento orgulloso del equipo, es un grupo joven, pero con muchas ganas mucho talento, y vamos creciendo. Gracias a Dios fue una gran competencia, estoy muy contento por los resultados.”.

Se lamentó no haber podido conseguir el tiquete a Tokio 2020, pero dijo que desde ya están trabajando para París 2024.

“No se pudo conseguir el cupo a la olimpiada, pero ya estamos pensando en París (2024), estamos pensando cómo lograr esa clasificación. Sabemos que Colombia tiene gimnastas muy talentosos que pueden conformar un equipo olímpico”, confesó.

Sostuvo que más allá de no ir a los olímpicos la selección hizo una buena presentación, aunque lo ideal era haber clasificado a los Juegos para lo cual se trabajó todo este tiempo.

Sandoval también agradeció al Gobernador Silvano Serrano por apoyo y lo invitó a que les colaboren con la pista de suelo que le solicitaron hace dos meses, para tener un mejor desempeño.

La otra medalla alcanzada por los colombianos fue el bronce en anillas con Christopher Bohórquez quien marcó un puntaje de 14,350. El oro fue para Caio Campos con 14,700 y la plata para el argentino Federico Molinari con 14,500. Sandoval fue sexto, con 13.100.

Ruiz, tranquilo

Finalmente, el técnico Jairo Ruiz Casas quedó tranquilo con la presentación y agradeció a la Gobernación y a la empresa privada por el apoyo brindado. “Primero agradecerles a las empresas, Comfaoriente, Aguas Kpital, Arrocera Gélvez, la Federación colombiana de gimnasia, Comité Olímpico Colombiano, ministerio de Deporte y a la liga por el apoyo en todo este proceso. La verdad el balance nos deja satisfechos”.

Y Agregó: “no se consiguió el cupo a la olimpiada, pero se consiguió posicionar el equipo en el tercer lugar. Estamos contentos por esos resultados”.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

domingo, 22 de mayo de 2022

2063.- EN PALMERAS, AUSENCIA DE ACUEDUCTO

Tatiana Ballen García (La Opinión)




En 1965 surgió, en la ciudadela Juan Atalaya, el barrio Palmeras en honor a la gran cantidad de este tipo de plantas alrededor del sector. Primero fueron una invasión, hasta que, hace 48 años, fueron legalizados con la obtención de la personería jurídica.

Desde entonces se destacó por el gran número de emprendedores de la confección y la fabricación de calzado, quienes construyeron sus viviendas en este barrio.

En los primeros años de la Junta de Acción Comunal (JAC) sus integrantes decidieron dividir en dos el barrio Palmeras debido al crecimiento de la comunidad, entre otros factores que los vecinos aún desconocen.

El terreno solo contaba con un sector dedicado al cultivo de fruta y tabaco, pero algunos de sus trabajadores prefirieron construir sus viviendas cerca de este lugar. Ellos son considerados como fundadores de Palmeras parte alta.

También había un asentamiento llamado ‘7 de mayo’, pero con los años dejó de existir para convertirse en la actual Palmeras parte baja.

Una de las fundadoras explicó que los nombres de alta y baja fueron asignados de acuerdo con la forma de ingreso al barrio. En la parte alta, a medida que se circula por las calles se aprecian lomas, en cambio, para ingresar a la baja, se debe descender para entrar al barrio.

“Mi familia y yo tenemos más de 45 años viviendo aquí y hemos podido ver su crecimiento, en su mayoría, era monte y las casas fueron construidas en bahareque. Cerca de este lugar existía un lugar turístico, ‘El Rodeo’, que las personas utilizaban como balneario y suministro de agua cuando este fallaba, pero con el tiempo desapareció”, comentó Valentín Duran, habitante de la zona.

María del Socorro Jiménez, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC), afirmó que lleva cerca de 35 años viviendo en este barrio, por lo que ha visto la evolución, pero también ha sido testigo de problemáticas que han perdurado con el paso del tiempo.

Jiménez cuenta que, por mucho tiempo, las calles fueron trochas y cada vez que llovía se volvían intransitables, sumado a que las aguas negras se salían de los canales y terminaban en las vías principales de Palmeras, problema que aún sigue vigente.

Dilemas por las propiedades

Cuando el barrio empezó a surgir, en ese tiempo se llevaba el proceso de transformación de la capilla a la actual Parroquia San Pío X. Para colaborar en su construcción, los habitantes de estas zonas hicieron bazares, rifas y otras actividades para recolectar los fondos necesarios.

Pero con el crecimiento de los barrios vecinos a la iglesia, la comunidad comenzó a discutir sobre la propiedad de este terreno. Algunos decían que pertenecían a Cúcuta 75, hasta que, después de varias décadas, se le asignó la propiedad a Palmeras por su mayor cercanía. Sin embargo, de nuevo le fue devuelto el terreno al primer barrio.


Así mismo ocurrió con el antiguo colegio Calasanz, ubicado en la primera etapa con avenida Kennedy, diagonal a la iglesia.

“En su mayoría, los niños de estos barrios crecieron en las aulas de este colegio. Al principio, estaba construido en tablas y algunos ladrillos, pero fue remodelado y luego se cambió al Colegio Cooperativo San José de Peralta”, mencionó Mercedes Bautista.

Otros centros educativos en Palmeras son los colegios Innovación Estudiantil, Rafael Pombo, entre otros. En la actualidad, tanto la parte alta como la baja no cuentan con muchos escenarios deportivos e infantiles.


En límites con primera etapa, se encuentra el parque ‘El Planchón’, antes un terreno con árboles y tierra al que la comunidad le hacía su respectiva limpieza. La administración Municipal lo restauró con juegos infantiles y construyó allí una cancha de fútbol.

Otros proyectos pendientes por ejecutar, aún son un misterio para la comunidad.


Cobro sin beneficio

La mayor preocupación de algunos vecinos es el cobro del servicio de acueducto en las facturas del agua, que les parece “absurdo”, porque no cuentan con este sistema.

“Son varios los sectores de Palmeras en los que no tenemos acueducto, le solicitamos a la empresa su instalación, pero la respuesta fue negativa porque el mal estado de las vías no lo permitiría”, añadió Durán.

La comunidad aguarda por la solución de este problema, ya sea con la instalación o con no cobrar por un servicio del que no se benefician.

Víctimas del abandono estatal


A pesar de que ambas partes están separadas por una urbanización, la comunidad comparte un problema central: el deterioro de la malla vial.

Gran parte de las vías tuvieron que ser pavimentadas por sus habitantes hace varias décadas, pero las intervenciones de las entidades y las lluvias las han deteriorado y provocado huecos.

Al sentir de la comunidad, el mal estado de sus calles demuestra la nula colaboración de las pasadas administraciones municipales para ejecutar proyectos de pavimentación o bacheo.

En otros sectores de Palmeras, todavía cuentan con calles destapadas y generan un riesgo para la comunidad por la alta accidentalidad.


Inseguridad desbordada

El tema de las drogas ha sido muy constante, desde casas que las distribuyen hasta encontrar personas ajenas del barrio consumiendo en las calles. Los vecinos señalan que la Policía se ha esforzado por retirarlos de la zona y desmantelar las ‘ollas’, pero al poco tiempo regresan a afectar el panorama del barrio.

Inundados en La Cañada


En el sector La Cañada circula una quebrada que, durante la temporada de lluvias de los primeros meses del año, se ha desbordado y ha ocasionado deterioro en el canal y las viviendas cercanas.

“Esta situación viene presentándose hace tiempo, pero se han incrementado las afectaciones. Los despachos solo vienen y miran, pero no da soluciones”, manifestó la presidenta de la JAC parte alta.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

viernes, 20 de mayo de 2022

2062.- LA VICTORIA, UNA COMUNIDAD SOLIDARIA

La Opinión

Estatua de Juan Atalaya

Hace 55 años, hoy 2021, en la ciudadela Juan Atalaya nació el barrio La Victoria. Sus primeros pobladores fueron servidores públicos que llegaron a unos terrenos donados por parte del Concejo de Cúcuta.

En su más de medio siglo de existencia, este sector se ha caracterizado por la solidaridad y unión de sus habitantes, quienes siempre han trabajado en conjunto para lograr sus objetivos. Por esta razón, en La Victoria la mayoría se conoce.

Wilson Díaz, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), manifestó que siempre han trabajado por el bienestar de todas las personas que viven en el lugar y eso les ha generado una buena convivencia y fraternidad.

“Cuando alguien fallece, entre todos recogemos fondos y le damos un aporte a la familia para lo que necesite, de igual forma, cuando alguno de los vecinos tiene una necesidad, que no pueda cubrir, de alguna forma lo ayudamos”, relató Díaz.

Dentro de los emblemas de barrio, en La Victoria está ubicada la Parroquia Cristo Maestro, construida en 1998, y la estatua que conmemora la vida de Juan Atalaya, español nacido en el Puerto de Santa María y fundador de la ciudadela, considerado como uno de los grandes benefactores de Cúcuta.


La educación, un tema para fortalecer

Para la mayoría de barrios de la ciudadela Juan Atalaya, la educación no es un problema y los estudiantes podían asistir a sus clases sin ningún inconveniente.

Sin embargo, con la llegada de la pandemia provocada por la COVID-19, los estudiantes tuvieron que quedarse en casa y recibir sus clases de forma virtual. Fortalecer la educación y garantizar la conectividad de los estudiantes a las clases virtuales es la prioridad por la que han venido luchando. Según el presidente de la JAC, esto representó un gran problema para muchos de los niños y jóvenes del barrio La Victoria, ya que la conectividad no es óptima ni garantizada.

“No todos tienen acceso a internet y mucho menos computadores. Eso ha hecho muy difícil que atiendan todas las clases y tengan el nivel de educación que tenían antes”, dijo Díaz.

El líder comunal agregó que han hecho solicitudes para que habiliten un punto de internet y computadores en el salón comunal, y de esta manera los niños puedan ver sus clases, pero hasta el momento siguen a la espera de una respuesta.

Por otra parte, este barrio cuenta con un comedor infantil que en sus inicios prestaba servicios a los estudiantes de la escuela Pablo VI, pero tuvo que dejar de funcionar porque, al parecer, debía construirse dentro de la institución educativa.

Como solución alternativa, la JAC y la comunidad decidieron conformar una fundación para conseguir los fondos que garantizaran una ración de comida diaria a 22 niños de escasos recursos del barrio.


Calles sin pavimentar

Otro de los problemas que tienen en este lugar es el mal estado de las calles, pues muchas de ellas llevan varios años sin ser pavimentadas y evidencian deterioro.

Residentes del sector afirmaron que cerca de cuatro cuadras del barrio están bastante dañadas y necesitan ser intervenidas.

En especial, una de las calles de la parte alta de La Victoria representa peligro porque fue usada por bastante tiempo como vía alterna para entrar al barrio Los Alpes, por lo que en este momento es casi intransitable.

Díaz contó que ya hicieron un proyecto con el comité de trabajo del barrio y fue presentado al Departamento de Planeación Municipal y a la Secretaría de Infraestructura, a la espera de una solución a este gran problema en el que se ha convertido la vía.


La falta de iluminación genera inseguridad

Los atracos y el consumo de drogas se convirtieron en ‘el pan de cada día’ de este barrio. Habitantes de la zona señalan que ya no saben cómo controlar el problema, porque durante varios años los ha golpeado y no parece detenerse.

La comunidad señaló que la falta de algunas luminarias en varias cuadras se ha convertido en uno de los factores que permiten que estas situaciones se sigan presentando. Ante las calles oscuras, la mayor parte del tiempo prefieren no salir de sus casas.

También agregaron que no ven mucha presencia policial por las calles, por lo que manifestaron que ya dejaron de sentirse seguros mientras se pasean por el lugar.

No muy lejos de allí, se encuentra el Paseo Rojo y Negro, considerado por la misma comunidad como un punto crítico en el que la inseguridad y el consumo de psicoactivos aumentan día a día.

A plena luz de la mañana, grupos de personas se acumulan en las entradas y salidas del puente, a la espera de vigilar quiénes pasan y con qué objetos de valor. En las noches, la situación se torna peor.


Riesgo mitigado

Algunas de las viviendas pertenecientes a La Victoria quedan en la parte alta de un cerro, por lo tanto, corrían el peligro de caer al vacío en cualquier deslizamiento.

La comunidad y los líderes del barrio le insistieron mediantes cartas y oficios a la Secretaría de Gestión de Riesgo de Cúcuta para que ejecutara un plan que les brindara seguridad a las personas que vivían en la parte alta.

En la actualidad, dicho proyecto se está llevando a cabo con una inversión que superó los 1.000 millones de pesos y que incluyó varios estudios geotécnicos que, según las proyecciones, les va a garantizar una vida más tranquila a los que habitan en el lugar.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.