domingo, 28 de enero de 2024

2373.- EUSTORGIO COLMENARES B., 30 AÑOS DEL ASESINATO

La Opinión


Eustorgio Colmenares Baptista nació en Cúcuta el 17 de septiembre de 1924 en un hogar conformado por Eustorgio Colmenares y la Venezolana Albertina Baptista, quien había emigrado desde Maracaibo, su ciudad natal, en 1901.

Desde muy pequeño, su padre, mayordomo de fincas en el municipio de El Zulia, le inculcó el amor hacia el campo y la naturaleza. Tenía varios hermanos: Mercedes, Adriana, Teresa, Sofía, León, Alicia, y posteriormente Ana Luisa.

Vivió su época de estudiante en diferentes colegios de Cúcuta, Pamplona y Bogotá, algunos de ellos son el Sagrado Corazón de Jesús y el Colegio Provincial San José.

Mientras adelantaba sus estudios, también se convirtió en amante de los deportes, participando como jugador en varios conjuntos de fútbol y baloncesto, en los cuales siempre ocupó un lugar destacado en el equipo.

Sus estudios universitarios los hizo en Medellín, en la Universidad de Antioquia, apoyado económicamente por sus hermanos mayores que ya trabajaban en ese momento, Mercedes y León. Eustorgio escogió como profesión la odontología, graduándose en 1949, y la ejerció con idoneidad, a satisfacción de las personas a quienes trató durante sus años de servicio en el hospital San Juan de Dios y en su gabinete particular, hasta aproximadamente 1966.

En tierras paisas, conoció a su esposa, la antioqueña Esther Ossa Montoya, quien también cursaba estudios en la misma facultad y con quien contrajo matrimonio en 1949 antes de venir a radicarse a su ciudad natal, Cúcuta.

Como un buen defensor de los ideales liberales, al inicio de la década de los 50’ se vinculó a la política partidista, siguiendo el ejemplo familiar de su hermano mayor León, uno de los líderes del liberalismo en la ciudad.

En 1955, como presidente de la Liga Departamental de Baloncesto, presidió el Comité Organizador del XVl Campeonato Suramericano de Mayores y Primer Juvenil, torneo que fue en ese momento el más importante que se había realizado en el país y en la ciudad, llevándose a cabo con lujos de detalles en el recién construido coliseo Rojas Pinilla, hoy Toto Hernández.


En el desempeño de cargos públicos fue igualmente exitoso y así está demostrado en los beneficios de sus gestiones para ejecutar obras y diversos programas que aportaron soluciones a problemas de Cúcuta o de Norte de Santander en general.

En 1961 fue designado por el gobernador Miguel García-Herreros secretario de Gobierno departamental, cargo que ocupó entre los meses de marzo a octubre, cuando fue designado José Luis Acero Jordán para reemplazar al gobernador García-Herreros.

En 1966 al iniciarse el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, fue designado por el gobernador Gustavo Lozano Cárdenas como Alcalde de Cúcuta, en reemplazo de don Numa Pompilio Guerrero.

Como administrador municipal de la ciudad, completó cuatro años de gobierno, pues fue ratificado en el cargo al relevar en la gobernación Argelino Durán Quintero a Gustavo Lozano en 1968. Su desempeño fue uno de los más recordados por varios años, ya que se llevaron a cabo acciones que impulsaron al crecimiento de la ciudad, como lo son: la terminación e inauguración de la Central de Transportes, primera estación en su género en Colombia; un plan gigante de pavimentación de calles de la ciudad y apertura de nuevas vías para comunicar a barrios de la periferia; campañas cívicas de embellecimiento y ornato de la ciudad; también durante su administración se construyó el Bosque Popular, donde se realizó la Primera Feria de verdad Internacional Industrial y Comercial, en compañía de Fenalco, dirigida en ese entonces por José Neira Rey y Carlos Rangel.

Dejó casi terminada la iluminación de la avenida Gran Colombia; su administración se caracterizó por un apoyo incondicional al deporte promoviendo la recuperación del Cúcuta Deportivo en una de sus crisis e intentó conseguir para la ciudad la sede de los juegos nacionales.

De igual forma, en su administración facilitó los terrenos y promovió la construcción del INEM, Universidad Francisco de Paula Santander, la Aduana Nacional, el Instituto del Niño Retardado Mental, el Colegio Nacional de Periodistas y la Plaza de Toros de Cúcuta para la cual también dejó listos proyecto y planos aprobados, obra que posteriormente fue desechada por el Concejo Municipal por problemas políticos de la época.

En otros cargos como secretario de Gobierno del Departamento, secretario del Ministerio de Comunicaciones, senador de la República o director de Cúcuta 75.

Para la conmemoración del sesquicentenario del terremoto, puso conocimientos, ideas, visión, empeño y rigor ejecutivo para que los proyectos y las políticas adoptadas se cumplieran, se consolidaran y generaran los cambios esperados.

El periodismo, una de sus pasiones


Alternando su trabajo profesional con la actividad política en la cual intervino siendo miembro del directorio liberal municipal y departamental, ante la carencia en ese momento de un medio que interpretara el sentimiento de un grupo liberal, decidió en compañía de Virgilio Barco, Eduardo Silva, León Colmenares y Alirio Sánchez, entre otros, iniciar un semanario que llevó el nombre de La Opinión en 1958.

Esta empresa periodística, después de circular de forma irregular durante 2 años, se convirtió en el diario La Opinión, el quince de junio de 1960.

Ya retirado del ejercicio profesional de la odontología se dedicó de lleno al periodismo para continuar impulsando a La Opinión en el ámbito regional, hasta lograr consolidarla como el periódico de mayor importancia del departamento, al tiempo que procuraba modernizar su planta de producción, llevándola a sistemas más ágiles de impresión y ya propios, puesto que al comienzo el periódico se imprimía en maquinaria alquilada.

En 1980 participó en la fundación de la Agencia de Noticias Colprensa, proyecto que unió a varios periódicos regionales entre ellos Vanguardia Liberal, El Colombiano, El País, El Universal, El Heraldo, La República, La Tarde y La Opinión. Esta agencia fue fundamental en la consolidación de los periódicos regionales y su principal objetivo era recolectar las noticias de la capital para todos y servir de enlace entre los mismos para obtener una red amplia de información.

Desde el periódico continúo proyectando su pensamiento y su amor por la ciudad, sirviendo como orientador y consejero a muchos de quienes figuraron en la actividad gubernamental y política durante el resto de su vida.

Su trágica muerte

El 12 de marzo de 1993, cuando departía con su esposa Esther Ossa de Colmenares, en su casa en el barrio Caobos de Cúcuta, dos sicarios llegaron hasta el frente de la vivienda y uno de ellos disparó, apagando la voz de Eustorgio Colmenares Baptista, fundador y director del diario La Opinión.

En la huída, los delincuentes estrellaron contra un bus la camioneta en la que se movilizaban, por lo que la abandonaron. Luego, se enfrentaron a unos detectives del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).

En 1996 se cerró el caso contra esos dos sujetos y un año después fue reabierto a petición de la Procuraduría. Pero en enero del 2001 un juez los absolvió. El homicidio de quien además fue alcalde de la ciudad, concejal y senador fue atribuido a la Unión Camilista del Ejército de Liberación Nacional (Eln).


En 2013, 20 años después del asesinato, la Fiscalía lo declaró un crimen de lesa humanidad para evitar que quedara impune, convirtiéndose en un gran logro para su memoria.

A 25 años de este golpe a la libertad de prensa y expresión, el mundo del periodismo colombiano, en especial el nortesantandereano, sigue recordando a unos de los conspicuos hijos de esta zona del país.

El Eln alegó que este vil crimen lo cometió debido a la “parcialidad informativa a favor de la burguesía” por parte del periódico que dirigía Colmenares. Pero dos años después, esta guerrilla presentó excusas por el homicidio.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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