Hace más de 80 años se inició la consolidación de uno de los barrios más representativos y tradicionales de la ciudadela Belén, el cual, ha dejado un legado e historia que a la fecha 2024 se conserva todavía entre la comunidad de ese sector.
Se trata de Barrio Nuevo, una zona que como la mayoría de barrios del área metropolitana de Cúcuta, comenzó siendo una invasión, pero creció gracias a la llegada de algunos habitantes visionarios como Carlos Mora, José Lindarte y Ramiro Meza, así como las familias Rangel, Ibarra, Quiroga, Rondón y Cárdenas.
Todos ellos contribuyeron a la gestión de la legalización de Barrio Nuevo e hicieron caso a la frase que alguna vez mencionó Carlos Mora, “por un mismo objetivo, todo se puede lograr”.
Fue así como se lograron abrir las primeras vías de acceso al lugar, además de la construcción del templo Nuestra Señora de Lourdes, obteniendo los recursos por medio de la organización de bingos, rifas y bazares.
Debido al gran esfuerzo de la comunidad por construir la capilla, se otorgó una celebración anual para la Virgen de Lourdes, así como otras festividades tradicionales en ese sector de la Comuna 9.
Una situación parecida ocurrió con el colegio José Aquilino Durán, sede Atanasio Girardot, porque se creó con la finalidad de implementar la escolaridad de Barrio Nuevo y los sectores aledaños como Belén de Umbría y Gaitán.
Además de la unión comunitaria, otro de los puntos a destacar de Barrio Nuevo son las festividades que se desarrollan en los principales escenarios. Una de ellas se celebra cada 23 de diciembre, donde los niños se disfrazan y acompañados de una papayera, recorren las calles del barrio con el fin de que las personas se unan al festejo.
Según lo expresado por los residentes más antiguos, esta fecha era esperada para todas las personas que crecieron en el barrio porque “se organizaba nuestro propio carnaval y disfrutábamos todos por igual”.
La ‘Vara de Premios’
Otra festividad creada por Carlos Mora que llamó la atención de los vecinos fue la ‘Vara de Premios’, con el fin de celebrar la llegada del Niño Dios junto a los más pequeños.
“Se tomaba una vara muy alta y la llenaban de grasa, en la punta colocaban un dinero recolectado entre los vecinos, y en el resto de la vara colgaban diversos obsequios”, recordó un habitante.
Esa vara se enterraba y los niños empezaban a subirse. En dado caso de que no alcanzaran a llegar a la cima, podían agarrar un regalo, y aunque antaño se celebraba cada 25 de diciembre, la comunidad optó por organizarlo el primer día del último mes del año, en aras de conmemorar la llegada de las fiestas decembrinas.
Son varias las problemáticas que aquejan a los residentes de este sector de la ciudad, siendo una de las más graves, el acceso al servicio de agua potable, sobre todo en la parte alta de Barrio Nuevo.
De acuerdo con la opinión de Jorge Celis, presidente de la JAC, en alguna ocasión se tuvo que contactar con Aguas Kpital para que con carrotanques se abastecieran del líquido vital alrededor de 20 familias, “porque llevaban como dos meses sin agua”.
Por ello, -según el líder comunal-, se está gestionando un proyecto para que la Alcaldía de Cúcuta ponga sus ojos en Barrio Nuevo en aras de solucionar esta y otros problemas, “porque la administración pasada no hizo nada, entonces estamos a la expectativa”.
Inseguridad, desbordada
Otro desafío que afronta la comunidad de Barrio Nuevo es la desmedida inseguridad presentada en ese sector. Al colindar con el canal Bogotá, son muchos los habitantes de calle que merodean en la zona y aprovechan la soledad de la noche para consumir droga.
Del mismo modo, al no contar con buen alumbrado público, se les facilita a los ‘amigos de lo ajeno’ hacer sus fechorías durante la noche, hecho que causa zozobra.
En vista de la situación, los habitantes le han solicitado a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), un mayor acompañamiento para evitar los robos nocturnos, a lo que las autoridades han respondido con el aumento de patrullajes y vigilancia en la zona.
Para los habitantes, también se volvió un problema usar los escenarios deportivos, principalmente la cancha de tierra y la de microfútbol, que se han deteriorado con el paso de los años.
Debido a esto, los escenarios deportivos, que en primera instancia eran para uso de la comunidad, ahora quedaron relegados a disposición de los jóvenes, quienes son los únicos que utilizan las canchas.
“Es imposible salir a trotar o practicar deporte en la cancha de arena cuando llueve, y tampoco en las noches por la inseguridad”, mencionó un residente.
Sin embargo, la comunidad tampoco puede ejercitarse en el escenario durante los días soleados, porque al no estar entechado, es imposible por las altas temperaturas.
En lo que respecta a la cancha de microfútbol, si bien es cierto que el piso y los arcos se encuentran en buenas condiciones, la comunidad ha tratado de organizar jornadas de embellecimiento de este lugar, pero no ha sido posible.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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