viernes, 30 de mayo de 2025

2618.- LAS LUCES Y SOMBRAS DEL BARRIO SAN LUIS


Nicolás Mojica (La Opinión)


Son varios los motivos por los cuales, la historia de Cúcuta y su área metropolitana no se pueden entender sin la existencia del barrio San Luis, debido a la historia e importancia que tuvo este sector de la Comuna 4 para el crecimiento de la capital de Norte de Santander.

Además de ser actualmente barrio del área metropolitana de Cúcuta, San Luis tiene características y momentos que han trascendido de generación en generación, y se han convertido en un patrimonio cultural muy fuerte para los cucuteños.

Según un residente del sector, antes de la llegada de los españoles a América, la región que hoy se conoce como San Luis estuvo habitado por los indios chitareros. Posteriormente por política de la corona española de proteger a los aborígenes, en 1641 nace el Pueblo de Cúcuta, como parte de la creación de la República de indios.

Mucho tiempo después, la problemática de convivencia del Pueblo de Cúcuta con los habitantes del otro lado del río, con la población no indígena, terminó cuando los fundadores de San José de Cúcuta, Juana Rangel de Cuellar y asociados, hicieron una donación de 782 hectáreas para la erección de la parroquia San José de Guasimal (hoy San José de Cúcuta), para que fuera el asentamiento de un nuevo poblado, acorde a los estándares arquitectónicos de la época.

Con la llegada de la República, en 1822 se elimina como Pueblo de Indios y entonces se mantiene como municipio el Pueblo de Cúcuta hasta 1898, cuando el párroco Demetrio Mendoza, renombró al Pueblo de Cúcuta como San Luis, en honor al religioso italiano San Luis Gonzaga. Posteriormente desde 1913 por ordenamientos territoriales, ha cambiado a ser corregimiento hasta barrio de Cúcuta, como lo es actualmente.

Otro de los motivos de la importancia de este barrio se debe a que fue uno de los sectores por los que transitó el ferrocarril, y en los vagones del gigante ferroviario se transportaban personas, productos e innovación, que convirtieron a Cúcuta como una ciudad cosmopolita, y tuvo en San Luis uno de sus barrios insignia.

La demarcación geográfica por la cual está conformado San Luis, hizo que los residentes en algún momento de su historia tuvieran que pagar para atravesar en elementos navegables el río Pamplonita, y dependiendo de la fuerza en el caudal, el precio del viaje podría variar, pero generalmente costaba un centavo.

*Introducción modificada por este recopilador.


Lo bueno

Para Juan Carlos Contreras, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), uno de las consecuencias positivas del turismo generado por la basílica, está ligado al aumento en el comercio y la recreación en el parque principal del barrio, situado a un lado del templo religioso.

Lo anterior se debe a que semanalmente, el parque es sede de un mercado satélite, donde comerciantes de San Luis y otros barrios de la ciudad venden sus productos a parte de la población cucuteña.

Es preciso informar que el escenario fue remodelado durante la administración anterior, por lo que es un lugar idóneo para que alrededor de 30 comerciantes puedan aumentar sus ganancias.

“Los miércoles son el mejor día para nosotros los comerciantes de San Luis, pues hacemos buen dinero y podemos seguir viviendo de lo que nos gusta, además de que hay bastante turismo, lo cual es bueno para el barrio”, comentó Carlos Rivera, comerciante de la zona.

Lo malo

Sin embargo, no todo es bueno para la comunidad de San Luis, ya que desde hace 5 años -según un habitante-, los residentes de este sector de la Comuna 7 han tenido que acostumbrarse a una problemática que con el paso de los años se fue acentuando más: la inseguridad.

“La mayoría de nosotros vivimos con zozobra, pues los habitantes de calle aprovechan las instalaciones del parque para dormir y consumir sustancias alucinógenas”, informó una residente que prefirió no dar su nombre.

Ante esta situación, la Junta de Acción Comunal se ha comunicado con la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), para una mayor vigilancia nocturna en las calles que conforman al barrio.

Al ser consultados por la problemática, la Mecuc señaló que a través de la estrategia ‘Cúcuta Territorio Seguro’, se está mejorando el patrullaje en los barrios, en aras de mejorar el modelo de vigilancia comunitaria por cuadrantes, además de instalar alarmas comunitarias y en un futuro cámaras de seguridad.


Lo feo

Otro de los males que aquejan a la comunidad es el mal estado de la Laguna de San Luis, pues a pesar de ser uno de los lugares con mayor potencial turístico y ecológico de Cúcuta, el escenario se convirtió en un foco de contaminación.

Según Nicolás Rozo Páez, director de la Red Nacional de Jóvenes de Ambiente, las razones por las cuales la Laguna de San Luis tiene una contaminación desmedida se deben a la falta de mantenimiento por parte de las administraciones municipales.

A eso se le suma que el pasto que crece al interior de la laguna tiene un Ph más elevado de lo habitual, impidiendo que animales acuáticos puedan habitar allí, y finalmente solo hay un contenedor de basura por la empresa en el escenario.

No pueden acceder

Según se conoció, la Alcaldía no ha podido entrar a hacer un mantenimiento general, porque los terrenos donde se encuentra ubicada la Laguna pertenecen a los herederos de las personas que trabajaron en ‘El Chircal’ de ese sector.

Rozo afirmó que, “a pesar de que hay trámites legales para adquirir el terreno, no se ha visto una iniciativa de las entidades correspondientes por acelerar el proceso”.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

miércoles, 28 de mayo de 2025

2617.- LAS DOS CARAS DEL BARRIO TOLEDO PLATA

Nicolás Mojica (La Opinión)


No cabe duda de que el barrio Carlos Toledo Plata es uno de los más importantes para la Comuna 6 del área metropolitana de Cúcuta, debido a que es una extensión del barrio Aeropuerto.

Los orígenes de ese sector se remontan a 1991, cuando las personas empezaron a construir modestas viviendas hechas de madera o tablas, con techos de zinc en medio de la maleza y la vasta cantidad de naturaleza que recubría la zona por aquel entonces.

Un año después se fundó el colegio de Toledo Plata, donde albergaba inicialmente alrededor de 250 estudiantes de primaria que recibían clases en tres salones. Con el pasar de los años, la infraestructura se fue agrandando a tal punto de que, a la fecha, el colegio cuenta con educación superior y más de 400 estudiantes en sus aulas de clase.

Para la comunidad de ese entonces, era toda una odisea acceder a los servicios públicos, ya que usaban un solo bombillo en sus cambuches, y pasaban con extensiones la electricidad para cada una de las familias.

Una situación similar ocurría para el agua y alcantarillado, ya que ante la falta de estos la comunidad acudía a los barrios aledaños para traer el líquido vital con baldes y suministrarla por varios días.


En esa situación vivieron las familias por más de 13 años, hasta que, en mayo de 2003, durante la Alcaldía de Manuel Guillermo Mora, se le otorgó al sector de Carlos Toledo Plata el título de barrio. El templo San Isidro Labrador al principio fue una construcción hecha tablas, que con el tiempo sufrió algunas remodelaciones donde fue ampliada la infraestructura y sus materiales se cambiaron a cemento y baldosa.

Lo bueno

Son varias los factores que se destacan en Toledo Plata, debido que los avances mencionados anteriormente no hubieran sido posibles sin la unión de la comunidad, la cual hizo grandes esfuerzos por sacar adelante la invasión y a la fecha es uno de los barrios más significativos de la Comuna 6.

Danza como forma de educación

No obstante, desde hace 10 años se viene trabajando en el salón comunal una iniciativa para los más pequeños, con el objetivo de alejarlos de la violencia y las drogas, que son bastante frecuentes en el barrio.


Todo empezó cuando Álvaro Duarte, bailarín de la Fundación Folklórica Brisas del Pamplonita, decidió formar una escuela de danza con los niños de Toledo Plata y los sectores aledaños como el Aeropuerto, Torres de Bolívar, Simón Bolívar, Panamericano entre otros.

En el salón comunal, ubicado en la calle 18 con avenida 15, alrededor de 40 niños ven clases de distintos géneros musicales que son tradicionales en Norte de Santander, para entender un poco más la cultura del territorio.

Según Álvaro Duarte, el grupo de danza, llamado Corporación Cultural Folclor y Pasión, ha competido en certámenes municipales, departamentales y nacionales, “obteniendo primeros lugares en competiciones en el Cesar, y en la ciudad siempre tenemos buenas participaciones”.

Desde la Junta de Acción Comunal (JAC), informaron que el apoyo de la comunidad ha sido fundamental para el desarrollo formativo de los infantes, y se están llevando a cabo jornadas de limpieza con el fin de adecuar el salón comunal.


Lo malo

Lamentablemente, los residentes de Toledo Plata se han tenido que acostumbrar a lidiar con la inseguridad, debido a que son muchos los integrantes de las estructuras delincuenciales que residen en este y otros sectores de la ciudad.

En vista de esto, ningún ciudadano quiere hablar por miedo a las represalias, haciendo que las más de 20 mil personas vivan con miedo, zozobra y temor todos los días, pese a los constantes patrullajes de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).

¿Canchas, focos de inseguridad?

Además, dos de los principales centros de recreación y deporte en el barrio, se convirtieron en focos de inseguridad, debido al consumo de sustancias psicoactivas durante las noches, agudizando la situación.

Se trata de las canchas ‘Arenosa’ y ‘Pedregosa’, que, a pesar de recibir apoyos municipales, el deporte ha disminuido considerablemente por esta problemática, “porque las personas no van a jugar casi allí, les da miedo que en cualquier momento los atraquen o les pase algo peor”, expresó un residente.

La comunidad pide que, así como se instaló una alarma comunitaria en el barrio Aeropuerto, se haga lo propio con Toledo Plata, en aras de mitigar la inseguridad que por años ha azotado a los habitantes de la zona.

Lo feo

Otro mal que aquejan los residentes de Toledo Plata es el estado de la mayoría de las vías que rodean al barrio, porque se deterioraron debido al alto flujo de concentración vehicular presentado a diario.

Lo grave de la situación, es que las entidades correspondientes como la Secretaría de Infraestructura, no han hecho nada para solucionar la problemática, la cual lleva desde los inicios del barrio.

Por ello, los reiterados intentos de la JAC hacia las diferentes administraciones municipales solicitando la pavimentación de la capa asfáltica han sido en vano, pues las vías continúan en ese estado.

Posible recuperación

Según se conoció, bajo el programa ‘Comunidad-Gobierno’, de la Alcaldía de Jorge Acevedo, se buscará recuperar alrededor de 100 kilómetros de malla vial, principalmente por donde pase el transporte público municipal.

En vista de la situación, es probable que, para el Aeropuerto como Toledo Plata, haya grandes posibilidades de recuperar los tramos de vía donde pasen las busetas, lo que beneficiaría el tránsito y la movilidad en la zona.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

martes, 27 de mayo de 2025

ÚLTIMO DÍA DEL NOVENARIO... ROSENDO CÁCERES DURÁN



ROSENDO CÁCERES DURÁN
 - A SU MEMORIA -

Gustavo Gómez Ardila


Casi tan delgado como su sombra, al médico Rosendo Cáceres le gustaba caminar. No lo achantaban ni el sol, ni las distancias, ni los años. Sus pasos eran menudos y su voz era un susurro, pero su cabeza iba siempre erguida y miraba de frente como los hombres.

Se crio en el campo entre los cafetales de Chinácota, se hizo bachiller en el legendario colegio Sagrado Corazón de Jesús de Cúcuta en 1948, y se graduó de médico en la Universidad Nacional de Colombia. Hombre de pueblo raso, jamás perdió su sencillez. Y eso le daba el don de gentes que lo distinguió durante toda su vida. Y por eso toda la gente lo quería, lo admiraba, lo hacía suyo. Tan sencillo, que cuando le hacían algún reconocimiento -y le hicieron muchos- el médico Rosendo enrojecía y tartamudeaba como un niño cuando sube a la tarima a declamar algún poema.

Caceritos, como lo llamaban cariñosamente sus amigos cercanos, era bajito de estatura y liviano de carnes, pero con un corazón grandote, que uno no se explica cómo podía llevar semejante corazón en un cuerpo tan diminuto. Grande de corazón, de propósitos, de sueños. Grande como el inmenso pesebre que hacía en los diciembres en su casa.

El Dr. Rosendo fue de la generación de médicos que laboró en el antiguo hospital San Juan de Dios (donde hoy queda la biblioteca Julio Pérez Ferrero). Desde el patio de la biblioteca, Caceritos se quedaba a veces contemplando la edificación, seguramente viviendo los trajines y carreras de entonces para salvar alguna vida. Caceritos sonreía con los recuerdos.

Pero como todo hombre, también tuvo sus debilidades. Debilidades buenas. El amor por su familia, a la que se dedicó por entero, constituyendo un hogar ejemplar, cuyos hijos fueron su motivo y su orgullo. El amor por su profesión, la que ejerció con transparencia -lo dicen sus compañeros de quirófano- y sabiduría. Y su amor por el Cúcuta Deportivo, lo que le valió el reconocimiento como el hincha más fiel de la comarca. Su amor por Cúcuta, su amor por la cultura y su amor por los libros.

Cuando dejó de ejercer la medicina, uno se encontraba al doctor Rosendo en todos los actos culturales: en la fiesta del libro, en recitales, en conciertos, en conferencias. Siempre en un lugar alejado, silencioso, casi como queriendo pasar desapercibido. Sólo que Caceritos. jamás pasaba desapercibido.

Se acaba de ir (15 de mayo 2025) el Doctor Rosendo Cáceres Durán. Recto como una palmera que llega al cielo. Ligero de equipaje, pero cargado de virtudes. Con la satisfacción de los que pasan por la vida haciendo el bien. Con la sencillez de los hombres grandes. Con la fe intacta en Dios, que ayer lo recibió -estamos seguros- con los brazos abiertos para sentarlo a su derecha. Se fue a reunirse con doña Ana -su querida esposa Anita- que lo estaba esperando para seguirlo amando y consintiendo como lo hizo en vida.

Lo vamos a extrañar. Lo va a extrañar Cúcuta, su Cúcuta del alma. Lo va a extrañar el Cúcuta Deportivo. Lo va a extrañar la Clínica Norte, de la cual fue uno de sus fundadores. Lo vamos a extrañar sus amigos. Difícil de llenar su vacío, porque Rosendo Cáceres Durán nos ha dejado una huella imborrable de lealtad, amistad y cucutaneidad, como dicen ahora.

¡Buen viento y buena mar, allá en tu cielo, amigo Caceritos!




Sus exequias

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Serenata enfermeras Clínica Norte








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Presencia de Honor Banda Marcial Colegio Lasallista 
Sagrado Corazón de Jesús


DADLE SEÑOR EL DESCANSO ETERNO...





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

lunes, 26 de mayo de 2025

2616.- LAS CORRIDAS DE TOROS, HISTORIA CENTENARIA EN N. DE S.

Gerson Correa (La Opinión)


La fiesta brava en Cúcuta, desde el pasado, estuvo ligada a las ferias que tradicionalmente se celebraban en julio y que eran conocidas como Julianas y que hoy en día es bueno recordar como un contexto a la luz de la ley que acaba de ser aprobada (2024) en el Congreso de la República que ordenó acabar esta actividad en Colombia.

Durante estos eventos, principalmente en las tardes, se organizaban las famosas corridas de toros, con el clarín anunciando el paseíllo de los diestros y la aparición de los capotes verdes, amarillos y rojos, esperando la salida del toro y de los matadores y novilleros.

Recortes de prensa cucuteña de comienzos del siglo XX, registran que Rafael Pérez, más conocido como Perico, fue el primer gran torero cucuteño.

Desde joven, Perico se dedicó de lleno a la tauromaquia; primero, como mozo de espadas de los toreros españoles que por aquellos tiempos invadían las pequeñas ciudades colombianas; luego, como novillero, en cuyo ejercicio dio las primeras demostraciones de su habilidad y vocación indiscutibles para el arte.

En esos tiempos se destacaba que el ambiente taurino en Cúcuta adquirió caracteres de verdadera importancia y a menudo se daban corridas en la plazoleta de San Antonio, en donde Perico era la figura central.

Otro diestro criollo de la época fue Gustavo Lara, más conocido como Chucho Torero, nacido en Chinácota. Su fama recorrió Norte de Santander y las poblaciones vecinas del estado Táchira; donde quiera que hubiera fiestas, era conocida su estampa gitana y su elegante silueta.

Espectáculos improvisados

Para complacer a los aficionados se improvisaban circos en calle y plazas de la ciudad. En 1885, funcionó uno en la “Calle de las flores” (actualmente avenida 7 con calle 9); en 1895, en El Circo (calle 10, con avenida 2); en 1896, en el Bosque Colón.


Más adelante, en 1913, en la Plazuela del Libertador (edificio Santander o Parque Nacional), también se acondicionaron algunos lotes en la calle 18 y en la avenida 5 con calle 7.

Años más adelante, a finales de octubre de 1947, los periódicos registraron la creación de la junta directiva de la primera Peña Taurina de Cúcuta, integrada por Bernardo Ramírez, Guillermo Ayala, Luis Gálvez y Pedro Rafael Martínez.

Para esa época, como la afición taurina iba en aumento y el espectáculo de la ‘fiesta brava’ era la actividad central de las fiestas municipales, en la ciudad se empezó a pensar la posibilidad de construir lo que para la época se llamó un circo de toros.

Según el periódico ‘Hoy’, de marzo de 1948, Aziz Abrajim proyectó la construcción de un circo de toros y una gallera en la urbanización El Prado (actualmente el barrio Pescadero), sin embargo, finalmente se construiría en terreno que forman parte de La Ceiba, donde funcionó por un par de años.

Otra plaza, ‘La Andaluza’ fue inaugurada el 4 de septiembre de 1949, ubicada en la calle 5 con avenida 4, en terrenos de la urbanización La Garita, donde fue inaugurada oficialmente con la presentación del diestro mexicano Manuel Jiménez, conocido como Chicuelín en un mano a mano con el torero español Luis Álvarez Pelayo, Pepe.

Cúcuta, durante varios años, mantuvo una afición taurina, que llevó a las autoridades a proyectar una plaza de toros, con capacidad para 15.000 espectadores, en la antigua finca Corral de Piedra, terreno que el municipio compró con regalías por la explotación del petróleo en el antiguo corregimiento de Tibú. Se diseñó y se preparó todo para la construcción, pero la obra nunca se concretó.

Más de una década en el olvido

Precisamente fue en julio de 1989 cuando se inauguró en Cúcuta la plaza de toros San José de Cúcuta, situada dentro del complejo que se llamaba Plaza de Ferias y Exposiciones Mariano Ospina Pérez, en el barrio Sevilla, y que ahora dará paso al Centro de Eventos y Exposiciones.

Hay que recordar que aquel lugar, desde 1952 cuando abrió sus puertas, fue el punto de encuentro ganadero de la región en las exposiciones donde expertos en la materia se daban cita en la ciudad para intercambiar ejemplares.


Y es que allí, además, había 155 caballerizas, 12 vomitorios para la entrada y salida del ganado.

Por Ordenanza 020 del 4 de diciembre de 2009 se ordenó suprimir y liquidar la entidad descentralizada del orden departamental, Corporación de Ferias y Exposiciones de Cúcuta, dejando de esta forma a los gremios productivos sin un lugar fijo para adelantar sus actividades.

En la plaza de toros San José de Cúcuta, que contaba con una capacidad para 4.400 aficionados, el 23 de enero de 2011, fue escenario de la última corrida de toros de la ciudad antes de bajar el telón para siempre.

En esa oportunidad el espectáculo taurino se enfocó en brindarles ayuda a los damnificados de la ola invernal, principalmente a los habitantes del desaparecido Gramalote, quienes enfrentaban la tragedia natural registrada por aquellos días.

Esa tarde, seis toros de Paisbamba de 510, 450, 490, 490, 460 y 480 kilogramos respectivamente, fueron lidiados por los toreros Martín Quintana (español), alternando con Ruiz Sánchez ‘Ramsés’ y Manolo Rodríguez ‘Tutú’ quien tomó la alternativa.

Uno de los pioneros en Norte

Como un legado de su padre, Fernando Sánchez, conocido como El Bogotanito, empezó en el mundo de los toros desde muy joven, anhelando escuchar el famoso ‘ole’ del público en las mejores plazas del mundo.

Llegó a Cúcuta en 1979 buscando una oportunidad en Venezuela; sin embargo, se enamoró de la ciudad, donde ya lleva más de 50 años.

Aunque las cosas le funcionaron no tanto como torero, pero sí como empresario, rápidamente se convirtió en un referente de la fiesta brava en el departamento, marcando el punto de partida en muchos municipios para los espectáculos taurinos.

El entusiasmo y la creciente popularidad le dieron la idea de adquirir una plaza de toros portátil de metal, traída desde Venezuela, la cual llevó por primera vez a Puerto Santander y posteriormente a otros lugares del departamento.


Esta plaza portátil fue clave para activar y despertar el ánimo taurino, lo que impulsó la construcción de plazas de toros permanentes, siendo pionero junto a su empresa Coltauro en la inauguración de plazas y coliseos en Toledo, Bochalema, Salazar de las Palmas, Herrán, Ragonvalia, Chinácota y Santiago.

Sánchez dice que siente nostalgia por esos años dorados del toreo en Norte de Santander, y reitera que la pasión por los toros la lleva en la sangre, asegurando que “el espectáculo taurino no desaparece porque aún existe un público que le interesa”.

En ese sentido, destaca que este departamento fronterizo ha visto desfilar a las más grandes figuras del toreo nacional e internacional, como el cartel de lujo que presentó el 12 de octubre de 1982 en Chinácota: Paco Camino, Palomo Linares, Eloy Cavazos, Antonio José Galán, Bernardo Valencia, Alberto Ruiz El Bogotano, los rejoneadores Oky Botero y Dayro Chica, grandes figuras de las ferias de Colombia y el mundo.




Recopilado por: Gaston Bermudez V.

sábado, 24 de mayo de 2025

2615.- LA INVASION EL PROGRESO BUSCA APOYO DE LA ALCALDIA

Nicolás Mojica (La Opinión)


A mediados de 1980, se empezó a forjar los cimientos de una nueva invasión en las inmediaciones del Anillo Vial Occidental, cuando 32 familias abrieron el primer camino en esta zona, que actualmente se conoce como El Progreso.

Así, poco a poco empezaron a llegar las personas a este humilde sector de la ciudadela Juan Atalaya, donde había dos chircales en los que se hacían los ladrillos de la época, ubicados en la parte baja del mismo, uno por la calle 70 y el otro, entre la 68 y 69.

Curiosamente, el nombre de la invasión encaja con los esfuerzos de la comunidad por sacar adelante este lugar.

Lo más significativo quizás, fue la pavimentación del 40 por ciento de las calles que conectan a la invasión, hace más de diez años. Blanca Jaramillo, habitante de este lugar, recuerda con alegría la voluntad de la comunidad por sacar el proyecto adelante.

“Cuando llegamos aquí no había calles, todas las vías que se pueden apreciar las arreglamos nosotros, la Alcaldía de ese entonces puso el dinero y la comunidad, la mano de obra”, destacó Jaramillo.

Entre los residentes acordaron sectorizarse, pues cada uno arreglaba parte de la calle que colindaba con sus viviendas, y por medio de bazares, rifas, venta de pasteles o hayacas, se consiguió el dinero para seguir comprando los materiales de construcción.


Además, se alquilaron diferentes máquinas para mezclar el cemento y facilitar la pavimentación de las mismas, siendo esta la muestra de que ‘El Progreso’ se debe a la comunidad.

CDI, un apoyo para los padres

Este sector cuenta con un Centro de Desarrollo Infantil (CDI), en aras de mejorar la crianza de los niños y niñas que conforman este sector de la Comuna 8 de Cúcuta, y también es un apoyo para los padres de familia que deben salir a trabajar y dejan sus pequeños en estas instalaciones.

Lo malo

Al ser una invasión, no cuentan con muchos establecimientos comerciales, disminuyendo la calidad de vida de la comunidad, que debe trasladarse a otros lugares con el fin de conseguir muchas cosas.

Sin legalización

Hace más de 30 años ha existido una lucha por legalizar la invasión, con el objetivo de recibir más ayudas de las Alcaldías, pero la entidad municipal ha rechazado la petición de convertirse en un barrio.

En abril de este año 2024, Juan Bocanegra, secretario de Planeación Municipal, mencionó que se estaban avanzando los estudios para legalizar a 13 asentamientos humanos, nueve de ellos adscritos a la Comuna 8, pero El Progreso no fue mencionado por el funcionario, lo que desconcertó a la comunidad.


Con lote, pero sin salón

Otro problema para los habitantes de El Progreso es la falta de un salón comunal en donde se hagan las reuniones y otro tipo de iniciativas comunitarias; situación que lleva al menos más de 2 años.

De acuerdo a Carlos Enrique Archila Acevedo, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), el salón lleva mucho tiempo en construcción, pues se designó un lote ubicado al frente del colegio Carlos Ramírez París sede Don Bosco.

El líder comunal también fue crítico al señalar que las obras tuvieron que ser pausadas, por la falta de dinero para completar la construcción.

“Esto es un problema porque queremos hacer cursos de todo tipo en aras de integrar a la comunidad, pero no tenemos una infraestructura donde realizarlos”, concluyo Carlos Archila.


Lo feo

Pese a que los mismos residentes de El Progreso consideran a este sector como tranquilo, lo cierto es que hay una problemática en torno al consumo de sustancias alucinógenas en las inmediaciones de la cancha principal.

Y es que -según lo expresado por la comunidad- algunas personas externas a la invasión provenientes del Anillo Vial Occidental, llegan con sus motocicletas y consumen drogas durante las noches, aprovechando la soledad e inseguridad del sector.

Lo que significa que la principal zona de esparcimiento para la comunidad, se convirtió en un foco de inseguridad en las noches, por la gran cantidad de drogadictos que arriban a la zona.

“Es preocupante, porque uno no sabe qué tipo de personas llegan a consumir drogas en la zona, alterando la tranquilidad y generando zozobra en la comunidad”, mencionó un residente del sector.

En vista de la situación, desde hace un tiempo, Archila, en compañía de otros habitantes de la zona, se ha solicitado un mayor acompañamiento de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), con el fin de mitigar la inseguridad.

Por ser todavía una invasión, son contadas las veces en las que las autoridades se presentan en El progreso y corren a los consumidores de drogas.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

jueves, 22 de mayo de 2025

2614.- LA ESMERALDA, BARRIO CON GRANDES ALTIBAJOS

Nicolás Mojica (La Opinión)


A finales de 2005, con la llegada de 80 familias, provenientes de Arauca, Aguas Calientes, Vallesther y el Catatumbo, se empezó a establecer un nuevo asentamiento humano en las inmediaciones de la ciudadela de La Libertad.

Estas personas, quienes venían huyendo del conflicto armado y la violencia, se asentaron en ese sector de la Comuna 3, al que denominaron ‘La Esmeralda’, por su terreno tan pedregoso.

Para tener agua potable, estas personas “surtían con mangueras las primeras viviendas que se construyeron”, recordó Neftaly Angarita, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) y uno de los residentes fundadores.

Con el tiempo, llegó la Fundación V&C y desde ese entonces, los habitantes de La Esmeralda pueden acceder al acueducto mediante las pilas públicas.

Una situación similar ocurría con el servicio de energía, gas y alumbrado público, pero las entidades llegaron en vista de la gran sobrepoblación del lugar, teniendo a la fecha un total de 500 familias que residen en ese sector de la Comuna 3.

La situación para los habitantes de La Esmeralda cambió en 2008, cuando la administración municipal legalizó la JAC, obteniendo la personería jurídica.

Con esta noticia, la comunidad de aquel asentamiento humano sabía que cosas buenas se venían, confiando en que pronto llegarían los apoyos de las entidades municipales.

Buen estado en sus calles

Dichas ayudas se vieron reflejadas en la solución de una de las problemáticas que tenía el sector: la pavimentación, pues 12 de las 26 calles fueron arregladas a través del programa comunidad-gobierno.

De acuerdo a lo expresado por el presidente de la JAC, la Alcaldía se encargó de poner los recursos, maquinaria y demás materiales, mientras que la comunidad hizo lo propio con la mano de obra.

“Fue un trabajo mancomunado de varios meses, que finalmente sirvió para el crecimiento de La Esmeralda, algo de lo cual estamos muy agradecidos con esa administración”, expresó Neftaly Angarita.

Para 2012, una temporada de lluvias dañaron unos gaviones en la calle 19 y la avenida 24 quedó tapizada de piedras de gran tamaño, que impidieron desde entonces el paso hacía la ciudadela La Libertad.

Como el sector no tenía ninguna calle con asfalto, cada vez que llovía, el barro dejaba incomunicadas a las personas, por ello a través de rifas, bazares y ventas de comidas, las personas consiguieron el dinero para la empezar la pavimentación, antes del apoyo municipal.

Actualmente, solo quedan unas pocas calles por pavimentar en La Esmeralda, a la par de hacerle un mantenimiento a algunas vías que se han deteriorado con el paso del tiempo, situación que el líder comunal manifestó en los encuentros ciudadanos para el Plan de Desarrollo.


Eucaristías al aire libre

Una de las problemáticas que perjudica a la comunidad de La Esmeralda, es la falta de lugares para el esparcimiento de los habitantes, como una iglesia, un colegio o un escenario deportivo.

Según un habitante, los niños, ante la falta de una institución educativa cercana, deben desplazarse hacia el colegio Pablo Correa León, sede Guillermo León Valencia, ubicada en el barrio Aguas Calientes.

“Los niños a veces llegan tarde a clase por esta situación, y los profesores no entienden el contexto de las cosas, por eso hace falta un colegio por aquí”, mencionó el residente al ser consultado sobre esta situación.

Algo similar ocurre con la falta de un centro religioso, pues a las afueras de La Esmeralda, se está construyendo la Iglesia del Séptimo Día en la urbanización La Carolina.

Aunque la construcción todavía sigue en curso, no es un impedimento para que la comunidad de estas zonas realice actividades religiosas al aire libre, pues la necesidad de asistir a las eucaristías prima sobre todo en los adultos mayores de La Esmeralda.

También se conoció que, en reiteradas ocasiones, la JAC ha solicitado a la administración municipal una donación en aras de construir un escenario deportivo para incentivar la recreación en el lugar.


Otra problemática que aqueja a los residentes, es la falta de canalización de dos canales de aguas lluvias que atraviesan a La Esmeralda, porque esto trae varias consecuencias para la comunidad.

Para Neftaly Angarita, a los canales, ubicados a la entrada del barrio y sobre la avenida 25, “toca hacerles una intervención, en vista de que se puede apreciar a los zancudos que contraen el dengue, pozos sépticos, malos olores y sobre todo maleza”.

Buena noticia

La Secretaría para la Gestión del Riesgo de Desastres, señaló que La Esmeralda es uno de esos sectores donde se llevará a cabo una intervención del canal de aguas lluvias.

Lo anterior, en el marco de un proyecto de recuperación en estos espacios en toda el área metropolitana de Cúcuta, en sectores como La Carolina, Colinas del Tunal, Virgilio Barco, Cundinamarca, Prados del Norte, Manuela Beltrán, y por supuesto La Esmeralda.

En varios de estos puntos, los canales ya fueron intervenidos, y se está a la espera de terminar el proyecto de recuperación, los cuales han causado molestias en estas comunidades.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.



martes, 20 de mayo de 2025

2613.- INICIATIVAS PARA MITIGAR PROBLEMAS EN BARRIO MARIA PAZ

Nicolás Mojica (La Opinión)


Hace 34 años, en la Comuna 6, nació un sector, por la división que hubo en el barrio Carlos Pizarro, debido a la necesidad de aquellas familias por recibir beneficios de la Alcaldía, y también por conformar su propia Junta de Acción Comunal (JAC).

Fue así como inició la historia de María Paz, un pequeño barrio que limita con Chapinero, Cecilia Casto y Carlos Pizarro, pero lo que no sabían aquellas familias, era el desafío que suponía iniciar de cero en un sector con muchas dificultades.

Según Miguel Ángel Ascanio, expresidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) y una de las personas que lideró la independencia de María Paz, los comienzos fueron duros, pero la mayor dificultad que había, era el acceso al transporte público.

“Las calles estaban sin pavimento y cuando fui a hablar con las empresas de transporte para que por el barrio pasara una ruta de busetas, nos dijeron que a los choferes les daba miedo transitar por María Paz, porque los robaban”, señaló Ascanio.

Durante años, la comunidad pasó dificultades, pero finalmente, a mediados de 2004, la Alcaldía de Cúcuta les otorgó la personería jurídica y María Paz se legalizó.


Pese a ser un barrio pequeño, no es un impedimento para que la JAC, en cabeza de Henry David Rojas, realice diversas actividades comunitarias en aras de ayudar a las 700 familias que allí residen.

Rojas sostuvo que, “la gente del barrio es muy tranquila y alegre, donde la mayoría son adultos y por eso nos preocupamos de acceder a programas con las entidades municipales, además de las fundaciones y organizaciones no gubernamentales”.

Lo anterior se ve reflejado en las jornadas que se llevan a cabo en las angostas calles del pequeño barrio.

La unidad móvil del Hospital Mental Rudesindo Soto arribó al barrio, con el fin de prestar sus servicios de psiquiatría a dichos habitantes que necesitan de una consulta, pero no tienen el dinero para pagarla.

Textil, una industria fuerte

El gremio más fuerte que se puede encontrar en María Paz, es el de la industria textil, debido a que gran parte de la comunidad vive de la fabricación de calzado o las prendas de vestir.

Según la comunidad, hay bastantes fábricas, a la par de establecimientos comerciales, que potencian el comercio y benefician la economía en el sector, hecho que llena de orgullo a los habitantes.


Sin lugares de esparcimiento

De acuerdo a lo expresado por los habitantes, la principal problemática que aqueja a la comunidad es la falta de lugares de recreación, ya que no hay ningún parque, cancha de fútbol o iglesia.

En vista de la situación, los habitantes deben ir a otros barrios para practicar deporte, hacer ejercicio o ir a misa.

“No sé qué les pasó a los residentes fundadores, debieron haber sacado un espacio para crear al menos una cancha”, destacó el líder comunal, quien a su vez hizo hincapié en la falta de un escenario deportivo para las actividades del barrio.

La situación se agiganta cuando tampoco hay un salón comunal, haciendo que las jornadas e iniciativas se desarrollen en las calles.

Se conoció que la JAC tiene la intención de recibir al apoyo de la administración municipal para empezar la construcción del escenario, pues ya se tiene el lote indicado para la obra.

Terreno sin legalizar

Otra ‘dolor de cabeza’ para la comunidad de María Paz, está relacionado a la legalización de los terrenos, pues, aunque el barrio tiene la personería jurídica desde hace 20 años, el terreno donde fue construido María Paz pertenece a un particular, y la JAC se encuentra a la espera de legalizar los predios.

“Tenemos todos los papeles al día, y esperamos que, a partir de hoy agosto 2024 durante un mes, en el marco del aniversario del barrio, podamos tener ya la legalización de los terrenos”, afirmó con entusiasmo Henry Rojas.


Lamentablemente, otro factor que disminuye la calidad de vida de los habitantes, es la gran contaminación que hay en las calles de ese sector de la Comuna 6, dado que se suele ver con frecuencia residuos tirados alrededor de las tres avenidas y nueve calles que rodean al barrio.

La contaminación es un problema que lleva mucho tiempo azotando a la comunidad, pero con la ayuda de la empresa prestadora de servicio de aseo y jornadas de sensibilización por parte de la JAC, se ha logrado reducir considerablemente la situación.

“Hemos reducido al menos un 80 por ciento esta problemática, gracias a la cooperación de la comunidad y las diferentes iniciativas”, destacó un habitante.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

domingo, 18 de mayo de 2025

2612.- JOSE FERNANDO BAUTISTA, DIPLOMATICO DE COLOMBIA

La Opinión/Lucy Araque


El jueves 8 de agosto 2024 se confirmó el fallecimiento del embajador de Colombia en Portugal, José Fernando Bautista, quien se encontraba en una unidad de cuidados intensivos en Lisboa desde el pasado jueves primero de agosto, debido a quebrantos de salud.

La muerte del cucuteño fue confirmada por el vicecanciller Jorge Rojas Rodríguez desde su cuenta de X. Al parecer, el funcionario habría sufrido un infarto mientras se movilizaba en tren de Porto a Lisboa.

En septiembre del año pasado, Bautista presentó problemas de salud de origen cardiovascular que lo obligaron a internarse en un centro asistencial de Portugal para un chequeo médico y posteriormente fue sometido a una cirugía de corazón.

El procedimiento fue exitoso y el embajador se recuperó satisfactoriamente de sus dolencias, por lo que semanas después continuó con sus labores diplomáticas.

José Fernando Bautista asumió como embajador de Colombia en Portugal en abril de 2023, aunque su designación se había hecho pública desde noviembre de 2022.

El excandidato a la Alcaldía de Cúcuta en 2019 fue uno de los protagonistas de la campaña presidencial de Gustavo Petro, no solo en Norte de Santander, sino a nivel nacional, y por eso aseguró un cupo en el nuevo gobierno.

En Cúcuta y en el país lamentaron la muerte del diplomático nortesantandereano y destacaron no solo su amplia carrera en el sector público, sino sus capacidades para lograr consensos.

Aparece con su equipo de trabajo en la alcaldía de Cúcuta: Ludy Stella Rojas, Patricia Ríos Cuéllar, Henry Murillo, Alejandro Carlos Chacón, Betty Parada, Adriana Carvajal Paipa, Miguel Eduardo Osorio, Víctor Peña, Heráclito Landínez, Nelson Assaf, Hernando Bermont, Yaneth Donado, Hernando Mora, Manuel Iván Granados, Germán Gómez García, teniente Luis Fernando Arcos, Juan Carlos Uribe, César Camargo, Pablo Silva, capitán Mario Yesid Castilla, Leonardo Ernesto Durán, Carlos Eduardo Coronel, Nelson Rodríguez Pinzón, Carlos Luna y Rafael Navi Angarita Lamk.

Político, amigo y contador de historias

Inteligente, culto, encantador, gran conversador y contador de historias; divertido, amante de la buena vida y de la comida, en especial los pasteles de garbanzo y el mute; recio, estricto y riguroso, pero, sobre todo, buen amigo.

Con estos apelativos, muchos cucuteños recuerdan a José Fernando Bautista, el embajador de Colombia en Portugal, al que un ataque al corazón le ganó la batalla a sus 61 años, después de una semana de estar internado en una unidad de cuidados intensivos en Lisboa.

Quienes lo conocieron y tuvieron la oportunidad de trabajar con él coinciden en que su carrera fue un constante ascenso y su consigna principal: estar en el momento indicado, en el lugar indicado.


Visionario, soñador, pero en especial líder. Esas cualidades le permitieron escalar posiciones rápidamente. José Fernando Bautista incursionó muy joven en la escena política y el Nuevo Liberalismo de Luis Carlos Galán fue su escuela, como dirigente estudiantil. De ahí dio el salto al Partido Liberal, en donde, de la mano de Jorge Cristo Sahium, conoció lo que era la movida electoral.

Aunque no hizo parte de una familia política y su apellido no tenía el peso de las castas de la región, solo y a pulso se abrió paso entre los grandes dirigentes del departamento, quienes poco a poco lo fueron llevando a conseguir el protagonismo y la relevancia que adquirió en la escena pública.

Su paso por las juventudes liberales, pero sobre todo su forma de ser, chispa, inteligencia e iniciativa, le permitieron ganarse la confianza de Luis Fernando Jaramillo Correa, ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de César Gaviria, y en poco tiempo ya estaba iniciando una carrera diplomática.

Sin cumplir todavía sus 30 años fue embajador en misión especial en Surinam, cónsul general en Sao Paulo (Brasil) y primer secretario encargado de Negocios en Pretoria (Suráfrica).

En 1996 fue elegido secretario general del Partido Liberal y un año más tarde asumió el Viceministerio de Comunicaciones. Nuevamente, por esas cosas de la vida, pero particularmente por eso de que siempre había que estar en el lugar indicado, en 1997, ante el escándalo del ‘miti-miti’, le correspondió asumir como ministro de Comunicaciones, cargo en el que estuvo hasta 1998.

Tenía 36 años y un reconocimiento ya ganado a nivel nacional, cuando le propusieron ser alcalde encargado de Cúcuta, ante la suspensión de José Gélvez Albarracín. La decisión fue del entonces gobernador Jorge García-Herreros y contó con el pleno respaldo de la bancada de congresistas de la región. Y es que dicen que, aunque no fue nunca legislador, a Bautista lo recibían como uno de ellos en el Congreso.

Su gran anhelo siempre fue hacer de Cúcuta una mejor ciudad y por eso en el corto tiempo que estuvo al frente de la administración transformó y modernizó la prestación del servicio de aseo para ofrecerles mejores condiciones a los cucuteños, procuró que la ciudad tuviera una mejor pavimentación, accesos y pasos peatonales. Le dio un giro al tránsito y trató de hacer una política distinta a la tradicional, dicen quienes lo acompañaron.

Después de su paso por la Alcaldía de Cúcuta, el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez lo nombró presidente del Banco Agrario y tras su salida del Gobierno incursionó en el sector de las Telecomunicaciones.

Su amistad con el expresidente Juan Manuel Santos lo llevó a hacer parte del equipo con el que fundaron el Partido de la U y en 2010 fue nombrado embajador de Colombia en Venezuela. Desde allí lideró el proceso de reapertura de la misión diplomática colombiana y el fortalecimiento de las relaciones con el vecino país.

En 2010, durante una invitación a una cena en su residencia de Caracas, 
que el embajador de Colombia José Fernando Bautista, hizo a un grupo de cucuteños, 
entre quienes se encontraban Arturo Toscano Fuentes, Edgar D´Pablo, 
el vicecónsul René Duarte Galavís y este servidor Gastón Bermúdez Vargas,
con sus respectivas señoras.

Su condición de hijo de la frontera lo llevó a preocuparse siempre porque los canales de comunicación y las relaciones entre Bogotá y Caracas fueran las mejores, en beneficio de Norte de Santander. Antes de su fallecimiento ese asunto seguía siendo una de sus principales preocupaciones, tanto que el actual canciller, Luis Gilberto Murillo, reconoció que solía consultar al embajador de Colombia en Portugal sobre los temas relacionados con Venezuela y recordó que el diplomático le insistió siempre en mantener el “diálogo” como salida a la crisis en esa nación.

“Él me estaba asesorando en los temas de Venezuela. Entonces, yo consultaba mucho con él estos asuntos. Siempre me dijo: mantengan el diálogo, busquen una solución acordada en Venezuela”, destacó Murillo.

Después de un largo periodo de tiempo dedicado a asuntos personales y a sus negocios particulares, el cucuteño decidió aventurarse con un proyecto a la Alcaldía de Cúcuta y en 2019 se radicó nuevamente en la ciudad para recoger firmas y apostarle a esta idea. Al final las cosas no salieron como esperaba, terminó adhiriendo a la nueva campaña de Donamaris Ramírez, pero Bautista volvió a cobrar vigencia en el terreno local.

Eso lo llevó a que unos años más tarde se convirtiera en uno de los principales líderes y promotores de la candidatura presidencial de Gustavo Petro, no solo en la región, sino en el país. En 2023, el presidente decidió nombrarlo embajador de Colombia en Portugal, cargo que asumió oficialmente en abril y el cual ejercía actualmente. Curiosamente, en la misma posición en la que empezó a escribir su historia en la escena pública, como diplomático, así concluyó su vida José Fernando Bautista.

El hombre que creyó en los jóvenes

Los que conocieron e hicieron carrera al lado de José Fernando Bautista, ‘el gordo’ Bautista, como cariñosamente lo llamaban muchos, coinciden en que una de sus mayores virtudes fue el apoyo y la confianza que les brindó a los jóvenes, para que empezaran a forjar su trayectoria profesional.

“Era un hombre que en otra época en la que no se creía en los jóvenes, él sí creía en ellos. Como de joven tuvo la oportunidad de que creyeran en él y fue muy joven ministro, cuando vino encargado de la Alcaldía armó un grupo de muchachos que era como de su confianza y que estábamos acabados de salir de la universidad, que nunca habíamos estado en lo público y menos en una dignidad, y nos llevó a trabajar con él”, cuenta Alejandro Carlos Chacón, actual senador de la República.

Foto-recuerdo de su matrimonio con su esposa brasilera María Stella Gáfaro.

El congresista recuerda que Bautista era un jefe recio en el trabajo, fuerte en su temperamento, exigente, perfeccionista, pero que una vez cruzaban las puertas del Palacio Municipal para ir hacia sus casas, se convertía en el hombre más amoroso y en el mejor amigo.

“Siempre fue un tipo que mantuvo sus amistades, a pesar de que después políticamente no estuviéramos juntos. En mi caso le tengo una gratitud infinita, porque fue de las primeras personas que creyó en mí como persona, como amigo y profesional. Fue la primera persona que me dio una oportunidad en la vida pública”, dijo.

Otro de los llamados miembros del “Kínder” de Bautista, como conocían a los integrantes del gabinete que conformó el entonces alcalde de Cúcuta, teniendo en cuenta su juventud, fue el actual representante Heráclito Landínez, quien forjó buena parte de su carrera al lado del embajador. Landínez dice que lo conoció por allá en el año 1994 y que desde un principio él creyó en sus capacidades, razón por la cual lo mantuvo siempre a su lado como asesor.

“Era un hombre muy inteligente y adelantado en sus cosas de la vida y de la realidad política. Tenía una claridad mental impresionante. Un día me dijo que iba a ser secretario general del Partido Liberal y luego ministro. Al mes lo nombraron secretario general del Partido Liberal, al año lo nombraron viceministro de comunicaciones y en agosto del 97 ministro de Comunicaciones”, recuerda el representante, quien fue su secretario de Gobierno en la Alcaldía de Cúcuta.

Como amante de la buena vida, con José Eustorgio Colmenares y su señora Marta Hernández,
disfrutando una exquisita comida en amena charla, en visita de los esposos a Portugal. Posiblemente una de sus última fotos con amigos paisanos.

Juan Carlos Uribe, quien además de ser su jefe de control interno también fue su abogado personal, destacó, igualmente, la inteligencia que caracterizaba a José Fernando Bautista. “Era muy culto, muy acertado y con una capacidad enorme para tomar decisiones en su vida pública. Un soñador de una mejor ciudad”, destacó.

Y aunque Bautista emprendió caminos distintos de otros quienes también fueron sus amigos, como Juan Fernando Cristo y Manuel Guillermo Mora, todos coinciden en que, ‘el gordo’ siempre dejará una huella por su simpatía, amabilidad, pasión por la ciudad y amistad incondicional.

Notas del recopilador:

Adicionalmente Margarita Silva, exalcaldesa de Cúcuta, menciona de él lo siguiente: "Recuerdo al joven José Fernando, quien fue coordinador de juventudes en mi campaña a la alcaldía de Cúcuta 1988-90, con su camiseta roja, siempre dispuesto, incansable entusiasta y con su carisma, liderando la avanzada que me acompañó en las diarias caminatas por toda la ciudad, ganando mi aprecio y confianza, que, lo llevó a la Secretaria General de las Empresas Públicas de Cúcuta y posteriormente a la Gerencia de las Empresas Públicas, cuando solo contaba 25 años de edad, iniciando su brillante y ascendente carrera política y diplomática".

Su hijo Julián, familiares y amigos reciben fraternos abrazos de solidaridad, por quien se hizo querer por su forma de ser.






Recopilado por: Gastón Bermúdez V.