PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

sábado, 30 de noviembre de 2013

486.- EN CUCUTA ABUNDAN PAJAROS DE ESPECIES SILVESTRES



Eduardo Rozo/ pajarosdecucuta.blogspot.com


TOCHE
“pájaro de la familia de los Ictéridos, de unos 23 centímetros de longitud, con lomo, vientre y parte superior de la cabeza de color amarillo dorado, y cola, alas y cara de color negro”


Sirirí pechirojo, Garza crestada, Mosquero negro

Martín pescador verde


Juan Carvajal Franklin, de 47 años, creció maravillado por el embrujo de la naturaleza y el verde que cubre, al unísono, las calles de Cúcuta y el área metropolitana.

De niño afloró su instinto naturalista, recuerda que caminaba bajo el sol despeinado de Cúcuta y en los montes que rodeaban la casa donde vivía. Su actividad favorita era ir tras temibles caravanas de hormigas rojas y con el tiempo, aprendió a divisar las aves que revoloteaban en el cielo, se posaban sobre los árboles de la ciudad y entonaban bellas melodías.

  Andarríos manchado Pellar teru-teru

Martín Pescador gigante

Ese furor lo llevó a adentrarse en el mundo de las aves y tras largas horas de contemplación del paisaje, aprendió a camuflarse para fotografiar los pájaros de Cúcuta.

Las imágenes, su tesoro, decidió reunirlas y elaborar un libro para que los habitantes de la capital nortesantandereana conocieran la grandeza del reino animal.


Bichofué, Cristofué o Bienteveo

La publicación, titulada: Pájaros de Cúcuta, reúne 150 fotografías de 70 especies de aves que habitan en la ciudad, en 110 páginas.

“El primer libro lo hice a mano. Para mí, esta es una declaración de amor a Cúcuta y a mi infancia. Además, busca que todos nos volquemos a cuidar los recursos que en fauna y flora posee la ciudad”, dijo.

Carvajal señaló que los pájaros tienen una ciudad ideal para vivir, pues es atravesada por el agua del río Pamplonita, hasta donde se acercan a refrescarse. Además, alzan vuelo por el cielo citadino transportando hilos de pajas para armar sus nidos en los árboles.

Garza Mora, Garza Patiamarilla y Garza Mora

“El río y la vegetación son básicos para la vida de las aves. En la medida que abunden estas especies la temperatura es más agradable y la vida se hace más armónica. El ser humano es una especie más habitando la ciudad”, dijo Carvajal.

Las fotografías las empezó a tomar desde hace año y medio. Para aprender a clasificar las aves compró varios catálogos.

Batará barrado

Periquito verde bronceado

Tortolita común

Poco a poco fue nutriendo su archivo y cuando el número de fotos era considerable, varios de sus amigos le facilitaron otras para completar las imágenes del libro. En el diseño trabajó junto con Jaime Duarte y el año pasado el libro fue publicado bajo el sello de la editorial Hederieta, que él mismo fundó.

Actualmente Carvajal está trabajando en la segunda edición del libro, que contará con 30 nuevas especies. Espera lanzarlo en la edición de este año de la Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Pato cuervo o Cormorán  y Garza silbadora

Garza real

De la primera edición manifestó que varios ejemplares son movidos por la Cámara de Comercio de Cúcuta. En Bogotá pueden ser adquiridos en las librerías Casa Tomada, Torre de Babel y Clorofila.

El autor, es filólogo clásico e hispánico y vivió 20 años en Europa. A su regreso a Cúcuta, se dedicó a elaborar esta publicación con la firme convicción de devolver el conocimiento adquirido a la tierra donde nació.


 
Caracara crestado, Gavilán caracolero y Gavilán caminero

Para Carvajal, el mundo de los pájaros es fascinante. Ellos salen con el sol de sus nidos y agitan sus alas para calentar su cuerpo. Luego alzan vuelo en busca de alimento y viven cualquier cantidad de aventuras.

De noche, “mientras los pájaros se cuentan los embrollos en que se metieron, los lectores quedamos colmados de dulzura, repletos de curiosidad, rebosantes de asombro y suspirando por lo que aún falta, como en toda naciente relación de amor”, dijo.

Lechuza común

Y ahí, mientras los pájaros esperan que el sol rebordee sus nidos y sus rayos se cuelen por las hojas de los árboles, permanece la ciudad intacta, con sus habitantes trabajando para que Cúcuta cambie.

 
Piranga abejera, Colibrí bufón y Golondrina de agua

    Sirirí común y Azulejo de palmera

Azulejo común

Mirla buchiblanca

Canario coronado

Aguamielero

Cucarachero común
                                                                                   




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

jueves, 28 de noviembre de 2013

485.- LA TOMA DE AGUA DE CUCUTA


Gerardo Raynaud


Toma Pública en la Av.4a entre Calles 17 y 18. Estas tomas venían del río Pamplonita y servían de acueducto para las casas y establecimientos comerciales de la ciudad a principios del siglo XX.


Desde el comienzo de la humanidad, los asentamientos fueron ideados para asegurar la supervivencia de sus habitantes, por esa razón todos los poblados se ubicaron junto a las fuentes de agua, recurso vital que permitía un transcurrir, por lo menos, cómodo y perdurable. Las antiguas civilizaciones idearon la forma de trasportar el precioso líquido hasta las viviendas o los lugares comunes que permitía su acopio y utilización. Fueron, tal vez, los romanos, quienes primero erigieron los conocidos acueductos en los territorios que conquistaron a todo lo largo y ancho del Mediterráneo. De igual manera, los Incas en Suramérica y las culturas indígenas de América Central, lograron avances significativos en el suministro del agua, como también las antiguas civilizaciones asiáticas, especialmente las ubicadas en el sudeste de ese continente.

Por eso, no es de extrañar que una de las primeras adecuaciones que se hizo en el valle de San José de Guasimal, tan pronto doña Juana hiciera la donación correspondiente, fue el trazado de las rutas de irrigación de los cultivos que con el tiempo se utilizarían para el abastecimiento de las casas y ranchos que fueron estableciéndose a medida que crecían las necesidades en la margen izquierda del río. La ‘toma pública’, como se conocía la fuente de agua que usufructuaban los antiguos cucuteños, era una derivación del cauce del río Pamplonita que se tomaba ‘aguas arriba’ y corrían sin dificultad por las áridas tierras del valle y vertían en la misma corriente, algunos kilómetros más abajo.

En realidad, la ‘toma pública’ no era una sola, sino que tenía varios brazos que serpenteaban por buena parte de la ciudad o del pueblo de entonces. También es importante resaltar, que los recorridos iniciales fueron unos y que con la destrucción ocurrida debido al terremoto de 1875, se rediseñaron acomodándose a los nuevos diseños de ciudad que propuso el ingeniero Andrade Troconis, que dicho sea de paso, no tuvieron en cuenta ni la ubicación ni las disposiciones que habían existido antes del sismo.

Plano de Cúcuta con la ubicación de las ‘tomas públicas’


Vestigio de la Toma del Hospital en la Biblioteca Departamental

Una vez aprobados los planos de la nueva ciudad, con sus amplias calles arborizadas y trazados lineales de sus vías y manzanas, el recorrido que tendría el curso de las aguas por la localidad para entregar su servicio a la mayor cantidad posible de beneficiarios no sería complicado, puesto que su topografía le permite, sin muchas dificultades técnicas, trazar los cauces a lo largo de la población y desembocar nuevamente en el mismo afluente. Es así que la ‘toma pública’, digamos que el brazo principal comenzaba, bien al sur, posiblemente por los lados de San Pedro y de allí se ramificaba en tres; la ‘toma pública’ propiamente dicha, la ‘toma de Pescadero’ y la ‘toma del Hospital’.

La ‘toma pública’ venía descendiendo por lo que conocemos hoy como barrio San Rafael y a partir de la actual calle 18 tomaba dirección noroeste hasta llegar a la avenida novena y seguir hacia el norte hasta empalmar con la ‘toma de Pescadero’ siguiendo el camino que llevaba al Puerto de Los Cachos.

Todavía puede verse o más bien sentirse, el promontorio que existe en la calle 17 entre avenidas cuarta y quinta, donde esta un puente por debajo del cual corría el agua que servía para cubrir las necesidades de los cucuteños de esa zona. Aún más, de allí se abastecían las casas quintas del lugar como la quinta Teresa, la Steinworth que más tarde denominaron quinta Cogollo, la quinta Jazmín donde hoy funciona La Opinión y el Asilo Andressen. De otra parte, la ‘toma de Pescadero’ se desplazaba por la avenida primera hacia el norte hasta más o menos la calle diez y de allí en dirección noroeste a desembocar en la ‘toma pública’ en el sector que precisamente se llama Pescadero. El tercer brazo surtidor, la ‘toma del Hospital’, corría casi paralela a la de Pescadero, unos metros al oriente y desembocaba más al norte en el mismo Pamplonita. Esta ‘toma’ se alimentaba además del agua de su origen, de un brazo llamado la ‘toma de la Playa’ y que empalmaba metros al oriente de la actual calle 15 con avenida primera. A unos trescientos del lugar quedaba el matadero, razón por la cual había una derivación del cauce, de alrededor de unos doscientos metros y que se llamaba la ‘toma de La Pesa’, entre las calles once y novena por la que hoy es la avenida Cero.

Recordemos que la Cervecería Bavaria que quedaba donde hoy es ‘El Hueco’ se abastecía de esa agua para la fabricación de su cerveza, claro que luego de un riguroso tratamiento que no se requería tanto, debido a la entonces calidad del líquido ofrecido por nuestro río tutelar.

Cuando comenzó a manifestarse la modernidad, la ciudad, como todas las grandes urbes, inició la planificación del suministro vital del líquido y el diseño del nuevo acueducto, a mediados del siglo pasado, fue dejando sin uso las ‘tomas públicas’ y lentamente fueron mermando su caudal hasta su final desaparición. Y fue por esos días, que una delegación de ilustres visitantes bumangueses, visitó la ciudad y quedaron asombrados de ver cómo los habitantes de esta villa ‘utilizaban para sus menesteres más urgentes como cocinar, “juagarse” la boca  y bañar los niños recién nacidos’, las aguas de una ‘cloaca’, pero elogiaban la buena salud de los cucuteños y su inmunidad a las enfermedades graves, haciendo resaltar el hecho ‘de que los hombres eran prominentemente buchones y las mujeres asaz piponas’. Y no sólo eso mencionaron en sus apuntes de viaje, pues además predijeron que cuando Cúcuta tuviera agua ‘clorificada, decantada y acueducto moderno’ sobrevendrían epidemias que matarían al cincuenta por ciento de sus habitantes. 

Y los bumangueses resultaron excelentes pitonisos, pues cuando hubo cloro, decantación y acueducto, la mortalidad subió drásticamente y además, el día que el acueducto entró en funcionamiento, la llamada ‘toma pública’ se vería convertida efectivamente en cloaca de veras, en ’albañal y en excusado, sin chorro de agua y en puro seco’ y la verdad es que esta situación perduró por algunos años más, hasta que las autoridades municipales ordenaron el cierre definitivo de las bocatomas que suministraban el líquido del río a las dichosas ‘tomas públicas’.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

martes, 26 de noviembre de 2013

484.- EL “GORDO” GARCIA-HERREROS



somoslarevista.com


De filiación conservadora, se desempeñó como plenipotenciario en la embajada de Colombia en Venezuela, habiendo trabajado con anterioridad en el Banco de La República, el IDEMA, Artesanías de Colombia, Publicar y como Tesorero durante la construcción del Hospital Erasmo Meoz.

El “gordito” García Herreros como lo llamaban cariñosamente sus amigos, nació el 15 de noviembre de 1944 en Cúcuta, de profesión comerciante y constructor,  manejó la campaña a la Presidencia de Andrés Pastrana en Norte de Santander, fue gobernador de Norte de Santander en el periodo 1997-2000, ministro Plenipotenciario de Colombia en Caracas de 1980 a 1983 y Cónsul de Colombia en San Cristóbal del 2000 al 2001, ex representante a la Cámara del 2002 al 2006 y del 2006 al 2010.

Su logro en el ejercicio legislativo, corresponde al ajuste de las Zonas Económicas Especiales de Exportación ZEEE, siendo Cúcuta una de ellas. Y como gobernador restauró y transformó el viejo hospital en lo que hoy es la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero. Según los ocañeros, Jorge García-Herreros gestionó para Ocaña los recursos del colegio Artístico Rafael Contreras Navarro y otras obras más.

Víctima de un infarto, falleció en la Clínica Norte de Cúcuta el sábado 26 de enero de 2013.

Quienes lo conocieron guardan una buena imagen de este hombre que se destacó tanto en lo público como privado. Casado con María Eugenia Duplat Sanjuán, quien lo acompañó desde que contrajeron matrimonio en la adolescencia, de cuya unión se encuentran sus hijos Alexandra, Germán, Miguel y María Isabel.

Juan Fernando Cristo B.

Dos días antes del asesinato de mi padre en 1997 se inscribieron como candidatos a la gobernación de Norte de Santander Alfonso Chamie por el Partido Liberal y Jorge García-Herreros por el Partido Conservador, ante la decisión de Juan Alcides Santaella de declinar su aspiración, quien para la época reunía un gran consenso bipartidista. A la sede de la Registraduría acompañaron a Chamie los principales dirigentes liberales del departamento, incluido Jorge Cristo, quien pocas horas después fue asesinado a la entrada de su consultorio. Regresé apresuradamente de Atenas a Cúcuta para asumir el duelo y la tristeza en medio del comienzo de una nueva campaña regional. Pocos días después del entierro de mi padre tuve una conversación con Jorge García-Herreros, quien en pocas palabras y con su particular estilo me dijo, “Ud. me tiene que apoyar a mí porque si su papá estuviera vivo él estaría conmigo de frente”. Recuerdo que le contesté, que más allá de la amistad familiar que en efecto teníamos, eso no era posible porque ya había candidato liberal y además avalado por mi papá. Por eso nos la jugaríamos por Chamie manteniendo el afecto personal por él. Mes y medio después el “Gordo” ganó la gobernación por un estrecho pero suficiente margen, que le permitió a su partido conservador recuperar el primer cargo del departamento. Duró más de 15 años mamando gallo con el episodio y repitiendo que no lo habíamos querido respaldar.

Así era el “Gordo”. Frentero con sus amigos y contradictores, sencillo, contertulio ideal, buena vida en todos los aspectos y un cucuteño raizal que no perdonaba los pasteles de garbanzo, las morcillas, las hayacas los sábados, la turmada y el infaltable “bucanero” como solía decir. Y obviamente todos recordamos sus entradas a la cocina de la Lonchería de Cúcuta para ponerle “pisito” a su almuerzo con un buen plato de mute. Nunca tuvo ínfulas ni pretensiones, se burlaba de la pompa del poder, conocía sus ventajas y sus limitaciones en el ejercicio del gobierno y la política. Su gran fortaleza fue siempre un sentido común excepcional y la objetividad para el análisis de la coyuntura política. Conservador como el que más, leal a su partido, pero abierto al diálogo en forma permanente y con posiciones abiertas en materia de libertades individuales como en los temas de aborto o uniones de parejas del mismo sexo. Le gustaba recordar que en la Cámara siempre había votado a favor del matrimonio gay en contradicción con la posición oficial de su partido. Por eso el “Gordo” era una figura política heterodoxa y singular, que recogía apoyos importantes en sectores liberales que lo apreciaban y respetaban.

Hoy recuerdo las interminables tertulias en los años ochenta en el Virrey en Bogotá con Hernando Barjuch, Beto Clavijo, Álvaro Leyva, José Fernando Bautista y mi papá. Se combinaba la alta política con el chisme local. Sus atenciones con María Eugenia en Caracas, que fueron tal vez los años que recordaba con mayor alegría. Su ejercicio responsable en la gobernación con un equipo al que sabía delegar y escuchar. Nunca hizo locuras ni se metió en irresponsables aventuras. Y especialmente recuerdo sus dos periodos en el Congreso durante los cuales profundizamos una amistad sincera más allá de las circunstancias políticas. Con el “Gordo” siempre había una anécdota, una salida inteligente y rápida, un análisis político simple y directo. En los últimos años siempre me gustaba acudir a su opinión y consejo desapasionado y práctico.

Cuando comenzaron sus problemas de salud hace tan pocos meses, nunca imaginé que fueran tan graves. Varias veces conversé con él durante ese tiempo y aunque se veía alicaído y sin la misma chispa de alegría, pensé que saldría adelante. El domingo anterior al 24 de diciembre lo llamé y fui temprano a visitarlo a su apartamento. Se paró de su cama a conversar y me dijo que se sentía muy mal, con mareo permanente, sin dormir bien y sin hambre. Fue la última vez que “echamos paja” y nos reímos un poco, no tanto ya como antes, ni con las mismas ganas. Se notaba nostálgico y aburrido y me contó de la posibilidad de su viaje a Houston. Hablamos después por teléfono cuando aún se encontraba en Estados Unidos y lo sentí optimista con el dictamen de los médicos allá. Jamás pensé que no lo volvería a ver.

La madrugada de su muerte me levanté temprano en Cúcuta y me preparaba para salir directo a la Clínica Norte a verlo, cuando me entraron los mensajes al celular de los amigos comunes contándome del infarto. De inmediato me invadieron los recuerdos y una profunda tristeza. Su imagen bonachona entrando al consultorio de mi papá a donde llegaba a tertuliar primero con él y después conmigo, sus expresiones de afecto sincero, su apoyo decidido y generoso a Andrés, sus carcajadas en Odontocúcuta al escuchar las “barbaridades de Pérez” como solía decir, sus giras por los restaurantes de Bogotá disfrutando la buena mesa. Y, sobretodo, se me vino, de nuevo a la cabeza, como tantas veces, la imagen de mi papá, de Hernando Barjuch, de tantos cucuteños de pura cepa que nos han abandonado en los últimos años y que tanta falta hacen a la ciudad. El “Gordo” nos hará mucha falta. Se nos fue un muy buen cucuteño. Un abrazo afectuoso y solidario a María Eugenia, su inseparable compañera, a María Alexandra, Papí, Miguelito y Marucha, quienes disfrutaron un papá que era un verdadero bacán.

José Miguel Arguijo Puente


No nos acostumbramos a la idea de que el Gordo Garcia-Herreros ya no está con nosotros. Tenemos la sensación de que en cualquier momento lo veremos pasar en su Toyota, sentado como un obispo saludando con su típico gesto, entre altivo y bonachón, o sentado en Pasteluchos o La Ricota haciendo honor a la vieja costumbre cucuteña de comer pasteles de garbanzo con ají, y Coca-Cola bien fría, rodeado de políticos, de amigos y otros contertulios infaltables a esa cita.
Fue un ser humano excelente, buen amigo y miembro de familia, así como exitoso y honesto en el desarrollo de las actividades públicas y privadas en las que se desempeñó con lujo de competencia. Pero la sensación más poderosa que tenemos al recordarlo, es la de que fue un hombre bueno, una persona a quien todos queríamos y por sobre todo, CUCUTEÑO.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.