PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

miércoles, 20 de agosto de 2025

2659.- SANTO DOMINGO, NO HAY UN DOMINGO QUE SEA SANTO

Nicolás Mojica (La Opinión)


Santo Domingo es un pequeño barrio de la Comuna 10, pero que tiene una gran historia por contar. Desde sus inicios, en la década del 20, los primeros residentes llamaron a ese sector ‘Los Arenales’, por la condición física del terreno.

Acorde a la tradición oral, las personas que llegaron hacia esa zona baldía de Cúcuta, eran en su mayoría campesinos de los municipios aledaños, que no pudieron establecerse en el barrio San Rafael por su sobrepoblación.

La primera entrada de acceso a este sector, ‘Los Arenales’, era la que daba hacia el monumento a Cristo Rey.

Para 1927, gracias al considerable número de personas que construían sus viviendas en dicho terreno, la administración municipal de ese entonces le adjudicó la personería al sector, que cambió su nombre al de Santo Domingo.

Según David Velasco, uno de los residentes más antiguos de Santo Domingo, la pavimentación comenzó en los 70, gracias a la gestión de la Junta de Acción Comunal (JAC), en cabeza de Rodolfo Antonio Ortiz, para acceder al programa comunidad-gobierno.

Gracias a esa pavimentación hubo una ruta de buses de transporte público durante muchos años, pero por el deterioro, la ruta se acabó.

Con un dinero extra, la comunidad pudo asfaltar tanto las calles principales y secundarias del barrio, “esto se pavimentó con el sudor de nuestra frente, recogíamos de a un peso semanal casa por casa, lo que equivale como a 2 mil pesos actuales”, recordó Velasco.

La vía de mayor flujo de tránsito y comercio en Santo Domingo es la calle 25 con avenida 7, donde se han establecido varios negocios, droguerías, supermercados y la escuela San Pablo, única institución educativa que hay en ese sector.

Una situación similar ocurrió con el sistema de alcantarillado, pues también fue la misma comunidad que abrió los huecos para instalar las tuberías en las viviendas y agilizar este proyecto.


Entre las necesidades que hay dentro de Santo Domingo, de acuerdo con la opinión de un residente, una de las más urgentes para el barrio es la de crear su propia institución educativa secundaria.

“Si bien es cierto que tenemos al colegio Santo Ángel sede José Eusebio Caro en Cuberos Niño, nos gustaría contar con nuestro propio plantel para mejorar la escolaridad en el barrio”, señaló esta persona.

La escuela San Pablo, que fue ayudada a construir por el párroco Martín Parada, se está quedando pequeña para la cantidad de niños que asisten a la institución educativa, la cual también fue víctima de robo en 2020.

Para la comunidad, son dos los factores que han deteriorado las calles, uno de ellos es el paso del tiempo y la falta de mantenimiento.

El otro motivo gira en torno al constante flujo de vehículos que transitan por las calles del barrio diariamente, contribuyendo al deterioro de la capa asfáltica en este sector de la ciudad.

La madre de todos los males

Desde hace mucho tiempo, Santo Domingo es considerado un barrio delicado, por la famosa curva Pelelojo, donde hay ventas y consumo de drogas, habitantes de calle y contaminación ambiental. “Aquí a las 8:00 de la noche parece un cementerio, pues nadie sale de sus casas y los que salen es para cosas malas”, mencionó un residente que prefirió mantenerse bajo el anonimato. Todo lo malo que acontece en este sector está relacionado con el canal de aguas lluvias que da hacia el barrio La Cabrera, y allí es donde se reúnen las personas en indigencia para consumir droga.

Para la comunidad este es un mal de nunca acabar, pues ante los constantes patrullajes de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), todavía se siguen presentando hechos delictivos en la curva de ‘Pelelojo’.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

lunes, 18 de agosto de 2025

2658.- QUINTA ORIENTAL, UN BARRIO DE CLASE MEDIA EN EL OLVIDO

Nicolás Mojica (La Opinión)


En 1980 comenzó la masiva extensión urbanística de unos terrenos que antaño eran destinados para la agricultura y ganadería, en lo que actualmente es la Comuna 2 de Cúcuta.

Numerosas familias de varios municipios de Norte de Santander se asentaron en ese lugar, al que denominaron Quinta Oriental; y construyeron sus propias viviendas con el sudor de su frente.

Al inicio, los habitantes convivían entre la maleza y sus viviendas, pero años más tarde la inversión llegó al barrio disfrazada de máquinas amarillas que trazaron las primeras vías de acceso al lugar.

Casi que al mismo tiempo se instalaron los servicios públicos en las casas, en su mayoría de estratos 2 y 3, aumentaban su número a pasos agigantados, motivo por el cual el número de habitantes en Quinta Oriental se duplicó con mucha rapidez.

Lo que aquellas personas desconocían, es que el barrio influiría en el crecimiento de esa zona de la ciudad, pues a la par de Quinta Oriental nacieron otros barrios como Quinta Bosh, Los Pinos y Ceiba.

Son muchos los factores que hacen de Quinta Oriental un barrio especial, como los escenarios deportivos, las zonas verdes y una comunidad amable que está a la orden del día con las problemáticas del barrio.

Aunque la Parroquia Espíritu Santo cubría las necesidades católicas de la comunidad, los habitantes de Quinta Oriental querían tener su propio centro religioso, y fue cuando se dio inicio a la construcción de la Parroquia Jesucristo Buen Pastor, una iglesia pequeña, pero con arquitectura moderna.


Sin embargo, lo más destacado de ese barrio es la gran cantidad de instituciones educativas que están ubicadas allí, como la Escuela de Administración Pública (Esap), los colegios General Nuestra Señora de Fátima Calle, Seminario Menor, Los Próceres, Instituto Bilingüe London, y la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS).

La creación de dichos centros educativos hizo que la entrada y salida de estudiantes se volviera algo común en el barrio, hecho que promovió la llegada de más habitantes al barrio.

En palabras de Carlos Jesús Gamboa, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), “es bueno tener varias instituciones educativas en el barrio, con el fin de educar a nuestros niños de la mejor manera posible”.

Además, la escolaridad está acompañada del deporte, en vista del icónico polideportivo de Quita Oriental, donde la escuela de fútbol (de nombre homónimo) dirigida por Elkin Uribe, entrena semanalmente y durante años se ha destacado en competiciones nacionales e internacionales.

Cabe destacar, que el polideportivo no solamente es utilizado para practicar fútbol, sino también múltiples disciplinas como el básquet, voleibol o microfútbol, además de tener juegos para niños y lugares para practicar calistenia.

Otro factor positivo impulsado por la creación de las instituciones educativas es el comercio, que se ha dinamizado con los años, algo es beneficioso para la comunidad, porque en su mayoría los dueños de los negocios residen allí.


Pese a ser un sector que tiene ‘todo al alcance de la mano’, no significa que Quinta Oriental está exento de varios retos y desafíos para la comunidad, los cuales se han presentado desde hace algunos años.

Deterioro en los escenarios

Uno de ellos en 2024 es el deterioro natural en algunos sectores de los escenarios de esparcimiento, como el polideportivo o el parque Centenario; sin embargo, el problema no está en que dichos lugares se deterioren, sino en la falta de mantenimiento de parte de las entidades municipales.

De acuerdo con la opinión del líder comunal, “Veolia siempre viene y nos colabora con el barrido, además nos toca pagarle a una persona para que esté al cuidado de las zonas verdes en el parque Centenario, pero nos gustaría contar con más apoyo de la Alcaldía”.

En lo que respecta al polideportivo, los juegos para niños están oxidados por completo, “y varios columpios están deshabilitados, así como algunas bancas están deterioradas”, destacó Jorge Ruíz Mendoza, residente.

Uno de los deseos de los habitantes es que la entidad municipal contribuya al mantenimiento de los escenarios, en vista de preservarlos de buena manera y se conserven mejor ante el paso del tiempo.

Una de las estrategias desde la Secretaría de Planeación en torno a esta problemática es entregarles la administración de los parques a las comunidades, pero disponer de unos recursos extra para aportar al mantenimiento de los mismos.


Una problemática que también ha generado cierto descontento en la comunidad, es el estado de la malla vial en muchas de las vías de acceso al barrio, pues, aunque la capa asfáltica comparada con otros barrios de Cúcuta es relativamente buena, hay ciertos sectores que necesitan una retocada.

“Hay huecos que, si uno va pasando en su vehículo a alta velocidad, pueden ocasionar un accidente grave”, mencionó Alejandro Ruiz Herrera, residente del barrio, al ser consultado por la situación.

Por ello, la comunidad no se ha quedado de brazos cruzados e hicieron un relleno años atrás para tapar los principales cráteres que estaban afectando el tránsito, pero a la fecha la situación ha empeorado.

La pavimentación vial fue uno de los puntos que Gamboa, en compañía de los otros miembros de la JAC, destacaron durante los encuentros ciudadanos para el Plan de Desarrollo Municipal, durante el mandato del alcalde Jorge Acevedo.

Fue una buena noticia para los habitantes enterarse de que a través del programa comunidad gobierno, se buscará recuperar 100 kilómetros de malla vial del transporte público, pues hay una buseta que atraviesa la avenida principal de Quinta Oriental.

Hace unos días, durante una reunión Carlos Jesús Gamboa, dialogó con Juan Bocanegra, director de Planeación Municipal sobre ésta y otras problemáticas en Quinta Oriental, donde la pavimentación vial fue una de las necesidades que el líder comunal le enfatizó al funcionario.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

sábado, 16 de agosto de 2025

2657.- QUIEN TRAJO EL OITI A CUCUTA...

Jaime García Figueredo (Diario de La Frontera, Antena, 26/06/1974)

Oití (licania tomentosa). Arbol especial para sembrar de frente a su casa,
no raja los pisos y da buena sombra.

Las polémicas son molestas. A mí personalmente me asquean, pues solamente incumben a dos o tres personas mientras al resto ni les va ni les viene, que, los polemizantes se nombren en la más íntima deferencia desde su origen y nombre de la partera que les cercenó el ombligo, hasta la insondable mirada apacible de sus progenitoras que, nada o muy poco tienen que ver con lo que sus hijos discutan y se ultrajen.

Pero para complacer a un gran amigo que pertenece a la flor y nata de la poética nortesantandereana, que está calificado como el más alto crítico de poesía en América que es literato y políglota y que ha dignificado al Norte con sus libros de poemas y de quien Julio Abril en “Cromos” dijo que no negaba ser de Pamplona por aquello del lírico canto.

Entonces voy a tratar (perdón el paréntesis que acabo de hacer un poco largo) la historia que yo conozco muy cerca del “OITI” (ojalá el corredor no le baje las comillas y le quite las mayúsculas) y es esta sin quitarle ni un comillo: “cuando el bobo Bogotá-Pamplona, llegó a Cúcuta en el año 26, yo estaba estudiando en el Provincial y como he sido un poco inquieto en mi manera de pensar, un día le regalé unos mangos que a fuerza de garrote habíamos bajado en el parque Santander, luego de ser correteados por un policía de apellido Molina que cuidaba más los mangos que su misma arepa municipal.

¡Ah! decía, que le regalé a Bogotá-Pamplona o siete sacos o cabuya, o el bobo-sombreros, los tres mangos que me quedaron en los bolsillos luego del carrerón. Y así fue, entre jadeante y asustadizo me senté frente a la bomba de gasolina de Nicolás Colmenares, avenida 6ª calles 12 y 13, y junto a mí se sentó el bobo y me dijo: “Ahora si gríteme Bogotá-Pamplona!! Berraquito, lo tengo agarrado!

Sabedor yo el gusto predilecto del bobo por los mangos, se los entregué diciéndole:

‘’Tome Melquíades, cómaselos y dígame usted que sí sabe de historia, no como tantos idiotas que presumen saber y no saben qué es “ecología”, dígame Ud. -le repetí- que sí sabe quién trajo el Oití a Cúcuta’’.

Y el bobo soltó una carcajada altisonante y dijo con su voz meliflua: ‘’pos quen va a ser, pus Gonzalo Lamus que, se trajo un ajo de la jinca Toledito y lo sembró en un jardín de las Cristo Vélez. Y de ahí lo sacaron pa’ la calle 12 y ahindispués dijeron qu´era el doptor Gaitán que lo haia trido”.

Hasta aquí el relato del bobo Bogotá-Pamplona. Sin embargo, en los registros del Norte de Santander aparece como traído por don Tito Abbo desde el Brasil en 1916.

Esta carajina, me hace acordar cuando en Pamplona se desató una polémica acerca del fundador del colegio Provincial que, fue más o menos de este tenor:

Los H.H.C.C. (Hermanos de las Escuelas Cristianas) atribuían al Obispo José Lasso de la Vega su fundación; los masones por su parte alegan para Santander la gloria de la hechura del colegio, y en esto andaban los pamploneses por el año cuarenta, cuando se apareció el “diablo” y con voz ronqueta, dijo a más de ceremoniosamente y sentenciosa:

“El colegio Provincial lo fundó (y todo el mundo quedó lelo y casi se les salía del pecho, eso que no sabemos si es músculo o es alma, ¡según María Ofelia) Ah! dijo el diablo: ‘’Lo fundó el Generalísimo Ciudadano Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar, que no era otro -según el diablo- que don Simón Bolívar, Libertador de cinco repúblicas hermanas, ahora peleando por linderos”.

Y saben Uds., ¿quién era el encapuchado que atreverse, pudo disolver el pleito de los H.H.C.C. y los masones? Pues nada menos que Luis Enrique Conde Girón, que andaba con capuchón, dándosela de diablo.

De todas maneras, el “OITÍ” lo trajo a Cúcuta don Tito Abbo, ¡queda claro y hasta otra!





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

jueves, 14 de agosto de 2025

2656.- LA LOMA BOLIVAR SE QUEDO SIN SU ‘BOLIVAR’ QUE LA PROTEJA

Nicolás Mojica (La Opinión)


En la década de los años 40, un grupo de personas se acentuaron donde tuvo lugar la batalla de Cúcuta, dando inicio a la creación de uno de los barrios que conforman la Comuna 9 y rinde homenaje al libertador Simón Bolívar.

Aquella invasión, ubicada en una parte alta de la zona suroccidental de Cúcuta, fue nombrada como la ‘Loma de Bolívar’, en honor al conflicto que marcó el inicio de la libertad en una ciudad noble, leal y valerosa.

Por muchos años los habitantes construían sus viviendas con los materiales proveídos por la naturaleza, y la mayoría de estas eran hechas a partir de latas de zinc o tablas, donde se dificultaba mucho más el proceso por las condiciones tipográficas del terreno.

Acceder a los servicios públicos era toda una odisea para la comunidad, en vista de las grandes distancias que debían recorrer para obtener agua, la prioridad más importante para ellos.

Con la llegada de más personas hacia esos altos terrenos, las empresas de los servicios públicos empezaron a prestar atención a dicha zona, pero ante la falta del aval municipal no se podía ejecutar ningún proyecto.

Todo eso cambió en 1960, cuando la invasión recibió el estatus de barrio y se conformó la primera Junta de Acción Comunal (JAC), en cabeza del señor Rafael Ibarra, su primer presidente.


Con la obtención de la personería jurídica, el barrio recibió el apoyo de entidades para el alumbrado público, acueducto, alcantarillado y la luz, a la par que seguía recibiendo cada vez más personas que iniciaban una nueva vida.

La comunidad supo sacarle provecho al atractivo histórico en esa zona, y tras una serie de adecuaciones, se construyó un monumento a partir de la icónica columna erigida en 1891, el cual es un atractivo turístico que lleva el mismo nombre del barrio.

La unidad básica

Para el año 1935, Rudesindo Soto y su esposa Amelia Meoz, donaron, por escritura pública, unos terrenos con el fin de construir un centro médico que atendiera a las personas con tuberculosis.

Cinco años después, aquello derivó en la construcción del Hospital Amelia, como era conocido por la comunidad, y durante mucho tiempo atendió los pacientes con esta enfermedad.

Sin embargo, el Hospital Amelia tuvo que cerrar sus puertas tiempo después, y el escenario acumuló polvo por más de 40 años, hasta que el Instituto Municipal de Salud (Imsalud) recuperó la infraestructura y creó la Unidad Básica Loma de Bolívar.

Este hecho causó alegría en la comunidad, y desde entonces atiende las urgencias médicas de esta y otros barrios aledaños a la Loma de Bolívar, “es una ventaja para nosotros que nos atiendan tan bien y tener todo a la mano”, comentó Lucía Gutiérrez Jaimes, residente del sector.


Como en otros barrios de la capital nortesantandereana, desde hace 12 años aproximadamente, Loma de Bolívar no tiene un presidente de junta, en vista de malas gestiones de parte de la comunidad y de la Secretaría de Desarrollo Social, según lo expresado por Víctor Salazar, último líder comunal.

“No se han podido hacer unas elecciones adecuadas porque los mismos integrantes de la comunidad meten una tutela a la Alcaldía, lo que interfiere el proceso de la votación”, fueron las palabras del exlíder.

Por ello, los retos y desafíos que tiene la comunidad como la drogadicción o el mal estado de la capa asfáltica se le suma la falta de una JAC conformada, que vele por los derechos de los habitantes ante las entidades municipales.

Según se conoció, en lo que era un antiguo puesto de policía, mediante una empresa y el apoyo de una lideresa, se pudo construir un salón comunal que era la sede de actividades que unían a los habitantes, pero ahora solo está acumulando polvo y está sumido en la decadencia.

Para Salazar, “todo es más difícil al no tener un presidente de junta, pues a pesar de que las empresas de servicios públicos están a la orden del día con lo que pasa en el barrio, hay cosas que se están haciendo mal”.


Hace unos meses se inició el cambio de tuberías de acueducto y alcantarillado por parte de Aguas Kpital, pero ha sido peor la cura que la enfermedad, pues de acuerdo a la opinión de un residente, el asfalto que repone la entidad no es el adecuado.

“En este proceso hay tuberías de alcantarillado que se han rebosado, dañando el pavimento de las calles”, destacó Salazar al ser cuestionado por la situación, evidenciando el descontento ante este hecho.

Desde Aguas Kpital informaron que estos sucesos son normales que pasen cuando se está haciendo la reposición de una tubería, y entorno al pavimento, la entidad respondió que se evaluará la calidad del mismo.

Drogadicción, otro reto

Otro reto que afronta la comunidad es el excesivo consumo de drogas que se presenta en el barrio, a través de la llegada de habitantes de calle, quienes se han tomado de algunos escenarios de la Loma de Bolívar.

Es preciso informar que de la mano con la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), se han realizado jornadas para mitigar la problemática, pero hasta ahora han sido ‘pañitos de agua tibia’, y con el paso de los días se sigue agudizando esta situación.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

martes, 12 de agosto de 2025

2655.- CUCUTA, ENTRE LA MUERTE Y EL SILENCIO

Estefanía Colmenares (El Espectador)

Recientemente se registró una masacre al frente de un colegio en Cúcuta (Santo Angel).

Que Cúcuta sea la ciudad más peligrosa de Colombia para ejercer el periodismo no es una casualidad. En una ciudad en la que hacen presencia más de 27 grupos armados que se disputan el control territorial por las rentas ilícitas -lavado de activos, narcotráfico, microtráfico y explotación sexual-, es sencillo entender por qué a los actores armados les conviene el silencio.

Pero desafortunadamente, no son los únicos. Norte de Santander, Cúcuta y la frontera han tenido una característica que ha venido creciendo exponencialmente: el afianzamiento de las relaciones entre mafia, corrupción y política.

Esa estrecha relación ha llevado a que ni siquiera los mismos gobernantes se atrevan a definir estrategias reales para mejorar los indicadores de seguridad, ni tampoco para investigar. Y cada vez más, ronda en el aire la pregunta de si esa inacción tiene que ver con que son las cabezas de esas mismas organizaciones las que han financiado las campañas políticas.

El fin de semana 14 de septiembre 2024, la ciudad se sumió en una sensación generalizada de pesimismo después de una masacre ocurrida en las puertas de un colegio de la ciudad.

A pesar de ser la cuarta que ocurre en el área metropolitana este año, las características traspasaron una frontera que para muchos hizo sonar las alarmas: el atentado se realizó con fusiles, en las puertas del colegio, en el momento en que cientos familias con niños y jóvenes salían de las interclases.

La muerte hizo presencia en un escenario lleno de inocentes, niños que tuvieron que observar cómo dos de sus compañeras quedaban heridas por las balas y otro de 14 años, hijo de Luis Miguel Osorio, el hombre asesinado, quedó sin vida tendido en el suelo.

No es la primera vez que en Cúcuta asesinan a alguien en presencia de sus hijos o de menores. Pero este hecho ha puesto sobre la mesa una preocupación que se ha venido exacerbando en los últimos meses entre la ciudadanía: ningún escenario de la ciudad escapa del riesgo que implica una sociedad totalmente permeada por actividades ilícitas.

En este caso ocurrido el pasado fin de semana, hay otro agravante que se repite: la conclusión de las autoridades es que se trata de un ajuste de cuentas, de una disputa entre bandas o de una lucha de poder entre carteles.

Pero para la sociedad cucuteña que hoy no duerme pensando cómo abordar este problema de seguridad de una manera distinta que pueda empezar a generar pequeños cambios, hacen falta respuestas.

No se sabe si es que las investigaciones por estos crímenes no avanzan, o si avanzan, pero sus resultados se reservan. Lo cierto es que la ciudad merece conocer de qué bandas o carteles estamos hablando, cuál es la dimensión real del problema que enfrentamos, y cuál es el rol de Venezuela en todo este entramado de organizaciones que parecen haber permeado todo.

En una sociedad donde todos quieren tapar la corrupción y la ilegalidad con la misma cobija, casi que el único aliado que le queda a la ciudadanía son los medios y los veedores. Tristemente, el parásito de la corrupción y las prácticas del soborno, en donde se ofrece y se recibe dinero a cambio de silencio, se han tomado también este gremio, haciendo que casi todos miren para otro lado a la hora de investigar, generando a la vez un escenario en el que el riesgo para quienes sí decidan hacerlo, sea altísimo.

Sin embargo, hoy son más que necesarios para ayudar a comprender las dinámicas que han llevado a que en lo corrido del año, Cúcuta haya registrado 202 homicidios, según cifras de la Policía, lo que se traduce en un muerto cada 31 horas. Esta cifra supera por 8, los homicidios del mismo periodo de 2023.

De Osorio Chacín se dice que fue el objetivo principal del ataque en el colegio debido a sus presuntas conexiones con el narcotráfico, pues en Machiques de Perijá (Venezuela) existe un expediente judicial del 2014 que lo vincula a un proceso por transportar cocaína de alta pureza escondida en un cargamento de queso.

Osorio Chacín también estaría vinculado en un establecimiento comercial de juegos de azar, entre otros negocios. Aunque es originario del vecino país, donde también tiene inversiones, su principal actividad comercial se desarrollaba en Cúcuta. De él se dice también que era socio de un hombre muy poderoso, cuyo rol como financiador de las pasadas elecciones locales fue clave. Su entorno, al parecer, ha tenido relaciones con el sector público y entes territoriales, lo que lleva a hacer más preguntas, que, hasta ahora, tampoco tienen respuesta.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

domingo, 10 de agosto de 2025

2654.- FLIC-2024 FUE UN EXITO CULTURAL

Deicy Sifontes (La Opinión)


Se celebraron 20 años en los que las historias han unido al departamento. Además, se entregaron los premios de Periodismo La Bagatela.

La Fiesta del Libro de Cúcuta (fliC) 2024 llegó a su fin el sábado 7 de septiembre 2024 tras seis días de actividades culturales y literarias que lograron reunir a una amplia audiencia, a pesar de los desafíos logísticos y sociales que enfrentó el evento.

Bajo el lema “Historias que nos unen”, la vigésima edición de este importante evento literario se consolidó como uno de los más destacados en la región, logrando superar las expectativas en términos de asistencia y calidad de contenidos.

Julio García-Herreros, director de la Corporación Cultural Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, entidad organizadora del evento, expresó su satisfacción por los logros alcanzados en esta edición.

“Ha sido una experiencia maravillosa. Cada año trae sorpresas, y este no fue la excepción. A pesar de las dificultades, como el paro camionero y los temores en la movilización de personas, logramos realizar una Fiesta del Libro extraordinaria gracias a la articulación con la Gobernación de Norte de Santander, la Alcaldía de Cúcuta y otras entidades públicas”, comentó.

Y es que, a lo largo de seis días, la Fiesta del Libro de Cúcuta se convirtió en un espacio para el encuentro entre escritores, lectores y expertos en diversas áreas del conocimiento.

Entre los invitados destacados se encontraron reconocidos autores del país y de la región, quienes compartieron sus experiencias y obras con un público ávido de literatura y cultura.


fliC Catatumbo, a la espera de reactivarse

Debido a las complicaciones derivadas de la situación del paro camionero en el país, la fliC Catatumbo debió suspenderse, sin embargo, García-Herreros expresó su esperanza de que esta fiesta literaria pueda realizarse este mismo mes, una vez se restablezcan las condiciones de seguridad y movilidad necesarias.

“Fue una decisión dolorosa suspender la Fiesta del Libro Catatumbo, pero estamos trabajando para llevarla a cabo en colaboración con la Alcaldía de Tibú y la Organización de las Naciones Unidas que fueron las entidades que nos apoyaron en esta organización. Esperamos que pronto podamos retomar esta actividad que tanto significa para la región del Catatumbo”, explicó.


El compromiso de la Biblioteca con la cultura

García-Herreros sostuvo que la fliC es solo una de las muchas iniciativas que la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero lleva a cabo para fomentar el amor por la lectura y la escritura en la región.

En este sentido, anunció que, durante el segundo semestre del año, la Corporación Cultural tiene previsto realizar una serie de actividades en conmemoración del centenario del nacimiento del escritor nortesantandereano Jorge Gaitán Durán.

Actividades que incluirán una exposición de gran formato sobre la vida y obra del escritor, así como diversos talleres y eventos dirigidos a estudiantes y docentes de la región.

“La biblioteca seguirá siendo un espacio de encuentro para la creación literaria y la promoción de la lectura. Estamos comprometidos con el desarrollo de iniciativas que lleguen a todas las comunidades de Cúcuta y Norte de Santander, y que contribuyan al crecimiento cultural de la región”, concluyó García- Herreros.


Desde ya se preparan para el 2025

Aunque la fliC 2024 acaba de finalizar, el equipo organizador ya está trabajando en los preparativos para la edición de 2025. Según García- Herreros, es vital empezar a planificar con antelación para mantener el nivel alcanzado en esta vigésima versión.

“Nos vamos poniendo metas cada vez más altas. Este año hemos establecido vínculos de confianza con los autores que participaron, lo que nos permitirá acercar a nuevos escritores en las próximas ediciones”, señaló.

El director de la Corporación Cultural indicó que entre los autores que ya están en la mira para 2025 se encuentran figuras de renombre como Juan Gabriel Vásquez, considerado uno de los novelistas latinoamericanos más importantes de su generación.

Además, señaló que se espera contar nuevamente con la presencia de Mario Mendoza y Laura Restrepo, escritores que ya han sido parte de la Fiesta del Libro en ediciones anteriores y que han manifestado su interés en volver debido a la excelente organización y el cálido recibimiento por parte del público cucuteño.

“Esperamos que en el 2025 podamos seguir contando con el respaldo de la comunidad, para que la Fiesta del Libro de Cúcuta siga siendo un evento que une a las personas a través del arte, la cultura y la literatura”, concluyó.


Ganadores del Premio La Bagatela 2024

El prestigioso Premio Nacional de Periodismo La Bagatela 2024 destacó a varios periodistas y comunicadores por su labor en diversas categorías.

Categoría Prensa: Ángel Alberto Castaño Guzmán

En la categoría de Prensa, el premio fue otorgado a Ángel Alberto Castaño Guzmán, comunicador social y periodista de la Universidad del Quindío. Ganó por su crónica “En el volcán: la vida en el cráter del Machín”.

Categoría Radio: Renán Fontalvo Donado

El galardón en la categoría de Radio fue otorgado a Renán Fontalvo Donado, director de noticias de RCN Radio y de la FM en Santa Marta. Ganó con su trabajo titulado “Los paramilitares de la Sierra Nevada de Santa Marta administran el turismo en el Caribe colombiano”.

Categoría Caricatura: Deivi Safadi Pupo

En la categoría de caricatura, el premio fue para Deivi Safadi Pupo, un veterano en esta disciplina con varios galardones en su haber. Su caricatura “Nuestro Plan de Alimentación Escolar...” ilustra con maestría la corrupción en la administración de los recursos destinados a la alimentación escolar en Colombia.



Categoría Televisión: Stephanie Bates y Andrés Posse

En el ámbito televisivo, Stephanie Bates y Andrés Posse fueron los premiados por su documental “De la coca al futuro”, una pieza audiovisual que aborda la transformación de la comunidad de Piamonte, en la Bota Caucana.


Categoría Medios Digitales: Gerson Correa, Laura Rojas, Karina Judex y Marina Ramírez

Recibieron el premio en la categoría de Medios Digitales por su proyecto multimedia “La ciudad de los muertos: Ruta paranormal en el Cementerio Central de Cúcuta”.


Categoría Cine Documental: Juan Sebastián Torres Rozo

Juan Sebastián Torres Rozo fue galardonado por su documental “Tradición familiar sobre ruedas”, una obra que rescata la tradición de los carritos de madera en Pamplona, Norte de Santander.


Categoría Tesis de Grado: Melitza F. García Castellanos

La estudiante de la Universidad de Pamplona fue reconocida en la categoría de tesis de grado por su investigación “Entre las palabras y el poder: influencia de Yolanda Ruiz Ceballos en el periodismo colombiano”.


PREMIO AL MÉRITO PERIODÍSTICO Eustorgio Colmenares Baptista para el periodista Rodrigo Vásquez Valencia, por su trayectoria de casi medio siglo dedicado a la narración deportiva y a la gerencia de RCN Radio en Norte de Santander. El galardón fue recibido por la periodista Olga Lucía Cotamo, directora de noticias de este medio, en nombre de Vásquez Valencia quien estaba precisamente en una transmisión de ciclismo.




Un reconocimiento especial se hizo a la familia Colmenares, representada por el doctor José Eustorgio Colmenares Ossa y su hija, Estefanía Colmenares Hernández, quienes fueron directores de La Opinión hasta este año, diario fundado en 1958 por el inmolado Eustorgio Colmenares Baptista, padre y abuelo de ambos. Cicerón Flórez Moya recibió el galardón.

Cabe recordar que este año el Jurado estuvo integrado por: Sergio Villamizar (Prensa), Gloria Vallejo (Radio), Amparo Pérez (Televisión), Ignacio Gómez (Medios digitales), Elker Buitrago (Tesis universitaria), Edgar Cusgüen (Caricatura) y Juan Diego Aguirre (Cine documental).




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

viernes, 8 de agosto de 2025

2653.- EL LEGADO DE JORGE GAITAN DURAN

Cicerón Flórez Moya (La Opinión)


La cultura es la expresión de la existencia humana en todo cuanto esta ofrece. Es lo que se hace cotidianamente. Son los actos de vida en lo individual o en el conjunto de la sociedad. El lenguaje, las ideas, el talento creador, la capacidad de invención y la diversidad de puntadas que forman el tejido común configuran la identidad que une.

Pero se requiere que ese ejercicio existencial tenga actores en las diferentes actividades que surten la cultura. Es un desarrollo que deben asumir las personas que tengan la idoneidad para cada función.

La cultura en Norte de Santander no ha estado huérfana de actores sobresalientes. En la literatura, en la educación, en la música, en las artes visuales, en el teatro, en el cine, en el deporte, en la gastronomía, en la danza, en profesiones como el derecho, la medicina, la contaduría pública, la ingeniería, la arquitectura, la comunicación social y el periodismo, los hay con reconocimiento, aunque no siempre se toman en cuenta sus vidas y sus obras. Esa omisión le resta visibilidad a lo que debiera tenerse como patrimonio funcional de la región.

Resulta oportuno recordar los cien años del natalicio de Jorge Gaitán Durán, ya cumplidos. Se trata de una figura sobresaliente de la literatura. Un escritor nortesantandereano que le puso lumbre a la poesía y dio pruebas de solvencia como crítico. Tuvo lucidez y acierto en sus juicios. Entendió la responsabilidad del intelectual con sujeción a la ética y asimiló la política en función del interés público.

Con la creación de la revista Mito Gaitán Durán oxigena la cultura colombiana. Es una apertura al conocimiento, a la modernidad, a la actualización de las corrientes renovadoras en el mundo.

Pero la vida de Gaitán termina trágicamente en el accidente del avión que partió de París con destino a Bogotá. Mauricio Ramírez Gómez describe el hecho así: “Eran las 3:30 de la madrugada del 22 de junio de 1962. En medio de una tormenta el avión “Boeing 707” de Air France, proveniente de París, sobrevolaba la isla de Guadalupe, en cercanía de su capital Point-á-Pitre, en las costas del mar Caribe. De pronto, explotó uno de los cuatro motores y el aparato de 150 toneladas de peso, con 113 personas a bordo se precipitó envuelto en llamas contra el cerro “Lomo de Burro”, cerca de la aldea de Deshayes, una zona boscosa y escarpada, donde solo habitaban algunos pescadores. Todos los ocupantes de la aeronave perecieron de inmediato, la mayoría de ellos calcinados y mutilados”.

Los organismos de cultura de la región debieran acordar actos en homenaje a Jorge Gaitán Durán. Los colegios y las universidades podrían promover conferencias para repasar la vida y la obra del poeta, a fin de que las nuevas generaciones lo conozcan en su verdadera dimensión.

Es necesario que el legado de Gaitán Durán no se archive y mantenga la vigencia como la fuente de saberes que representa.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.