PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

martes, 23 de enero de 2024

2371.- ASPECTOS DE CUCUTA MULTICULTURAL Y EMPRESARIAL. 1ª MITAD DE 1900’s

Arq. Arturo Cogollo



ALMACEN DE TITO ABBO - 1944 a 1957


El Almacén de Tito Abbo, anteriormente “Casa Riboli” o “Riboli Abbo y Cía”, fue construido en 1944, reemplazando a la “Casa Riboli”, histórica casa comercial, que había funcionado por varias décadas en la misma esquina de la Avenida 5a con Calle 12 de Cúcuta.

El diseño característico de la edificación, de estilo Art Deco, se atribuye al arquitecto judío de origen austríaco-alemán, Herbert Rauprich-Jung (1906- 2004), quien entre los años 1936 a 1945 vivió en Cúcuta y trabajó con reconocidos ingenieros constructores de la ciudad, como José Francisco Faccini Andrade, Fritz Larsen y Víctor Pérez Peñaranda. La esquina redondeada de la edificación destacando la entrada principal, es muy distintiva del estilo Art Deco.

Concebido como una magnífica tienda por departamentos, funcionaba con al menos 30 empleados, y fue inspirado en el estilo de las emblemáticas tiendas similares que, en los años previos a la II Guerra Mundial, se construían en las grandes capitales del mundo. Funcionó hasta 1957, cuando en el lugar se instaló el almacén “Ley”, hoy “Éxito”.

Riboli y Cía tenía sedes importantes en Maracaibo, San Cristóbal y Cúcuta. La firma original que tuvo como antecesores a otros hombres de empresa italianos, históricamente también muy reconocidos, había sido fundada en 1871 y alcanzó su máximo desarrollo con Don Edoardo Riboli, Don Tito Abbo y sucesores. Tito Abbo Fontana o Tito Abbo Jr. y hermano, impulsaron la construcción del nuevo edificio de dos pisos en Cúcuta. Tito Jr. hijo de don Tito, quien nació en Cúcuta en 1911, fue presidente de la Cámara de Comercio de Maracaibo en 1968 y murió allí en 1991.

Almacén de Tito Abbo, interior. Cúcuta 1949.

Don Luis Gamboa que, fue funcionario de la empresa desde 1920, recuerda que, tanto en la capital del Estado Zulia, Venezuela, como en Cúcuta, en las dos grandes tiendas de la Casa Riboli, se vendía cualquier cosa, desde "telas importadas de seda y algodón, sombreros Borsalino, zapatos, vinos, quesos, medicinas, hasta inyecciones para el paludismo; quesos parmesanos que para cortarlos empleaban un hacha”.

Almacén de Tito Abbo, interior. Cúcuta, 1949.

“En el emporio, entre otras cosas, estaban puestos a la venta casi todos los productos de la península, desde telas y estatuillas de porcelana con figuras de pastorcillos de los Alpes o pescadores napolitanos (...) hasta, cuando fueron puestas en venta, las insuperables bicicletas Bianchi; no faltaban los célebres sombreros de paja de Italia”. Entre otras cosas, también se recuerdan los licores, por ejemplo, la empresa obtuvo la exclusiva para toda Sudamérica de Johnnie Walker.

Almacén de Tito Abbo, interior 2º piso. Cúcuta, 1949.

La mercancía importada se transportaba por barco y desde Maracaibo se abastecía la sucursal principal colombiana de Cúcuta (donde se encontraba el señor Abbo). El recorrido desde Maracaibo de casi 500 kilómetros, se realizaba en parte, a través del ferrocarril del Táchira y del ferrocarril de Cúcuta”. El viaje desde Cúcuta hasta Encontrados era de 160 kilómetros y se realizaba en ocho horas. El Ferrocarril de Cúcuta no tuvo líneas en Venezuela. El Puente Unión en Puerto Santander sobre el río Grita que empalmó el Ferrocarril de Cúcuta con el Gran Ferrocarril del Táchira se inauguró en 1926, año también en que se construyó la estación Puerto Santander.

Crónicas escritas por el ingeniero cucuteño Gerardo Raynaud Delaval reseñan entre otros datos que, en la inauguración realizada el sábado 28 de octubre de 1944, a las cinco de la tarde; los anfitriones agasajaron a sus invitados con champaña francesa (la cual lograron conseguir, no obstante la dificultad para las importaciones y exportaciones por la 2a Guerra Mundial); junto con algunas viandas locales, así como otras importadas, específicamente de España, como jamones, embutidos, aceitunas, algunos enlatados de pescado y frutos del mar, tradicionales en ese país. Todos los productos que más tarde serían ofrecidos en el almacén que en adelante se llamó Tito Abbo Jr. y Hermano Ltda.


Don Tito Abbo

Tito Abbo, 1918.

Algunos datos establecen que Don Tito Abbo Bagnato nació en Chiavari, Provincia de Génova, Liguria. Según una información en 1868, y según otra, en 1878. Y murió en Génova en 1962.

Otros datos suministrados por algunos descendientes establecen que Don Tito llegó a Cúcuta en 1884 a la edad de 16 años a trabajar en la firma fundada en 1855 por Bartolomé Piombino, Miguel Marré y Pietro della Torre que luego se llamó Chiossone Bruno & Co, luego Bisagno, Oliva & Co y luego Riboli Abbo & Co, para mencionar algunos de los nombres que adquirió en diferentes etapas de evolución que sobrepasó un siglo de historia.

Fue fundador de la Cámara de Comercio de Maracaibo el 29 mayo de 1894 y de Cúcuta en 1915.

Así como cónsul italiano en Cúcuta, desde 1919 hasta 1941. Don Tito, reconocido “comerciante”, como se les llamaba con mucho respeto en aquella época a los hombres de empresa, propietarios de negocios generadores de empleo, es también uno de los “benefactores” de Cúcuta que dejaron huella no sólo por su éxito comercial sino por su altruismo y civismo ejemplares; su atención a contribuir generosamente en todas las obras que tuvieran que ver con el interés colectivo y el progreso de la región.

Como parte del patrimonio tangible que dejó Don Tito en la ciudad de Cúcuta, debe mencionarse la escultura en bronce de la heroína Mercedes Abrego, de extraordinario valor artístico, que hoy adorna el parque del mismo nombre. Esta fue mandada hacer en Italia, traída e instalada en 1913, gracias a su liderazgo y gestión.

Similarmente, “la esfera” construida en bronce y revestida con casquetes de mármol blanco de Carrara, llamada “Fuente de los Exploradores”; ubicada en el Parque Nacional, frente al Edificio Santander, fue obsequio de don Tito y la colonia italiana de Cúcuta. El acto inaugural fue presidido por él, en fecha 5 de junio 1940, pocos días después de haber sido inaugurado el Edificio Santander o Palacio Nacional el 6 de mayo anterior, con la presencia del expresidente Eduardo Santos Montejo.

Tito Abbo Fontana.

Su hijo Tito Augusto Abbo Fontana o Tito Abbo junior, nació en Cúcuta el 3 de enero de 1911. Fue presidente de la Cámara de Comercio de Maracaibo en 1968 y murió en esa ciudad el 7 abril 1991.


Tito Abbo y la Fundación de la Cámara de Comercio de Cúcuta


Imagen Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Cúcuta, secretario y exsecretario. Año 1917. Tito Abbo sentado, segundo de izquierda a derecha. Don Tito también había sido fundador en 1894 de la Cámara de Comercio de Maracaibo, Venezuela.

La Cámara de Comercio de Cúcuta fue fundada el 18 de noviembre de 1915. Otras cámaras de comercio como la de Bogotá fue constituida formalmente en 1891, la de Medellín en 1904 y la de Cali en 1910.

La C.C. de Cúcuta se constituyó con base en el decreto ejecutivo 1807 de 29 octubre de 1915 que autorizó al tiempo la creación de las cámaras de Bucaramanga, Cartagena y Barranquilla. El decreto fue expedido por el Presidente de la República, José Vicente Concha y su Ministro de Agricultura y Comercio Gral. Benjamín Herrera. Desde años anteriores existía la intención de crear estas instituciones en algunas ciudades colombianas: “En 1905, Barranquilla solicita la creación de una C.C. en esta región, pero los comerciantes de Bogotá se opusieron manifestando que era preocupante la idea de los Barranquilleros de admitir en la nueva entidad a miembros extranjeros residentes en el país”.

El 18 de noviembre de 1915, el Gobernador Luis Febres Cordero, convocó a los comerciantes de la ciudad, poniendo así en ejecución el primer decreto. A la reunión que se efectuó en la gobernación, asistieron representantes de 30 casas comerciales quienes fueron los encargados de elegir los primeros miembros de la Junta Directiva:

POR EL COMERCIO COLOMBIANO:
  1. José Agustín Berti por A. Berti & Cía.
  2. Arturo Cogollo por Cogollo & Cía.
  3. Roberto Arocha por C.L. Arocha & Cía.
  4. José Antonio Marciales por Marciales & Cía.
  5. Carlos L. Barroso por Barroso & Cía.
  6. Martín Peralta Arenas por la Empresa de la Mutualidad.
  7. Jorge Ferrero como Director de la Aduana.
  8. Manuel Antonio Sanclemente por su Compañía del Alumbrado Eléctrico.
  9. Lázaro Riascos por la Sociedad Equitativa y Económica.
  10. Manuel Acuña por Cervecería Santander
  11. Gustavo Cabrera por Manuel Guillermo Cabrera
  12. Antonio María Figueroa por el Almacén El Día
  13. José María Morales Berti por el Bazar Cucuteño
  14. Leandro Cuberos Niño por la Empresa Rematadora de Licores.
  15. Enrique Meoz por la Botica San Juan.
  16. Zoilo Ruiz A. por la Botica del Norte.
  17. Cayetano Hernández García por Hernández García Moreno & Cía.
  18. Gustavo Valbuena por la Fábrica de Jabón La Aurora.
  19. Pedro Jara.
  20. Arístides Vergel.
  21. Carlos Sánchez R.
  22. Arístides Osorio.
  23. Teodoro Camargo.

POR EL COMERCIO EXTRANJERO:
  1. Federico Halterman y Rodolfo Faccini por Breuer Möller y Cía.
  2. Otto Moll por Van Dissel Rode & Cía.
  3. Otto Faber por Bechmann & Cía.
  4. Alejandro Hanebuth por Hanebuth & Cía.
  5. Juan Caputi por Caputi & Cía.
  6. José E. Abrajim por Jorge Cristo & Cía.
  7. Tito Abbo por Riboli & Cía.

Por disposición del señor Gobernador, los concurrentes eligieron los primeros doce miembros de la Junta Directiva conformados por 4 representantes del comercio extranjero y 8 del comercio colombiano. Los elegidos fueron:

POR EL COMERCIO EXTRANJERO:
  • Federico Halterman
  • Tito Abbo
  • Arístides Osorio
  • Miguel Vélez

POR EL COMERCIO COLOMBIANO:
  • José Agustín Berti
  • Alberto Camilo Suárez
  • José Antonio Marciales
  • Manuel Guillermo Cabrera
  • Arturo Cogollo
  • Luis Francisco Soto
  • Andrés B. Fernández
  • Octaviano Bautista

El 19 de noviembre de 1915, los anteriores miembros se reunieron y eligieron la primera mesa directiva que fue la siguiente:
 
PRESIDENTE: Federico Halterman
1er. VICEPRESIDENTE: Arturo Cogollo
2do. VICEPRESIDENTE: Alberto Camilo Suárez

Su primer Presidente, Federico Halterman, fue un distinguido comerciante alemán que se domicilió en la ciudad en el año de 1897. Dentro de sus actividades, se destacó como socio gestor de la firma comercial BREUER MÖLLER & CO., desde el año de 1909 hasta 1919; Presidente de la Cámara de Comercio durante los años de 1915, 1916 y 1919; miembro de la Junta del Ferrocarril de Cúcuta y Ferrocarril Frontera en 1918 y 2º Vicepresidente de esa empresa en 1921.

En el año de 1916, cuando en el Congreso Nacional cursó un proyecto de ley que gravaba el Café Colombiano de Exportación para financiar la propaganda que se hiciera en el exterior, Federico Halterman, Presidente de la Cámara en ese entonces se dirigió al Senado y a la Cámara de Representantes, para calificar de inoportuno ese impuesto.

Primero, por la Guerra Europea que impedía cada exportación; segundo, por haber disminuido nuestra cosecha cafetera en un 90% a causa de los resultados de la gestión y tercero, porque ya el café nortesantandereano estaba fuertemente gravado en Venezuela, a causa del tráfico obligado de nuestro grano por aquel país ante la imposibilidad de salir por el territorio propio.


Don Edoardo Riboli

Edoardo Riboli con sus 2 hijos adoptivos, a la izquierda Egisto o “Pablito” como le decían,
y Roberto Berti Riboli, en Genova, ca. 1920.

Don Eduardo nació en Lavagna, sur de la Provincia de Génova, Liguria, en 1875. Emigró a Venezuela cuando tenía 20 años en 1895. En su edad mayor, regresó a su ciudad natal Lavagna donde se radicó por unos años hasta que se fue a vivir a Génova donde murió, en 1950.

Don Edoardo no tuvo hijos, a excepción de los dos que adoptó de su esposa, María Parilli Anselmi, nacida en Mérida, Venezuela, en 1881, (hija de padre milanés); con quien se casó luego de ella quedar viuda joven de su marido Pablo Berti, nacido en Boconó, estado Trujillo; hijo de Egisto Berti y María Retali, emigrados a Venezuela desde la isla toscana de Elba.

Edoardo Riboli, década de 1920.

Don Edoardo a partir de 1922 comienza a retornar a Italia, donde pasaba de cada año un semestre allá y otro en Venezuela, hasta que retorna definitivamente en 1936, después de una vida de trabajo de varias décadas entre Venezuela y Colombia.

En una carta escrita a sus familiares desde Maracaibo -su lugar de residencia- días antes a su viaje de regreso a Italia por barco, menciona que partirá el 22 de junio del puerto de La Guaira y espera estar arribando a Génova el 5 o 6 de julio. En ella escribe: “Mañana me voy a Cúcuta para hacer otra serie de baños de azufre en Aguacaliente, si veo que me hacen bien me quedo unos días más, de lo contrario me voy y luego, si Dios quiere, pensaré en embarcarme …”.


Don Antonio J. Copello Baptista

Antonio J. Copello Baptista, Cúcuta 1966

Don Antonio J. Copello Baptista nació en Táriba, Estado Táchira, Venezuela en 1898 y falleció en Medellín, donde vivió sus 2 últimos años de vida, con la familia de su hija primogénita María Teresa Copello Faccini y su esposo Fausto Donadio, quien había emigrado a Colombia a la edad de 16 y medio años, el 28 enero de 1938. Los Donadio Copello vivieron en Cúcuta hasta 1966, antes de irse a vivir a Medellín. Fue enterrado en Cúcuta en 1968.

Su padre Antonio Copello Podestà había nacido en Chiavari, Provincia de Génova, Liguria, y su madre Dolores Baptista Cordero en Mérida en 1872. Su padre murió a la edad de 43 años y su madre a la edad de 33, con lo cual, quedó huérfano de padre a los 7 años y de madre a los 12 años.

A esa edad, Don Antonio entró a trabajar en la Casa Riboli de Maracaibo en 1910. En la empresa trabajó 27 años hasta 1937, época en la cual era encargado de los negocios en Cúcuta y fue persona de confianza primero del señor Riboli y luego de Tito Abbo. Según el mismo contaba, el señor Riboli hizo que el siendo muy joven, aprendiera contabilidad. Siguiendo su retiro en 1937, creó la firma A. Copello & Co y se dedicó por su cuenta a la exportación de café.

En 1941 compró por 100.000. pesos la “casa almacén” de Breuer y Möller, una de las firmas alemanas más antiguas de Cúcuta, dedicada a la exportación de café y a la importación de toda clase de mercancías. (Firma vinculada al reconocido benefactor de Cúcuta, Don Christian Andresen Möller).

Fausto Donadío fundó con Don Antonio Copello, el reconocido almacén de ropa y calzado llamado Almacén La Corona. El negocio abrió en septiembre de 1952 y funcionó casi 70 años en la misma dirección, donde había funcionado el almacén de otro italiano, don Enrique Raffo.


Placa en la Capilla La Milagrosa; construida en 1950 por las Hermanas de la Sociedad San Vicente de Paul (“las vicentinas”) en la Av 1a con Cll 15, del Barrio La Playa de Cúcuta. El terreno para la construcción de esta capilla es una de las donaciones que se encuentran entre las muchas demostraciones de generosidad que caracterizaban a Don Antonio en cuanto a apoyar obras sociales para Cúcuta.


Don Antonio Copello falleció el 10 de agosto de 1968 en Medellín. Sus restos reposan hoy en la catedral de San José de Cúcuta, luego de haber sido trasladados desde el Cementerio Central, donde fue enterrado inicialmente, luego de su fallecimiento en la ciudad de Medellín y haber sido su cuerpo aerotransportado a Cúcuta; lugar donde se realizaron sus honras fúnebres. Imagen cortesía de su nieta Lulú Reyes Copello.


Don Felice Torre

Don Felice Torre

Felice Torre nació en Calvari, Provincia de Génova, Liguria, en 1900. Murió en 1979. Don Edoardo Riboli en uno de los semestres que pasaba en Italia, estando de vacaciones en Calvari, conoció a Torre a través de Doña Clorinda su madre. Viendo el entusiasmo del joven, por conocer América decide traerlo a trabajar en su empresa donde comenzó a adquirir experiencia desde el nivel más bajo.

De esta forma llegó a Maracaibo en 1924 a trabajar en Riboli & Co (la cual se llamó así hasta finales de ese año; seguidamente entró Tito Abbo a la sociedad y se llamó Riboli Abbo y Cía. Estudiando de noche se diplomó como contador.

Don Edoardo y Tito le asignaron tareas de responsabilidad como agente viajero cobrador. Durante la crisis de 1929 le dieron una tarea casi sin esperanza: dar la vuelta a todos los acreedores en las zonas andinas. Torre partió a lomo de mula acompañado de una escolta armada y peregrinó nueve meses entre pequeños centros poblados y plantaciones.

Cuando regresó tenía todo el dinero con él. Riboli y Abbo le explicaron que nunca imaginaron que volvería con más del cincuenta por ciento de los créditos y le regalaron la mitad de la suma, que Torre decidió invertir en la compañía, convirtiéndose en socio.

Torre fue ascendido a gerente de la sede de Cúcuta de la empresa Tito Abbo y Cía en 1937 (la cual se había llamado Riboli Abbo y Cía hasta 1936). Contrajo matrimonio con Elisa Conde, dama de origen ocañero con quien en Cúcuta fundó su familia y tuvo sus hijos, previo al fallecimiento temprano de ella en 1953.

Villa Andresen

la Villa Andresen fue residencia de Don Felice Torre y su familia por unos años. La Villa Andresen, fue mandada a construir por doña Teresa Briceño viuda de Andresen Möller y fue su último lugar de residencia. Allí recibió el 13 de diciembre de 1936 la Cruz de Boyacá que le impuso el gobernador del momento, don Arturo Cogollo. El 11 de enero de 1937 murió doña Teresa de Andresen Möller en la Villa Andresen. Imagen: Facebook de Efraín Vásquez Corinaldi.


Expulsión final de las empresas alemanas e italianas de Cúcuta y Colombia 


Según relata el libro “Los italianos de Cúcuta. Pioneros del café en Colombia”, Breuer Möller & Co cerró en 1941, ya que, a mediados de ese año, durante la II Guerra Mundial, el gobierno americano implantó lo que se llamó “la lista negra”. Esta lista que mensualmente era actualizada y publicada en los diarios nacionales, enumeraba personas y empresas con las cuales nadie podía negociar ni darles empleo so pena de negarle la posibilidad de importar mercancías desde los Estados Unidos.

Son muchos los escritos con datos históricos (los cuales, no enumeramos por no extender demasiado este documento) que, evidencian los viejos celos y aprensión de poderosas élites de la capital colombiana hacia los empresarios, especialmente de origen alemán e italiano, que, en buena cantidad habían progresado con mucho éxito en el país, en ciudades como Cúcuta o Barranquilla.

Desde los años previos a la Primera Guerra Mundial que inicia en 1914, ya se empezaban a imponer medidas desde el gobierno central en Bogotá para restringir la libre circulación de divisas en moneda extranjera y dificultar las grandes operaciones comerciales, especialmente de exportación de café producido en el área fronteriza de Cúcuta, hacia Europa y Estados Unidos, a través del Lago de Maracaibo. Muchas de estas transacciones eran lideradas por tradicionales empresas de Cúcuta que habían sido fundadas en el siglo XIX por comerciantes alemanes e italianos muy apreciados en la ciudad y establecidos por generaciones.

Es así como el año 1915, (un año después de iniciada la 1ª Guerra Mundial), se registra por ejemplo, el retiro de la sede de la gran casa comercial Steinvorth de Cúcuta, para quedarse en San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela; país que si les facilitó continuar operaciones por varias décadas posteriores: Don Werner Steinvorth termina su residencia en Cúcuta en noviembre de 1915, según lo sugiere la escritura de venta de (la que había sido por años su casa de habitación) la Quinta Steinvorth a Don Arturo Cogollo, para a partir de esa fecha llamarse Quinta Cogollo.

La mencionada lista negra fue el golpe final que logró acabar varias grandes empresas en Colombia, entre ellas SCADTA, la segunda aerolínea más antigua del mundo después de KLM, fundada por alemanes en Barranquilla en 1919. Fue una Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos. Por la lista fue necesario nacionalizar la SCADTA, expulsar a los pilotos y mecánicos alemanes, y crear una nueva compañía para lo cual el gobierno colombiano bajo presión de los Estados Unidos, creó AVIANCA. Los pilotos de Pan American Airways reemplazaron a los alemanes.

“… la historia nos cuenta que de la llamada Lista Negra colombiana, no se salvó Avianca; no se salvaron los pilotos alemanes que habían fundado la Scadta, algunos de ellos amigos personales del presidente de la República Eduardo Santos (1938-1942). No se salvó el capitán Herbert Boy héroe del conflicto con el Perú, condecorado con la Cruz de Boyacá por el presidente Enrique Olaya Herrera. No se salvaron almacenes e industrias alemanas de mucha envergadura…”

“…En estas listas negras se incluían también empresas y empresarios de naciones consideradas enemigas de los Estados Unidos durante la II Guerra Mundial, tales como Italia y Japón…”.

Es después de haber realizado esta revisión de hechos históricos, que cabe imaginarse lo diferente que sería hoy Cúcuta, su economía, productividad e instituciones gremiales, en el caso que los gobiernos nacionales de la época no hubieran expulsado los alemanes e italianos de la región.

Lo contrario, hubiera permitido que continuaran impulsando la economía regional, gracias al aporte de sus capacidades y conexiones con el comercio internacional. Estas les habían permitido posicionar muy bien nuestro café en el mundo, mientras a manera de intercambio, importaban y ponían a nuestro alcance, toda la innovación y tecnología de la reciente revolución industrial. Es decir, no haberlos expulsado, les hubiera permitido continuar ejerciendo libremente el liderazgo comercial y empresarial, los cuales habían ejercido por varias generaciones en la región.

Este es un buen ejemplo que nos permite ver cómo las decisiones políticas de un gobierno no solo afectan a una sociedad, sino pueden cambiarle el curso de su historia.


Fuentes:

· Libro “Eduardo Riboli. Storia de un emigrante di Lavagna”. Autor: Mario Bottaro. (Génova, 2002).

· Portal “Crónicas de Cúcuta”. Gastón Bermúdez.

· Libro “Los italianos de Cúcuta. Pioneros del café en Colombia”. Autor: Alberto Donadio Copello.       Primera edición: octubre 2014.


Agradecimientos: A Luis y Andrea Albarracín en Milán, Italia.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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