PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

sábado, 11 de junio de 2022

2073.- TRES PUENTES POR GLORIETA DEL TERMINAL

Gastón Bermúdez Vargas (Información recopilada de La Opinión)

Glorieta del Terminal de Transporte

Para el proyecto de construcción de la intersección vial Glorieta del Terminal de Transporte se evaluaron nueve opciones. La sorpresa que revelaron los representantes de la interventoría y de la Unión Temporal Indio Gant es que, no sería un puente, sino tres, los que se construirían en ese sitio, en el que además desaparece la histórica glorieta. Los costos ascienden a los $31.951 millones.

Los tres puentes facilitan el flujo de vehículos de manera permanente sin tener que interrumpirse en cualquiera de las direcciones que se desplacen, dijo Luis Rueda, vocero de Consultores Solano Navas Ltda, firma encargada de los diseños del proyecto.

Como desaparece la glorieta, ese espacio será ocupado por los tres puentes en viga metálica, con un ancho de tablero de 8.10 metros y una longitud de 361.12 metros aproximadamente. Una ventaja que también se suma al proyecto es que, por este motivo se descarta la compra de predios, dijo Rueda.

Para los representantes del proyecto, de cuya capacidad financiera dio fe el alcalde César Rojas, la reducción de los tiempos de recorrido que ofrecerán los tres puentes, será de 190 horas mensuales.

Los trabajos del proyecto se emprendieron el 1º de febrero de 2019 y se esperaba tenerlo terminado en diciembre de ese año 2019.

Al ser indagado sobre si con este proyecto no pasará lo mismo que el puente Benito Hernández, que quedó inconcluso, Rojas aseguró que un hecho que sustenta la garantía de que, eso no sucederá, es que se tiene dispuesto trabajar en tres turnos diarios, los doce meses que restan del plazo del contrato.

“El puente no quedará gocho, como el Benito Hernández”, dijo, refiriéndose a que tendrá orejas para ingresar y salir.

La representante legal del consorcio Redoma del Terminal, el que estaría al frente de la interventoría, Dora Garay, insistió en la solvencia financiera de las firmas que conforman la Unión Temporal Indio Gant.

Dijo que, a la fecha, no se había desembolsado un solo peso a los constructores desde el pasado octubre de 2018 que se firmó el acta de inicio del contrato. Ya culminó la primera etapa, que fue la de diseño y estudios y ahora se emprendía en firme la construcción.

Puentes por glorieta Terminal de Transporte

Los tres puentes

Puente 1: Permite el paso directo de los vehículos, desde la avenida octava-sentido norte-sur - a la avenida 8, con una longitud aproximada de 130.57 metros.

Puentes 2 y 3: Ambos puentes se inician en el sur de la glorieta por la avenida séptima y luego se divide en dos ramales. El primer ramal permite el paso de los vehículos desde la avenida 7 (sentido sur-norte) a la autopista de Atalaya, con una longitud aproximada de 124.55 metros. El segundo ramal permite el movimiento directo a través de la avenida séptima, sentido sur-norte, con una longitud aproximada de 106 metros.

En las horas pico es cuando más congestión presenta el paso vehicular por esta zona. El tramo más afectado por este motivo es el de la avenida séptima.

Vecinos, preocupados por el impacto de los trabajos

Varios interrogantes surgieron de entre los vecinos de la glorieta de la terminal, durante la presentación del proyecto de la intersección vial que se construiría en ese punto.

Edison Rodrigo Morante, presidente de la junta de acción comunal de Pueblo Nuevo, preguntó si se iba a tener en cuenta, la mano de obra local en el proyecto. Expresó su preocupación por la intervención de la paralela que conectará con la avenida octava. El representante de la interventoría, Leonardo Rosillo, respondió que, están evaluados todos los temas que encierran el proyecto y todos apuntan al beneficio común. Luis Rueda, vocero de la firma Constructores Solano Navas, manifestó que no se va a presentar afectación de los predios de los vecinos de la transversal 17.

Carlos Borrero, representante de comerciantes de La Merced, pidió explicaciones del plan de movilidad y las rutas de acceso que se contemplaba para los que vienen de Atalaya y los que van del centro hacia esa ciudadela. También reclamó reparación de la malla vial. Rueda dijo que el plan se irá ejecutando en la medida que avance la obra. No se va a cerrar el paso total por la glorieta de la terminal durante un año. Habrá necesidad de hacer cierres provisionales y habilitar vías nuevas en algún momento, pero la movilidad se garantizaba durante el avance de los trabajos.

Carlos Eduardo Yáñez, vocero de las empresas transportadoras que hacen presencia en la terminal de transporte, se preguntó cómo iba a ser el ingreso y salida de los buses, cuando estén en marcha los trabajos. Sobre esto, Rueda expresó que se tiene programado un encuentro con los transportadores, ya que se tiene previsto replantear los flujos de ingreso y salida de buses.

Aunque la alcaldía, los constructores y la interventoría, coincidieron en que la intersección de la glorieta del Indio será una de las mejores obras de ingeniería vial de los últimos tiempos, a los vecinos de los barrios aledaños al sector donde se llevará a cabo la obra, los asaltaban muchas inquietudes.

Aspectos tales como la poca presencia de vías para que los peatones, se movilicen en un sector al que confluyen cada hora más de 9.600 carros; cruces que no quedaron plasmados en el diseño de la obra; giros de carros de carga pesada a la izquierda y en calles angostas, el plan de tráfico alternativo, o si los puentes estaban capacitados para soportar más de 34 toneladas de peso, teniendo en cuenta la cercanía con la zona industrial, fueron entre otras las preguntas que transmitieron los vecinos durante la presentación del proyecto.

No obstante pedir explicaciones a estos interrogantes, los vecinos agradecieron la obra, porque por fin iban a ver cristalizada una solución, por la que llevan esperando más de cuatro décadas.

Los tres puentes de redoma del terminal ya se marcan en el aire


Terminados los puentes, lo que sigue son las obras de urbanismo, que encierran lo que tiene que ver con zonas verdes, amoblamiento, alumbrado, instalación de monumentos, entre otras actividades.

Para mediados de septiembre de 2019, la mega obra que construía la Alcaldía de Cúcuta en la glorieta del Indio, contra todo pronóstico, la Unión Temporal Indio Gant, a cargo de la construcción de los tres puentes, avanzaba dentro de los plazos estipulados. Se estimaba que el 30 de septiembre estaba prevista la terminación de los dos primeros puentes: el que parte de la avenida 7 y va hacia Atalaya, y el que parte de la avenida 7 y va hacia la avenida Camilo Daza, en el norte.

El alcalde César Rojas, la interventoría y los mismos constructores, eran optimistas, además, en que, para el 30 de diciembre, estuvieran circulando carros por los pasos elevados, lo cual representa la transformación de la movilidad en cinco puntos neurálgicos que se atacarán: Centro-Atalaya; Diagonal Satander-Atalaya; Atalaya-Diagonal Santander; avenida 8-centro, y avenida 7-avenida Camilo Daza. Esto representaría un ahorro en tiempo de tránsito hacia los distintos destinos, dijo Rojas.

El secretario General de la Alcaldía, Hugo Márquez, explicó que se estaba trabajando en la construcción del tablero, que es la base del asfalto para la vía. Asimismo, se dio inicio a los trabajos de instalación de la baranda y los muros de tierra armada que servirán de accesos a los tres puentes.

También se avanzaba en la construcción del tercer puente (avenida 8-centro), tramo que presentó inconvenientes por la reposición de redes de gas, dijo el funcionario.

Márquez aclaró que, terminados los puentes, lo que sigue, son las obras de urbanismo, que encierran lo que tiene que ver con zonas verdes, amueblamiento, alumbrado, instalación de monumentos, entre otras actividades.

A buen ritmo avanza la construcción de los pilotes para el tercer y último puente 
que conforma la intersección de la glorieta del Indio.

Dijo que, inicialmente el valor del contrato partió de la base de 35.000 millones de pesos, incluida la interventoría, pero el presupuesto definitivo que arrojan los estudios de consultoría, tal como lo establece el contrato, para este fin se incrementaba en $10.000 millones, con los cuales se cubren las obras de urbanismo y la interventoría, dijo el funcionario.

Sobre la iluminación de los puentes, Rojas explicó que se acordó que fuera auto-sostenible, es decir, con luz led nutrida con energía solar, lo que permitirá un ahorro en el costo de la energía.

La reposición de redes de gas ha sido el único inconveniente presentado
durante la ejecución del proyecto.

Márquez precisó que, aunque los puentes entrarán en servicio, todo el urbanismo que demanda el proyecto se ejecutará el próximo año. “Estimamos para mediados de marzo 2020, la entrega final de la mega obra”, enfatizó.

“Consideramos que, con este proyecto, la ciudad alcanza una estatura importante en obras de infraestructura de gran calibre, pero, además soluciones de plano al grave problema de movilidad que se afronta en la actualidad, en el paso por donde hoy se construyen los puentes”, concluyó Rojas.

Puentes sobre la antigua redoma de la Terminal a finales de 2019.

Informe de secretaría de Infraestructura de obras sin terminar, administración anterior

Para febrero 2020, el avance era del 77.29 por ciento y su fecha de terminación estaba prevista para el 9 de marzo, algo que no se va a cumplir, razón por la cual la interventoría solicitó una prórroga en tiempo de 60 días. Para la interventoría, las causas corresponden a terceros, no al consorcio contratista Indio Gant, la mega obra se estará entregando a finales de abril de 2020.

Las cifras


9.627 vehículos por hora confluyen a la glorieta de la terminal, según estudios adelantados por la Unión Temporal Indio Gant. En las llamadas ‘horas pico’ es cuando más congestión se presenta en esta zona de la ciudad, donde se prevé que se movilicen alrededor de 20.000 vehículos, cuya velocidad máxima será de 40 km/h para evitar accidentes.

45.000 millones de pesos, es ahora el costo total del proyecto, cuya financiación es cubierta con dineros de la contribución de valorización aprobada por el Concejo.

Los tres puentes en redoma del terminal entran en la recta final

Esta construcción que ha tenido diferentes plazos de entrega, para finalizar junio de 2020, parecía que al fin vislumbraba su terminación.

La ingeniera Dora Nahir Garay, representante legal de la interventoría, señaló que el comité de la obra definió que, los puentes entran en la recta final. La construcción de las estructuras, ya estaba finalizada.

La Alcaldía de Cúcuta informó que el avance de la obra ha sido satisfactorio
y se espera que su entrega se dé en los primeros días de septiembre.

Dijo que, en este momento se están dedicando, a lo que es la estructura de pavimento, señalización y la parte urbanística. Se iniciaron además los trabajos de la luz solar.

“La parte de urbanismo nos puede dejar un hueco pequeño, pero eso se lo estaremos informando al finalizar el mes de julio, donde sabremos qué decisiones se van a tomar”, precisó.


Por su parte, la Secretaría de Infraestructura municipal dio a conocer que, la intersección vial de la Terminal de Transportes en este instante, tiene un avance del 89,14 por ciento y aunque contó con tres prórrogas, se preveía que su fecha de finalización, fuera el 2 de septiembre de 2020.

Redoma del terminal finalizada

Para principios de agosto 2020, la intersección vial de los tres puentes que se construyó en la redoma del terminal de Cúcuta estaba a punto de concluir. Se ultimaban detalles de urbanismo, la estructura de pavimento, la iluminación y las barandas, para que el puente vehicular pudiera ser completamente funcional y sin ningún tipo de falla.

La información la dio la Alcaldía de Cúcuta, agregando que “gracias al apoyo del Área Metropolitana de Cúcuta (AMC), que, a través de su Centro de Pensamiento, hizo seguimiento a los diseños del espacio público, para mejorar el urbanismo de esta zona”.

“Queremos contarle a toda la comunidad que la Intersección Vial Redoma del Terminal, se encuentra en la fase final para ser entregada, con un avance de obra del 96%”, precisó el gobierno local.


Dora Garay, representante de la Interventoría Consorcio Redoma del Terminal, mencionó que, la Alcaldía buscaba algunos recursos para la parte urbanística, que aún está en proceso. Precisó que la parte paisajista no está sujeta a la fecha de entrega de los puentes, porque es un adicional a esta obra. Así las cosas, se espera que estén listos en diciembre 2020.


Por su parte, Eliana Medina Pabuence, secretaria de Infraestructura municipal, respecto a lo que mencionaba Garay, señaló que el espacio público ya se está ejecutando, pero se están evaluando hacer unos ajustes con el Área Metropolitana, a las zonas donde estaban la estatua del indio y la locomotora del Ferrocarril de Cúcuta, redoma y espacios aledaños, para darles un mejor aprovechamiento.

“Finalizando septiembre, se dará circulación a los puentes con su respectiva iluminación y demarcación, mientras se hacen los demás acabados”, puntualizó Medina Pabuence.

Esta construcción tuvo varios plazos de entrega, la última se había establecido para septiembre pasado, pero no fue hasta el 8 de octubre de 2020 que, la alcaldía, el consorcio y la interventoría de este proyecto, inauguraron, lo que se llamó por parte de la administración municipal, la primera fase de esta mega obra.

Dos fases restantes


La secretaría de Infraestructura de Cúcuta, Eliana Medina, precisó que hace falta la entrega de dos fases más. Comentó que la primera ya finalizó y que solo hacen faltan pequeños detalles de señalización.

La segunda fase de este proyecto consta de ciertas obras de urbanismo en el espacio público adyacente a los puentes. La intervención se adelanta en el costado norte donde se encuentra ubicada la locomotora y en el costado sur donde va a quedar la escultura del Indio. Se espera que, a finales de noviembre, estas obras ya hayan finalizadas.


La tercera fase corresponde a un proyecto que adelanta la alcaldía con el Área Metropolitana de Cúcuta, relacionada con una intervención vial, desde el lugar donde está ubicado el Indio hasta la iglesia La Candelaria.


Estas obras tienen una inversión aproximada de 3.700 millones de pesos y corresponden a la continuación de toda la renovación urbana que tiene planeada la administración municipal para ese sector y hacia el centro de la ciudad.

Medina dijo que se están adelantando diseños y se espera que en enero 2021 se entregue la tercera fase.

Esta mega obra es respuesta a las súplicas de los cucuteños, que llevaban esperando más de 30 años, una estrategia para acabar con uno de los puntos más neurálgicos del caos vehicular en la capital nortesantandereana.

Cerca de dos años y con algunos contratiempos, además del cese de actividades por el aislamiento social obligatorio decretado a nivel nacional, para contener los contagios por coronavirus, hizo que la entrega prevista de los tres puentes de la intersección vial de la Terminal, fuera aplazada varias veces; sin embargo, ya hoy, 8 de octubre de 2020, los cucuteños pueden movilizarse con sus vehículos por la estructura.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

jueves, 9 de junio de 2022

2072.- MILAGRO DEL TERREMOTO EN VILLA DEL ROSARIO

Eduardo Bautista (La Opinión)


El terremoto de Cúcuta, un fatídico acontecimiento ocurrido el martes 18 de mayo de 1875 a las 11:15 de la mañana, trajo total destrucción y muerte a esta zona fronteriza porque además de Cúcuta donde fue su epicentro, su poder de devastación alcanzó a Villa del Rosario, Los Patios, San Cayetano, El Zulia y las localidades de San Antonio del Táchira, Capacho y San Cristóbal, en Venezuela.

Muchas son las historias que se contaron sobre este terrible episodio de la historia nuestra, narradas por quienes sobrevivieron a los fuertes sacudones de la naturaleza que tiraron al suelo las casas y otras construcciones como si se tratara de un castillo de naipes, cobrando la vida de muchas personas que quedaron sepultadas bajo los escombros.

Una de esas historias, que quedó en el imaginario de la gente como un milagro atribuido a la Santísima Virgen del Rosario, tiene como protagonistas a las abuelitas Conde que vivían en una casa de amplios corredores donde queda actualmente la urbanización Santa Mónica, contigua al Tamarindo Histórico, en Villa del Rosario.

El cronista Gerardo García, quien se encontró con esa historia hablando con los viejos de esa localidad durante el trabajo de campo para su investigación sobre la historia de Villa del Rosario, relata que días antes del gran terremoto tres o cuatro remezones pusieron en alerta a la población, con tal magnitud, que según testigos de la época, llegaron a agrietar los muros y tirar al suelo objetos de las mesas, el más fuerte la noche anterior al terremoto.

Un acontecimiento premonitorio fue el paso de un bólido o bola de fuego que recorrió de norte a sur el cielo rosariense, presagio para los pobladores de la villa que algo malo se les avecinaba, éstas fueron suficientes alarmas para los habitantes de la zona, que algunos tomaron previsiones, ya que temían una gran desgracia, según el relato de García.

“El general don Domingo Díaz, que había sido víctima del terremoto de Cumaná (Venezuela), pudo observar que las aves no se posaban, y tal observación le hizo suponer que amenazaba un terremoto, temor que dio a conocer a varias personas y que le hizo levantar una tolda en el patio interior de su casa para que durmieran bajo ella toda la familia”.

El cronista agrega que días atrás, “una mujercita, a la que se juzgó loca, predijo un cataclismo, y es sabido con toda evidencia que subió a Pamplona a consultar el caso que le ocurría con el venerable presbítero doctor Antonio María Colmenares, quien por dos veces ratificó la exactitud de esa versión”.

Otro caso “muy raro también”, fue recogido por García: existía en uno de los campos que median entre el Rosario y San Antonio del Táchira, en el camino que une a estas poblaciones de Colombia y Venezuela, un ciego bien conocido llamado Dositeo López, quien algunos días antes del terremoto decía a su familia: “me huele a Lobatera; si quieren salvarse duerman en el cocal”. En ese cocal se refugió el ciego, y allí se salvó. Había sido de los testigos del terremoto que destruyó a Lobatera en el año 1849.

Siguiendo su relato, cuenta que las abuelitas Conde, el día y a la hora del terremoto estaban sentadas hilando algodón cuando de repente percibieron un fuerte olor a azufre y vieron que muchos de los pajaritos que tenían en las jaulas se morían por este olor.

“En ese preciso instante observaron que la imagen de Nuestra Señora del Rosario, patrona del municipio y que presenció la instalación del Primer Congreso General de la República de Colombia, venía en andas, pero sola, andaba como por el aire y ellas dejaron el oficio, botaron todo y se pusieron de rodillas diciendo: ‘madre santísima qué va a suceder’, cuando sintieron fue el remezón, y la casa que era de bahareque fue de las pocas que quedaron en pie sin sufrir ellas daño alguno”.


Tradición oral e historia

La tradición oral tiene un arraigo en la gente, ella reemplaza lo que un dato histórico no consigue a través del tiempo. La tradición oral es valiosa por ser la que la gente vivió y se transmite de generación en generación, explica el profesor Gerardo García.

En el caso del milagro de la virgen, fue un hecho que las hermanas Conde desde su experiencia vivieron, lo que cobra mayor importancia por el arraigo religioso en la mente de las personas de esa época, que las llevó a magnificar aquellos fenómenos que no alcanzaban a comprender, agrega.

Gerardo García se topó con esta historia hacia 1989, contada por Reyes Vivas, un anciano muy conocido en Villa Antigua, nacido en 1921, quien a su vez la había escuchado de sus abuelos que sobrevivieron al terremoto de Cúcuta.

El historiador recogió ese testimonio en casetes de las primeras grabadoras que salieron al mercado, donde Vivas cuenta además que fue un cultivador de uvas junto a Jesús Carrillo, al servicio del suizo Julio Locher, quien trajo a Villa del Rosario hacia 1926 las primeras cepas e inició el cultivo de la vid en La Palmita, que por décadas fue el medio de sustento de muchas familias y un renglón importante de la economía de Villa del Rosario.

La esposa del profesor Gerardo se tomó el trabajo de digitar a mano esas grabaciones, de unos 400 casetes que logró acumular en entrevistas a las personas de más edad del municipio, en su proceso de investigación para reconstruir pasajes de la historia de esa localidad de Norte de Santander, brega en la que ya lleva más de 33 años y que le han dado vida a varios libros.

La historia del milagro ya escrita, años después, y a pedido del sacerdote Rafael Cárdenas, se convirtió en una pieza de teatro, cuyos guiones y montaje estuvieron a cargo de García, para que fuera conocida por los fieles católicos en el municipio histórico y todo Norte de Santander.

“La dramatización de la leyenda de las abuelitas Conde se hizo en el atrio parroquial en 2018, en el marco de la fiesta patronal de Nuestra Señora del Rosario, con actores naturales del barrio Bellavista”, según García.

Apuntes sobre el terremoto

Antes del terremoto de Cúcuta de 1875 o terremoto de los Andes, como también se le denominó, otros acontecimientos naturales dejaron su tenebrosa huella en las poblaciones fronterizas de Colombia y Venezuela.

El 3 de febrero de 1616, a las 3 de la tarde, un terremoto extraordinario tuvo su origen en la Villa de La Grita, en el estado Táchira, que se extendió muchas leguas alrededor. La sacudida fue tan violenta que nadie pudo tenerse en pie, ni caminar. La tierra oscilaba como las ondas del mar. Toda la población huyó espantada, pálida de terror. Este fenómeno sísmico, llamado también de Bailadores, produjo gran pánico en Norte de Santander, según los apuntes que tiene en sus cuadernos Gerardo García.

En enero de 1644, fue destruida por primera vez la incipiente ciudad de Pamplona por un terremoto, que produjo daños en casi todas las ciudades y pueblos de la Cordillera Oriental y fue sentido fuertemente en Bogotá.

El 21 de octubre de 1766, un sismo con epicentro en Venezuela afectó a muchas poblaciones de Norte de Santander.

Según acta del cabildo de Pamplona, se cuenta los estragos del terremoto del 15 de febrero de 1796, que produjo la total destrucción de la iglesia del monasterio de esa ciudad, la de los conventos de Santo Domingo y San Francisco y dejó bastante maltratada la de San Agustín, fuera de lo que en particular padecieron los demás edificios de esta ciudad. La onda sísmica llegó hasta Mérida y Trujillo en Venezuela.

El terremoto del 26 de febrero de 1849, que tuvo lugar a las 5:30 de la mañana, causando entre 40 a 50 muertos en la población venezolana de Lobatera, sacudiendo de manera violenta a Norte de Santander.

El 6 de marzo de 1869, un temblor sacudió la Villa del Táchira y su vecindario.

Algo aterrador estaba por ocurrir

En los apuntes del cronista e historiador, se cuentan otras situaciones registradas previas al gran terremoto de 1875, como los fuertes temblores que lo precedieron, que fueron tema favorito de tertulias por esos días dadas las fuertes impresiones causadas a las personas y las experiencias vividas.

Dice un testigo que eran las 5 de la mañana del domingo 16 de mayo de 1875, cuando yendo por un corredor se oyó un ruido como de carretas en la calle, como tropel de gente que huye de un toro bravo.

Otros dos movimientos ocurrieron el mismo domingo 16, hacia las 5:15 de la tarde. Contaba una persona que se estaba preparando para asistir a una fiesta y se encontraba ajustándose la corbata delante de un gran espejo, que al principio pensó que el espejo se le venía encima, pero luego, el grito de la gente lo hizo caer en la cuenta que acababa de ocurrir un temblor.

En la mañana siguiente, el lunes 17 de mayo, hacia las 5 de la mañana, otro nuevo preaviso sacó a los ciudadanos de los dormitorios con las primeras luces del día, el cual fue de carácter más leve, pero aumentó la alarma en todo el vecindario.

En una gran pajarera que había en una de las casas, muchos pajaritos amanecieron muertos y otros agonizaban y los que quedaban vivos revoleteaban como asustados y sus trinos eran más bien chillidos desapacibles. Por la tarde volvió a temblar y se sintieron otros dos remezones en la víspera de la gran catástrofe, por lo que se generalizó el temor de que algo muy malo se avecinaba.


Los muertos se salieron de sus tumbas

La hora fatídica del martes 18 de Mayo según el general Belisario Matos, distinguido hombre de empresa, entre sus impresiones personales llenas de acuciosos detalles, anota que tuvo lugar a las 11:27 de la mañana. Esta hora del general puede ser la más precisa y casi coincide con la hora que quedó marcando el reloj de la derrumbada torre de la catedral de San José de Cúcuta, las 11:25 a.m.

Los almacenes y tiendas en 1875 atendían de 6 a 10 o 10:30 de la mañana y de 11 o 12 hasta las 4 o 4:30 de la tarde, de manera que a la hora del terremoto algunos de los establecimientos ya se habían abierto al comercio y en algunos casos, se tomaba aún la comida del mediodía.

Era la hora del almuerzo y por las calles empedradas en medio de un calor canicular, bestias de carga y carretas de bueyes circulaban por estas calles.

El cielo estaba plácido y sereno; el aire en calma; inmóviles las hojas de los árboles. De repente un ruido sordo y cavernoso dio la señal de alarma en toda la región.

Casi simultáneamente la tierra firme se agitó y se estremeció convulsa, crujió y sacudió todo lo que soporta: casas, hombres, animales y árboles.

Las cordilleras que circundaban los valles de Cúcuta se vieron bambolear y la tierra que ondulaba cual aguas del mar, se abría en grietas que tenían una dirección de oriente a occidente.

Las montañas se habían estremecido desde los Nevados del Ruiz hasta la cordillera de Cáceres.

A medida que se caminaba se veía que la tierra hacia ondas, se abría en grietas y se volvía a cerrar.

En el cementerio de la villa histórica que quedaba en el barrio Los Ejidos y específicamente donde hoy es la Urbanización Villas de Sevilla, en Villa del Rosario, las bóvedas y las tumbas se abrieron y arrojaron los cadáveres que se mezclaron y confundieron en pavoroso desorden.

Saltan los objetos de sus puestos, suben por el aire las tejas de barro de las edificaciones, la gente corre despavorida y cae, buscando instintivamente un sitio más seguro en las calles, patios y solares.

La gente al huir instintivamente a las calles, a las plazas, a los patios y a los solares, caía a tierra, era arrojada de una a otra acera de la calle y aun así muchos no lograron librarse porque los techos y las paredes los alcanzaron.

Muchas de estas personas no pudieron soportar el ruido extraño y las fuertes y continúas sacudidas de sus cuatro remos y espantadas todas, corrían precipitadamente y en el choque producido por el encuentro de unas a otras y de la gente que en su desesperación corría igualmente desolada, iban dejando cadáveres y víctimas por doquier.

Al ruido natural de la tierra, se unió luego el crujir del maderamen y de las vigas de las construcciones, el agitarse de los árboles como sacudidos por un vendaval que no existe, el correr de la gente y de los animales espantados.

Poco a poco ceden los muros, las paredes se desmoronan, las construcciones caen convertidas en polvo y el cielo se oscurece.

Todas las construcciones de la Villa del Rosario que para esa época eran de tapia pisada y algunas de dos pisos, con sus pesados techos de teja asentada con barro en las techumbres de cañabrava o madera y las iglesias que tenían además algunas bases y columnas de piedra y ladrillo pegados con cal y sangre de toro caen al piso.

Entre ellas La capilla Santa que fue la primera iglesia de esta población construida hacia 1738, el templo donde se instaló el Congreso Constituyente de 1821, la casa de la familia Nava donde después fue La estación del ferrocarril, la casa de la familia Fernández Nava en lo que hoy conocemos como El monumento Nacional La Bagatela, la casa del doctor Juan Nepomuceno Piedri que en 1875 era propiedad de la familia Rueda Jara, es decir, donde nació el General Francisco de Paula Santander.

Así mismo la casa donde murió el doctor Juan German Roscio, la casa donde se acuñó la moneda en la época del Congreso Constituyente (donde hoy es La Bolera), la casa de la familia Suárez y Porras, la casa donde se hicieron las campanas y el esquilón del Templo Histórico y el solar destinado para el mercado.

Una nube espesísima de polvo envolvió a los sobrevivientes, entrándose por la boca y nariz hasta dificultar la respiración; y habrían perecido indefectiblemente por asfixia cuantos sobrevivieron, si un viento impetuoso no hubiera arrastrado aquella nube que pasó por sobre los caseríos que quedaban al occidente de Cúcuta y que por el volumen pregonaba porvenir de un suceso desconocido.

Despejado el horizonte, la gente pudo darse cuenta de la magnitud del acontecimiento: ¡qué horror! ni una sola edificación, ni siquiera una pared en pie se percibía en la extensión abarcada por la vista; a los oídos llegaban en confuso clamor los gritos de cuantos sobrevivían, que impetraban misericordia!

Un momento después, perdida la noción de distancia y tiempo, se veían salir de entre ruinas a algunos de los que eran vecinos, sin poder reconocerse recíprocamente, pues el polvo que los cubría y la expresión de terror los desfiguraba. Se creían mutuamente muertos que surgían de sus tumbas. La idea de ver llegado el fin del mundo dominaba los espíritus y a tal idea contribuían el terrible cuadro que ofrecía la perspectiva y la manifestación de la aterradora fuerza de la omnipotencia divina.

A la 1 de la tarde del 18 de mayo una vez ocurrida la catástrofe se desato un torrencial aguacero que vino a purificar la atmósfera y apagar los incendios que se originaron producto de los fogones que se encontraban encendidos pues era la hora del almuerzo y de algunos depósitos de explosivos y de petróleo, pero a empeorar la situación porque la gente no tenía donde refugiarse por cuanto sus casas ya no estaban en pie.


Saqueos y pillaje

Y para aumentar lo sombrío de aquel espectáculo pavoroso, apenas destruida la ciudad de Cúcuta y sus poblaciones vecinas como La Villa del Rosario, algunos seres desalmados se entregaron al pillaje y violentando las cajas de hierro en que guardaban el dinero sus poseedores, producían un ruido infernal e incitaban al robo a cuanto veían los caudales de que se adueñaban.

Aquel bochornoso pillaje duró por algunos días, hasta que una nueva fuerza, comandada por los generales Fortunato Bernal y Leonardo Canal, se presentó en el puente San Rafael, donde acampó; después de convencidos aquellos jefes de la necesidad suprema de acabar con el bandidaje para poder restablecer la normalidad y asegurar con ésta la existencia de millares de personas, aprehendieron a siete ladrones, y sometido el más responsable de los presos, bien conocido en la localidad y llamado Piringo, a consejo de guerra verbal, fue condenado a muerte y pasado por las armas en el mismo día, a las 4:30 de la tarde.

Con esa dolorosa medida cesó el bandidaje y se aumentó en una más la cifra aterradora de las víctimas del terremoto. En los días siguientes, los que no emigraron, enterraron a sus muertos y salvaron algunas propiedades, defendiéndolas del pillaje que se desató.

Los habitantes de Villa del Rosario, se trasladaron al barrio que se conocía con el nombre de Los Ejidos y que fue donde se edificó la nueva población, de la quebrada Los Ángeles (El Calicanto) hacia arriba y comienzan a fundar el barrio Piedecuesta, el 22 de junio de 1875; El Centro, 20 de julio de 1877; La Pesa (hoy Fátima), 1 de noviembre de 1878; Gramalote, 12 de octubre de 1879 y el barrio La Palmita, 19 de marzo de 1893.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

martes, 7 de junio de 2022

2071.- ANTONIO NARIÑO, BARRIO CON RIESGO

Ronaldo Medina (La Opinión)


Hace 45 años la congregación de un grupo de vecinos del municipio de Villa del Rosario sentó las bases para lo que es hoy el barrio Antonio Nariño, una zona que, con el inalcanzable esfuerzo de su gente, poco a poco ha logrado avanzar.

Dentro de sus límites cuentan con escuela, comedor infantil, un polideportivo con dos canchas y, por medio de acciones gestionadas por la Junta de Acción Comunal (JAC) ante administraciones anteriores, un parque biosaludable y 1.600 metros de alcantarillado que han beneficiado a más de 100 familias.

Lo más positivo que destaca Faisuly Bohórquez Rodríguez, presidenta de la JAC, son los logros obtenidos con la juventud, en la que se han logrado avances importantes para su desarrollo productivo, así como con los grupos de mujeres, que han sido capacitadas en modistería para conformar microempresas.


La última inversión fue hace tiempo

De acuerdo con Bohórquez, un hecho negativo para su comunidad es que todos los espacios que poseen no son propios, sino que pertenecen a la escuela. Antes, las canchas eran de cemento, agrietadas y sin techo, y aunque se logró la cubierta, aún solicitan una remodelación bajo el compromiso de ellos mantenerlas en buen estado.

“Tampoco tenemos salón comunal. Nos toca pedir el permiso y reunirnos en la escuela para todas las actividades, arrendar casas o pedirlas prestadas. Se le han pasado los proyectos a varios alcaldes, y aunque no se niegan, tampoco se ve la disposición ni el compromiso para construirlo”, dijo la lideresa.

Según relata, la carencia de una casa comunal se debe a la falta de espacios. Primero, por tratarse de carta-ventas sin propiedades de terreno; segundo, porque cuando los primeros habitantes hicieron la repartición y limitación de lotes, no asignaron un lugar para uno.


La parte alta podría desplomarse

Por la distribución de los predios, Antonio Nariño consta de dos sectores: la parte alta y la baja; en esta última es donde se han conseguido la mayoría de los logros, como la pavimentación de casi la totalidad de las calles.

En la parte alta de este barrio de Villa del Rosario, la mayoría de casas se encuentran en peligro por falta de alcantarillado; con las lluvias, los suelos y paredes han presentado grietas.

Sin embargo, es el sector del cerro coronado con una cruz donde se ven más necesidades. Bohórquez señaló que llevan ocho años sin alumbrado y más de 20 sin que las calles sean pavimentadas, motivo que consideran “justo y necesario” para que se intervengan.

“Necesitamos que el señor alcalde ponga de su parte y nos dé pavimentación a todo costo”, manifestó la lideresa.

En este misto sector, un gran porcentaje de viviendas están construidas en tabla y se encuentran en alto riesgo de deslizamiento. La calle 4 con carrera 12 es la más crítica por estar al borde de un acantilado que, poco a poco, se ha venido desprendiendo.

En cada temporada de lluvias, corren la amenaza de sufrir afectaciones severas que incluso perjudican a la parte baja.

Aunque dicen que Gestión del Riesgo ha hecho acto de presencia en cada oportunidad, no pueden sentirse tranquilos hasta que sean construidos muros de contención y una canalización efectiva que solucione sus problemas de inundación.

“Donde se venga un invierno igual de fuerte al de hace unos meses, toda esa cuadra se va a ir abajo. Si algo llega a suceder, será responsabilidad de la administración”.

En el recorrido de La Opinión por las viviendas, se pudo confirmar que las secuelas comienzan a notarse; los suelos se quiebran y las paredes se desprenden en vaticinio del debacle.


Problemas de alcantarillado

Los problemas denunciados por un gran número de rosarienses ante las inconformidades en el servicio de acueducto, tampoco son exentos de presentarse en este barrio del municipio.

“Aquí los pozos se están tapando, y eso que es una obra nueva. Es como si no se hubiera hecho, porque los malos olores son muy fuertes y afectan la salud de quienes viven por esas cuadras”, precisó Bohórquez.

Por otra parte, consideran que el cobro por el servicio es demasiado alto para tratarse de un barrio en estrato uno, donde la mayoría de su gente son personas humildes que hacen lo necesario para sobrevivir.

Adicional a esto, no gozan del servicio a diario, sino cada quince o veinte días. La comunidad con frecuencia debe estar atenta a mantener sus tanques llenos cuando llega el día del suministro, y por lo general, llega sin presión.

A pesar de un encuentro con la Superintendencia de Servicios Públicos, los recibos siguen por encima de los 60 mil pesos y, mes a mes, manifiestan que sube entre tres mil a cuatro mil pesos.


Mototaxi, el medio predilecto de la comunidad

Quienes viven en la parte alta son quienes más dificultad enfrentan a diario para conseguir transporte. Además de caminar largos trayectos, las rutas comienzan a pasar después de las 6:30 de la mañana, cuando algunos de ellos deben estar en sus trabajos a las 6:00 a. m.

Otras soluciones son pagar doble transporte o dirigirse a la autopista de Villa del Rosario. El último bus pasa hasta las 6:30 de la tarde, después de esa hora, deben recurrir a otras alternativas.

Por eso, en una de las esquinas del polideportivo, sobre la carrera 15, vía principal de Antonio Nariño, un grupo de mototaxistas permanece a diario.

“Es una forma de ellos conseguir el sustento para sus familias, son gente de nuestra comunidad que nos ayudan a movernos entre el municipio. Para ir a Cúcuta, sí usamos transporte público”, dijo uno de los vecinos.


La inseguridad se combate por mano propia

En el parque biosaludable, aunque se hizo una conexión de energía directa, se carece de alumbrado público en las noches, situación que se presta para el consumo de drogas, entre otros actos indebidos que mantienen a la comunidad apartada en esos horarios.

Otros hechos violentos se presentan en las calles con regularidad, y ante la ausencia policial, la misma comunidad ha tenido que comenzar a defenderse por su propia mano y hacer patrullaje por grupos.

“Alumbrado Público siempre dice que si el señor alcalde aprueba, las lámparas faltantes vienen para acá. Es algo que de verdad necesitamos, sobre todo en la parte alta”, enfatizó Bohórquez.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

domingo, 5 de junio de 2022

2070.- EL BOSQUE, COMPROMETIDO CON SUS ARBOLES

Tatiana Ballen García (La Opinión)


En 1988, una constructora cimentó en la Comuna 5 de la ciudad lo que hoy se conoce como El Bosque. Las llaves de las primeras dos manzanas, rodeadas por esplendorosas zonas verdes, fueron entregadas a sus habitantes, en su mayoría, empleados del estado y docentes, cuando el barrio aún empezaba su historia.

Décadas antes, El Bosque pertenecía a un conjunto de fincas en el sector Corral de Piedra, pero los terrenos fueron comprados con el fin establecer una zona residencial conexa a la industrial.

Una vez construidas las primeras casas, el crecimiento del barrio permitió fundar los sectores de El Paraíso, Nápoles y Portachuelo, hasta que, años atrás, este último se independizó como urbanización propia.

Hace pocos años se construyeron en este barrio las Torres del Bosque, un complejo de edificios residenciales en instancias a la vía principal de Sevilla, junto al Centro Recreativo Corral de Piedra, perteneciente a la Policía Nacional.


Según la comunidad, la ubicación del sector es como un ‘anillo vial central’; comunica a la doble calzada de Ceiba con la avenida Sevilla, que los conecta con otros barrios. Además, son destacados por contar dentro de sus límites con la Universidad Libre y la Universidad de Santander (UDES), que han fortalecido el carácter residencial y económico.

“Cuando la constructora compró el terreno para formar la primera etapa de El Bosque, adquirió el compromiso de continuar creando espacios o parques que contengan muchos árboles. Nos consideramos como el ‘pulmón de la ciudad’, en homenaje a nuestro nombre”, comentó Serafín Rincón, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC).

Comprometidos con la naturaleza

El barrio cuenta con más de 14 zonas verdes distribuidas entre sus diferentes etapas y sectores, algunas de ellas son conformadas por parques infantiles y espacios sociales. Las jornadas de limpieza y mantenimiento de poda son ejecutados por los vecinos aledaños de las zonas.

Además, la misma comunidad diseñó unos kioscos en los parques para que los vigilantes tuvieran un espacio de descanso, aseo y pudieran guardar sus pertenecías.

Una comerciante del sector resaltó que estas labores tienen la intención de promover el embellecimiento del barrio, que se ve directamente reflejado en la imagen de los negocios, gracias que los hace atractivos a la vista y atrae frescura a los clientes que los visitan.


En la calle 12N, los vecinos fueron los encargados de adecuar los espacios verdes que están frente a sus viviendas, una variedad de plantas floreadas, diseños y decoraciones que resaltan la belleza y el compromiso de la comunidad por la naturaleza.

Otra zona verde se encuentra junto a la Parroquia San Miguel Arcángel, construida por la comunidad en el 2013 con fondos recolectados en rifas y bazares, liderados por el sacerdote Juan Carlos Orellano. En la actualidad, celebran sus festividades religiosas el 29 de septiembre con novenas, eucaristías y grupos musicales.


Escenarios deportivos

En el 2017, en este sector se ejecutó la construcción de un espacio deportivo por parte de la Alcaldía de Cúcuta, donde se instalaron máquinas biosaludables, juegos tradicionales, área canina y espacios para la circulación de bicicletas.

Un año después, se construyó un Centro de Integración Ciudadana (CIC) que consta de una cancha multifuncional, tarima, graderías, oficina administrativa y baños. La comunidad, para garantizar un uso adecuado del espacio, tiene un horario de funcionamiento establecido; el Instituto Municipal para la Recreación y el Deporte (IMRD) es el encargado del mantenimiento y la seguridad del centro.


“En las horas de la noche se le brinda un espacio a los jóvenes del barrio que deseen practicar o jugar fútbol, baloncesto y voleibol, ahora también pueden participar de porrismo. Se da inicio a las ocho de la noche para aprovechar que ellos salen de los colegios, universidades o trabajos”, manifestó una vecina del lugar.

Otro escenario deportivo es la cancha de tierra, que la mayor parte del tiempo es destinada para el uso de las escuelas de iniciación deportiva en fútbol. La persona encargada de establecer los horarios es una vecina dueña de una caseta cerca del lugar, quien gestiona que las demás actividades programadas puedan desarrollarse sin contratiempo.

Vías obstaculizadas

Hace varios años, gracias al esfuerzo de la comunidad, las calles y la transversal de El Bosque fueron pavimentadas por la administración municipal y las empresas de la zona industrial. Sin embargo, todavía existe una vía destapada que dificulta el paso del tráfico y levanta nubes de polvo con el tránsito de vehículos.

El presidente de la JAC señaló que la comunidad ha solicitado de nuevo el apoyo de la administración para solucionar esta situación.


De igual manera, en una de las vías de esta transversal, desde hace 18 años los obstaculiza un parqueadero que, de acuerdo con los vecinos, invade el espacio público. Cada vez que necesitan transitar, los vehículos deben desviarse e ingresar por otra calle para poder salir al barrio Sevilla.

“Esta obstrucción le genera al barrio una gran afluencia de vehículos, por eso ya estamos en proceso de diálogo con las entidades correspondientes para permitir liberar esta vía y descongestionar las demás”, explicó Rincón.

Música desmedida

Desde hace años, la presencia de los universitarios fortaleció el comercio en el barrio, pero la comunidad ha tenido inconvenientes frecuentes con algunas fuentes de soda que exceden los niveles permitidos de ruido. A pesar de las acciones de la Policía y la ausencia de los estudiantes, los casos aún continúan.


“Estos negocios comienzan a funcionar desde la tarde, pero en la noche suben el volumen de la música y se fusionan con las otras. No tengo problema con su actividad, pero a nosotros los vecinos no nos permiten descansar o ver televisión”, comentó una habitante.






Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

viernes, 3 de junio de 2022

2069.- CUMBRES DEL NORTE, DETERIORO Y MIEDO

La Opinión


En la parte alta de la Comuna 6 de Cúcuta se levanta el barrio Cumbres del Norte, una colina desde donde se divisa gran parte de la ciudad, pero que a través de los años ha sido víctima de la inseguridad y el abandono.

A pesar de su cercanía con históricos barrios como El Salado y Panamericano, son muchas las necesidades que tienen en este momento y por las que piden pronta solución.

La entrada principal del barrio está ubicada en la avenida Panamericana, con un enorme letrero de “bienvenidos a Cumbres del Norte” que recibe a diario a residentes y visitantes.

Desde las primeras calles se evidencia el deterioro. La mayoría de las vías tienen baches y los conductores de vehículos se ven obligados a disminuir la velocidad para esquivarlos y evitar accidentes de tránsito.

No hay transporte


Para las personas que viven en Cumbres del Norte, llegar a su casa se convirtió en una odisea, sobre todo en horas de la noche.

En este barrio de la Comuna 6, la inseguridad y el deterioro en las vías ha provocado que el transporte público sea una gran dificultad para sus habitantes.

Mérida Salcedo, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC), expresó que no hay rutas de transporte público, por lo que ninguna buseta accede al lugar y sus habitantes tienen que buscar otras alternativas para llegar a sus casas.

“Los que no tienen carro ni moto, les toca caminar casi 20 minutos desde otros lugares para llegar hasta el barrio, y es más agotador teniendo en cuenta que gran parte del sector es una cuesta”, precisó la lideresa.

Agregó que algunos conductores de taxi no van hasta allí, en especial en horario nocturno, por temor a un robo o porque cobran tarifas muy altas.

“Normalmente, según el taxímetro, la carrera vale siete mil pesos desde el centro. Si estamos de suerte nos cobran 12 mil pesos, y si no, nos puede salir el viaje en 18 mil o 20 mil pesos”, comentó uno de los vecinos del barrio.

Espacios abandonados


Escasos son los lugares de recreación en la zona, y los que están se encuentran abandonados y dañados. El único parque está cubierto por maleza, los juegos infantiles están oxidados y rotos, razón por la que es poco concurrido por los menores.

Así mismo, la cancha de baloncesto cuenta con grandes grietas en el suelo, producto de la inestabilidad del terreno. De no ser intervenida a tiempo, los residentes temen que se pueda desencadenar una tragedia.

“La cancha está que se va por un barranco, lo único que trajeron fue unos biosaludables, pero, por la lluvia y otros factores, se han ido desgastando y ya están deteriorados”, dijo la presidenta de la JAC.

Hasta el momento, la Junta de Acción Comunal no ha extendido solicitudes de arreglos a la administración municipal por cuestiones de pandemia, sin embargo, ya han intentado comunicarse por vía telefónica y virtual y no han obtenido respuesta.

El colegio no da abasto


En Cumbres del Norte está una de las sedes de la Institución Educativa Eustorgio Colmenares Baptista, que brinda educación a niños de primaria.

Según la lideresa comunal, la escuela se quedó pequeña ante el gran número de menores que viven en el sector, por lo que los niños tienen que ir a otros colegios y se ven obligados a caminar largas distancias para llegar a su centro de estudio.

“Es un buen colegio, brinda buena educación, pero ya queda pequeño. Los cupos son limitados y muchos se quedan por fuera”, señaló Salcedo.

Inseguridad, el tema más preocupante


El aumento de atracos y homicidios ha generado preocupación en las personas que residen en este lugar. La mayoría se ven obligadas a estar encerradas en sus viviendas desde que cae la noche, porque temen ser víctimas de algún suceso lamentable.

“Los robos han aumentado, la gente no viene por acá, es una situación preocupante que ya se nos salió de las manos”, dijo uno de los residentes.

También agregó que a diario se ven personas consumiendo drogas en las calles, incluso frente a niños.

Según la lideresa comunal, la Policía Metropolitana de Cúcuta casi no hace presencia en el barrio, de vez en cuando lo patrullan, y cuando son llamados, no responden.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

miércoles, 1 de junio de 2022

2068.- BOCONO, COMUNIDADES OLVIDADAS

Ronaldo Medina (La Opinión)


Con más de medio siglo de fundado, el sector de Boconó en otro tiempo era el camino por donde el ferrocarril de Cúcuta se dirigía a San Antonio, Venezuela. Décadas hacia la actualidad, aún las viejas vías férreas existen bajo gruesas capas de asfalto.

Conforme pasan los años, para la comunidad asentada en este lugar el tiempo no es un aliado, pues, desde que recuerdan, su sector ha sido uno de los más olvidados a través de las diferentes administraciones gubernamentales y municipales.

Prueba de ello, según habitantes, fue el proyecto para la recuperación integral de esta vía, adelantado por la Gobernación, “un engaño” que, aunque se presupuestó, aprobó y fue creado por la comunidad, terminó siendo ejecutado en Rumichaca, Villa del Rosario.

“Con mucha tristeza debo manifestar que, medio siglo después, la población de Boconó no tiene alcantarillado, ni siquiera el mismo centro de salud, y algunas casas tampoco agua potable”, dijo Elizabeth Caro, presidenta de la Integración Social del Nororiente de Cúcuta y Villa del Rosario.

Por la ausencia de este servicio, todos los desagües de la población asentada detrás de este canal natural, de la escuela y de la IPS, dan a parar al caño que corre entre ellas.

Allí se encuentran algunas casas en condiciones precarias, pero también otras de material y locales comerciales que van desde venta de muebles hasta tiendas, pero todos carentes de servicios públicos.

“Desde hace tres años venimos gestionando con autoridades competentes para dotar de alcantarillado, canalización y agua potable a la parte baja de Boconó, desde la iglesia de Santa Ana hasta el colegio Andino Bilingüe, pero a pesar de nuestra ardua gestión, han sido muy necios e irresponsables por no asumir la solución de estos problemas tan necesarios”, precisó Caro.

Contemplados en la Constitución Política de Colombia, en la que se señala como un derecho el acceso y disfrute a los servicios públicos, exigen una pronta solución.


Procesos abiertos

Caro manifestó que, gracias a las denuncias interpuestas en la Contraloría de la República, la Corporación autónoma regional de la Frontera Nororiental (Corponor), en una de sus respuestas a los oficios, abrió un proceso sancionatorio a la Alcaldía de Cúcuta a finales del 2019 por haber permitido la invasión alrededor del caño, pero el resultado del seguimiento ha sido un misterio.

“Ahora con la expedición de la ley 2044 del 30 de julio de 2020, se ha ordenado el saneamiento de los asentamientos humanos ilegales, en la cual se dice que, en las zonas que estén en riesgo, los municipios están obligados a ejecutar proyectos para mitigar el riesgo y considerarlos como viviendas de interés social”, agregó la presidenta de la Integración.


Abandonados, pero no rendidos

Hace 30 años, la construcción del anillo vial oriental sobre la vía Boconó fue para la comunidad el detonante al olvido en el que se sienten inmersos en sus 2.2 kilómetros de necesidades sociales sin resolver.

Sin señalización ni senderos peatonales, falta de alumbrado público y un tráfico constante y peligroso, la lideresa señala que las personas que viven en la Comuna 3 arriesgan día a día su vida para cruzar esta vía nacional. Antes de la pandemia, la incertidumbre era mayor con el flujo de los estudiantes de las cinco instituciones educativas del sector.

En vista de todos estos problemas, el comité de trabajo de la parte alta de la urbanización Santa Ana hizo una convocatoria de líderes en diferentes sectores sociales, educativos y religiosos, en la que se congregaron representantes de seis barrios de la Comuna 3 de Cúcuta y dos del municipio de Villa del Rosario para presionar en esta lucha por la solución a sus necesidades.

Un canal natural es lo que separa el poder administrativo de Boconó entre Cúcuta y Villa del Rosario; habitantes de la zona se han unido para alzar su voz a las administraciones.

Por parte de Cúcuta, se unieron Santa Clara, Heliópolis, Boconó, Santa Ana, Las Margaritas y La Esmeralda, junto a los barios de El Cují, en Villa del Rosario, para lograr lo que por su propia cuenta ha sido imposible, bajo la firme convicción de la ‘la unión hace la fuerza’, “Creemos firmemente en algún día consolidar soluciones efectivas para esta comunidad vulnerable”, manifestó la presidenta de la Integración.


Las gestiones de Villa del Rosario

Por ordenanza 018 del 16 de diciembre de 2010, se determinó el caño de Boconó como línea limítrofe entre los municipios de Cúcuta y Villa del Rosario.

Según Caro, “en el municipio de Villa sí existe la voluntad política”, pues desde el Centro Recreacional Villa Silvania, hasta Boconó, durante 30 años permanecieron sumidos en la oscuridad, testigos de atracos a vehículos, transeúntes y crueles asesinatos.

Pero en una reunión convocada por la Contraloría para el 2 de agosto de 2019, el entonces alcalde de Villa del Rosario, Pepe Ruiz Paredes, se comprometió a iluminar el tramo correspondiente a su municipio, y así fue. Las luminarias fueron entregadas en abril del año pasado.

Por otra parte, en Cúcuta, siguen sin obtener soluciones tangibles. Caro manifestó que entre las entidades competentes se pasan las obligaciones, evadiendo la responsabilidad en cada oportunidad.

“Si la administración municipal insiste en que es obligación de Villa del Rosario, entonces Villa del Rosario, por ley, también deberá reclamar entrega efectiva de la IPS y la escuela, un puesto de votación que sería una pérdida política considerable para Cúcuta”, apuntó.

Por estas necesidades sin resolver, la comunidad se mantiene alerta, clamando a gritos la recuperación integral de su olvidado territorio.


El compromiso de Cúcuta

Una vez consultados, desde la Secretaría de Infraestructura se conoció que la presente administración ha reconocido a Boconó como un sector con necesidades urgentes que necesitan priorización.

Por ello, para el área urbana y rural de Cúcuta se presupuestó una inversión de 1.600 millones de pesos para la construcción, optimización y mantenimiento de los sistemas de alcantarillado sanitario y pluvial. Parte de ese proyecto, beneficiará algunas zonas en Boconó aún por estudiar.







Recopilado por: Gastón Bermúdez V.