Alvaro Orlando Pedroza Rojas
Timoteo Anderson y su esposa Lynn
Fue
todo un reto y una tarea, pese a lo compleja, agradable, el trazar una
semblanza de un personaje de tanta significación para la ciudad, la evangelización
cristiana y para el rotarismo, como el compañero Timoteo Anderson Carlson. Sin
desligar el afecto por el compañero rotario, despierta admiración su sencillez
y su figura al lomo de una bicicleta consumiendo distancias de la ciudad en pos
de hacer sus diligencias.
Pese
a haberle visto cruzando en diferentes ocasiones por las calles de este noble
valle de San José de Cúcuta, distinguí al compañero Timoteo cuando ingresé como
miembro activo del Club Rotario Cúcuta en el año 2000. Siempre pensé que en el
Club había un norteamericano, hasta que, al fungir como secretario del Club, me
enteré que el compañero de alta estatura, tez blanca, ojos azules, cabello
claro, presencia serena y reflexiva, energía inquebrantable, capacidad de
escucha y vocación de servicio, que suele sentarse durante las sesiones del
Club, en la esquina derecha, próxima a la mesa directiva, era oriundo de
Convención, Norte de Santander.
Estas
líneas son el resultado de un ejercicio de entrevista improvisada que practiqué
junto con el compañero Patrocinio Ararat Díaz, a la pareja Timo-Lynn, en su
casa de residencia, en la Urbanización La Anita, de esta ciudad. Me valí
igualmente, del Libro Hacaritama escrito por su padre Eloy Anderson, del
prólogo de dicha publicación escrita por el Historiador y pedagogo Jorge
Meléndez Sánchez, del Epílogo del mismo libro escrito por Lynn Anderson, en
1977 y de algunas páginas de Internet en las que se asoma el nombre de este
matrimonio ejemplar.
A
decir verdad, apostarle a hacer esta semblanza fue realmente emocionante y, me
imaginé al hacerlo la forma como los escritores tejen las historias de sus
novelas, conjugando espacios, tiempos y personajes que entran y salen de cada
escena. Por la similitud de los caminos recorridos por Timo y por su padre
Eloy, por la íntima compenetración espiritual y la mística relación matrimonial
entre Timo Anderson y Lynn Anderson, existen momentos en donde uno no sabe a
quién le está haciendo la semblanza, si a Lynn, a Timo o a su padre, si a la
pareja Eloy -Isabel o al matrimonio Timo-Lynn.
Timo,
como cariñosamente se le conoce a Timoteo Anderson Carlson, se autodefine como
una persona que trata de ser útil a la humanidad, misión que le ha permitido
ganar amigos. Sin ser una persona extrovertida, su carisma y don de servir le
permite llegar a la gente y ganar su aprecio y amistad. Considera que, junto a
Lynn, su esposa, han hecho una muy buena inversión en materia de relaciones
personales, siendo útiles a la sociedad, brindando consejería y acompañamiento
a muchos hogares en momentos difíciles, procurando revitalizar el camino en
pareja.
El
amigo Timo, cuya fisonomía lo hace ver como un extranjero radicado en Cúcuta,
como se dijo atrás, nació en la población de Convención, Norte de Santander,
pero su linaje es sueco, nacionalidad esa de sus cuatro abuelos, aun cuando sus
padres fue una pareja norteamericana que terminó viviendo en las tierras de los
Hacaritamas cuando su querido padre, Eloy Anderson, un carpintero enamorado de
la música, que alternaba el oficio de José de Nazareth con la evangelización,
habiendo descartado la opción de ir al África, fue finalmente asignado por su
iglesia a la región de Ocaña, cuando sólo hablaba sueco, aun viviendo en
Chicago.
Don
Eloy, al decidirse por el ministerio religioso, antes de aceptar la misión
encomendada para evangelizar, se casó con la prestante dama Isabel Carlson,
hija única de un famoso pintor que tenía entre sus logros haber pintado los
lienzos de todas las catedrales de Chicago, ciudad en donde se encuentra la mayor
arquidiócesis de su Iglesia en el mundo, habiendo conformado para ello una
empresa con más de 200 hombres. Doña Isabel se desempeñaba entonces como
secretaria del arqueólogo Dr. James Henry Breasted, primer americano en recibir
un doctorado en egiptología y jefe del Instituto arqueológico del oriente en la
Universidad de Chicago; quizá el fallecimiento del Dr. Breasted favoreció la
decisión de la noble dama de aceptar la propuesta matrimonial de Don Eloy.
Ya
unidos en el vínculo matrimonial decidieron partir hacia Ocaña, Colombia, a
cumplir el compromiso evangelizador. De modo que la vocación de Timo por el
servicio ministerial lo heredó en cierta forma de su padre, quien renunció a
las comodidades de un país desarrollado para salir al mundo a tejer los hilos
de su propia historia en la lógica de buscarle sentido a la vida, mediante la
predicación de la palabra, en el marco de la convicción cristiana y siguiendo
una pedagogía laica.
El Club Rotario Cúcuta hizo un
reconocimiento a Timoteo Anderson por su vida y obra. Aparecen Patrocinio
Ararat, Gema González, Carlos Cano, Iván Casanova, Beatriz Durán, Timoteo
Anderson y Lynn Anderson.
La
pareja Eloy-Isabel traían como destino el núcleo urbano de la ciudad de Ocaña,
NS, en pleno corazón del valle de los Hacaritamas, pero terminaron asentándose
en la población de Convención. Habían arribado a Ocaña por cable desde Gamarra,
puerto sobre el río Magdalena, en donde desembarcaron por vía fluvial,
procedentes de la Costa Atlántica, más precisamente de Barranquilla, vía Puerto
Colombia, al cual habían llegado procedentes de Estados Unidos, al amanecer del
13 de julio de 1937. Don Eloy había renunciado seis semanas antes de la empresa
Socony-Vacuum Oil Company en Chicago, y su esposa Isabel, quien era secretaria de
un prestante arqueólogo, había dejado su trabajo en el Instituto de Estudios
Orientales de la Universidad de Chicago, para asumir la labor de misioneros al
servicio de la Misión Alianza Escandinava, convertida más tarde en La Misión
Alianza Evangélica.
La
misión religiosa de Don Eloy, inspirada en Cristo, le llevaron a ser un viajero
frecuente a lomo de mula por los caminos del Norte de Santander, a asimilar la
vida colombiana y a sortear avatares, vicisitudes y tiempos aciagos que
pusieron en riesgo su propia vida, pero este carpintero peregrino terminó
escribiendo su propia historia y dejando con ello un legado sobre lo que fue la
provincia de Ocaña y en general, del Norte de Santander en una época crucial,
como quiera que acababa de pasar el Concilio Vaticano I, la primera guerra
mundial, la hegemonía del partido conservador en el país había sido tomada por
los liberales, de modo que la lucha partidista de alguna forma terminó
correlacionada con una división de credo, entre católicos y la iglesia evangélica.
Timoteo
Anderson, con formación de geólogo, terminó dedicado a los estudios teológicos
como su padre y a ejercer como él, la evangelización por los mismos senderos de
los Hacaritamas y otros más. La coyuntura de asistir a la misma iglesia, estudiar
y laborar en la misma universidad como becas trabajo hizo que Timo (quien se
desempeñaba en operaciones de mantenimiento de equipos audiovisuales de la
Universidad) y Lynn (hija de un ingeniero electricista, diseñador de Motorola)
apasionada de la antropología y arqueología, estudiante de la Universidad,
entablaran una muy buena amistad.
Las
circunstancias y las presiones de sus amigos que veía en ellos una bonita
pareja, hicieron que Timo tomara, hace 55 años, la iniciativa de invitar a
Lynn, a una presentación y clase de ópera, su pretexto perfecto para proponer,
ya de vuelta a casa, a Lynn, su declaración de noviazgo y matrimonio. Lynn
Anderson quien solía reunirse con latinos (en estudios de español) había
dibujado la idea de venir a América Latina, la cual era considerada campo
fértil para el proceso de evangelización. Quizá esa coyuntura ayudó a Lynn a
configurar una respuesta positiva a la propuesta de trascender la amistad y
formalizar una relación amorosa con Timo.
Con
el sí de Lynn, Timo participó a sus padres su firme intención de formalizar un
hogar con Lynn, requiriendo su consejo y bendición, aceptación que recibió
condicionada a que Lynn aprendiera a tocar trombón para integrar la banda de la
iglesia y comer avena, alimento común para la época en la tierra de los
Hacaritamas. Lynn cambió el instrumento mencionado por el trombón barítono
(bombardina), así como dejó las comodidades de la pujante América del Norte,
para venir a vivenciar las dificultades junto a un pueblo que se abría camino a
la esperanza, a punta de pala y azadón.
Posteriormente,
al igual que la pareja origen Eloy-Isabel que llegaron en 1937 a la zona de
Ocaña, procedentes de Estados Unidos, Timo y Lynn, formalizados en matrimonio,
emprendieron el mismo peregrinaje, aproximadamente 25 años más tarde llegando a
Aguachica, una población que escasamente arribaba a los 7000 habitantes, en una
época de marcado subdesarrollo (sin los servicios básicos satisfechos, con agua
cargada en pimpinas y sin servicio de alcantarillado), con vigencia del
concordato a todo vigor, con marcada influencia de la iglesia católica en los
asuntos del poder civil, una época aún muy difícil como la vivenciada por sus
padres Eloy e Isabel.
Hugo Espinosa, Ludy
Vega, Martha de Echeverri, María Inés Celis, Timoteo Anderson y Álvaro
Carvajal
Naturalmente
que el choque cultural para Lynn fue fuerte; el clima, la escasez, los
insectos, así como la hostilidad con la cual fueron recibidos, le puso a prueba
y muchas veces el temple de Timo y Lynn para seguir con su propósito
evangelizador, tambaleó y puso su voluntad al borde de claudicar; pero los
principios, la convicción de su apostolado les permitieron superar todo
obstáculo. Fue un tiempo y un lugar en el que Lynn conoció la pobreza en toda
su dimensión, vio por primera vez las cucarachas, aprendió a alumbrar las
noches con linternas y lámparas de kerosene, a capotear la noche entre la
vigilia obligada por la música de los burdeles aledaños a la casa que
finalmente les fue arrendada y el sueño con temor a tanto insecto y roedor. En
Aguachica, para la época, al menos el 97% de las personas eran analfabetas y no
estaba entre sus prioridades aprender a leer o a escribir.
Fue
una época marcada por largas distancias entre veredas y pueblos, a pie o en
mula, durante 6 a 12 horas, periplos rurales continuos que les permitió conocer
parajes, aprender costumbres, congeniar con la gente, saber de sus temores y
sufrimientos, descubrir la fuerza de la medicina natural basada en el poder
curativo de las hierbas, …fue un tiempo de dificultades, de rechazos, de
humillaciones, de atentados, de aprendizajes, de construcción de sencillez y
vida, que debió sufrir la pareja Timo y Lynn como otrora lo vivieron los padres
de Timo: Don Eloy y Doña Isabel. Época difícil en la que Timo debió sortear,
sin muchos recursos médicos disponibles, la enfermedad de malaria – paludismo.
Tiempo
de limitaciones, aprendizajes y temores, en el que la tarea evangelizadora
debieron alternarla con la enseñanza de los fieles que iban ganando para la
iglesia, con lecciones básicas de inglés, de música (dando clases de acordeón,
y de trompeta, entre otros instrumentos de viento), y naturalmente de religión,
con recomendaciones sobre dietas balanceadas para ayudar a erradicar la
desnutrición.
Tras
el fallecimiento del pastor y músico Roberto Bob Savage, autor del Primer
Himnario denominado “Himnos de Fe y Alabanza” el cual incluía música de origen
hispano y que había sido publicado en 1966, Timo y Lynn asumieron en 1987 la
odisea de su actualización y al cabo de un año, habían logrado seleccionar y
obtenido los permisos pertinentes para hacer uso de más de 400 himnos y cantos
de alabanza bajo el título “Celebremos su gloria”.
En
simultánea, mientras el trabajo de los esposos Anderson se dinamizaba en la
conclusión del trabajo, dos comunidades cristianas hispanas veían la urgencia
de compilar himnarios y habían iniciado la recolección, mediante encuestas, de
la percepción de muchos líderes, la cual fue considerada por Timo y Lynn en su
ejercicio de lanzar el himnario actualizado: “Celebremos su gloria”, el cual
fue divulgado por primera vez, en 1992, con una acogida casi universal y con
más de 700.000 ejemplares en la primera edición.
Se
trata de un recurso referencial para la adoración integrado por música,
biografías, reflexiones, poesía y lecturas bíblicas, junto con 22 índices
útiles para coordinar la música con el mensaje del culto. Es una colección de
652 números, y láminas a color alusivas a los temas de la fe cristiana, el cual
ha sido merecedor del Premio a la Excelencia (’93) otorgado por Expolit y el
Premio Platino, entregado por SEPA (‘2001).
Timoteo
Anderson hace parte del equipo de voluntarios que lideran y administran Gloria
Music, un instrumento que ha transformado la forma de rendir tributo a Dios, de
mejorar el talento de cantar y, de apoyar el aprendizaje de nuevos himnos,
según testimonios dados por personas de todo el mundo. Dicho aparato resultó
como producto de la importancia que Esteban Röthlisberger y Timoteo Anderson
(ambos nacidos en Colombia) dieron a la necesidad de grabar los himnos y
cánticos presentes en “Celebremos su Gloria” para masificar su reproducción y
darlos a conocer al mundo. De acuerdo con la tecnología disponible, iniciaron
por grabar cuatro cassetes, naturalmente con alta limitación para ser
utilizados como recurso congregacional. Pero, en 1986, estos dos pastores y
músicos, gestaron y dieron curso a la idea de desarrollar un aparato
electrónico que permitiera dar acompañamiento a los coros y cantos entonados en
los actos congregacionales. Sus primeras investigaciones y diseños convergieron
en un prototipo que bautizaron GLORIA en los albores de la década de los 90,
del siglo XX.
El
modelo fue perfeccionado con el aporte hecho por diferentes especialistas, y
puesto en prueba bajo distintas condiciones y escenarios, tales como Llanos
Orientales de Colombia, Honduras e Israel.
Los reverendos Edwin Avendaño y
Timoteo Anderson
Después
de muchos años de prueba, habían desarrollado en diferentes países, al menos 20
prototipos del equipo musical GLORIA, con resultados prometedores en
actividades congregacionales, de estudio bíblico, retiros espirituales,
reuniones escolares, ambientación en colegios, cárceles, hospitales, funerarias
y para uso personal.
A TIMOTEO
ANDERSON CARLSON se le valora como un hombre de bien, un amigo que ha ido
dejando huellas en el multidimensional espectro de profesiones, vocaciones de
servicio y oficios que ha logrado edificar a lo largo de su vida, como Geólogo,
Músico, Misionero evangelizador - Licenciado en Biblia, Rotario, Historiador
miembro de las Academias de Historia de Ocaña y del Norte de Santander,
Himnólogo y Escritor.
Autor
de varios artículos, reflexiones y biografías, publicados en Revistas (primer
número de la revista Cataluña órgano del Centro de Historia de Convención),
Conferencista invitado al Programa “El 5 a las 5” donde disertó sobre el tema
“MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA 401 AÑOS“ y, Fundador y Editorialista del
Programa Radial “Hablar bien para vivir bien”, de la Fundación Centro de
Literatura Pedro Cuadro Herrera que se transmite todos los sábados, en el
horario de 7 a 8 a.m., por el dial AM 1460 de Radio Monumental, desde la ciudad
de Cúcuta.
Actualmente,
miembro Honorario del Club Rotario Cúcuta. De hecho, el compañero Timoteo
Anderson ingresó al rotarismo por gentil padrinazgo que le hiciera su amigo y
socio rotario Carlos Pérez Ángel en febrero 26 de 1971, durante la Presidencia
del compañero Giovanni Martín Visentin. Por su carisma y voluntad de servicio,
sus compañeros rotarios le brindaron la misión de presidir el Club Rotario
Cúcuta, durante el período 1981-82 y, de fungir como Macero del Past President
Francisco Berrío y en otras Juntas rotarias. Su sentido de pertenencia con el
Club le hizo merecedor a la Distinción Paul Harris.
Junto
a su amada Lynn, Timo, en el presente está dedicado a dictar talleres de
himnología y adoración en distintos países y a editar documentos para Libros
Alianza; residenciados en la ciudad de Cúcuta, son colaboradores permanentes en
la Iglesia “Casa de mi Señor”.
A la
Providencia de Dios, coinciden en señalar el amigo Timo y su querida Lynn, el
haber logrado superar obstáculos y cumplir a plenitud su misión de apostolado.
A la bondad de Dios se apura en señalar él, debe, el estar aún con vida, cuando
fue (junto al candidato presidencial Cesar Gaviria Trujillo, y Daniel Quintana,
jefe de extranjería del Das en Bogotá) uno de los tres pasajeros que canceló, a
última hora, el vuelo 203 de Avianca el lunes 27 de noviembre de 1989 realizado
por el Boeing 727-21 para cubrir la ruta Bogotá-Cali y que explotó en el aire
sobre Soacha, Colombia, 5 minutos después de haber salido del Dorado a las 7:11
a.m., fruto de una explosión de una bomba, colocada por orden del entonces
Cartel de Medellín, al parecer dirigida contra César Gaviria.
Los
caminos de Dios son diversos y pequeño el mundo en que nos encontramos; a
manera de anécdota, durante el diálogo con el matrimonio Timo y Lynn, que
sostuve junto con el compañero Patrocinio, el tema del siniestro aéreo relatado
por Timo fue marco, para que se asomara a nuestras mentes el trágico accidente
aéreo del Boeing HK-1716 de Avianca que cubría la ruta Cúcuta-Cartagena, el
cual, habiendo salido a la 1 y 14 minutos de la tarde del jueves 17 de marzo de
1988 del Aeropuerto Camilo Daza, al mando del capitán Francisco Ardila Series,
siguiendo los procedimientos normales y sin reportar ninguna falla o anomalía a
bordo, chocó 4 minutos más tarde contra el cerro denominado Espardillo
(comúnmente conocido como Espartillo).
Y el
recuerdo llega a colación debido a que, en esos días, Lynn, cumpliendo su
misión de acompañamiento, apostolado y buen consejo, desarrollaba un curso
psicoprofiláctico a una chica de apellido Ararat, relata ella, que trabajaba para
la época en Corponor, con quien entabló una muy buena amistad, y quien estaba
en esos momentos esperando un hijo y, su esposo, infortunadamente, fue una de
las víctimas del fatal accidente aéreo mencionado. Se trata de María Eugenia,
la hermana menor de Patro, quien efectivamente perdió a su esposo Oscar en el
accidente y que traía en ese año a la vida a su primogénito y único hijo Oscar,
como su padre. Patro desconocía esa vivencia de amistad entre su hermana y
Lynn.
Hoy,
la pareja Timo-Lynn, suecos de origen y norteamericana ella de nacimiento, son
colombianos por vocación y adopción, como quiera que fue en este país al que
los padres de Timo, primero, y ellos, después, dedicaron sus vidas a ejercer el
magisterio religioso y en el que Doña Isabel emprendió el vuelo hacia Dios.
Hoy,
después de 80 años desde que Don Eloy y Doña Isabel arribaron a Colombia y 75
años después de haber Timo abierto sus ojos en su natal Convención, dedicados
casi en su totalidad, salvo los años de su formación en Estados Unidos, a la
misión evangelizadora en tierras colombianas, primero junto a sus padres y
hermana Priscila y, después, junto a su esposa Lynn, la obra de la estirpe
Anderson es copiosa e importante, dejando establecidas un sinnúmero de iglesias
en las zonas de Hacaritama, Magdalena Medio, Tíbú, Cúcuta y Pamplona, Casanare,
Puerto Nariño y el pie del monte llanero.
Timo-Lynn
tienen la alegría de ver su propia descendencia siguiendo la misma ruta
religiosa y consolidando, a través del matrimonio, la hermandad internacional.
Daniel, su hijo mayor, casó con Laurie Johnson, hija de Misioneros en Guatemala
y María Elena, la hija menor, se casó con Miguel Dubberly, hijo de misioneros
en Uruguay. Sus seis nietos entonan, para la dicha de los abuelos, los himnos
compilados en “Celebremos su Gloria”.
Las líneas expuestas, trazos gruesos de una pródiga
vida, sólo plasman parcialmente la realidad de una Gran Rotario que, junto a su
esposa, ha dedicado más de 55 años a la evangelización y a la música. El de
Timo es el curriculum vitae de un MAESTRO de la Biblia que, a la par de su
misión pastoral ha puesto su talento musical a la mística de Celebrar la Gloria
de Dios.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
Hola buenos días, hay manera de poder contactar a quien redactó esta biografía?
ResponderEliminarSra. Tamara, puede contactar al doctor Pedroza por el correo:
ResponderEliminargeoproa@gmail.com
Excelente biografía,
ResponderEliminarGrata historia, grata publicación, y don Timo una gran bendición, un gran embajador del Norte de Santander ante el mundo!
ResponderEliminarLo conozco y es un extraordinario hombre de Dios. Desprendido, humilde y siempre al servicio de la humanidad. El Señor lo bendiga siempre.
ResponderEliminarBuen dia , mi nombre es Delbi Tellez, estoy adelantando un trabajo sobre la obra de Don Eloy. He leído el libro Hacaritama y estoy interesada en saber , como ha evolucionado la obra de Don Eloy en la diferentes partes del pais en especial en Santander . Mi trabajo es sobre misiones y estoy gratamente impactada con la historia de Don Elloy. Quisiera saber si algún familiar vive en Colombia y poder contactarlo.Gracias
ResponderEliminar