Terremotero
Campeones Nacionales de Mayores de
Básquet en Bogotá, 1978. Arriba de pie están: Hugo Torres, Vinicio
Esquivel, Edgar Fonrodona, Alvaro Torrado, Nelson Zambrano, y Jaime ´el Chomo´
Bustamante. Abajo, Juan Manuel Corzo, Carlos Llanes, Hugo
Hernández, Jorge Niño, ´Tito´
Ordóñez, ´Chucho´ Sinisterra, Orlando Puello y José ´caballo´ Rodríguez. La
titular era: Jorge Niño, Carlos Llanes, Hugo Hernández, ´Tito´ Ordóñez y ´el
Caballo´ Rodríguez.
Evoco tarde cucuteña del año 1976.
Recuerdo a mi padre entrando a casa proveniente de Medellín. Ejerció de
comentarista en cadena radial, transmisión Suramericano Masculino Mayores de
Baloncesto. El infante muy ansioso quiso conocer detalles del torneo, disparaba
preguntas a granel. Papá, cuénteme del ´Barba Roja´, fue el mejor, insistía
afanosamente.
Imposible olvidar respuesta contundente:
Mire mijo, Jorge hizo la mejor canasta del torneo. El narrador y locutor nacional
Esaú Jaramillo Montaño manifestó: Qué
tremendo canastón, fenomenal rompimiento
al aro. Magistral jugada individual. Hizo la gran ´bocusina´. Ese día me
explicó la denominación de ´bocusina´.
´Bucosina´ un remoquete de inspiración surgido
desde Robert Joseph "Bob" Cousy, muestra artística de floritura con técnica
personal expuesta en 1953. Legendario jugador NBA. (Significado de Bocusina: Apelativo
criollo colombiano, nacido por unión de palabras Bob y Cousy). La jugada era un
arte que consistía en una corrida a velocidad de aro a aro, con jugada individual
con endemoniado ´dribbling´ en pique rápido, rompimiento con fintas y malabares;
matador engaño pasando balón por entre cintura, remate a una sola mano, muchas
veces cambiando de mano al final, anotando casi de espaldas al aro.
Juveniles años donde no existía internet. Permitió leer hazañas del temible pirata Barba
Roja. Capitán de barcos, rey de mares. Enfrentó la armada del imperio español
con flota de 36 navíos. Logró derrotarlos en Peñón de Gibraltar. Historias
míticas de literatura con fábula, figura recreando realidad. Hubo otro Barba
Roja. Nacido del terruño, ciudad misma donde Teresa Briceño de Andressen obsequia
terrenos iluminados con espacio preñado de baloncesto cucuteño.
Varias veces la mente preguntó: ¿Por qué
otros mundos, otras ciudades e infinidad de lugares, engalanan historias con formas
de leyendas? Surge sentimiento escrito, abre paso la imaginación e intenta
mostrar recorridos con anécdotas singulares. Materia prima inigualable brota de
Cúcuta y su amado baloncesto, crean eslabón fortuito secundado por sueños. Cientos
de acontecimientos detallan vidas forjadas debajo del tablero, motor de
conciencias para generaciones futuras. Decido titular: EL TEMIBLE CAPITAN BARBA
ROJA.
Testigos inmóviles fueron gigantescos
árboles frondosos formando el coliseo natural de hojas verdes. El barrio Callejón
presenta su dilecto hijo, así engrosan inolvidables páginas. Dedos en teclado, viajan
por momentos infantiles y entremezclan historia de anciano.
Solía llevarme con 5 años de edad. Pude
apreciar innumerables gestas sin entender. Asombroso domingo del 67´ en cancha
Carora. Por primera vez observo el osado juvenil, atrevido para romper, sello
propio con características de baloncestista innato. Flaquito, blanco, rubio y
desgarbado. Parecía inofensivo y realmente fue demoledor para anotar. Estaba iniciando
su carrera por trajinares deportivos. Mi padre dirigió y al mismo tiempo jugó por
Club Guasimales. Aguerridos duelos contra equipo de Carora.
Sentía susto ante algarabía desmedida, me
aferraba del cuello de mi madre. Pude sentir aromas de sudor, fuertes olores
mentolados de pomadas antiguas, vi toallas empapadas. Miré varios hombres jadeando
sentados en banco. Eran torneos inter-clubes del baloncesto local. Cúmulo de
sensaciones escenificaban los detalles de la gloriosa cancha de Carora. Inconmensurables
equipos y jugadores espectaculares. Impresionante nivel técnico, muestrario clásico
de temible garra con enjundia. Abrumadores instantes, verdaderos duelos de
titanes. Pronto confirman el surgimiento del grande entre grandes.
Remembranzas llegan por miles con bellos
instantes. Momentos únicos del baloncesto doblegados por nostalgias de ayer. Reafirmo
ese privilegio de vida, poder escribir pasiones con resguardo en venas
hereditarias. ´Barba Roja´ inicia junto a sus hermanos, fue segundo de tres.
Infinito deleite con balón. Recordados siempre en barrio Callejón. Los hermanos
Niño.
Enigmático lugar siendo un simple solar.
Nombre único, la cancha del Callejón. Espacio ubicado a final de linderos colindantes
con patios de familias Avendaño y Niño. El barrio Callejón aportó excelentes
deportistas. Canchita no reglamentaria pero nutrida de leyendas, cuentos,
fábulas y anécdotas. Muy angosta, corta y sin especificaciones oficiales. Nido donde
adolescentes hicieron malabares en medio de brincos entramados. Corrían y
saltaban con encantamientos propios de grandes guerreros. El estrecho espacio,
fue ideal para acondicionar intrépidas formas al romper. El jovencito Jorge,
mostró primeras piruetas con fintas atónitas y florituras haciendo circular el
balón detrás de cintura.
Fintar parece arte, astucia engañar sobre
corriendo y aturdir amagando velozmente con malabares de balón. Cualidades
nuestras. Transitar el balón entre la cintura para luego rematar con una sola
mano debajo del tablero. No fue suerte de principiantes, signados estuvimos
para triunfar. Leyendas callejeras cuentan, hubo el remoquete ´bocusina´.
Encajó perfecto a ´Barba Roja´ Niño. Malabar
artístico, requería insólita técnica, velocidad, destreza, habilidad, fino
movimiento, coordinación, nervios de acero, seguridad, liderazgo y tenacidad.
Sin discusión alguna, un recurso de características demoledoras al ánimo rival.
Artificio hipnotizador con sello propio. Legendario Robert Joseph "Bob"
Cousy, deleitó aficionados por 1953. Lenguaje coloquial y popular denominado ´bocusina´.
Analogía con famoso pirata. Nobles
parámetros suelen aparecer. Existió un temible para equipos rivales. Capitán de
selecciones, barba roja, vestía colores rojinegros, comandó flota de gestas
memorables. Llevó derrotas a grandes quintetos de nóminas superiores. Cúcuta vio
desgarrar su llanto al nacer, otrora suelo bendito, mismo donde por primera vez
mordería el polvo el imperio español. San José de Cúcuta abrió puertas a la independencia
de la república, mostramos garra e inusitado coraje en el Siglo XVIII.
Viendo fotografías blanco-negro,
aparento dialogar con personajes. Renaceres inspirados por cielo majestuoso levantando
vida de escombros. Resurgimiento de espíritus nuestros entre cenizas. Dignidad por
venir de tierras donde no existen olvidos. Lugar de memoria inagotable.
Mi padre comparó al gran ´Barba Roja´
con Hugo Del Vecchio, baloncestista argentino, leyenda legendaria de equipo que
consiguió hazaña al derrotar a los EEUU. Exito alcanzado en Mundial celebrado
en Uruguay 1950. Curiosamente un año después, los hermanos Díaz Calderón,
fueron testigos de las habilidades de Hugo Del Vecchio. Los cucuteños integraron
la selección Colombia de 1951 al Panamericano de Buenos Aires. Sintieron
orgullo propio por ser juntos titulares indiscutidos durante el torneo.
Se encontraban ambos en la tribuna, pudieron
observar la gran final entre EEUU vs Argentina. El maestro de ceremonias,
plasmó elocuente presentación en mítico Luna Park y cuando pronunció a Hugo Del
Vecchio, miles de espectadores enloquecieron. Los hermanos Díaz se deleitaron aquella
noche ante impresionantes jugadas individuales. Del Vecchio anotó puntos hasta
el cansancio, descolgó, penetró al aro, hizo travesuras enroscando el balón en la cintura y remató
faenas debajo del cesto, en medio de aplausos ensordecedores. Cautivó con la
mágica ´bucosina´.
Aquel apoteósico suceso trajo grata recordación
14 años después por ahí en principio de los años 60. Ocurrió en Cúcuta. ´Barba
Roja´ era protagonista de juego preliminar en famosa cancha del Reformatorio.
Hizo piruetas rompiendo al aro. Hecho registrado antes de iniciar encuentro estelar
(Cancha del Reformatorio, ubicada donde actualmente construyeron Centro
Comercial Ventura Plaza).
Mientras mi padre realizaba su respectivo
calentamiento para el encuentro principal, observó al muchacho. Vaticinó el
surgimiento de emblemática figura. Expresó en la mente, puedo ver nacer al nuevo
Hugo Del Vecchio. Es criollo y será nuestro muchos años.
Era mi gran ídolo de infante. Cuando le
observé saltar dentro del rectángulo, sentía era ser de otro planeta. Cumplí un
sueño en enero del año 75. Pude pedir un autógrafo. Tenía 12 años. Mágicamente
apareció en aquel lugar especial. Imposible olvidar. El Cream Palermo, calle 45
Bogotá. Había empacado maletas y junto al ´viejo´ largamos la travesía. Fueron dos
días haciendo juegos de intrépido copiloto. El Jeep ruso encarpado con
denominación Campero GAZ, respondía los embates de carretera.
Mi padrino José Urbina había importado
el tanque de guerra con latas duras. Lo trajo a finales en década del 60. Llevamos
al paseo una gran cava con gaseosas, sándwiches y carnes frías embutidas
elaboradas por Wolfgang Bochmann, ciudadano alemán de Pamplona. No pudo faltar el
cargamento de exquisitas cemas con chicharrón para amigos en la capital.
Adornaba la parte trasera del todoterreno,
el exquisito pan recubierto y protegido en bolsas de papel marrón con letrero azul.
Podía leerse, Panadería La Fragancia: Confitería, rancho y licores. El paseo incluyó
cerro Monserrate, visita a ´Toto´ Fuentes, museo del oro, planetario, Cream
Palermo y cine vespertina. Inolvidables vacaciones del infante.
Volviendo al Cream Palermo, recuerdo la mesa
llena de historias. Al costado el muchachito curioso, fisgón y preguntón como
Pepito. Departían, el ´Mico´ Soler, ´Toto´ Fuentes, Hilario López y mi padre. Tomaban
cerveza. Atento escuchaba fantásticas anécdotas vertidas de eximios
declamadores exagerados. Degustaba la exquisita hamburguesa con malteada de vainilla.
Sin presentirlo, sin saberlo y con arte mágico, surgió de la nada, era el temible
capitán ´Barba Roja´ Niño. Apareció fugaz como el viento y de golpe, ya estaba
de pie, muy erguido junto a la mesa.
Dos años atrás había observado por
televisión en vivo y directo el torneo Suramericano Mayores de Naciones. Era 1973.
Jorge Niño y Hugo Hernández hacían parte del equipo nacional. Increíble disfrutar
apasionantes momentos. Nuestro equipo era fenomenal. Entre otros, ´Guajiro´
Romero, ´Pilo´ Avila, ´Chico´ Rodríguez, Julio Bush, Alberto Douglas. Entre
ellos, los infaltables cucuteños Jorge y Hugo.
Retomo el cuento y vuelvo a la mesa
servida. No podía creerlo, por instantes tirada quedó la deliciosa hamburguesa.
Hubo abrazos, respeto y admiración entre los tertuliantes. Alguien pidió al ´Toto´
Fuentes de las alturas y al ´Barba Roja´
de los mares, ponerse de espaldas para medir sus estaturas. El odontólogo, acentuó,
acotó y aclaró estaba viejo, con algunos problemas de columna y con las rodillas
dobladas por trajinares pasados. Expresó haber perdido 5 cm. de estatura
original. Más sin embargo, luego del improvisado test, ´Toto´ fue 2 cm. más
grande. Hubo muchos jugadores altos en selecciones de Colombia, pero ´Barba
Roja´ y ´Toto´ fueron grandes, más que altos.
No pensaba dejar naufragar el instante
sublime. Solicité al querido tío de añoranzas, firmaran ambos sus autógrafos en
la servilleta. Quería guardar el recuerdo del restaurante y al mismo tiempo, atesorar
los autógrafos de emblemáticos jugadores. La voz de ´Toto´ se escuchó con
típico dialecto cucuteño: Ala, ala Jorge,
firmemos aquí, el pelao quiere un recuerdo.
Por 20 años guardé la servilleta entre
fotos familiares. Un día, ciertos avatares de vida moderna, desvanecieron aquel
ingenuo documento. Fue uno de los días más felices del existir. Estuve sentado con
tres generaciones de guerreros con auténtico ADN cucuteño. Símbolo de identidad
antes que la cédula. Azares del destino, permiten relatar para guardar sentires.
Ese día cumplí la temprana cita con ancestros genuinos del baloncesto, expresión
fina de raza arraigada entre Familias Terremoteras. Honor superlativo.
Debió llegar el año 1981. La aerolínea desaparecida
ACES de Colombia organizó un triangular internacional en Pasto, capital de
Nariño. Yo estaba disfrutando licencia con permiso especial del batallón de
honor guardia presidencial. Había recibido el premio por salir campeón del torneo
interno de Fuerzas Armadas. En forma intempestiva recibí llamado de ´Fosforito´
Castro. Integraría una selección del Norte con algunos refuerzos cucuteños
radicados en Bogotá, dos refuerzos no cucuteños de la Universidad Nacional muy amigos
de ´Barba Roja´, y lideraba el gran barco el hijo del barrio Callejón. Recuerdo
era líder natural sin hablar. Unicamente pude jugar 5 minutos. Fui de relleno,
fui de paseo, pero fui feliz.
El triangular relámpago terminó. El día
final, hubo celebración en restaurante-bar para equipos participantes. La
empresa ACES estaba inaugurando la llegada del jet Boeing de gran capacidad.
Votaron la casa por la ventana. Nos llevaron a Chalet Suizo frente a majestuosa
laguna de Cocha. Degustamos trucha Arco Iris. Hubo rumba, francachela,
degustación de platos exquisitos y amplia gama de licores.
Parece perdí la memoria varios minutos
aquella noche. De pronto desperté en clínica mientras me tomaban algunos puntos
en la frente. Debí acudir a los relatores de lujo para saber lo ocurrido. ´Cachaplas´
Reyes y ´Garganta de Lata´ Casadiego, expusieron la anécdota con lujo de
detalles, expresaban:
El Panadero Díaz se levantó de la mesa al
baño. Tenía muchas copas encima. Parece resbaló por charco en piso. En bruces cayó
y se fue contra el lavamanos. Se rompió la frente dos centímetros arriba de la
ceja, quedó desmayado. El temible capitán ´Barba Roja´, constató faltaba un grumete
del barco. Acudió raudo, encontró al marino inerme en piso. Lo alzó, le echó
agua en la cabeza. El marinero balbuceo palabras. Dictaminaron estaba borracho.
Le tomaron tres puntos. Algunos dijeron, Uyyy, Uyyy, Uyyy juemadre ahora que
hacemos, don Alfredo se pondrá furioso…
Barba Roja quedará en sitiales de grandes.
Dueño de plaza en quinteto titular del equipo de ensueño. El Dream Team del
Norte. Era fuerte, corajudo y veloz. Dribbling único y característica propia de
balón contra maderamen. Descolgador innato. Mortal penetrador al cesto.
Anotador insuperable. Fue alero, guardia y escolta. Hasta supo jugar de pivot a
nivel local. Guapo e intrépido. Habilidosa forma de fintar para engañar.
Arranque demoledor al penetrar. Hacia arabescos, torniquetes, cambios de manos,
cambios de ritmo en velocidad. En pleno vuelo zigzagueaba con definición artera.
No fallaba tiro libre. Tenía tiro corto infalible en sostenido. Eximio
malabarista. Encumbrador del rompimiento con ´bocusina´ incorporada y mejorada.
Digno representante del baloncesto cucuteño.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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