PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

viernes, 28 de febrero de 2025

2573.- ANGEL BARAJAS, DE CARA A LA FINAL OLIMPICA DE PARIS 2024

Gustavo Contreras Sabogal (La Opinión)


Ángel Barajas revalida, competencia a competencia, su enorme potencial en la gimnasia artística. El lunes 5 de agosto, después de las 6:30 a.m., disputa la final de barra fija en los Juegos Olímpicos de París 2024, una instancia nunca antes alcanzada por un colombiano.

El cucuteño, de tan solo 17 años, logró su cupo a la lucha por medalla -tras culminar en la sexta posición en la ronda clasificatoria- con un puntaje de 14.466. Participó también en barras paralelas donde culminó 14 con 14.700.

La final de fija será ante los chinos Zhang Boheng (15.133) y Su Weide (14.400), los japoneses Takaaki Sugino (14.733) y Shinnosuke Oka (14.533), el taiwanés Tang Chia-hung (14.933), el serbio Tin Srbić (14.600) y el chipotra Marios Yeoryíu (14.366).


Competir en esta fase es un hecho histórico para la gimnasia nacional que asegura, previo a la disputa, un diploma olímpico.

Lo de Ángel no es nuevo. El prodigio sudamericano viene brillando en los últimos años y sentenció su clasificación a sus primeros Olímpicos en el circuito de Copas Mundo en el primer trimestre de 2024 en El Cairo, Cottbus, Bakú y Doha.

Aterrizó en la disciplina a sus cinco años superando la década en la práctica de la mano del experimentado formador y seleccionador nacional, Jairo Ruiz Casas.


Después de destacarse en el Grupo de Edades (AC1, 2, 3 y 4), Barajas Vivas explotó su talento en la rama juvenil y ello empezó a evidenciarse en 2019.

Medallista nacional con 13 años

En los Juegos Nacionales de Bolívar 2019, con tan solo 13 años, el cucuteño consiguió tres medallas compitiendo contra los mejores de Colombia. Fue oro en barras paralelas y plata en suelo y por equipos.


Sobresaliente en Guadalajara

En su primera presentación internacional en la categoría juvenil, en el Panamericano de gimnasia artística disputado en Guadalajara (México) después de la pandemia (2021), Barajas fue oro en arzones, plata por equipos y bronce en All-Around suelo.


Más medallas en Cochabamba

En noviembre de 2021, después de arrasar en el Campeonato Nacional de Ibagué (oros en a general individual, equipos, arzones, barra fija y paralelas, y plata en anillas), aterrizó en el Campeonato Suramericano celebrado en Cochabamba (Bolivia).

En tierras bolivianas se adjudicó tres preseas: un oro en arzones y bronce por equipos y paralelas.

El rey de los Juegos Suramericanos de la Juventud

El nombre de Ángel Barajas se catapultó en los Juegos Suramericanos de la Juventud desarrollados en Rosario (Argentina), celebrados entre abril y mayo de 2022. El nortesantandereano fue absoluto campeón con siete medallas de oro: general individual, por equipos, suelo, arzones, barra fija, paralelas y salto al potro, convirtiéndose el deportista más ganador de la competencia.


Nuevos podios en Río de Janeiro

A mediados de temporada, Barajas viajó a Río de Janeiro (Brasil) para afrontar un nuevo Campeonato Panamericano. Allí consiguió cinco preseas: oro en barra fija, plata en el All-Around, suelo y salto, y bronce en paralelas.


Multimedallista mundial en Turquía

Nunca antes en la historia de la gimnasia artística de Colombia un deportista había logrado subir a un podio en un Campeonato Mundial de cualquier clase. Ángel lo hizo en el Mundial Juvenil de Antalya (Turquía) de 2023.

A sus 16 años, el gimnasta ganó dos oros en suelo y paralelas, una plata en el All-Around y un bronce en barra fija.


Sus segundos Juegos Nacionales

En el Eje Cafetero 2023, el deportista –que ya pensaba en los clasificatorios a Olímpicos- logró cinco medallas: oros en barra fija y por equipos, además de bronce en anillas, salto y suelo.


Circuito de Copas Mundo

A inicio temporada 2024, Ángel junto con Jossimar Calvo y el entrenador Ruiz iniciaron la misión de clasificarse a los Juegos Olímpicos de París 2024. Barajas lo intentaría en los aparatos de barra fija y paralelas, mientras que Calvo solamente por paralelas en un circuito de cuatro Copas Mundo.

En El Cairo (Egipto), Barajas fue bronce en fija y Calvo en paralelas. En Cottbus (Alemania) ambos gimnastas avanzaron a la final de paralelas: Ángel fue cuarto y Jossimar octavo. En Bakú, Barajas ganó dos bronces en fija y paralelas, y en Doha fue cuarto en fija y certificó su paso a los Olímpicos por el ranquin acumulativo de paralelas.


Previo a su participación en París, Ángel viajó a Madrid donde se preparó desde marzo antes de llegar a la capital francesa.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V. 

miércoles, 26 de febrero de 2025

2572.- CAFE EN N. DE S. ... PRIMERA SEMILLA COLOMBIANA

Solángel Robles (contraluzcucuta.co)


El café, a lo largo de la historia, ha sido insignia para la vida de los colombianos. Entró al país por territorio nortesantandereano, específicamente por Villa del Rosario. Cuenta la leyenda que lo trajeron los jesuitas en el siglo XVIII. El sacerdote Francisco Romero impulsó el cultivo, porque como penitencia imponía a los campesinos sembrar cierta cantidad de semillas, según los pecados.


Luis Andelfo Pineda Ramírez, agrónomo, historiador y ex Coordinador Excepcional de Sardinata, comentó que “el café vino de Rubio (Venezuela). Llegó a Colombia por Villa del Rosario, en la finca La Yegüera, de allí los jesuitas sembraron café en Cúcuta. Luego, comenzó a expandirse a Chinácota, Bochalema, Durania y pasó a Salazar de las Palmas”. Allí se desplegó a mayor escala, por acción del religioso Romero, a quien le pareció que el clima y los terrenos eran aptos.

Armando Amaya, representante por Norte de Santander ante el Comité Directivo de la Federación Nacional de Cafeteros, recordó que el café llegó a territorio nortesantandereano, en 1797. A Chinácota lo llevó Gervacio Rubio y a Villa del Rosario, el médico francés Pedro Chavoy Prieto, quien plantó 50.000 árboles en la finca El Palmar, convirtiéndose en los pioneros a escala comercial.

“El café se propagó por el departamento por los sacerdotes que estaban en cada municipio. El mayor distribuidor fue Francisco Romero, quien motivaba a los feligreses a sembrar café”, recordó Pineda Ramírez.

Muchos campesinos comenzaron a cultivar el producto, porque mostraba rentabilidad. En Salazar existieron grandes haciendas productoras de café. Una, de propiedad de la familia Peñaranda, de donde lo llevaron a Gramalote y de ahí a Sardinata junto con el sacerdote Reimundo Ordoñez Yáñez. De allí pasó a Santander, Antioquia y Cundinamarca.

El dilema de la primera exportación

Norte de Santander se convirtió en el primer departamento exportador de café, en 1808. El médico francés Chavoy Fierro sacó el grano por el puerto Los Cachos, del río Zulia, recordó Armando Amaya. La historia cuenta que la primera exportación salió de Salazar de las Palmas y pasó por Villa del Rosario, con destino a Maracaibo (Venezuela).


En 1835, el primer envío fue de 2592 sacos a Venezuela. Este hito marcó el comienzo de la industria cafetera próspera, que ayudó a superar la crisis económica en la región.

Sardinata hace parte de la historia, por cuanto los primeros colonos que llegaron a la zona provenían de Salazar de las Palmas y habían habitado en Gramalote. Buscaban tierras aptas para el cultivo del café. Abrieron paso entre la selva, acamparon en las quebradas La Chacona y San José. Dos años más tarde, regresaron a la tierra natal atacados por la epidemia de fiebre amarilla.

En 1874, aparecieron en Sardinata, procedentes de Salazar de las Palmas, Eugenio Rojas, Francisco Méndez, Pantaleón Ortiz y Abelardo Madariaga. “Estaban cautivados por la fertilidad de las tierras y el encanto del que se había hablado. Se ubicaron en lo que se designa la unión del río Grande y río Chiquito, cuya confluencia da origen al río Sardinata”.

Luego del terremoto de 1875, los colonos se aterrorizaron y regresaron a la región de origen. A mediados de 1876, llegó el sacerdote Secundino Jácome, quien comenzó la creación del municipio, mediante la organización política y religiosa de los habitantes. Colonizó y originó la distribución de tierras para sembrar lo que sería la insignia económica: el café.

Entre 1915 y 1925, se expandió el café en Sardinata y se abrió paso hasta lo que hoy son los corregimientos La Victoria, Las Mercedes, El Carmen, San Martín de Loba y Luis Veros.

La Victoria, con clima ligero y suelos favorables, se convirtió en el lugar con más producción, afirmó el Coordinador Excepcional de la Federación de Cafeteros de Sardinata, Raúl Hernán Vera Romero.

En 1927, se creó la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, fruto de la unión de agricultores, que buscaban organizarse para ser reconocidos nacional e internacionalmente. Procuraban mejorar el precio y la exportación. En 1929, se instaló en Cúcuta el primer Comité de Cafeteros de Norte de Santander.

Tradicionales maneras de sembrar café

Luis Andelfo Pineda recordó que, al principio, el café se sembraba por almácigos, método que llegó a Villa Rosario. Tiempo después, comenzaron a llevar semilla, porque se hacía más fácil el viaje. Este sistema lo habían aprendido los jesuitas en el Orinoco (Venezuela).

Al pasar los años, implementaron la bolsa con el gancho seco de la mata de plátano o chocheco. Se doblaba para darle forma de chuspa, se echaba tierra y se ponía la semilla a germinar. Luego de propagado el cultivo por diferentes zonas cambió el método.

Santos Emilio Robles, caficultor desde los 17 años, empezó la plantación y la producción de café en la vereda Balcones (Las Mercedes). “Cuando empecé se hacía de manera tradicional. Se arrancaba el colino, que nacía debajo de la mata grande, para plantarlo en otro lugar”.

Entre 1950 y 1960, llegó el servicio de extensión al municipio, implementando bolsas de plástico para hacer almácigos más efectivos. Se adelantó un estudio previo con agrónomos y especialistas de suelo y se les enseñó en la Granja Escuela Café, en 1970. Después, Cenicafé implementó las primeras granjas con viveros en Colombia y las llevó a Sardinata, para tecnificar el cultivo.

No era con qué, sino cómo cosecharlo

La recolección del café se hacía mediante canastos elaborados con bejucos, dijo Oclides Remolina, quien desde los 14 años ha vivido en medio de cafetales. “Todo lo que sé del café, es por mis antepasados”.

Después de recolectado el fruto maduro, se despulpaba a mano porque no había maquinaria. Se dejaba fermentar 24 horas y luego se lavaba. Posteriormente, se secaba al sol, se trillaba con el pilón de madera y se venteaba con plumas de pisco o tapas de ollas. Se escogía para sacarle la pepa negra y vender la almendra de calidad para exportar. Para el secado, los caficultores reutilizan el pelaje de las reses, que convertían en cueros para extenderlo o lo hacían en hojas de zinc.

En 1940, Sardinata estaba rodeado de café. En 1970, se convirtió en el primer municipio de Norte de Santander en producción y exportación. A mediados de 1975, el producto comenzó a desaparecer de los alrededores del municipio por el cambio climático. El fruto buscó las partes más altas y frescas, en el corregimiento La Victoria y las veredas de la cordillera de Las Mercedes.

A los caficultores que vivían en la parte alta del municipio se les dificultaba el transporte hasta el pueblo. El proceso lo hacían los arrieros, que se encargaban de llevar los bultos en animales de carga.

En Las Mercedes los que manejaban los arreos eran los Pineda Barrera y transportaban el café hasta la cabecera municipal. Cuando bajaba el precio lo llevaban a Luis Veros y de allí a El Tarra hasta llegar a Ocaña, donde se vendía para comprar maíz y pescado para las familias.

“Cuando el café llegó al departamento solo había la variedad Típico, proveniente de África. Perduró mucho tiempo. Por las enfermedades que le salieron, el Centro Nacional de Investigaciones de Café (Cenicafe), creó variedades resistentes a esta plaga”, relató Raúl Vera.

La roya llegó a Colombia en 1983. La plaga afectaba directamente a la plántula, bajaba la producción y afectaba económicamente a los hacendados.

El 22 de marzo de 1980, se fundó la Cooperativa Caficultores del Catatumbo, en San Calixto. Nació con la necesidad de garantizar la compra y el precio del café y para convertirse en regulador del valor estándar del producto. Hoy, tiene puntos de compra en el departamento.

Los caficultores tienen como beneficio el sobreprecio para los cafés especiales, porque algunos solo venden especial. La cooperativa le permite al agricultor beneficiarse y obtener resguardo de ahorros, seguro de vida, bono de venta al año, afirmó Ramiro Fuentes Correa.

El café no solo es una taza

Oclides Remolina, caficultor, recordó que vendió la primera carga a los 14 años. En ese momento valía $ 800. “Comencé a comprar mis cosas y gracias al café tengo todo lo que necesito para estar bien”. La siembra, el cultivo y la producción cambiaron con el tiempo.

Según el reporte de ventas de la Cooperativa, 600.000 kilos de café se venden en el año. A Sardinata le corresponde buen porcentaje de esa cantidad, comentó Fuentes Correa. En el corregimiento Las Mercedes había un punto de compra, que por la baja producción se retiró.

La Cooperativa y el Servicio de Extensión de la Federación capacitan a los agricultores sobre beneficios del café con cifras de ventas, ingresos y calidad del producto.

El reporte de 2023, señala que Sardinata cuenta con 656 agricultores en 45 veredas, 710 fincas productoras y 1182 hectáreas cultivadas. Es uno de los municipios con menor siembra, pero con mayor exportación y calidad.

Emilio Robles dijo que “el café ha sido mi sustento durante toda la vida. Es el producto que da mucho o poco, pero sirve para sobrevivir”. Ha sido insignia cultural y económica en el municipio, y desde los inicios ha sido fuente de ingresos para muchas familias.

Norte de Santander se caracteriza por tener menos hectáreas sembradas y mayor productividad. Destaca por tener una particularidad en la taza uniforme y balanceada, con cuerpo alto, acidez media, sabor a chocolate amargo y chocolate dulce. En la fragancia y el aroma se perciben notas dulces, herbales, florales, frutales y achocolatadas.

Se considera el mejor de Colombia con características particulares y sabor único. Lo confirman datos de la Federación y el Comité Departamental.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

lunes, 24 de febrero de 2025

2571.- EL CUCUTA DEPORTIVO 100 AÑOS Y LA UFPS

Patrocinio Ararat Diaz (Revista Semillas)

Equipo de estudiantes de la UFPS, Campeón Nacional Universitario de Futbol,
entrenado por don Víctor Pignarelli

INTROITO:

Este escrito está desarrollado con “tinta sangre del corazón”. Muy comprometido como hincha del Doble y pronto el Triplemente Glorioso Cúcuta Deportivo. Nuestro emblema. Nuestra gloria. Tiene por objeto rendirle un homenaje en sus 100 años de su aparición en el planeta tierra. Además, está visto con la perspectiva que me une a mi Alma Mater, procurando recoger diversos instantes en la historia de las dos instituciones.

RECUERDOS FAMILIARES

1.Voy a narrar una anécdota de mi vida, que nunca la he contado y parece que llegó el momento de hacerlo. En los primeros años de mi vida, en mi casa paterna, no había “muchacha de servicio” sino muchacho de servicio. Era un chino menor que yo, que no cocinaba, pero le ayudaba a mi mamá a barrer, trapear, planchar, cuidar la casa y lavar los platos y la ropa. Vivía con nosotros. Tenía su sueldo y participaba de las cosas de la casa como si fuera de la familia. El chino que era gordito, jugaba futbol con los hermanos Ararat y era un hincha furibundo del Cúcuta Deportivo. Aún no se le decía Doblemente Glorioso porque no había aparecido Enrique “El Kike” Rivera de Caracol, que fue quien le puso ese mote.

El gordo no faltaba a ningún partido de nuestro equipo, el cual, en los años 1986, 1987 y 1988 rompió marca mundial de 40 partidos consecutivos perdidos. Pese a todo, con estoicismo, el gordo iba a ver a su equipo, domingo por medio. Mi papá que era un mamador de gallo empedernido, le decía: “Gordo, usted es el del bulto de sal, no vaya a ver el partido de pronto el Cúcuta al menos empata”. Pero, nada, el gordo no daba el brazo a torcer y desde la 1 pm estaba listo para ir al estadio. Una vez, el gordo se convenció de que mi papá tenía la razón y se quedó en la casa oyendo el partido en su radiecito. Y esa tarde que jugaba el Cúcuta y el Magdalena, el primer tiempo terminó 0 a 0. A los 25 minutos del segundo tiempo Cúcuta metió un gol y el gordo estaba dichoso en la casa. Resulta que no se aguantó, se quitó la ropa y la sacudió duro en el lavadero para quitarle “la sal” y se fue cuando faltaban 15 minutos, que daban puerta libre en el estadio. Y oh desastre, los visitantes metieron dos goles y volvimos a perder. El gordo regresó a la casa como a las 9 pm, llorando y convencido de que él era el del bulto de sal.

2.Mi señor padre se llamaba Pedro León Ararat Mora. Nació en 1910 y falleció en 1988. Era una persona seria, respetuosa y amable. Fue comerciante y en la realidad, fue la persona que trajo las primeras bicicletas a Cúcuta en 1930. El me contaba que, de joven, fue futbolista y jugaba de interior derecho. Además, fue directivo del futbol y no dudo que debió estar en el nacimiento del equipo motilón en su primera época.

3. Me acuerdo como si fuera hoy de cuando cursaba tercer grado de primaria en el Colegio Salesiano. Tenía 7 años y ya jugaba en equipos de futbol de la categoría infantil, entre otros, el Huracán del Barrio Pescadero, del profesor Pinto (no Jorge Luis) y el del Club de Cazadores, donde estaban amigos, como Jorge Maldonado Vargas, Carlos Manrique Neira y Luis Robles Cárdenas. Pero, hasta ahora me pregunto ¿Por qué no jugaba con nosotros el compañero de estudios José Germán “El Chonto” Jaimes, quien se destacó más tarde en el Cúcuta Deportivo?

4. Debo destacar y hacer una breve, pero muy importante mención a German González Blanco, el popular Burrito, quien ayudo a conseguir la única estrella en 2l 2006 para el Doblemente Glorioso Cúcuta Deportivo. Relevante también que hoy es un especial personaje en la Fundación Cultural El Cinco a las Cinco. ¡A todo señor, todo honor!

Germán ‘Burrito’ González

DESTINOS COMUNES

Creo que entre 1975 y 2000, el destino de la Universidad Francisco de Paula Santander estuvo muy ligado al del Cúcuta Deportivo, en lo que a futbol se refiere. Bien por el lado de los equipos de los docentes, como por el de los estudiantes. Veamos:

1. Docentes: En el equipo de fútbol de profesores de la UFPS – que determinó incluir en su nómina algunos funcionarios administrativos y jugadores ex profesionales. se puede recordar, entre otros, a los siguientes:

Porteros: Hernando Castillo Chaustre, Oscar Dallos Luna, Adolfo Bolívar Grimaldos y Pablo Mogollón Sánchez.

Defensas: Orlando Gutiérrez López, Pedro Pérez Anaya, Miguel Briceño Guerrero, Jorge Enrique Salazar, Juan María Torres Caicedo, Alberto Falla Arias, Luis Rodolfo Dávila Márquez, Genisberto López Conde, Eduardo Contreras Salamanca, Evaristo Carvajal Valderrama, Pedro Rojas Gualdrón, Humberto Barajas Castiblanco, Carlos Iván Páez Blanco, Germán Quiroga Ramírez, Vinicio Esquivel Durán, Hernando García Vivas, Hernán Gómez Hernández, Hernando Hernández Figueroa, Jesús Isaías Acevedo, Edgar Bello García, Luis Andulfo Cárdenas, Donald Cardona Rodríguez, José Trinidad Martínez Guarín, Luis Alfredo Osorio Jácome, Jorge Caballero, Carlos Ospino Noriega y Jesús Lindarte Duarte.

Medios: Julio Foliaco Gamboa, Genaro Torres Caicedo, Hugo Portilla Duarte, Fernando Villán Rojas, Manuel Martínez Carrillo, Julio César García Contreras, José Luis Tolosa Chacón, Luis Ignacio Jaimes Rolón, Enrique Moyano Luna, Rolando Serrano, Cleto Castillo y Omar Vega Rodríguez.

Delanteros: Jorge Corredor Rodríguez, Jorge Durán Alarcón, Álvaro Gamboa Camargo, Alonso Oliveros Borrero, Patrocinio Ararat Díaz, Cesar Humberto Contreras Chaustre, Jesús Pedroza Rojas, Rodolfo González, Jairo Panqueva Osma, Álvaro Contreras Zerpa y Orlando Durán Guillén.

De la lista anterior se destacan Rolando Serrano, Cleto Castillo, Omar Vega, Julio Foliaco, Álvaro Contreras y Orlando Durán quienes fueron jugadores profesionales del Cúcuta Deportivo y otros equipos y directores técnicos de las selecciones de estudiantes.

DATOS BIOGRAFICOS

Debidamente autorizado, me voy a basar en el libro “Los Cien Mejores Motilones” que escribió mi apreciado amigo Jorge Enrique Rico Orduz

- José Orlando Durán Guillén: Cucuteño, armador, de gran categoría, gran conductor con la pelota dominada, gambeteado por excelencia. Por una lesión tuvo que retirarse del equipo. Fue entrenador del equipo de estudiantes de la UFPS.

- Rolando Serrano Lázaro: Pamplonés, volante, de gran carácter, potente remate y visión de juego. Único jugador nortesantandereano participante de un Campeonato Mundial de Futbol (Chile 1962). Jugo en los equipos Cúcuta Deportivo, América de Cali, Unión Magdalena y Millonarios. Jugó en la Selección de Profesores de la UFPS.

- Anacleto “Cleto” Castillo: uruguayo, volante, corajudo, temperamental, fuerte y gran líder, solidario con sus compañeros. Fue muy querido por sus compañeros. La patada más bajita se la daba en la cara a sus contrincantes. Jugó en la Selección de Profesores de la UFPS.

- Omar Vega Rodríguez: Cucuteño. Estudió Ingeniería Civil en la UFPS, muy técnico y cerebral, en algunos años incursionó en la política. Estuvo encargado de la Dirección Técnica del Cúcuta Deportivo. Jugó en la Selección de Profesores de la UFPS.

- Julio Enrique Foliaco Gamboa: Cucuteño. Administrador de Empresas y Magister en Administración en USA. Estuvo en varias temporadas en el Cúcuta Deportivo y durante muchos años en la Selección de Profesores de la UFPS. Era volante 10, con potente remate, buen conductor de la número 5.

- Alvaro Contreras Zerpa: Cucuteño, lateral o puntero derecho. De gran velocidad, habilidoso y con gran dominio del balón. Su mayor virtud era su mirada periférica y su calidad e intuición para engañar, al contrario. Un verdadero atleta y uno de los más grandes jugadores del Cúcuta Deportivo. Jugo también en el Deportivo Cali, Deportivo Pereira, Atlético Bucaramanga y Selección Colombia.

Álvaro Contreras

De estos, voy a narrar cosas serias y anecdóticas:

· En algún tiempo, después de una grave lesión en mi rodilla derecha, recuerdo que me hice director técnico del equipo de fútbol de profesores de la UFPS. Lo hacía por varias razones: una, por ayudar al equipo y a los compañeros; y dos, para tomarle del pelo a varios de ellos, Una vez, estaba jugando Rolando Serrano con nuestro equipo; como todos recuerdan él fue una figura nacional, pues intervino como jugador en el Campeonato Mundial de Fútbol en Chile en 1.962.

Rolando Serrano

El se sentía sobrado en nuestro medio. Cobraba los tiros libres y los de esquina. Los pateaba y salía corriendo para ir a cabecear. Por echarle una broma, desde el banco donde yo dirigía el equipo, lo llamé y él se vino a escucharme hasta la raya. Entonces, le dije suavemente: “Rolando, venga y siéntese acá”. Al mismo tiempo, le dije a Jesús Isaías Acevedo que entrara al campo de juego. El cuento es que Rolando se puso bravo y empezó a discutir conmigo. Dijo que él no estaba jugando mal y que ni siquiera Adolfo Pedernera lo había sacado en el Mundial de Futbol de 1962 y que yo lo había hecho en el campo de fútbol de la UFPS. La actitud de Rolando fue risible.

· Cleto Castillo, exjugador uruguayo del Cúcuta Deportivo y uno de los más “fortachones del campeonato rentado de fútbol”, fundó el bonito restaurant “Churrasquería Gente” en el centro de la ciudad. Hasta allá fuimos con Vinicio Esquivel a pedirle que se hiciera cargo del equipo de futbol de estudiantes como su director técnico. A pesar de que el salario era simbólico, Cleto aceptó y estuvo con la UFPS durante un año dirigiendo el equipo de estudiantes que habíamos logrado incluirlos en la categoría de ascenso. No tuvo mucha suerte pues el equipo, según él era muy parejo: perdía casi todos los partidos”. Pero en otra oportunidad, Cleto dirigía y jugaba con el equipo del Seguro Social y su equipo se enfrentó al nuestro. En el de profesores de la UFPS jugaba Omar “El Burro” Vega, a la sazón entrenador del equipo de los estudiantes.

· El punto es que en una jugada donde forcejearon Cleto y Omar, éste no le pegó, sino que le restregó la mano en la cara de aquel y le abrió una herida de la cual sangró profusamente. Con tamaña visión de sangre, Cleto reaccionó como un energúmeno y se le fue encima a Omar quién salió corriendo y detrás, se fue el uruguayo con unos deseos insanos. Omar corrió y corrió por todos lados del campo de fútbol y en su desesperación se metió en el Edificio Fundadores y Cleto atrás persiguiéndolo. Era sábado por la tarde y algún profesor estaba haciendo un previo en un salón de clase. Hasta allá llegaron los dos y por respeto con los estudiantes hubo un breve momento de relax, pero como dentro del salón Cleto se le fue acercando, Omar salió otra vez corriendo y siguió la persecución. En esa carrera loca, ambos regresaron corriendo al campo de juego y Hernando Castillo Chaustre, por tratar de ayudar a resolver la situación, se le metió por delante a Cleto y los dos chocaron tan fuerte que cayeron al suelo. Entonces, Omar aprovechó para irse para su casa.

Cleto Castillo

· En otra oportunidad, el equipo de fútbol de profesores adquirió un compromiso para jugar un partido contra el conjunto de los docentes de la UIS y armamos viaje a Bucaramanga en un bus llevando a nuestras familias. Cupo completo y mucha camaradería. Íbamos muy bien y de pronto el bus se varó en pleno páramo y de noche. Pasó de todo y el incidente lo narró con lujo de detalles Julio Foliaco Gamboa. Hacía un frío infernal, por lo que alguien bajo a comprar aguardiente para calentarnos un poco. Pero, pasó una y otra hora y permanecíamos en el mismo sitio. Los profesores “expertos” en cada una de las disciplinas, bajaban del bus, analizaban el motor del automotor, diagnosticaban la situación y proponían sus soluciones. Se tomaban los correctivos del caso y nada. Así pasamos todos los docentes por el tablero del bus sin solución. De pronto, pasó un camión en dirección contraria y nos gritó “échenle agua a la batería”; le hicimos caso y asunto arreglado. Qué pena para todos por la falta de sabiduría automotriz.

2. EL FUTBOL DE ESTUDIANTES.

Creo que lo más relevante ocurrió en al año 1.982. Resulta que, en esa vigencia, la UFPS estaba cumpliendo su primera veintena de años. Yo era el Director de Bienestar Universitario y el Comité de la dependencia creyó conveniente y plausible la celebración por lo alto. Sin embargo, Luís Felipe Zanna que era el Rector no nos dio toda la colaboración solicitada. Dentro de los eventos propuestos estaban el Campeonato Nacional Universitario de Futbol y el Festival Nacional de Interpretes de la Canción.

En el Pleno Nacional de Bienestar Universitario del año 1.981, yo propuse los dos proyectos a todos los Directores de Bienestar de las Universidades afiliadas a ASCUN y afortunadamente, ellos me apoyaron y se lograron ambas sedes. Fue una grata sorpresa y un gran compromiso para la UFPS.

La verdad es que el Rector Luís Felipe Zanna, tuvo un gran escepticismo, cuando me fui al Pleno a solicitar las Sedes y cuando llegué me dijo: “¿Y ahora qué hacemos?”. Le respondí: “Tranquilo, vamos a hacer presupuestos y a trabajar todos para salir adelante. La UFPS nos ayudará en la medida de sus posibilidades”. Y así se hizo.

En relación con el evento deportivo, junto con Vinicio Esquivel Durán, hicimos un plan para sacar adelante a la UFPS y para lograr que por primera vez en la vida, fuéramos protagonistas en Colombia.

Se logró contratar como entrenador de la selección de estudiantes al maestro de maestros don Victor Pignarelli, exjugador uruguayo de futbol quién estuvo en varios equipos profesionales de Colombia (Entre ellos Cúcuta Deportivo) y del exterior. Un gran señor, con una alta calidad humana y un don de gentes a toda prueba.

En Enero de 1.982, el profesor Pignarelli presentó a Bienestar Universitario, su plan de trabajo y obviamente fue aprobado recibiendo la mayor colaboración. Paralelo a ese Plan, se presentó el presupuesto del Campeonato, el cual tenía su principal soporte en la firma COCACOLA, pues Ernesto Díaz, su gerente, nos había prometido el apoyo inicial. Infortunadamente Díaz se retractó y literalmente “nos dejó colgados de la brocha”.

Replanteamos todo y determinamos hacer un Campeonato más sobrio y sencillo, en donde el “trabajo de los muchachos de la selección era fundamental para conseguir recursos dentro y fuera de la Universidad”.

Al final, conseguimos, no solamente este objetivo sino que logramos la colaboración económica de la Alcaldía, de la Lotería de Cúcuta, de Coldeportes, de la Corporación Municipal de Turismo, del Consulado de Venezuela, de Postobón y de los Almacenes Ley. Las universidades participantes pagaron sus cuotas y la UFPS entregó también su aporte. Por todo concepto, el Campeonato costó alrededor de $1.200.000 (de ese entonces) y se celebró entre los días 26 de Junio y 4 de Julio de 1.982.

Victor Pignarelli

Los muchachos del equipo de la UFPS fueron, entre otros, Agustín Granados, Carlos Viloria, Henry Sierra, Alden Fuentes, Javier “El Indio” Torres, Armando Parra, Carlos Cañón, Adalberto Del Castillo, Alvaro Leyva, Rolando Serrano Jr., William Villamil, Hellman Parra, Cosme Chacón, Karin Davila, Rubén Amariles, Alfonso “Calzones” Lázaro, Cristóbal Parra, Braulio Méndez y Víctor “El Mico” Villamizar.

Ellos cumplieron su trabajo al mando de Don Víctor Pignarelli e hicieron actividades como fiestas, rifas etc. para “ayudar” a financiar el evento. Esta actitud no se puede olvidar nunca. Pero, claro que tampoco se puede olvidar que don Víctor se llevó a los muchachos para el Hotel Vasconia, mientras duró el Campeonato, garantizando la disciplina y la concentración. Recuerdo que al Hotel llegaban las novias de los jugadores a hacerles la visita en el hall y ninguna podía subir a las habitaciones.

Al Campeonato Nacional Universitario de Futbol vinieron a Cúcuta las siguientes delegaciones: Universidad INCCA de Bogotá, Universidad Antioquia de Medellín, Universidad del Cauca de Popayán, Universidad Industrial de Santander de Bucaramanga, Universidad Autónoma del Caribe de Barranquilla, Universidad del Quindío y la Corporación Universitaria de Ibagué. Estos equipos se habían ganado este honor al ser ganadores de los campeonatos zonales correspondientes.

Se conformaron dos grupos y en el de la UFPS, se alistaron la INCCA, la del Quindío y la Autónoma del Caribe. Los otros equipos estuvieron en el Grupo B.

Empezamos bien porque de entrada ganamos a la INCCA 1 a 0. Pero después perdimos con la Autónoma del Caribe por idéntico marcador. Luego le ganamos 2 a 0 a la del Quindío y clasificamos a semifinales. En esta etapa le ganamos 2 a 0 a la del Cauca y finalmente, por el título del Campeonato Nacional vencimos 3 a 1 a la Universidad Industrial de Santander y quedamos Campeones Nacionales por primera y única vez en la historia.

Ciertamente, los organizadores del Campeonato de Fútbol trabajamos para que todo saliera bien y que el equipo de la UFPS estuviera entre los cuatro primeros. Pero, todo se nos fue dando y ganamos en franca lid. Fueron momentos de mucha alegría y nos los gozamos plenamente. A los pocos días, quienes estábamos al frente de todo, les pudimos dar a don Víctor Pignarelli y a los muchachos campeones, el premio del agradecimiento institucional y un magnífico paseo al Río Zulia donde estuvimos compartiendo muchas cosas.

En el cuadro de honor estuvieron: Oscar Ibarra de la Universidad del Cauca, goleador del Campeonato con cuatro goles; Víctor “El Mico” Villamizar de la UFPS, el mejor jugador; Juan Rada de la Universidad Autónoma del Caribe, el jugador más caballeroso; la Universidad del Cauca, el equipo más disciplinado y la Universidad Industrial de Santander, fue calificado como el equipo con mejor espíritu deportivo. Como se puede observar, los honores estuvieron repartidos. De la UFPS, los goleadores fueron Carlos Cañón y Rolando Serrano Jr. Con 3 goles cada uno. Que buenos recuerdos.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

sábado, 22 de febrero de 2025

2570.- LA PARROQUIA DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS

Juan Pabón Hernández (Revista Semillas)


‘’Cuánta falta nos hace la consagración de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús, decretada por el presidente Roberto Urdaneta Arbeláez el 17 de junio de 1952…’’

El núcleo de los valores

Un aroma de reposo emana de las calles del barrio Colsag y se siente allí la ancestral hidalguía heredada de las familias tradicionales. Y la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús ha sido el núcleo generador de esos valores, de la piedad de sus feligreses, de las historias generosas y los sueños que han transcurrido, dejando huellas inolvidables de gratitud en sus habitantes, orgullosos de poseer allí un hogar que los recibe con cariño y guarda su esperanza redentora en la casa sagrada.

Breve reseña

Casa de la Familia Gómez Molina, donde se realizó la primera eucaristía
(Cortesía de la Sra. Rocío Ramírez).

Fue creada el 11 de febrero de 1954 por el entusiasmo de su primer párroco, padre Edmundo Guerrero y la colaboración de la Colombian Petroleum Company (COLPET), en una sede ubicada frente a la actual cancha de futbol, en la casa de la Familia Gómez Molina, en donde se realizó la primera eucaristía, trasladándose luego a la Avenida Gran Colombia, junto al Parque Simón Bolívar, anteriormente denominado Parque Colsag.

Los párrocos que la han dirigido…

La comunidad recuerda con gratitud la labor de los sacerdotes, buenos amigos y gestores de un impecable trabajo evangelizador y una misión cumplida con exigente y arduo sacrificio.

Ha estado bajo la bondadosa orientación de los padres Edmundo Guerrero, Baudilio Flórez, José Dolores Cañas, Carlos Alberto Martínez B., Guillermo Blanco Ramírez, Ramón Caro Acevedo, Manuel Grillo Martínez, Ángel Cayo Atienza, Juan Ignacio Latorre, Luis Fernando Hoyos Ossa, Eloy Mora Peñaranda, José Vicente López Mogollón, José Elver Rojas y Álvaro Antonio Gutiérrez.

Todos ellos han desarrollado una juiciosa labor administrativa y pastoral, con la participación entusiasta de los fieles, como es el caso del EPAP, integrado por Alix Bohórquez, Gloria Sayago de Neira, Pedro Arias, Cristóbal Peñalosa, Martha Liliana Álvarez, Dilia Ardila, Carlos Moncada, Mary Navarro, Yolanda Ruiz, Yalitza Maldonado, Rocío Ramírez y Martha Reyes.

Padre Angel Cayo Atienza

Padre Álvaro Antonio Gutiérrez

Padre Eloy Mora Peñaranda

Padre Juan Ignacio Latorre

Padre José Elver Rojas

Juan Carlos Calderón Quintero
(Aunque no ejerció como párroco, el padre Juan Carlos
fue un “vecino de toda la vida” del Colsag en el cuerpo sacerdotal).

La sede actual

La Colpet donó el lote A 35 a la diócesis de Cúcuta y allí se construyó la iglesia, con el liderazgo del admirado padre Ángel Cayo Atienza, el diseño y la construcción del arquitecto Julio Moré Polanía y la altruista colaboración de la comunidad. En la actualidad, es una esplendorosa sede, remodelada y embellecida, por el esfuerzo de los sacerdotes que la han dirigido.


Sobriedad de la fachada

El camino de la santísima virgen

La solemnidad inspira al recogimiento. Su interior.

El sagrario invita a la adoración

El Santo Patrono

Las obras de arte

En su interior se exponen obras de arte religioso de singular belleza, las cuales inspiran un profundo sentimiento de armonía y paz espirituales.






Momentos vividos en comunidad

La parroquia presta los servicios de asistencia espiritual a las instituciones de su entorno, la Clínica Santa Ana, la Fiscalía y el Palacio de Justicia, además de establecimientos de comercio, empresas y organizaciones a los cuales llega con su vocación ministerial y ejemplares principios de amor y caridad cristiana. Tiene, además, grupos de trabajo que complementan la tarea con su servicio: Lectores, Ministras de Comunión, Legionarias, Catequistas, Pastoral Familiar y otros…

Mons. Luis Alejandro Jaimes, Ángel Cayo Atienza, Daniel Jordán, Matías Bermejo, Miguel Ardanaz,
Carlos Martínez y Juan Ignacio Latorre en noviembre de 1967.
(Cortesía del Dr. José Eustorgio Colmenares Ossa).

El padre Álvaro Gutiérrez con la Legión de María

El padre Álvaro Gutiérrez con los colaboradores del EPAP.

Develación de la pintura del padre Atienza: Marta Lucía Porras C., Padre José Elver Rojas,
Juan Pabón H. y el autor, maestro Reynaldo Cáceres.

El padre Eloy Mora en los cien años de la señora Rosita de Ramírez

El padre Carlos Martínez celebrando el matrimonio de Edy Estella Ramírez, enero 1977.

Epílogo

Un aniversario es el comienzo de una nueva vida, la apertura del pasado a un umbral de luz que nos indica el camino para cultivar los ideales que estamos forjando, para inscribir en el recuerdo los mejores momentos. Usualmente se asocia a metales o joyas, materiales que con el paso del tiempo simbolizan la longevidad, para fortalecer el vínculo que nos ata con el porvenir.

Los 70 años son de titanio, por su alta conductividad del calor, porque es moldeable y porque su magnífica relación resistencia – peso, le da una gran personalidad y madurez.

El entusiasmo contagioso y una creciente fe hacen prever un porvenir maravilloso para una iglesia que se ha ido edificando desde su propia esperanza, con el sentido de pertenencia de los fieles alrededor de su misión y su visión cristianas.




Recopilado por: Gaston Bermudez V.

jueves, 20 de febrero de 2025

2569.- EL HERMOSO COLSAG, ENTRE ALEGRÍAS Y NOSTALGIAS…

Jaime Buenahora Febres-Cordero (Revista Semillas)


Tuve la fortuna de vivir más de 40 años en el barrio Colsag. Recuerdo cada detalle de los años 60 y sus décadas posteriores, con su progresiva transformación. Aunque poco queda de aquel entonces, las alegrías de la memoria se imponen fácilmente sobre las nostalgias.

El mercado de los sábados, al lado de la Escuela, es tal vez un ícono que permanece, con su hermoso colorido de verduras, hortalizas, frutas, carnes, canastos, marchantas con su típico delantal, y señoras compradoras que se ven y saludan cada sábado, en una rutina de sonrisas mutuas. El tiempo pasa, y mientras unas se nos han ido para siempre, otras han recogido el bello y sencillo legado de mercar para el hogar. Todo empieza desde las 4 de la mañana, con la armadura de los toldos, para moverse en cordialidad hasta las 12, cuando se barre para dejarlo todo limpio. Del tejido social del mercado siempre han brotado la amabilidad y la concordia. Hoy rindo tributo a todos sus artífices.

El mercado del Colsag

Dos iglesias tuve la oportunidad de frecuentar. La primera, sobre la avenida Gran Colombia, que era una especie de amplio galpón con techo de zinc, regentada por el respetado párroco Carlos Martínez. Las señoras, que todavía usaban velo y, todos nosotros, en mezcla de edades, cruzábamos el parque y las calles apacibles del barrio para asistir cada domingo. Recuerdo gratamente las misas de los pastores o misas del gallo, anunciando el nacimiento de Jesús y la emoción por los regalos, y también las de Año Nuevo con los abrazos y buenos deseos en plena madrugada.

Padre Angel Cayo Atienza

A principios de los 70 llegó el presbítero español Ángel Cayo Atienza, nacido en Navarra, erudito y carismático, que había trabajado con los indios Emberá y Katío por largos años. Lo recuerdo con cariño, pues me indujo más todavía al humanismo, y me honró con sus enseñanzas y amistad. Conservo complacido sus libros, que son hermosas lecciones de etnología. El padre Atienza emprendió la construcción de la nueva Iglesia, organizando una junta promotora, bazares y otras múltiples actividades. Es hoy la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.

Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús

El barrio había iniciado en 1954, por iniciativa de familias norteamericanas, derivado de la explotación del petróleo en el Catatumbo. Colsag es un acrónimo que toma las primeras letras de dos empresas: la Colombian Petroleum Company y la South American Gulf Company, conocidas respectivamente como Colpet y Sagoc. En perspectiva histórica, siempre he sido crítico por la inmensa rentabilidad del recurso para estas multinacionales, y la muy poca inversión realizada en la región, pues no quedó un ferrocarril o carretera que conectara sus distintos municipios.

Las primeras casas del barrio

Sin embargo, la objetividad me lleva a esta reflexión: las viviendas construidas para los trabajadores por estas asociadas compañías en el Colsag fueron concebidas para promover el progreso real de sus habitantes, con base en un crédito blando a 20 años. Se trata de casas muy bien diseñadas y con suficiente espacio, que albergaron muchas familias disciplinadas y honestas, que pudieron proyectar a sus hijos con valores y dignidad. Esas viviendas no tienen nada que envidiarles a las residencias de clase media de Chicago, Nueva York o Filadelfia.

Por esa época, la casa se asumía para toda la vida, por manera que la estabilidad de las familias las llevaba a pasar 30 o 40 años bajo el mismo techo, lo cual creaba lazos de conocimiento, solidaridad y amistad inquebrantables entre los habitantes del barrio.

Casa de la familia Buenahora Febres-Cordero

Todos nos conocíamos, todos jugábamos en sus calles y potreros, y todos respetábamos profundamente a nuestros mayores. La gente sacaba sus mecedoras y se sentaba en el antejardín para recibir la brisa crepuscular en absoluta tranquilidad. Era un barrio seguro, de casas con puertas abiertas y sin el enrejamiento actual.

Casa de don Juan Tomás Sayago y doña Teodosila Morales
(Cortesía de Gloria Sayago de Neira)

Aún es fácil señalar cualquier lugar, y decir ‘… aquí vivían los Ramírez, Chacón, Hernández, Franco, Arámbula, Vargas, Herrera, Antolínez, Silva, Ballén, León, Mieles, Torres, Carvajal, Guerrero, Hartmann, o Peñaranda. Y aquí quedaba la tienda de Mamatoco, y más allá la de Moyano’.

Curiosamente, cuando llegamos a vivir al barrio, ya no vivían familias norteamericanas. Apenas recuerdo que, en la esquina de mi cuadra habitaban los Shumacher, apellido alemán que significa zapatero o ’hacedor de zapatos’, y que en Cúcuta pronunciaban Shúmacker. Y también a Bruce Olson, un etnólogo y misionero norteamericano de origen noruego que trabajaba con los motilones Barí, y que de vez en cuando traía indígenas que hospedaba en la residencia del Dr. Alfredo Landínez, médico de la Colombian Petroleum Company.

Casa de la familia Neira Rey

Todavía evoco con fervor mi curiosidad de adolescente y mis ganas de interactuar con ellos. La labor de Olson se resume en Bruchko, un libro de su autoría traducido en varios idiomas que se convirtió rápidamente en best seller misionero. El ELN secuestró a Olson, lo juzgó y condenó a muerte, pero la reacción de la opinión pública, de muchos líderes indígenas y, en particular, la investigación periodística de María Cristina Caballero, llevaron a su liberación.

Muchos años después, en la Universidad Libre, tendría el honor de ser profesor de los dos primeros motilones Barí que estudiaron la carrera de derecho para mejor interactuar con el Estado colombiano.

El Colsag de los años 60 era una especie de islote algo distante del resto de Cúcuta. Tenía su propia planta eléctrica, parque amplio, escuela pública, avenidas anchas y bien trazadas, y potreros que sobraban.

De la avenida Gran Colombia, sin separador y apenas con un carril de ida y otro de venida en medio de su anchura destapada y polvorienta, hasta el barrio Guaimaral, que había sido construido por el Instituto de Crédito Territorial, salvo dos o tres casas, todo era monte caracterizado por el verde típico del calor.

Sí existía el barrio Popular, con el colegio Salesiano, la embotelladora Coca-Cola, y la célebre cancha de fútbol al cruzar la avenida. Pero nada había de la Quinta Oriental, La Ceiba y La Riviera, cuyo desarrollo urbanístico comenzó a finales de los 60 y principios de los 70.

Parque Simón Bolívar

El actual parque Simón Bolívar era en la década de los 60 un espacio inmenso cubierto de maleza natural, pero con sus caminos peatonales y un amplio círculo de cemento en el centro que aprovechábamos para jugar banquitas o microfútbol. Proliferaban los pajaritos, las lagartijas y otras especies animales.

De vez en cuando, veíamos vacas que pastaban. Un viejo amigo de mis padres siempre me regalaba cincuenta centavos para que las corriera y, una vez cumplida la tarea, corría feliz a la tienda para comprarme un par de cortados. También nos sorprendía una que otra pequeña serpiente, y hasta un gavilán que recuerdo picoteó a una señora que con puntualidad y devoción se dirigía a misa.

Cada 12 de octubre sembrábamos decenas y decenas de árboles, lo cual explica lo frondoso del parque. La presente estatua ecuestre de Bolívar fue un regalo de Venezuela durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Hacia 1966 no existía la avenida de Los Libertadores. Íbamos con relativa frecuencia al río Pamplonita, que estaba apenas a 3 o 4 cuadras. Pero era todo un paseo, y un placer mayor saltar desde la muralla de entonces para disfrutar de algún pozo, y luego caminar entre las piedras y el agua buscando uno que otro panche.

La tradicional “Cancha del Colsag”

La escuela del barrio, denominada Escuela del Bienestar de la Policía Nacional, no era exclusiva para hijos de policías. La mayoría de los niños del Colsag, antes de pasar a otros colegios, cursó sus primeros años en sus aulas.

La cancha aledaña de fútbol, que nunca mejoró, siempre se caracterizó por su tierra maciza y dura, con mucha piedra pequeña. Por eso, muchas decenas de muchachos aprendimos el arte del balón en otra cancha, la de los Arámbula, un potrero grande en donde durante las vacaciones pasábamos mañana y tarde en campeonatos de nunca acabar y sin develar cansancio. Las amistades de aquellos días perduran en el alma.

No recuerdo bien si fue en 1967 o 1968 que aconteció la terrible creciente del río Pamplonita. Pero tengo presente sus estragos, con el puente Elías M. Soto venido abajo, la pareja que falleció una madrugada al cruzarlo en carro, y la descomunal inundación de la naciente La Riviera. Por las calles adyacentes a mi casa paterna, frente al parque principal, corría el agua como riachuelo enloquecido y sin rumbo. Recuerdo bien que organizamos varias brigadas para ayudar a familias tanto en el Colsag como en La Riviera.

Los comienzos de la Clínica Santa Ana

Había dos rutas tradicionales de buses: una, que venía de Guaimaral; la otra, de San Luis. Ambas cruzaban varias calles y avenidas del barrio, que no tenía mayor tráfico, y luego se dirigían al centro de la ciudad por la avenida Gran Colombia. Era un transporte cómodo y fácil, con buenos vehículos y suficiente espacio. Recuerdo haber tomado esos buses muchas veces, aunque prefería movilizarme en bicicleta.

De la Clínica Santa Ana, evoco complacido la colocación de su primera piedra, aunque la verdadera construcción comenzó a finales de los 60. El parque adyacente, en cambio, se terminó algunos años antes, y rápidamente se convirtió en lugar privilegiado para que muchos niños aprendieran a patinar o montar en bicicleta.


Son tantos los recuerdos que ponerlos en secuencia no es fácil. Atropellando el tiempo, también menciono la primera repavimentación de las calles principales del Colsag, por allá en 1984, cuando me estrenaba como concejal de la ciudad y fungía como alcalde ‘Pacho’ Berrío. Gracias a su sensatez y comprensión, después de varias reuniones que promoví, el pretendido cobro de valorización se revisó en justicia, pues el barrio, en toda su historia, muy poco había recibido de la ciudad.

Las limitaciones de espacio me impiden referirme a otras cosas, como la transformación urbanística, no siempre planificada y cada vez con mayor tendencia comercial.

En fin, pudiéramos continuar recordando y escribiendo facetas del barrio Colsag, sobre todo si nos acercamos a algunos preciados amigos de la adolescencia cuya memoria está llena de amenas y enriquecedoras anécdotas. Estoy seguro de que, a manteles, así como suben sin parar las burbujas de una cerveza, así también se multiplicarían los recuerdos.

El Balancín, testimonio petrolero

A todas las familias de ayer y de hoy, mi reconocimiento sincero en los 70 años del barrio. Sin duda, un pedazo inmenso y grato de historia en la muy noble y valerosa villa de San José de Cúcuta.

¡Salud y larga vida para el hermoso barrio Colsag!




Recopilado por: Gaston Bermudez V.