PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

martes, 5 de noviembre de 2024

2515.- LAS PRIMERAS GRANDES EMPRESAS DEL SIGLO XX

Gerardo Raynaud (La Opinión)


Desde el ‘renacimiento’ de la ciudad, luego del Terremoto de 1875, el auge emprendedor de los cucuteños se manifestó con el desarrollo de grandes empresas, siendo sin duda, la más importante, el Ferrocarril de Cúcuta.

Mucho se ha escrito sobre ella y esa es la razón por la cual me había abstenido de hacerlo, considerando que gran parte de su historia ha sido contada y, por tanto, disminuido su interés.

Sin embargo, este hecho no le resta atractivo, toda vez, que para las actuales generaciones sigue siendo interesante conocer su evolución y los motivos que llevaron a su desaparición en momentos en que este tipo de movilidad está retomando aliciente por las múltiples ventajas que presenta en términos de economía y versatilidad, pero especialmente por sus ventajas ecológicas.

La historia relata que la ciudad, de por sí mediterránea, requería de una alternativa que le otorgara facilidades de salida al mar y lo más cercano era el Lago de Coquivacoa al que podía accederse fácilmente por vía fluvial utilizando las aguas del río Zulia. Dice el historiador Rafael Eduardo Ángel, que la necesidad más sentida por los habitantes de los valles de Cúcuta, era poder sacar sus productos a los mercados entonces existentes y por esa razón propusieron la construcción de un “camino carretero”, opción que se constituyó en la génesis de la compañía que posteriormente pusiera en marcha el tan esperado “ferrocarril”.

Fue así como en una reunión de la Junta Directiva de la empresa del mencionado “camino carretero”, el que tomó el nombre de Camino de San Buenaventura surgió la idea de construir un ferrocarril utilizando la calzada de ese “camino”; escenario que se presentó días antes de la ocurrencia del terremoto.

Por fortuna para la región, el Congreso de la República, dentro del paquete de ayudas para la recuperación de la ciudad, expidió la Ley 26 de octubre de 1876, en la cual se aprobaba la construcción del ferrocarril hasta el sitio de Puerto Santander, trayecto que fue inaugurado el 30 de junio de 1878 construido en un tiempo récord de 18 meses, pero la primera locomotora recorrió los rieles seis meses después, el 27 de noviembre.

Por la misma época anterior al terremoto, nos cuenta el ingeniero Virgilio Durán Martínez, que, entre la población cucuteña, en razón del vertiginoso progreso que se venía presentando, había nacido la vocación ferrocarrilera que aún se mantiene si se tiene en cuenta el proyecto de resucitación del ferrocarril de Cúcuta, particularmente en su línea Norte, la primera construida en sus inicios.

Finalmente, y para resumir, la obra se financió con los aportes de los accionistas y un crédito de la firma alemana asentada en la ciudad ‘Minlos Brewery & Cía.’ por valor equivalente a $36.000, a un año de plazo y una tasa de interés del 1.5%. Puesta en marcha la actividad transportadora de la Compañía y con el transcurrir del tiempo, según lo propuesto en un comienzo, se pensó en construir cuatro líneas férreas, una cada dirección geográfica, lo cual no pudo concretarse por razones de diversa índole.

En definitiva, se construyeron sólo tres de ellas, la primera entre 1888 y 1960, hacia el norte partiendo de la Estación Cúcuta, en una longitud de 39 kilómetros; la línea Sur, que se proyectó hasta la ciudad de Pamplona, pero alcanzó hasta El Diamante y tuvo 43 kilómetros de longitud; comenzó a construirse 1924, tras presiones ejercidas por las fuerzas vivas de Pamplona y con la intención de conectarla con el interior del país. La línea de la Frontera, la segunda en construirse, en 1893, estuvo en funcionamiento durante 40 años hasta la construcción de la carretera que unió la capital del departamento con las ciudades vecinas de San Antonio y Ureña. Tuvo una longitud de 16 kilómetros.

Dos hitos importantes obtuvieron la Compañía del Ferrocarril de Cúcuta. El primero de ellos, fue su empalme con su similar del Táchira, logrado mediante acuerdo firmado entre las dos empresas, el 13 de septiembre 1923 y aunque solamente fue inaugurado en el mes de julio de 1926, la primera locomotora venezolana ya había ingresado a territorio colombiano, por el puente Unión, en la población limítrofe de Bocas de Grita en marzo de ese mismo año. Históricamente se cataloga esta alianza como el primer Ferrocarril Internacional de América.

El segundo hito, fue la construcción del Tranvía de Cúcuta, en1887, en un hecho que se constituye, para orgullo de los cucuteños como la primera ciudad del país en desarrollar un sistema de transporte masivo, en un tiempo en que este concepto, ni siquiera se mencionaba.

De modo que fue esta ciudad la primera en movilizar, tanto pasajeros como mercancías entre sus puntos geográficos extremos, esto es entre las estaciones Norte y Sur. Esta circunstancia ayudó a las autoridades nacionales en establecer la condición de Puerto Terrestre.

De gran importancia resultó para el comercio exterior de la ciudad y en general del país, el empleo del tranvía, pues las principales casas comerciales afincadas en la localidad y filiales de las grandes comercializadoras alemanas e italianas, además de las domésticas y luego las que fueron desarrollándose con la inmigración sirio libanesa, se beneficiaban de las facilidades que les otorgaba el tranvía en el recibo y despacho de sus productos ya que los vagones podían realizar embarques y desembarques frentes de sus negocios con las correspondientes economías que ello representaba.

El tranvía permaneció activo ofreciendo sus servicios hasta comienzos de 1941, cuando por autorización del Concejo de la ciudad se autorizó el levantamiento de los rieles para dar paso a las obras de pavimentación de las calles.

La ciudad, de por sí mediterránea, requería de una alternativa que le otorgara facilidades de salida al mar y lo más cercano era el Lago de Coquivacoa.


A continuación, se relatará la segunda de las grandes empresas y tal vez la de mayor trascendencia en la vida regional: la compañía de explotación petrolera Colombian Petroleum Company lo que traducida se lee como Compañía Colombiana de Petróleos. El pionero fue el general Virgilio Barco, quien en su momento se había desempeñado como Prefecto de la Provincia de Cúcuta.

La segunda gran empresa de comienzos del siglo XX, fue la relacionada con el tema de la explotación petrolera en la zona del Catatumbo, la cual empezaremos narrar como antecedente a la aparición de esta gran compañía.

Las exploraciones petroleras comenzaron, en esta región, finalizando el siglo XIX. El pionero, de todos conocido, fue el general Virgilio Barco, quien en su momento se había desempeñado como Prefecto de la Provincia de Cúcuta. Conocedor de los manantiales que brotaban espontáneamente en esa zona, solicitó al Gobierno nacional la autorización para explorar las fuentes petroleras en la región del Catatumbo, pues preveía por asociación, que, en esos sitios no muy distantes de los yacimientos encontrados al otro lado de la frontera, también debía encontrarse el ansiado mineral.

El hecho es que nueve años después de haber iniciado sus operaciones, en las cuales estableció la primera refinería, que algunos menospreciaban llamándola simplemente ‘un alambique’, el general Barco cedió sus derechos de Concesión a un norteamericano que se comprometió a seguir cumplimiento con las obligaciones que regían en ese momento en lo referente a las construcciones, contrataciones, pagos de regalías y demás cláusulas; sin embargo, pocos días después, esta cesión fue anulada judicialmente, razón por la cual, en 1918, el general Barco traspasó su contrato a la Compañía de Petróleos Colombia, empresa de propiedad de tres socios norteamericanos.

Este nuevo contrato de Concesión fue aprobado por el Ministerio de Obras Públicas, entonces entidad oficial que manejaba los asuntos mineros de la nación, con una duración de 50 años que finalizaban en 1955, pues se consideró como inicio de la gestión la fecha de la firma original de 1905.

Durante el primer cuarto del siglo, era mucha la agitación, política, económica y social que se vivía en el país, de manera que cualquier actividad emprendida estaba sujeta a las inestabilidades del entorno y por ello, las inseguridades que giraban en torno a los contratos firmados con el gobierno, eran cada día más perceptibles hasta que finalmente, en 1926, el mismo Ministerio declaró la caducidad de la Concesión Barco, por razones técnicas y además porque no había pagado al Estado las regalías correspondientes al 15% de la producción.

Confirmada, en última instancia, la caducidad del contrato de Concesión en 1928, y tres años más tarde, el ahora encargado de las operaciones mineras, el Ministerio de Industrias suscribió con los representantes de las empresas Colombian Petroleum Company –Colpet- y South American Gulf Oil Company -Sagoc- el contrato Chaux-Folsom mediante el cual se le otorgó a la primera la exploración y explotación del petróleo en el área de los terrenos nacionales del departamento y a la segunda, la construcción de un oleoducto y demás actividades que permitieran el transporte, almacenamiento y exportación del producto a través de un puerto en la costa atlántica del país.

Ambas empresas eran compañías anónimas constituidas en el estado de Delaware en Estados Unidos y ambas filiales de la Gulf Oil Company eran, a su vez, de propiedad de los hermanos Mellon quienes habían firmado el contrato declarado en caducidad posteriormente.

Dos aclaraciones al respecto del tema de estas compañías: eran de propiedad de la competencia de John D. Rockefeller, en ese momento el empresario petrolero más grande del mundo y que las empresas tenían su sede en el único Estado de la Unión considerado Paraíso Fiscal aún hoy en día.

Como información general, la Sagoc era dueña del 75,3% de la Colombian Petroleum Company, el 23,7% pertenecía al Carib Sindicate y los Barco, con el 1%, tenían el resto de las acciones. De hecho, se deduce que contrario al pensamiento general, la Colpet era propiedad de Sagoc y no al contrario.

En 1939, una vez terminada la construcción del oleoducto Tibú-Coveñas, la exploración continuó. Se construyó el campo conocido como La Petrolea, alrededor del cual se fueron asentando colonos y trabajadores que hoy conforman la población conocida con ese nombre.

Mientras esto sucedía en el sitio de explotación, en la selva, en la ciudad de Cúcuta las dos empresas ‘gringas’ iban desarrollando sus proyectos con miras a otorgarles a sus trabajadores, desde sus altos ejecutivos hasta sus más humildes operarios, las comodidades necesarias para que su labor fuera la de más provecho, tanto para la empresa como para sus propios trabajadores.

Dos grandes proyectos urbanísticos fueron construidos en Cúcuta, el barrio Colsag, acrónimo proveniente del nombre de las dos compañías ejecutoras –Colpet-Sagoc; destinado a los ejecutivos, ingenieros y técnicos especializados. El barrio Colsag, situado en el sector suroriental de la ciudad, en la margen izquierda del rio Pamplonita, inicialmente establecieron dos sectores con construcciones claramente diferenciadas, pues las casas de los ejecutivos, como gerentes o subgerentes o los superintendentes operativos y similares eran de diseño particular, mientras que a los trabajadores de nivel intermedio técnico o administrativo les asignaban viviendas preconstruidas (eso sí, importadas de los Estados Unidos) con todas las comodidades modernas de esa época.

El segundo proyecto era de vivienda para los obreros y trabajadores auxiliares, los que hoy se denominan ‘no calificados’ pero igualmente importantes para el buen funcionamiento de una actividad tan compleja, complicada y riesgosa como lo es la explotación de hidrocarburos.

El barrio fue llamado Colpet, aún hoy reconocido como un barrio popular y ubicado cómodamente en la zona norte de ciudad, en cercanías a la Estación Cúcuta del ferrocarril de manera que los trabajadores, quienes diariamente se desplazaban de sus casas a los campos de trabajo y viceversa, no tuvieran dificultades en alcanzar su transporte.

Sólo estos dos proyectos demuestran la importancia y trascendencia que estas compañías tuvieron en el desarrollo y progreso de la ciudad.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

domingo, 3 de noviembre de 2024

2514.- GIMNASIA ARTISTICA DE N. DE S. UN 2023 DORADO

Gustavo Contreras Sabogal (La Opinión)


En el Mundial Juvenil, en los Campeonatos Nacionales, en Sudamericano y en Juegos Nacionales, la gimnasia de Norte de Santander escaló en los puestos más altos.

Nunca antes en la historia de la gimnasia artística colombiana alguno de sus exponentes había logrado entrar a un podio en un Campeonato Mundial hasta este 2023, cuando el cucuteño Ángel Barajas obtuvo cuatro preseas en el certamen juvenil disputado en Antalya, Turquía.

Fueron dos oros en suelo y barras paralelas, una plata en el All-Around y un bronce en barra fija, las medallas que logró el deportista, que en su momento tenía 16 años.

“Era uno de los objetivos que estaba buscando desde hace muchos años. Buscaba un logro de estos y se dio, es la primera vez en la historia que Colombia tiene medallas en una competencia mundial”, afirmó Jairo Ruiz, entrenador líder del deporte en la región.


Sin duda es el hecho deportivo más importante del año para Norte de Santander que se vio muy bien representado por la gimnasia artística, su disciplina insignia.

Potencia a nivel nacional

Pero no solamente fue el hito conseguido por Barajas el resultado a mostraron, sino también más eventos, entre ellos los dos Campeonatos Nacionales en los que la delegación rojinegra fue una completa dominadora.

En el primero de ellos, disputado en Cartagena, Norte firmó un rotundo éxito con 47 medallas logradas en las diferentes categorías y en las modalidades masculinas y femeninas.

Samuel Herrera en AC1 (7-8 años), Alejandro Libreros en AC2 (9-11 años), Dominic Obando en AC3 (12-13 años), Camilo Vera en Juveniles y Marcos Aguilar en Mayores, fueron los más destacados, junto a Daira Lamadrid en femenino.

Meses después, en Cúcuta, los gimnastas hicieron respetar la casa y mejoraron su participación con 53 medallas.


“En los dos Nacionales, Norte de Santander arrasó en todas las categorías. Cuando uno planifica y es organizado, obtiene resultados de este tipo”, analizó Ruiz, un veterano entrenador con más de cuatro décadas dedico a la formación.

Medallistas en Bariloche

En el Campeonato Sudamericano disputado en Bariloche, Argentina, los rojinegros fueron grandes protagonistas en las diferentes categorías.

La Selección Colombia juvenil fue campeona en la prueba por equipos con los cucuteños Camilo Vera, Jhordan Castro, Yan Zabala y el antioqueño Manuel López, quienes lograron superar con un puntaje de 233.100 a Brasil (222.200) y Argentina (218.250).

Vera, además, fue vencedor en el All-Around, anillas y suelo. Asimismo, sumó una plata en paralelas y un bronce en barra fija.

Zabala, por su parte, se proclamó campeón en paralelas con un puntaje.

En AC2, Colombia fue campeona con Alejandro Libreros, Emanuel Valencia, Sebastián Pérez y Mattías Gaitán. En individuales, Libreros ganó siete oros, Valencia cinco de plata y Pérez dos de plata.

En AC3, la selección fue plata con Jin Tarazona y Dominic Obando en la nómina. Tarazona logró firmar dos oros: en arzones y en paralelas. Su cuarta medalla fue otra plata obtenida en barra.

Líder en Juegos Nacionales

Norte revalidó, en los Juegos Nacionales del Eje Cafetero, ser una potencia en la gimnasia artística tanto en las ramas masculinas como femeninas ganando 14 medallas.

De ellas seis fueron de oro con el equipo masculino, Camilo Vera (general individual y paralelas), Daira Lamadrid (general individual y viga de equilibrio) y Ángel Barajas (barra fija). Dos platas con Marcos Aguilar (barra fija) y Lamadrid (asimétricas), y seis bronces con Lamadrid (suelo), Barajas (suelo, salto y anillas), Yan Zabala (paralelas) y equipo femenino.


El equipo masculino conformado por Camilo Vera, Ángel Barajas, Jossimar Calvo, Marcos Aguilar, Yan Zabala y Jhordan Castro fue campeón con 237.150 puntos venciendo a Antioquia y Valle del Cauca.

En femenino, el equipo ganó bronce con Daira Lamadrid, Jireth González, Sabrina Cortés, Gisell Ortiz y Karen González.

“14 medallas en Juegos Nacionales es un logro muy importante. Hay que dejar claro que Norte llevó un equipo mayoritariamente juvenil. Es un balance más que satisfactorio que Camilo Vera, con 16 años, fuera el campeón individual. Tiene que ver mucho con nuestra planificación y trabajo del día a día”, comentó Ruiz Casas.

Los mejores en un escenario paupérrimo

Durante la temporada, la gimnasia sufrió el carente estado de la cubierta del coliseo menor Eustorgio Colmenares. En las jornadas de lluvia, era imposible entrenar, puesto que, por las goteras, diferentes elementos se mojaban.


Si bien ya se encuentra en proceso de cambio, los gimnastas piden una reorganización con las disciplinas que entrenan en el escenario puesto que en el mismo confluyen voleibol, judo, tenis de mesa y boccia.

“Por la necesidad de servicios, el nivel que hemos alcanzado, los resultados que hemos dado nacional e internacionalmente, merecemos algo mejor. En Cúcuta pareciera que no tuviéramos sentido de pertenencia, ni queremos, ni creemos en lo nuestro. Me incomoda. Faltan dirigentes que conozcan, sepan y tengan sentido de pertenencia. Que quieran y valoren lo nuestro”, reclamó el seleccionador nacional.

Un equipo interdisciplinar, la clave del éxito

Ruiz, formador de grandes gimnastas como Jossimar Calvo, Barajas y Jesús Romero, resaltó que el resultado de este año fue –en gran parte- gracias al trabajo interdisciplinar con profesionales de diferentes ramas, así como los siete entrenadores asistentes Jhonny Muñoz, Ricardo Muñoz, Cristian Cote, Alexander Ruiz, Yilmar Suárez, Breyner Pacheco y Kevin Ortiz.

“Es un sinfónica que tengo. Es un lujo tener siete entrenadores y un grupo interdisciplinar prestos para el trabajo. Ahí está la base del éxito. Nos preparamos académicamente para buscar que mis alumnos mejoren día a día”, afirmó el estratega de la gimnasia rojinegra.


2024, con el sueño de volver a los Olímpicos

La gimnasia de Norte apuesta por clasificar a Barajas y Calvo a los Juegos Olímpicos de París 2024. Buscará la clasificación en las Copa Mundo del Cairo (febrero), Cottbus (febrero), Bakú (marzo) y Doha (abril).

Ruiz ya estuvo presente en unos Juegos. Fue en Rio 2016 con Jossimar Calvo.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

sábado, 2 de noviembre de 2024

2513.- JUAN DIAZ, PARTE DE LA HISTORIA DEL CUCUTA DEPORTIVO

Pedro Jáuregui (La Opinión)

Equipo 1967. De Pie, de izquierda a derecha: Sinisterra, Juan Díaz, “El Sordo” Ayala, Jaime llidge, Pignarelli y Cleto Castillo. Hincados en el mismo orden: Gilberto “Palomo” Ramírez, Walter Sossa, “El Maño” Ruiz, Julio Brucessi y Elías Rincón.

Juan Díaz nació el 29 de agosto de 1943 en el barrio Sevilla en el hogar formado por Pedro José Díaz y Ana Cabrera.

Jugó en el equipo motilón (1963-1973) como marcador de punta o defensa central y en ambas posiciones cumplió un rol importante. Para su estatura, 1,60 metros, saltaba más de lo imaginado.

En el fútbol aficionado militó en el equipo infantil de la Kist, que dirigía Jorge ‘Manino’ Escobar, y posteriormente en Extra Rápido Los Motilones, tras lo cual saltó a Scotland F.C., una de las mejores escuadras del fútbol aficionado de la época. También vistió la camiseta del San Lorenzo de Sevilla, que dirigía Demetrio Becerra.

En 1962 hizo parte de la selección Norte de Santander que disputó el Nacional en Medellín y de ahí dio el gran salto al Cúcuta Deportivo de los uruguayos Juan Eduardo Hobherg, Omar Verdún y Walter Gómez, entre otros.

Fue precisamente este último, quien tras terminar el entrenamiento lo llevó hasta donde el gerente, Pedro Moros, y le indicó que le consiguiera unos guayos buenos.

Su debut con el equipo profesional se dio contra el equipo brasileño de Ferroviarios del Brasil. “El estreno fue doloroso, se perdió 4-0”, contó en alguna oportunidad.

Compañeros de equipo

Entre los jugadores nortesantandereanos que formaron a su lado estuvieron entre otros Jaime Illidge, Elías Rincón, ‘Chonto’ Jaimes, Helí Rubio, Alfonso ‘Culebro’ Rojas, Álvaro Contreras, Néstor Puerto y William Centeno.

Entre los extranjeros Marcelo Juárez, Dante Lugo, Omar Ayala, José Paflick, Cassiano Suárez, José María Ferrero, Walter Sosa, Liborio Ruilopez, Víctor Pignanelli y Miguel Ángel Sánchez.

Y los jugadores nacionales Eduardo Retat, Wilson y Heberth Barona, Joaquín Ramírez, Carlos Obando, Alejandro Sinisterra, Henry Vélez, ‘Chancho’ Ramírez y Fabio ‘Guaracha’ Mosquera.

Momentos especiales

El ‘mundialista’ Rolando Serrano contó que Juan Díaz, fue uno de los mejores jugadores que tuvo el Cúcuta al lado de German ‘Burrito’ González, Tulio Niño, Guillermo ‘El Mico’ Santander y Jaime Illidge. “Por donde estaba Juan (Díaz) no pasaba nadie”, dijo.

‘El Mico’, comentó que Juan, el padrino de su hija Maritza, era un tomador de pelo que hacía y permitía bromas.

“En diciembre era el que organizaba los asados en San Eduardo y una vez me dijo no se le olvide llevar los $20.000. Cuando me presenté me preguntó ¿y los 20? Le contesté solo traje a mi cuñado (Miguel Torres), el próximo año traigo los otros 19. Soltó la carcajada y se fue”, sin decir más.

Jaime Illidge señaló que el ‘Burrito’ González era el que más bromas le hacía. “Le quitó el puesto y la hermana”, le decía.

El lunes 13 de febrero 2017 se le apagó en Cali la luz de la alegría y de la esperanza que siempre lo acompañaron al exjugador del Cúcuta Deportivo, Juan de Dios Díaz Cabrera.

Su cuerpo fue trasladado a Cúcuta y se veló en la sala de velaciones de Los Olivos. Su misa se ofició en la Iglesia María Auxiliadora. ‘Caquita’, como le decían los amigos, falleció a los 73 años, víctima de un cáncer que le llegó sin avisar durante una rutina médica.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

viernes, 1 de noviembre de 2024

2512.- BRISAS DEL PAMPLONITA, HIMNO REGIONAL

Armando Gómez Latorre (El Tiempo)


Aquella noche cucuteña del primero de junio de 1894 interrumpió la monotonía citadina. Expectante y apretujado, el gentío se había congregado en el Parque Santander porque en su glorieta la Banda Progreso ejecutaría -como tercera parte del programa- el estreno anunciado de un bambuco compuesto por José Elías Mauricio Soto Uribe (Cúcuta 1858-Cúcuta 1944) e inspirado por su novia, la encantadora dama Elisa Ramírez Matamoros, después esposa del compositor.

Cuando la banda terminó la artística y magistral interpretación de las Brisas del Pamplonita, la populosa y entusiasta audiencia estalló en aplausos y vítores hasta el cansancio.

Desde entonces, el alma santandereana ha vibrado con aquella impresionante melodía que durante generaciones ha tipificado su carácter alegre, descomplicado y varonil.

El estreno de la inmortal partitura ocurrió cerca del sitio donde se yergue imponente y majestuosa la estatua del Hombre de las Leyes, inaugurada un poco antes, el 2 de abril de 1892.

Poco después vino la letra. Cuando las guerras civiles finiseculares incendiaron y azotaron las comarcas gransantandereanas, los revolucionarios liberales adoptaron el célebre bambuco como himno de combate.

De ello daba testimonio el abuelo paterno, coronel Marco Aurelio Gómez Contreras, oficial de órdenes del general Benjamín Herrera en el Ejército del Norte.

Y, al igual que los espartanos peleando con su cántico marcial al dios Pean, las fanfarrias de la revolución envalentonaban a las montoneras rojas listas a combatir la regeneración conservadora. Ello ocurrió prioritariamente en la guerra de 1895 y en la de los Mil Días.

Roberto Irwin Vale, de familia de origen venezolano (Cúcuta 1866-Villacaro 1900), cucuteño, poeta y valeroso combatiente liberal -terminó con el grado de coronel- en el puente de Peralonso, el sitio de Cúcuta y en los peladeros de Palonegro, fue el autor de la letra.

También lo inspiró su esposa, la distinguida dama pamplonesa Alcira Hernández Villamizar, hija del general y jefe de la Revolución Radical de 1885, Daniel Hernández, sacrificado heroicamente en La Humareda el 17 de junio de aquel año.

Irwin, debido a su talento artístico no tuvo dificultad para acomodar la poesía al pentagrama. Y así quedó perfecta la más célebre y popular canción de Santander el Grande.

Curiosamente, en la entraña cucuteña se conservan los nombres, apellidos y especialidad en instrumentos de la Banda Progreso, fundada por los hermanos Marcos y Elías M. Soto.

Ello tiene una explicación: aquellos músicos formaban parte de la genealogía regional. El bambuco perpetuó sus nombres y enalteció a Cúcuta, otrora la célebre Perla del Norte.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.