PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

martes, 20 de marzo de 2012

146.- LOS VAIVENES DE LA FRONTERA MAS VIVA DE AMERICA EN 50 AÑOS DE HISTORIA

Ramsés Díaz León,  corresponsal La Opinión en San Cristóbal


El antiguo puente ´Simón Bolívar´ que une a Villa del Rosario con San Antonio del Táchira.

Muchos de ellos se venían solos y les mandaban dinero a sus familias, hasta que lograban radicarlas en el país.
 
Porque además, la seguridad social era evidente. Salud, educación gratuita y facilidad para conseguir techo eran alicientes más que suficientes.
 
Del otro lado del río Táchira la situación, para la época, 1960, era de dificultades. Colombia, en general, afrontaba una dura crisis económica y los gobiernos debieron aplicar medidas drásticas para tratar de sacarla del estado de pobreza en que se encontraba.
 
El presidente Carlos Lleras Restrepo, uno de los grandes estadistas que gobernaron el país, debió aplicar restricciones severas para evitar las importaciones, debido a las precarias existencias de divisas internacionales.
 
La migración

La migración de colombianos a Venezuela, que era de vieja data, se acrecentó a raíz de los sucesos del 9 de abril de 1948 en Bogotá. Y ese grupo numeroso de colombianos que emigró se fue extendiendo dada la bonanza que existía en su nueva residencia.
 
Los colombianos que estuvieron al tanto de los éxitos de familiares y amigos fueron desplazándose a Venezuela en donde encontraban trabajo y buenas condiciones de vida. Para los años 60 la paridad cambiaria empezó a inclinarse a favor de los venezolanos y fue entonces cuando se produjo el llamado “asilo económico”.
 
Colombianos residentes en Venezuela y nativos de la patria de Bolívar, especialmente los ubicados en la frontera, tenían en Cúcuta la oportunidad de un mercado con excelentes productos y precios bastante favorables.
 
Indocumentados

Cuando se podía obtener la documentación legal sin mayores contratiempos, previa comprobación de los medios lícitos de vida, no había exigencias perentorias sobre los documentos y las personas se transportaban de un país a otro sin visas ni permisos. Más bien el temor que sentían los viajeros que se desplazaban del Táchira a Cúcuta, a hacer sus compras, era perder  las mercancías que se habían adquirido, especialmente ropa y zapatos.
 
Los  llamados “carritos por puesto” en los que se desplazaban los viajeros sabían en dónde tenían que detenerse, cerca de lo que hoy es La Parada, para cambiar sus ropas nuevas por las viejas, y así tratar de evadir el decomiso por parte de la Guardia Nacional. Era hasta divertido ver a niños y adultos ponerse varias prendas, una arriba de la otra. Las damas tenían más facilidades para camuflar el exceso.
 
Los guardias lo sabían pero se hacían los de la ‘vista gorda’.
 
Las zonas verdes

Siempre se presentó el contrabando entre los dos países. El café en grano se llevó a Venezuela  en forma cuantiosa, para que se pudiera cumplir con la cuota internacional. De Colombia se traían comestibles y textiles que en Venezuela escaseaban y se llevaba harina de trigo y electrodomésticos que a Venezuela llegaban importados.
 
En el comercio formal, que en el 2009 alcanzó la mayor cifra (más de siete mil millones de dólares), las exportaciones venezolanas que representaron mayores ingresos fueron las derivadas del petróleo, acero y vehículos, mientras que de Colombia fueron los productos alimenticios y manufacturados.
 
El cierre del intercambio ha sido letal para las dos partes, pero quizás Venezuela ha necesitado más de los productos que se traían de Colombia. Las medidas venezolanas llevaron a la expropiación de algunas empresas con capital colombiano como Almacenes Éxito, Cada y el Central Azucarero de Ureña.
 
El viernes negro

Venezuela tenía una moneda fuerte que se cotizaba en las bolsas de Nueva York y Europa. Los venezolanos y los residentes viajaban con frecuencia al exterior y estaban acostumbrados a comprar, incluso, innecesariamente. No importaba mucho el valor del barril de petróleo, pues el dólar seguía comprándose a 4 bolívares con 30 centavos. No había límites ni restricciones de ninguna especie. La libre conversión de la moneda  constituía un privilegio.
 
La inflación no se conocía en el país y ésta sólo llegó cuando el presidente Carlos Andrés Pérez llevó de 100 a 200 dólares el salario mínimo.
 
En febrero de 1983, el presidente Luis Herrera se vio precisado a decretar una devaluación que en principio no pareció tan fuerte, pero que en el intercambio con Colombia se iba a convertir en el gran desequilibrio. En ese mes antes del “viernes negro” se llegaron a dar más de 16 pesos por un bolívar, lo que permitía que la afluencia de compradores a Cúcuta fuera hasta compulsiva.
 
Fue el comienzo de una constante devaluación de la moneda venezolana, al extremo que, si antes se daban 16 pesos por un bolívar, hoy, 27 años después, es necesario dar cuatro bolívares por un peso. Es bueno recordar aquí que desde el año 2006 hasta el 2008, las famosas tarjetas Cadivi (Comisión Administradora de Divisas) permitieron volver a comprar barato en Cúcuta a los venezolanos.
 
El péndulo

La vida es como el péndulo de un reloj, nos decía un profesor de filosofía. Y en la situación de la frontera colombo venezolana encontramos la explicación práctica de la sentencia. Hoy la mano de obra calificada ya no se desplaza  a Venezuela, sino que por el contrario, la que puede se regresa, porque no es negocio ganar bolívares.
 
Antes llegaban artesanos de todas las especialidades quienes sabían que iban a obtener un buen ingreso como pago de sus servicios. En el sector del agro los recolectores de café, labriegos, cuidadores de fincas, arrieros y ordeñadores se contaban por miles. Casi todos se devolvieron a su país de origen, Colombia. Muchos de ellos que obtuvieron sus ahorros adquirieron en sus lugares de origen parcelas para seguir en el campo disfrutando de una mejor vida.
 
Antes, en cualquier hogar de clase media tachirense, se encontraba una doméstica colombiana. Hoy es un verdadero lujo tener una servidora de estas porque en el más alto porcentaje se regresaron a su país.
 
En sentido inverso

Ahora bien, muchos jóvenes profesionales venezolanos, principalmente especialistas en minas, ante el éxodo producido por el cambio de vida, escogieron como destino Colombia, en donde hoy, por cierto, cumplen con una tarea de mejoramiento en la producción de los pozos de petróleo.
 
Claro que buena culpa de esta situación obedece a los cerca de 22 mil trabajadores que fueron despedidos  de la empresa estatal Petróleos de Venezuela SA, PDVSA, luego de una huelga nacional en diciembre de 2002.
 
Ahora, son los venezolanos quienes se ven en la necesidad de ganar en dólares y enviar apoyo económico a sus familias, para subsistir en un país en donde el ingreso es muy bajo debido al deterioro del bolívar, el que por cierto fue modificado en su estructura al eliminársele tres ceros. Un bolívar de hoy equivale a mil bolívares de los anteriores.
 
No han visto a Dios

Si bien es cierto que Colombia y Venezuela estarán unidas por siempre, el Táchira y Norte de Santander son dos hermanos siameses: se necesitan para vivir el uno del otro.
 
La actividad comercial entre las dos regiones ha sido tal, que incluso se dice que es la frontera más viva o “más caliente” de América Latina. Y es que, realmente, nos necesitamos recíprocamente. Comida, vestido, calzado y servicios en general son, del lado tachirense, esenciales para su subsistencia  y, para el Norte de Santander, resulta fundamental que los tachirenses  los adquieran en Colombia.
 
Cuando el gobierno venezolano congeló las relaciones comerciales con Colombia, por desavenencias entre los dos presidentes, la frontera se deprimió. Escasearon los productos colombianos del lado venezolano y éstos ya no quisieron ir a comprarlos a territorio colombiano.
 
Creció el desempleo en el eje fronterizo de San Antonio y Ureña y muchos establecimientos comerciales, así como empresas industriales, cerraron o disminuyeron drásticamente su producción. Se hicieron grandes esfuerzos en territorio venezolano para tratar de convencer al gobierno de lo nefasto de la medida, pero otros intereses se impusieron a los clamores por la devolución de su verdadera identidad.
 
Esta zona ha sido siempre una moneda con dos caras. Los compradores venezolanos hacen lo imposible por comprar al otro lado de la frontera y no siempre es por las bondades que deja el cambio. Una de las razones fundamentales para esto es la calidad de la producción colombiana, reflejada desde los insumos para el agro, hasta la construcción de la más compleja  pieza de repuesto para todo tipo de maquinarias. Hace un tiempo y, para tratar de significar la capacidad de los colombianos a la hora de producir, un joven ingeniero venezolano, a quien le hicieron una pieza para salvar un motor dijo: “los colombianos no han clonado a Dios porque no lo han visto”.
 
Compre venezolano

Recién apareció el Diario La Nación en el periodismo venezolano (1969) su Editor José Rafael Cortés, con el sano nacionalismo de lograr que los venezolanos compraran en San Cristóbal, adelantó una campaña en la que alertaba a sus lectores de los peligros de bajar a Cúcuta.
 
Fue tal la intensidad de la campaña que un grupo de colombianos notables, entre los que se destacaban empresarios, comerciantes, industriales y profesionales constituyó una asociación que se denominó “Comité Permanente de la Colonia Colombiana”, la cual instituyó una condecoración para imponer cada 20 de julio.
 
La distinción se dividió en dos: “Venezolano excelso amigo de Colombia” y “Colombiano que hace honor a su Patria”. Esta última en su primera entrega fue otorgada a Don Arquímedes Cortés, padre de José Rafael, un colombiano llegado al Táchira en la segunda década del siglo XX y que procedía de su nativa Pamplona.
 
La estrategia dio el resultado esperado y la campaña se acabó. Don Arquímedes fue un hombre muy apreciado en la sociedad tachirense y, como dato especial, nunca se naturalizó venezolano.
 
Un constante ir y venir

El tránsito entre San Cristóbal y Cúcuta, entre Norte de Santander y el estado Táchira ha sido permanente. Los tachirenses, así como venezolanos de otras regiones han ido siempre a recibir educación en Cúcuta, Pamplona y otras localidades del departamento y más allá de él.
 
Una de las tragedias que más conmovió a los cucuteños en el año de 1967 fue el accidente que sufrió un bus escolar que cayó de un pequeño puente en la carretera Cúcuta - Pamplona. Murió un grupo numeroso de niñas que estudiaban internas en Bochalema. La mayoría eran de nacionalidad venezolana.
 
Venezolanos con suficientes recursos económicos iban a Cúcuta al odontólogo y a otras especialidades médicas. Y de Cúcuta venía gente de limitados recursos en busca de atención médica a hospitales tachirenses donde se la suministraban gratuitamente.
 
Afluencia de compradores

Dijimos antes que en el tiempo de las “vacas gordas”, los venezolanos acudían masivamente a comprar bienes y servicios a Colombia. Hoy, la diferencia cambiaria ha establecido que las compras masivas las realicen los colombianos en el Táchira.
 
Con un bolívar tan barato, es negocio desplazarse a Venezuela por productos alimenticios, medicinas, electrodomésticos y otros bienes. Hubo un momento en que los cucuteños venían en grandes caravanas o en viajes chárter sólo para comprar, pasear y comer en restaurantes.
 
La afluencia bajó un poco cuando se dijo que había un “contrabando de extracción”, ya que se llevaban  comestibles que estaban subsidiados por el gobierno venezolano. En no pocas ocasiones los anaqueles de los supermercados de San Cristóbal  estaban desocupados, pero los sitios en donde se expenden productos de contrabando en Cúcuta, mantenían una elevada existencia
 
La gasolina

El alza petrolera estableció un nuevo mercado de contrabando y éste muy explosivo: la gasolina. En la frontera del lado colombiano apareció el gremio de los “pimpineros” que expenden el combustible, muy por debajo de los precios que tiene el mercado colombiano. Este contrabando ha ocasionado graves inconvenientes a los usuarios del Táchira que han visto mermada la entrega de gasolina por parte de PDVSA pero que sigue llenando las pimpinas de los comerciantes informales del producto. Todo el mundo sabe cómo pasa el contrabando hacia Colombia, pero nadie se atreve a hablar.
 
El mercado del combustible está tan arraigado, que cuando se extreman las medidas para evitar el paso que sigue siendo ilícito, el gobierno colombiano se ve precisado a fijar tarifas menores que en el resto del país para los dueños de automotores de Norte de Santander. Además, los ‘pimpineros’ que tienen el oficio como su sustento de vida han pedido la reubicación. Es, en definitiva, un problema social.
 
Intercambios

Los intercambios culturales y deportivos son permanentes en la frontera de los dos países. Ha habido gran influencia de Colombia en el quehacer  de eventos y espectáculos. La Feria de San Sebastián es copia al carbón de la Feria de Cali. La Vuelta al Táchira nació como réplica de la Vuelta a Colombia. De hecho, los primeros ídolos en ese deporte en el Táchira fueron los colombianos Martín Emilio “Cochise” Rodríguez, Álvaro Pachón Morales y Miguel Samacá, entre otros.
 
La música ha tenido una penetración tal que el vallenato copó los gustos populares y desplazó a aires venezolanos o de otros países latinoamericanos. Con frecuencia los principales cantautores de este género llenan los sitios en donde son presentados.
 
Férrea amistad

Colombia y Venezuela han mantenido una gran amistad, con pequeños altibajos, a lo largo de la historia. Siempre ha existido el respeto y el afecto. Los presidentes colombianos, en su momento, visitaron a San Cristóbal y el Táchira. Alberto Lleras Camargo, Guillermo León valencia, Carlos Lleras Restrepo, Belisario Betancur Cuartas y César Gaviria Trujillo, estuvieron en San Cristóbal.
 
Hoy las relaciones han descendido al mínimo nivel, después que el Mandatario venezolano las congelara, lo que vino a convertirse en un bloqueo al fluido comercio, que creció hasta mediados de 2009.
 
Pero un día, ojalá más temprano que tarde, volverán a ser tan dinámicas como antes. Todo lo que hoy se vive en la frontera forma parte de los vaivenes que da la vida que son un ir y venir, como el péndulo del reloj.
 
Corolario

En los últimos cincuenta años, los cambios han sido drásticos y notorios, pero todos fundamentados en la parte económica.

Hechos Históricos

·         Inauguración, por parte de los presidentes Alberto Lleras Camargo y Rómulo Betancourt, del puente Simón Bolívar sobre el río Táchira  24 de febrero de 1962
 
·         Banquete en honor del presidente Guillermo León Valencia por el Presidente Betancourt en el hotel Tamá. Firman Acta de San Cristóbal 7 de agosto del 63.Varios acuerdos de cooperación
 
·         Presencia del Ministro de Obras Públicas de Colombia, Virgilio Barco, en la inauguración del Viaducto de San Cristóbal 11 de octubre del 60
 
·         Asistencia del Canciller colombiano Julio César Turbay al cuatricentenario de San Cristóbal 8 de abril  del 61. Con el presidente Betancourt caminó más de un kilómetro desde la plaza Bolívar hasta la Redoma del Educador
 
·         Los presidentes Carlos Lleras Restrepo y Raúl Leoni, se reúnen para la inauguración del Puente en El Amparo el 20 de septiembre del 67. Dentro de los acuerdos de cooperación que se firman hay uno que se relaciona con la defensa que deben asumir los dos países frente a la amenaza comunista de Cuba
 
·         Inauguración del parque de la Confraternidad Colombo-venezolana por los presidentes Belisario Betancur y Luis Herrera 7 de julio del 83
 
·         Los presidentes Betancur y Herrera inauguran el Museo de Arte Vial de San Antonio del Táchira y sostienen una reunión en el hotel Aguas Calientes 21 de enero 84
         
·         Los presidentes César Gaviria y Carlos Andrés Pérez realizan la Cumbre en el hotel Tamá el 6 de agosto de 1991
 
·         El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Felipe Herrera, preside una reunión colombo venezolana en el que los dos países firman un acuerdo de integración
 
La visita del presidente Rafael Caldera a Colombia se produce entre el 5 y el 8 de agosto, cuando el mandatario venezolano viaja a la conmemoración de la Batalla de Boyacá 7 de julio del 69


Recopilado por : Gastón Bermúdez V.




domingo, 18 de marzo de 2012

145.- LOS CENTROS LITERARIOS DE AYER

JORGE ENRIQUE BAEZ VERA



“Señorita , busté que es tan léida
hágame una carta
que paresca que es echa de éllos
y creiga la vieja que ésos se la mandan.
Yo solo, me aguanto,
pero es que la pobre ya desta no pasa,
y yo quiero llevarle consuelo
mas que sea engañándola.
Ya otras veces he echo lo mesmo
para que el abandono no me la matara,
pero ora se muere y ésta ya es la última…
ya naide la puede sacar de la cama.
Que le diga qellos tan muy ocupaos
y que los perdone por tanta tardanza;
que ya pronto vienen,
que se ponga buena pa éllos llevarla;
y endespués….”
En océanos de llanto
los ojos naufragan,
y es estrecha la cárcel del pecho
para éso que salta,
que se anuda al cuello
y que nadie sabe si es músculo o alma.


Escrito por: OFELIA VILLAMIZAR BUITRAGO (Villa Sucre, Arboledas, N. de S.)



En estos días llego a mi buzón, un correo electrónico, no e-mail, de mi primo Jairo, en el que me adjuntaba un archivo de voz, con un mensaje que decía:” Deseo compartir con todos Ustedes esta hermosa poesía HAGAME UNA CARTA, de la poetisa OFELIA VILLAMIZAR BUITRAGO, quien la compuso en el año 1954, cuando se desempeñaba en la administración del ESTANCO (venta de licores) del Municipio de Durania, su hermana Silenia era la encargada de la oficina del correo Nacional, todos los domingos que era el día en que los campesinos bajaban al pueblo hacer mercado, llegaba uno de ellos al correo, preguntando por una carta, ese detalle le sirvió a la poetisa para inspirarse y hacer tan bella poesía. La declamación es del Indio Rómulo.” 

Oyendo al Indio Rómulo,  el texto que  trascribo al inicio, vinieron a mi mente, años de colegio, los que hace muy poco había rememorado con CAUDEX VITELIO, ( sí, así se llama, este competente y culto ingeniero de CORPONOR) en tertulia vía chat, en la cual hablando de lo divino y humano, habíamos llegado a los CENTROS LITERARIOS, jornadas que en la clase de español, estaban dispuesta por pensum para rendir culto a nuestra lengua y sus diversos géneros literarios, pero que nosotros, convertíamos en recocha viva, disfrazada de prosa y poesía, honor y mérito, a David Becerra….”Chispas”… nuestro profesor de español en el Corsaje, y que con paciencia infinita, trató durante años , que estas jornadas, cumplieran su loable objetivo, y que aún, están en nuestra mente, y que evocamos con nostalgia, a la vez que recordamos con cariño a ciertos compañeros que por sus dotes descollaban en estos segmentos de cultura.

En el CENTRO LITERARIO, que se desarrollaba cada ocho o quince días, y que eran conducidas por una mesa directiva, tenían casi siempre el mismo orden del día…Himnos Nacional, Del Norte, lectura del acta anterior, Lectura de un pasaje del Quijote  o cualquier otra obra, Biografía de un autor castellano, Sección de Humor, que eran los clásicos cuentachistes, y de cuando en vez… una parodia de un radioperiódico…con noticias del colegio y salón , pero en forma burlona…en fin ,eran muchos los recursos para llenar los cuarenta y cinco minutos de clase en una jornada artística y cultural.

Lo que nunca podía faltar en el CENTRO LITERARIO, eran las poesías populares, declamadas por uno o dos compañeros que desde primero, se ganaron ese puesto en el salón, y que durante toda nuestra vida escolar, nos acostumbramos a oír, y a no creer en sus lágrimas, que eran más copiosas en los actos solemnes de la última semana de mayo, con los cuales, celebrábamos el día de la madre y el Mes de La Virgen.

Decía el Secretario del CENTRO LITERARIO….quinto…poesía….y caminando muy serio, y cabizbajo y solemne, salía al frente del salón, el hoy candidato a DOCTOR, y muy destacado ingeniero y eximio profesor de la UFPS,  ALVARO ORLANDO PEDROZA ROJAS,  entonces un frágil muchacho, imbuido en el papel de narrador…..y muy serio y circunspecto empezaba:

Qué cómo fue señora….?
Como son las cosas cuando son del alma.
Ella era muy linda y él era muy hombre,
y yo la quería y ella me adoraba.
¡Pero él!, hecho sombras se interponía
y todas las noches junto a su ventana,
fragantes manojas de rosas había
y rojos claveles y dalias de nácar

El salón en silencio sepulcral y respetuoso, la primera vez, que en primero de bachillerato, y así a lo largo de seis  años,  la escuchaba , se conmovía con esa noticia judicial  -crónica roja en verso-  digna de El Bogotano de hace unos años, pero convertida en pieza literaria, por obra y gracia, de los directivos del CENTRO LITERARIO, con la complacencia de los profesores de turno, que no consideraba dignos de escuchar a Benedetti o Neruda, por aburridos o a León De Greiif, por inentendible,  y que preferían estas páginas judiciales, como más aptas para un público juvenil, ansioso de acción.

En Sexto bachillerato, nos sabíamos  ya de memoria todas las interpretaciones de Alvarito Pedroza, que por cierto, eran cada vez mejores, y que hoy aún rememoramos con respeto y cariño…porque …hay ¡ …que pantalones ¡ , que personalidad ¡ y que coraje ¡  hay que tener, para pararse ante un auditorio de 32 mamadores de gallo, callarlos con un  carraspeo y Hmmmmm, y hacerlos oír en silencio y respeto , la confesión de un aleve asesinato, elevado a poesía

Y tuve celos de aquel que moría
y aún muriendo la amaba.
La sangre cegó mis pupilas
y el machete en la mano
temblome con rabia.
Lo hundí en su pecho,
con odio y con furia.
Rasgué su carne buscándole el alma…
porque en el alma se llevaba mi hembra,
y yo no quería que se me la llevara

Crimen este, que era premiado con sonoro aplauso, y un bravoooooo. El Mono Jojoy era un boy-scout al lado de este tipo.
Antes no fuimos peores. Si en nuestra etapa de formación humana, el vil asesinato era poesía y los cachos eximentes del dolo homicida. Y que tal la justificación del alcoholismo infantil…. cuando oíamos más de una vez,   al Dr. Pedroza, muy serio recitar:

Un día frente a mi rancho me apeo,
de adentro me llegó un ruidaje como de risas, llanto, pataleo,
Algo más negro qu’el ojo ‘e mi caballo cruzó por mi cabeza,
y de una patada eche abajo la puerta ‘el rancho,
y en el suelo, revolcandose en convulsiones,
y con la boca llena ‘e baba como pica’o por una víbora,
estaba m’hijo, m’hijo estaba el suelo,
asusta’o miré pa’ tuitos la’os y sobre la mesa,
estaba el frasco ‘e guaro completamente vacío,
lo alce, levantando la mano pa’ castigarlo,
le dije ¿Por qué has toma’o?¿Por qué has toma’o hijo de una gran?
¿Por qué has toma’o?,
y mi pobre hijo dando los ojos vuelta por el espanto me dijo
-No me pegue, no me pegue papasito, no me peque,
yo he toma’o, yo he toma’o, yo voy a seguir tomando,
yo voy a seguir tomando porque quiero verla,
quiero verla a mi madre como uste’ la ve.
-Comprenden ¿POR QUÉ NO TOMO MÁS?!!!

Los CENTROS LITERARIOS, eran eximentes de asesinatos por celos pasionales, de alcoholismo infantil y hasta de diván siquiátrico servían, o si no que opinan de esta receta que le da un médico a  su deprimido paciente:

Toma hoy por receta este consejo que viendo a Garrid podéis curar
A Garrid ? A Garrid ?
Si! Qué os asombra tanto? Si la más remisa y austera sociedad lo busca ansioso. Tiene una gracia típica asombrosa y todo aquel que lo ve, muere de risa.
A mi me hará reír? A mi me hará reír?
Si, yo le juro.
Si es así – dice el enfermo – no me curo. Yo soy Garrid. Cambiadme la receta.

Muchas fueron, las jornadas judiciales-literarias-siquiátricas que presenciamos en los CENTROS LITERARIOS, y hoy día, las rememoramos con nostalgia, ya que en ellos , algo se aprendía, pues al lado de estas crónicas rojas que le daban al toque de acción a los CENTROS LITERARIOS, en ellos , al menos oímos hablar de Miguel Cervantes, Azorin, Rafael Pombo, Tomas Carrasquilla, supimos de las Odas, las epopeyas, las novelas, los sonetos, las rimas, las fabulas y demás temas afines, que al menos nos impedían hacer el oso , que hizo un bachiller 2010, cuando le preguntaron si sabía quién era Mario Vargas Llosa y muy serio respondió : “…reconocido  futbolista uruguayo…”, no acertó ni la nacionalidad el pobre…

Y qué tal si terminamos con esta, que en voz de Álvaro Orlando Pedroza Rojas era CARTAS DE MUCHOS,  pero, que hoy podríamos  ser el clamor de un sufrido usuario del régimen de salud y su: CANTO A LAS EPS’s


Hermanito de mi vida perdóname esta aflojada
Mi saludo es un pañuelo
Voy a decirte adiós en mi carta
Yo no sé que me ocurre…, ni se que me pasa
Me tiro del catre al suelo me hecho en el catre de espadas
Quiero llora’ y no puedo,
Quiero respirar
Y me ahogan estos nudos misteriosos que las amarguras atan
Estoy solito en mi rancho
Me he queda’o solo en las casa
Ladran los perros afuera
Como si i’bieran fantasmas
Y alumbran mis pensamientos
Candiles de luces malas.
Te acordas?
Te acordas? De mi Justino,
el pobre hijito de mi alma
Ocho años, mi nombre tenía
Y despertó una mañana
Con los ojos escondidos
Y el cuerpecito echando llamas.
¡Me muero tata¡- me dijo
¡me muero mama¡- gritaba
tengo una sed de martirio,
siento un fuego que me abrasa.
Léame las cartas tita
agua!, agua!, agua! mama
agua!, agua!, agua! tata
volé en mi caballo al pueblo,
Siete leguas de distancia,
Siete puñales de punta,
metidos en la garganta
Y el grito de m’hijo adentro:
De ¡agua mama¡ ¡agua tata¡
Le explique al doctor el caso,
Se sentó en la retranca,
Que el camino era muy fiero
Que se iba a quedar en llantas
La ciencia no es del pueblo
La ciencia no es de los pobres
La ciencia no anda a caballo
Y por esos mesmos caminos
‘onde los médicos no andan
cruza al galope la muerte
va y viene la desgracia
Me hizo dar en la botica,
Un frasco de limonada
Y que trujese al enfermo
Cuando la fiebre pasara.
Volví!
como vuelve un pobre en iguales circunstancias
El corazón en la boca
Y la tristeza en el alma.
El médico no venía
No por que fuese tan mala senda
que va a mi rancho
sino porque me faltaba!
me faltaba! Con que pagarle!
Con que pagarle a la ciencia
7  leguas de distancia.
La fiebre duró poquito
Se le acabó una mañana,
Entre un cantar de sorsales
Y el suave clarear del alba,
La madre abrazada a su hijo
Mi hijo la frente helada…
Y yo sin voz ni presencia,
parado al pie de la cama
Poco después de enterrarlo,
comenzó a turbar Juana
Se lo pasaba Llorando,
Se lo pasaba callada
Se lo pasaba riendo
Con los ojos en el aire
Con los brazos avanzados
Lo mesmo que se acunara contra su pecho
una criatura dormida
ansí se me fue!
ansí se me fue! la pobre
ansí la tierra la guarda
con los brazos sobre el seno acunando
mis desgracia
Estoy solito, estoy solito en mi rancho,
Me he quedao’ solo en las casas,
Ladran los perros afuera
Como si i’bieran fantasmas
Y alumbran mis pensamientos
Candiles de luces malas.
Hermano, hermano,
Habla por mi, habla por mi si mañana
dicen que soy un bandido,
un mal hombre, sin entrañas…
j’ui cordero y me hacen puma,
j’ui buey y me puesto garras.
Haaaaaaaaaaaaaaa!,
Que pronto que viene el día!,
Si es cierto que hay un dios
Que corte el alba, que corte el alba y ese grito,
ese grito, de agua
¡agua mama! agua!, agua!, agua tata!



Recopilado por : Gastón Bermúdez V.

viernes, 16 de marzo de 2012

144.- LA BATALLA DE CUCUTA...DE CUCUTA PARA REIRLA


Gustavo Gómez Ardila


NOS HACEMOS PASITO

Las peleas entre miembros de una misma familia suceden muchas veces. Hermanos que no se hablan. Suegras que detestan a los yernos. Cuñados a punto de matarse. Padres que desheredan a algunos hijos. Primos que ni se miran. Y sucede con más frecuencia de lo que uno se imagina.

En política también sucede. Sé de hermanos que militan en grupos políticos diferentes. Algunas veces, por táctica de estómago. Para conseguir puestos con sus respectivos jefes. Otras veces, por convicción política. Y por lo menos durante el tiempo de campaña, las relaciones fraternales se marchitan.

Simón Bolívar y Ramón Correa, respectivos comandantes de los ejércitos patriota y español, que se enfrentaron en la Batalla de Cúcuta, eran hermanos de leche. Habían mamado de los mismos senos de la misma mamá sustituta. Sustituta. Eso dicen. Otros dicen que eran cuñados. Hermanos políticos. Que la mujer de Correa era la que había mamado de los mismos senos que Bolívar.

Por aquellas cosas del destino resultaron en bandos contrarios, pero consta que no eran enemigos personales. De modo que no es raro que la noche del 27 de febrero se hubieran llamado por celular para saludarse y desearse suerte al otro día.

Nos vemos en la Loma mañana, hermano -debió decirle el uno al otro.

Bueno, pero nos andamos pasito, ¿no? -debió contestarle el otro al uno.
Tranquilo, hermano. Además hay que terminar rápido la furrusca porque en Cúcuta están en carnavales y hay que ir a la rumba.

- Listo, hermano.

Chao. Saludos.

- Una cosita, Moncho -debió decirle el coronel Bolívar, antes de que se le acabaran los minutos-. No olvides que yo debo ganar la refriega, porque sonaría muy feo que el barrio tuviera que llamarse la Loma de Correa. Y los colegios no irían los 28 de febrero, hasta la Columna de Correa. Ni los académicos, que, de por sí, son bastante perezosos para estas subidas patrióticas.

Me la pones peluda, Simoncho, porque mis jefes se van a cabrear. No olvides que ahora todo el mundo pide resultados, !resultados!

Hermano, te juro que en otra oportunidad te devuelvo el favor. Tú sabes que yo cumplo mis juramentos. Arrieros somos y en el camino andamos, como dice la canción, ¿vale?

Pudo o no haber sucedido el "arreglo" entre los dos 'parientes. Lo cierto es que los ejércitos se enfrentaron ese domingo, 28 de febrero. Correa estaba en Cúcuta y Bolívar venía de Urimaco.

 El zafarrancho se armó desde temprano pues Correa le salió al paso a Bolívar, que, en silencio y sin prender ni un fósforo, había llegado la noche anterior a una de las lomas del occidente de la ciudad. Un poco más de dos horas duró el combate. Los realistas comenzaron ganando, pero, como sucede en los partidos de fútbol, no siempre el que abre el marcador es el vencedor final. Vino el empate y, sin necesidad de meterle tiempo adicional ni de ir a tiros penales, Bolívar se alzó con la victoria cuando ordenó atacar por los flancos a bayoneta calada.

Dos soldados patriotas muertos y 12 heridos fue la cuota de sangre que pusieron los nuestros, en tanto que la de los españoles fue de 20 muertos y 40 heridos. ¡Poca cosa!, dicen los que miden la importancia de las batallas por el número de muertos.

SOL, AGUA Y BURRA

La historia destaca algunos héroes de la batalla. Además del coronel Bolívar, aquel día se hicieron sentir el teniente José Concha, el capitán Virgil, el mayor Juan Salvador Narváez y el coronel José Félix Rivas.

La historia, en cambio, poco menciona a Eugenio Sosa, un muchacho de 20 años que, desafiando balas, pedradas y bayonetas, repartió agua a los soldados de Bolívar.

Sosa era hijo del señor Sosa, a menos que hubiera sido hijo ilegítimo, o natural como se decía antes. No se conocen los nombres de sus padres, ni de sus hermanos. Ni siquiera el de la burra, su animal de trabajo, con el que recorría todos los días, la ciudad, de arriba abajo, cargando agua para vender o haciendo otros mandados, si era necesario.

Cuando las Empresas Municipales o la EIS decidían efectuar racionamientos de agua en algunos barrios, era Eugenio Sosa el que, en su burra, los surtía del "precioso líquido". En calabozos llevaba agua desde la toma y la vendía o la cambiaba por algún plato de comida.

A aquellos sectores donde no entraban los carrotanques, entraba la burra de Sosa. De modo que Eugenio era parte importante de la comunidad, casi imprescindible.

Pero no sólo llevaba agua. Si alguien necesitaba enviar algún recado urgente a otro barrio, o una encomienda, o un Alka Seltzer que fuera, bastaba con llamar al servicio de domicilios Sosa. Volando, al paso de la burra, llegaba y hacía la diligencia.

El muchacho sabía de la importancia de sus servicios y por eso nunca se hacía del rogar. Si sucedía alguna demora, era por casos fortuitos o causa mayor, como la caída de una herradura de la burra o el encuentro con algún asno turista. Los burros lugareños no daban lugar a retardos.

Pues bien. Con ese perfil, Eugenio Sosa y su burra entraron a la galería de los héroes de nuestra independencia. Alguien le comentó al joven que en la loma iba a haber jaleo, pues había visto paso de soldados realistas, camuflados y armados hasta los dientes, hacia la colina donde, ya se decía, acampaba Bolívar.

Por primera vez en su vida, Eugenio tomó la determinación de no hacer mandados ese día. Se iría a la loma y se pondría, junto con su burra, a disposición de los patriotas.

Dicho y hecho. Subió y vió que el sol mañanero era bravo. - Agüita para mis soldados -dijo, en una frase memorable, que después le copiaron algunos de la televisión.

Repartía agua en jícaras. De la infantería iba a la caballería; de la caballería a la artillería; de la artillería, a la fuerza aérea; de la fuerza aérea a la armada. A los jefes, a los ordenanzas, a los músicos, a los soldados rasos.

Se vaciaban los calabazos y volvía a la toma. Subía y bajaba.

Cuando, después de la batalla, Bolívar lo felicitó y le propuso darle la Cruz de Boyacá por servicios prestados al Ejército Libertador, Sosa le dijo en un gesto magnánimo -que dejó al descubierto su amor por la patria y por su burra-:

- Mi coronel, condecóreme a la burra, que aquí se queda. Yo, en cambio, quiero seguir con usted.

Y se enroló con los patriotas. Sin la burra. Parece que los historiadores le perdieron el rastro al recluta Sosa Eugenio, y a la burra. Nunca más volvieron a hablar de ellos.



Recopilado por : Gastón Bermúdez V.