PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

viernes, 18 de enero de 2013

318.- EL CRIMEN DE LAS SEÑORITAS BARROSO

Gerardo Raynaud


Agonizaba 1968, año de múltiples vicisitudes, cuando sucedió un hecho que sacudió aún más las fibras de la sociedad local. Las hermanas Isabel y Amira Barroso, unas ancianas señoritas, fueron vilmente asesinadas en su humilde residencia identificada con el número 5-39 de la calle quince, a escasos metros del centro de la ciudad. Era el viernes 18 de octubre y un mensajero de Telecom, que ocasionalmente entregaba telegramas que le enviaban sus parientes, se extrañó que a esa hora, las 4:30 de la tarde la puerta de la calle  estuviera entreabierta, pues sabía de los temores que las ancianas tenían y por eso mantenían siempre la puerta con llave y trancada desde el interior. Dicen las crónicas que el mensajero tuvo una inquietante sospecha y por lo tanto, se asomó temeroso y vio con consternación la dantesca escena. Despavorido corrió hasta el DAS que entonces quedaba en la calle 17 entre segunda y tercera a relatar lo que había visto. De inmediato un par de agentes se desplazaron al sitio de los acontecimientos, no sin antes advertirle al pobre mensajero que quedaría a la orden de la institución, como sospechoso, situación que por esa época era de común ocurrencia y que era la razón por la cual, muchos se abstenían de avisar o denunciar actos ofensivos.

A su llegada, los detectives se encontraron con una pequeña habitación, escenario del crimen, reguero y destrozos, cosas rotas casi inservibles y el cuerpo de Isabel, de 65 años, tendida sobre la cama y el de Amira, en el suelo. Al parecer habían muerto de asfixia y se avizoraban claros indicios de violencia morbosa; al principio se pensó que había sido un crimen por codicia, pues se rumoraba que las ancianas señoritas almacenaban cantidades de dinero, joyas y otros valores. De acuerdo con las primeras pesquisas, se determinó que los delincuentes habían accedido a la morada por un muro posterior, pues encontraron pisadas y un matero roto en el patiecito que colindaba con su habitación y después de su criminal acto, salieron a la calle por la puerta principal. Muchas versiones circularon sobre la muerte violenta en el sentido de que no fueron ladrones profesionales de grandes ejecutorias, pues parece que no sabían tras de qué iban y es posible que la muerte, pudo no ser necesariamente el robo y quizás, por el tiempo prolongado que estuvieron amordazadas se haya producido su deceso. También se especuló sobre la posibilidad que pandillas juveniles hubieran intervenido en el suceso, pero esta hipótesis fue descartada prematuramente por la autoridad alegando que éstas no habían llegado a cometer aún, este tipo de fechorías. Al principio no se pudo establecer si había dinero en la habitación, pero las autoridades argumentaron que un golpe de estas proporciones no se ejecuta para salir con las manos vacías.

Pero, ¿quiénes eran las señoritas Barroso? En algunos sectores de la ciudad, se señalaba a las ancianas como personas adineradas pero avaras. Provenían de una familia de acaudalados comerciantes en el ramo de la actividades farmacéuticas, pues habían sido propietarios de las boticas Barroso, Blanco y la Cucuteña, las que habían funcionado años atrás, pero que después de algunos periodos difíciles tuvieron que cerrar sus puertas. Se pudo establecer que sus padres les dieron una esmerada educación, incluida la educación musical, para lo cual adquirieron un piano de cola, importado de Europa a comienzos de siglo, pero que pasada la guerra civil de los Mil Días, la familia vio menguada su fortuna y tuvieron que vender sus pertenencias paulatinamente para poder sobrevivir, incluyendo el famoso piano. Las colecciones de arte francés, varias porcelanas italianas Cappo di Monte, unas piezas de cristalería de Bohemia y otros lujos refinados fueron vendidos por la familia a precios irrisorios. Sin embargo, Isabel y Amira continuaron sus estudios y alcanzaron a diplomarse como Maestras Normalistas, profesión que desempeñaron con orgullo la mayor parte de su vida, pues al momento de su muerte, gozaban de su respectiva jubilación. A pesar de tener asegurada su pensión, las distintas circunstancias que en ese momento vivía el país, no les garantizaba a los retirados, un transcurrir digno, ya que en muchas ocasiones las mesadas no llegaban oportunamente.

Tres días después, se practicó la inspección judicial por parte de la jueza Séptima Penal Municipal, la doctora Perla Betty Vélez de Prada. Recordemos que esta misma jueza murió de manera violenta, tras un atentado, que no tuvo relación con este caso, varios años más tarde. En esa detenida inspección ocular se encontró en un envoltorio, que habían disimulado siete monedas de oro que tenían un valor aproximado de $3.000 y una multitud de documentos que arrojaron luces sobre la personalidad, la historia y los problemas que aquejaban a las víctimas. Después se pudo establecer que las hermanas Barroso no poseían bienes de fortuna y que sus problemas económicos se hacían cada día más angustiosos. En sus últimos días, vivían de los auxilios de sus familiares con quienes mantenían contacto vía telegráfica, uno de cuyos mensajeros fue precisamente quien descubrió el crimen.

Durante toda esa semana se desarrollaron intensas pesquisas para dar con el paradero de los homicidas y ya al final de la misma, en una casa del barrio Gaitán, se encontró una apreciable cantidad de finas porcelanas, así como unas cartas de los familiares de las Barroso y un reloj de leontina. La dueña de la casa, una mujer de apellido Valencia se había enterado del crimen por la prensa y narró a los detectives que tres personas le habían solicitado que les guardara los objetos por unos días mientras regresaban de un viaje. Después de esta operación, los detectives pudieron identificar a los sujetos a quienes lograron apresar y develar lo sucedido. Los antisociales habían planificado el robo en una casa del Barrio Magdalena; fueron cuatro hombres y tres mujeres, entre ellas Edna Esther Correa conocida en los bajos fondos como la Negra Mónica quien fue la persona que relató con detalle los hechos. Una vez ultimados los pormenores, la banda salió de allí, con su buena dosis de mariguana en la cabeza, escalaron la pared posterior de la vivienda, amordazaron a las ancianas e iniciaron el saqueo.

Parece ser que las morrocotas halladas por la jueza, eran sólo una parte de una cantidad apreciable que fue sustraída.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.


miércoles, 16 de enero de 2013

317.- MOMENTOS CON YOLANDA LAMK DE ANGARITA



Luis Arturo Melo


Pisando los años 60 éramos unos adolescentes inmamables con sobradas razones. El entorno cultural nos motivaba, y -¡qué atrevimiento!-, en los centros literarios del colegio, posábamos de intelectuales biches.

No era para menos. Vivimos en tiempo real fulgores culturales. En el palacete de la Gobernación del Departamento de sus muros no colgaba como ahora propaganda política, ni pendones laudatorios al gobernante, sino cuadros de la nueva ola pictórica colombiana, de los monstruos sagrados: de Obregón, de Botero, de Grau, de Negret y Manzur y en los  pasillos las esculturas modernistas de Ramírez Villamizar. Los gobernadores de la época eran de talla intelectual como Eduardo Cote Lamus y la escala de valores diferentísima a la degradada actual.

En ese entorno conocí a Yolanda Lamk Valencia.

Yolanda estudiaba en el Colegio de las Bethlemitas recién fundado en la calle 11 entre avenidas segunda y tercera e integraban un combo de sardinas insoportables y burleteras con Marina Melo, Eumelia Arámbula, Nelly Mogollón, Zaide Quintero, Gladys Matamoros, Elisa Soto, Merceditas Téllez, entre otras. Yo era estudiante del Colegio La Salle y  contrarrestábamos sus agradables agresiones y burlas con actuaciones gregarias y de género con Polo Sosa, Alberto Rosal, Mario José Luna, Carlitos Villamizar y el Gordo Jaime Ramírez.

Golpe iba y golpe venía con las insoportables y todo dentro de la mayor cordialidad. Yolanda era líder y no obstante ser la menor del combo, vetaba y sacaba al que quería y luego en su nunca inacabable estrategia de gran conciliadora, con un abrazo o un gesto afectuoso recomponía el grupo. Era curioso pero sus mejores aliadas casi todas tenían su residencia a lo largo de la avenida tercera del barrio La Playa. Mi prima Marina Melo en la 17 y de ahí hacia abajo y hasta el colegio de las “Belemas” las demás.

Con ellas y mirándonos de lejos, vimos en el Teatro Santander el estreno de la magistral película La Guerra y La Paz de Tolstoi, en la versión dirigida por King Vidor, y El puente sobre el Rio Kwai de David Lean con Alec Guinnes y William Holden, cuya marcha musical tomaron desde entonces para algunos noticieros cotidianos de la localidad.

Ya hechos bachilleres todos, nos perdimos en ese peregrinar de la época por no tener en la ciudad una universidad. Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Manizales y Bucaramanga eran nuestros destinos académicos. Las amistades de crianza se fueron esfumando, las distancias y el tiempo crearon baches en el afecto común, y esa tendencia egoísta de nuestra idiosincrasia nunca dejó recomponer cercanías, que si lo fueran, construirían más identidad regional.

Sin embargo, Yolanda nunca dejó esfumar su capacidad de liderazgo, que era un don natural que adornaba con su autoridad moral. Un reencuentro con ella, era como iniciar una conversación suspendida ayer, así pasaran meses y aún años. La retomaba con la mayor naturalidad y con algunos amigos como yo, terminaba en el más cariñoso pero espectacular regaño.

El último que recibí, en el atrio de “La Canasta”, tuvo que ver con mi deserción goda y mi vinculación verde a la campaña de Anthanas. Premonitoriamente me advirtió el golpe verde que hace poco recibí. Así era Yolanda.

La lotería que se ganó  José Rafael su marido del alma, fue la bendición de Dios con la que lo arropó para siempre. A él y a sus hijos les entrego este agradable recuerdo, pues su vida fue siempre una canción a la alegría.






Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
 

lunes, 14 de enero de 2013

316.- EL CORONEL Y SU AMIGA

 
Gustavo Gómez Ardila



El estafeta entró a la tienda de campaña donde se encontraba el coronel y le entregó un sobre lacrado que acababa de llegar.

-¿De dónde viene? -preguntó el comandante.

-De Urimaco, mi coronel.

- ¿Quién lo envía?

-Es correspondencia secreta, mi coronel.

-Está bien, retírese.
 
Le sonaron las alpargatas al soldado al ponerse firme para obedecer la orden del Comandante. Bolívar se fijó en los rasgos femeninos de la letra, que en el sobre decía: “Para el coronel Simón José Bolívar y Palacios, comandante en jefe de los ejércitos patriotas”. Sonrió y procedió a leer el mensaje, escrito en una hoja de cuaderno: “Mi coronel: Los ejércitos españoles están acantonados en Cúcuta, al mando de Ramón Correa. Si usted apresura la marcha, puede sorprenderlos, pues este fin de semana están de carnavales en la ciudad y es posible que esos días bajen la guardia. Estoy loca por conocerlo a usted, mi coronel, pues me han hablado maravillas suyas. Le tengo preparada una sorpresa para después de que derrote a los españoles. Yo veré. El corazón me late apresurado por tenerlo cerca. Abrazos, Mercedes Reyes Ábrego”.

Bolívar llamó a su ayudante y le preguntó:

-¿Quién es Mercedes Reyes?

-Una costurera de Cúcuta. También le dicen Mercedes Ábrego. Es la que nos mantiene informados sobre los movimientos de Correa.

-¿Entonces es de confianza?

-Totalmente, mi coronel.

Era el viernes 26 de febrero de 1813. Los ejércitos patriotas habían acampado en el sitio llamado Mal abrigo, entre Ocaña y Cúcuta. El sábado 27 partieron de madrugada hacia la población de San Cayetano, a donde llegaron ya entrada la noche. Un nuevo mensaje de Mercedes Reyes Ábrego informaba que el camino hacia Cúcuta estaba despejado.  La orden del comandante fue tajante: “A la madrugada de mañana domingo partiremos en total silencio hacia Cúcuta. Entraremos por el cerro occidental. Repito: la marcha es en total silencio y sin prender fuego, ni linternas”.

Así fue. Cuando, aquel domingo 28 de febrero, el sol iluminó las lomas occidentales de Cúcuta, ya los patriotas estaban apostados  en lo alto. El despelote de los españoles fue intenso. El enemigo se les había metido hasta sus propias barbas. Como lo había dicho la informante patriota, Mercedes Ábrego, la soldadesca española estaba de carnavales y Bolívar los había podido tomar por sorpresa. A las carreras, más llenos de culillo que de coraje, los españoles llegaron a la loma, pero ya era tarde. En poco tiempo fueron vencidos y Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios sumó un triunfo más a los ya obtenidos a lo largo del río  Magdalena.

Después de la batalla, Bolívar y Mercedes Ábrego se conocieron,  se dieron  un patriótico abrazo y sucedió lo que tenía que suceder, es decir, Mercedes le regaló a Simón José Antonio una chaqueta bordada con hilos de oro, que el Comandante siguió luciendo en adelante en todas las entradas triunfales, después de las batallas.

Así quedó sellada aquella amistad entre dos grandes de la independencia granadina: El venezolano y la cucuteña. 


En octubre de aquel mismo año, el español Bartolomé Lizón ordenó pasar por las armas a la heroína cucuteña. Cuando Bolívar lo supo, algunas lágrimas asomaron a sus ojos. Esa tarde, Bolívar lució la casaca que Mercedes le había bordado.  “Mi coronel está como loco”, murmuró el ayudante. 





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.


sábado, 12 de enero de 2013

315.- EL DOCTOR HERNANDO VILLAMIZAR FLOREZ, DECANO DEL CUERPO MEDICO DE CUCUTA


Pablo Emilio Ramírez Calderón



A sus 93 años el doctor Hernando Villamizar Flórez, es un ejemplo de vitalidad; conserva la plenitud de sus facultades mentales, escribe, lee y maneja el computador con una habilidad asombrosa, consulta el Internet y envía y recibe mensajes como cualquier adolescente, que se chatea con todo el mundo, en forma permanente.

Muy ocasionalmente participa en campañas políticas ofreciendo su apoyo a candidatos, que estima son los mejores opcionados para servirle a la comunidad, como en la actualidad, cuando dio pleno respaldo a la candidatura a la alcaldía del doctor Donamaris Ramírez.

Nació en la cultural ciudad de Pamplona, el 31 de octubre de 1918. Estudió las primeras letras en el liceo San Tarcisio de la misma ciudad, donde aprendió a leer, a escribir, sumar, restar  multiplicar y dividir. El bachillerato lo cursó en el famoso Colegio Provincial de la misma ciudad donde se graduó de bachiller en 1937.

Por bus, único medio de transporte, en esa época, viajó a Bogotá donde estudió medicina en la facultad de la Universidad Nacional, de 1938 a 1943, y donde se graduó de médico y cirujano en noviembre de 1945. Se especializó en Obstetricia y Ginecología en el hospital San Juan de Dios de Bogotá y en las clínicas de maternidad Calvo y Pompilio Martínez de la capital del país, de 1944 a 1949.

Terminados los estudios de pregrado y de especialización, y hastiado del frío paramuno de la sabana de Bogotá, regresó a su terruño natal, pero por la misma razón climática se estableció en la calurosa capital Nortesantandereana y ejerció la profesión con reconocido éxito de 1952 a 1978.

Fue director del departamento médico de la Caja Nacional de previsión social de Norte de Santander; organizador de la clínica del instituto del Seguro Social de la cual fue su director y jefe del departamento médico del mismo instituto.

Fue socio fundador de la prestigiosa clínica Santa Ana de Cúcuta y socio de la clínica Norte de la misma ciudad. Está jubilado desde1979 y sus ratos de descanso los dedica a pensar, a filosofar, a leer, a escribir, a oir música, a trabajar en el computador, que maneja con gran propiedad, y a compartir con su digna esposa los éxitos y triunfos de sus seis hijos: dos médicos, dos abogadas, dos arquitectos y las travesuras de sus 15 nietos y 5 bisnietos.

Está felizmente casado con la distinguida dama santandereana doña Leonor Gómez de Villamizar y son sus hijos los doctores Eduardo Villamizar Gómez, prestigioso cirujano plástico, quien ejerce la profesión en la ciudad y en Bogotá. Hernando Villamizar Gómez, eminente médico pediatra neonatólogo, socio y ex director de la clínica Santa Ana de Cúcuta, catalogado como uno de los mejores del país, motivo por el cual fue elegido presidente nacional de la Sociedad Colombiana de Pediatría y después presidente de la Sociedad Latinoamericana de la misma especialidad, la cual atiende en toda Sur América.

Las abogadas son una gerontóloga, la doctora María Cecilia Villamizar de Machicado, esposa del doctor Jaime Machicado, especialista en ginecología, infertilidad y reproducción humana, y reconocido musicólogo, y mecenas del arte musical.

La doctora María Leonor Villamizar de Machicado, especialista en derecho administrativo, casada con el doctor Javier Machicado, abogado, quienes viven en Bogotá donde ejercen sus profesiones.

Los arquitectos son el doctor Ricardo Villamizar, muy conocido ejecutivo, y político, ex gerente del Instituto del Seguro Social y de la beneficencia de Norte de Santander; y el doctor Gabriel Villamizar, arquitecto de la Universidad Javeriana, especializado en París, y reconocido mago popularmente acreditado, quien ejerce su profesión en Bogotá, donde la alterna con sus habilidades de prestidigitador.


Un siglo de vida

El 31 de octubre de 2018, familiares del doctor Hernando Villamizar Flórez se reunieron en su casa para celebrarle los 100 años de vida con una misa. También compartieron una cena y alrededor de la torta le cantaron ‘cumpleaños feliz’.

Leonor Gómez De Villamizar y el doctor Hernando Villamizar Flórez.

El médico pedriatra neonatólogo Hernando Villamizar Gómez, la abogada María Cecilia Villamizar de Machicado, Margareth Clemons (Hermana de intercambio), el arquitecto Ricardo Villamizar Gómez, la abogada María Leoneor Villamizar, el arquitecto Gabriel Villamizar

Nietos de la familia Villamizar, bisnietos y sobrinos con sus respectivas familias.






Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

jueves, 10 de enero de 2013

314.- SE LEVANTO EL TELON DEL TEATRO ZULIMA


Celmira Figueroa y otra información


Fachada original del Teatro Zulima


Su historia

El cartel del Manto Sagrado aparecía pegado a la entrada anunciando la superproducción en cinemascope y tecnicolor. Con esa proyección se inauguró el viernes 17 de septiembre de 1954 el teatro Zulima. Abría sus puertas en esa época de oro, donde los teatros eran el eje central de las ciudades: allí se proyectaban películas, se hacía teatro, comedias, danza y música. Por eso fue dotado con elementos básicos, de alta calidad, para esas funciones.

La estructura inicial del Zulima la hizo una firma bogotana. No fue un estilo clásico sino a la manera como se hacían las grandes salas de cinemas, al estilo “Art deco”. Allí aún se encuentra un foso para orquesta y una pequeña tramoya a la usanza de los teatros de New York.

Ese día hubo lleno total, la entrada costo $ 5.00, este acontecimiento para la época significó un gran avance para el desarrollo de la ciudad de Cúcuta.

Las características de la edificación que eran innovadoras para la ciudad son las siguientes:

  • Aire acondicionado
  • Equipos para proyección Cinema Scope
  • Panorámica plano y vista Visión
  • Silletería americana
  • Sonidos: Stereophonico y perfecta visión
  • Grill Restaurant
  • Esplendida iluminación, sistema dimers
  • Escenario para espectáculos teatrales

La construcción del teatro estuvo a cargo de la junta directiva de la Beneficencia de Norte de Santander conformada por los siguientes personajes reconocidos en la ciudad para la época; Luis Felipe Ramón de la Lotería de Cúcuta, Gonzalo Rivera Lagüado Gobernador de Norte de Santander, Mario Esteban Aparicio Contralor Departamental, Ciro Chacón Hernández Director Departamental de Salud Pública, José del Carmen Acevedo Gerente Banco de Bogotá, Manuel Guzmán Parada, Pedro Silvio Martínez.

Después de la inauguración el teatro empezó una fuerte actividad cultural, donde era constante las obras teatrales, los espectáculos musicales y la programación cinematográfica.

El 17 de octubre de 1995 la Beneficencia del Departamento Norte de Santander y la Compañía de Teatro Cabaret de Cúcuta, firman un contrato de asociación para la presentación de espectáculos teatrales producidos por la Compañía Teatro Cabaret y su elenco de 19 con los cuales inicia la producción teatral con La Puta Respetuosa de Jean Paul Sartre, dirección de Edgar Bello en 1996. En noviembre de 1999, la compañía Teatro Cabaret deja sus actividades culturales en el escenario Cucuteño.

Uno de los eventos importantes en los cuales el Teatro Zulima prestó su escenario, fue el Festival Internacional de Teatro Universitario Ciudad de Cúcuta, el cual se desarrollo por 8 veces desde 1991 hasta 1999.

En el año de 1998 la empresa Royal Films alquila este espacio con el propósito de proyectar las películas que la industria cinematográfica promocionaba en la época, la estadía de esta compañía cultural duro hasta el año 2001.

Desafortunadamente para la cultura en la ciudad, el Teatro Zulima se sumergió en el abandono y fue en el año 2005 cuando la Fundación Cerámica Italia se interesó por el rescate de este centro cultural, para lo cual fue entregado a dicha organización en contrato de comodato por la Beneficencia de Norte de Santander, entidad administrada por la Lotería de Cúcuta, bajo el proyecto "Recuperación y Restauración del Teatro Zulima".

Recuperación y Restauración


Los 30 metros de largo de la fachada se le dio un aire contemporáneo.

El teatro Zulima se sometió a un “cambio extremo”. El ´cirujano´ que dirigió la obra, el arquitecto Arturo Cogollo, respetó el diseño original, que se inauguró en 1954 y se inspiró en la integración de las áreas que funcionaban como locales comerciales para ampliar el foyer (área social) donde se reunirá la gente en el intermedio o antes de iniciar la función. Esas áreas “mordían” gran parte de la fachada y el teatro se perdía entre la avenida quinta.

En marzo de 2009, 55 años después, levantó el telón para presentar no una moderna película sino para mostrar al público una nueva cara, sin perder la esencia original que le diera, en ese entonces, el arquitecto Gabriel Largacha.

En la antigua fachada se perdía, en lo alto, el nombre que fue elaborado en letras gruesas metálicas con luces de neón. En esta oportunidad las letras quedaron ´impresas´ en el vidrio templado que cubre el frente, en su parte baja, y deja al peatón apreciar, desde afuera, el foyer y el área acondicionada para la parte social y cultural. “Se integraría así a la avenida quinta”, según enfatizó el artífice de esa restauración, remodelación y modernización, arquitecto Arturo Cogollo. La Fundación Cerámica Italia le encomendó ese reto hace seis años y luego de ajustar planos, conseguir materiales y demoler lo inservible se cristalizó la obra, que en año y medio, quedó como se había concebido al comienzo, sin escatimar esfuerzos ni negarle un centímetro de lo requerido. En la consecución de recursos económicos se comprometieron el Ministerio de Cultura, la Gobernación de Norte de Santander, secretaría de Cultura del departamento y Cerámica Italia. Con los $850 millones se recuperó la fachada que había sido ´invadida´ por negocios y estructuras metálicas que no correspondían a su estado natural. Los círculos por donde se asoma la luz se agrandaron y en Bogotá fabricaron en acrílico de cuatro tonalidades de colores, de un centímetro de grosor, especies de monedas que no dejan escapar el aire acondicionado, pero sí los haz de luz, tanto en el día como en la noche.

El auditorio


   

La sala es muy fiel a su estado original, como se concibió en su diseño original a excepción de un muro para mejorar la acústica que se incluyó en la zona posterior. Fue propuesto por el arquitecto Daniel Duplat, especialista en diseño acústico, sugerido por el Ministerio de Cultura.

El arquitecto Arturo Cogollo hizo un esfuerzo por mantener los elementos acústicos en madera adheridos a las paredes laterales. Recuperó la composición de planos, que semejan un rompecabezas hecho al azar, con rectángulos y cuadrados, que se alzan después de acabada la acústica en madera. Se destacan, ahora, en tonos sepia y beige.

Más arriba se aprecian unas vigas forradas en madera, que sostienen unas luces indirectas que rebotan luz hacia el techo y la devuelve hacia las paredes. Se habilitó la red que estaba en desuso y brillaron como en los años 50.

Seis parlantes, tres en cada lado, en forma circular, incrustados en los muros, separados unos seis metros cada uno, no se pudieron hacer funcionar, pero se recuperaron y quedaron como referencia de la época.

Se le dio vida a la composición de ´balas´, que van intercaladas con las rejillas de gran tamaño reliquia de los aires acondicionados, empotradas en el cielo raso azul, que aparenta estar flotando sobre el auditorio.

Las 704 sillas americanas, reclinomáticas, que fueron instaladas en 1954, recibieron un toque de restauración. Se avivaron las luces ´de cortesía´ que traían incorporadas en los extremos de cada hilera, como portalámparas, cuya función es botar luz discreta hacia el piso de los corredores para que se oriente el que entre a la función.

Se marcaron las sillas con su nomenclatura como en los teatros organizados con el propósito de no originar congestión.

Las luces artísticas se ampliaron a más capacidad: 34 proyectores. Las barras que las sostienen se pueden manejar al antojo y no como antes que pendían de unos lazos antiestéticos.

El telón de boca ahora funciona electromecánicamente. Se instalaron las cortinas trasbambalinas. Todo se puede operar desde la sala de proyecciones.

La alfombra roja original había sido retirada hacía varios años y el piso se había cubierto con un plástico. Se volvió a poner alfombra de unas características similares a la que tuvo al principio, con el mismo tono de color.

Los camerinos se enchaparon en porcelanato y fueron adecuados para que los artistas gocen de comodidad y tranquilidad.

El foso

El foso de la orquesta se encuentra cubierto con una tarima de madera para ampliar el escenario. La tarima de madera no se ha intervenido, “pero en un futuro es posible de acuerdo con lo proyectado por el arquitecto Duplat. Ese foso se puede recuperar por medio de la instalación de una plataforma mecánica manejada con gatos hidráulicos que se pueda subir o bajar de acuerdo con los requerimientos. Es decir, si se necesita como escenario o como foso para orquesta.

Áreas sociales

Se diseñaron a la entrada y en el segundo piso. Al foyer, a la sala de exposiciones y a la azotea se logró darles un toque moderno, de diversos colores, con materiales de Cerámica Italia. “Fueron cuidadosamente diseñados” para que contrastaran con el haz de luz que entran por las perforaciones de acrílicos.




Para lograr las alturas, según el arquitecto Cogollo, hubo que retirar muchos elementos estructurales como placas, vigas, y requirió la asesoría del ingeniero Pedro Matos para que el edificio no sufriera al momento de la demolición.

Se reforzó la vulnerabilidad sísmica porque las exigencias de resistencia a esa clase de riesgo no eran tan altas como hoy.

Tercer piso



Tuvo un vuelco total. Originalmente el edificio tenía ocupado, casi las tres cuartas partes del tercer piso con oficinas de la secretaría de Salud del departamento. Esa área se integró al teatro. Se dejó un gran vacío para darle importancia de gran altura al foyer del primer piso e incorporarlo al resto de las áreas del teatro destinadas a exposiciones itinerantes de diferentes temas de interés cultura.

En el tercer piso fue habilitada una gran sala para exposiciones donde priman columnas gruesas, reforzadas. La vista se tropieza con los ´anillos´ de colores que rompen con el blanco de la pared. Una especie de compuertas se abren para dar paso a una azotea o terraza aérea donde se tiene prevista realizar reuniones sociales a cielo abierto.

Muros y columnas

En la parte de acceso al pasillo de llegada hay una doble altura que a un costado tiene el desarrollo de un muro muy largo enchapado en grandes losas de mármol travertino que dan hasta la calle.

Las losas del porche, a la entrada, estaban cubiertas, no se podían apreciar. Se retiraron poco a poco las pinturas y materiales sintéticos dejando el mármol original a la vista.

Justo antes de entrar a la sala existen unos enchapes decorativos, muy representativos en grandes losas de mármol negro con vetas blancas que se recuperaron en su totalidad.

Un muro curvo que se aprecia sobre un gran vacío de triple altura, que está justo antes de ingresar al auditorio se enchapó con listones en madera de distintas tonalidades.

Las columnas originales eran delgadas y se reforzaron.

Reinauguración

A finales del año 2008 se terminaron las obras de recuperación del teatro Zulima. El 28 de agosto de 2009 se reinauguró con la presencia de la ministra de Cultura de ese entonces, Paula Moreno Zapata. No se proyectó el Manto Sagrado como se hizo el viernes 17 de septiembre de 1954, ni se presentó una obra del teatro Baranda que se había programado.

¨Este hecho cultural tan importante para la ciudad, no correspondió para nada con el acto inaugural “que le tocó”. Acto que desde el mes de marzo se postergó y trasladó de fecha por parte de la ministra de Cultura. La ministra no comprendió la dimensión e importancia que para esta ciudad representaba el hecho de haber recuperado el TEATRO ZULIMA. Por acá  PASÓ la ministra de Cultura y dejó inaugurado el Teatro¨ (Lucho Brahim).


Recopilado por: Gastón Bermúdez V.