PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

domingo, 24 de noviembre de 2013

483.- RECUERDOS CON LUIS FERNANDO LUZARDO



Rafael Luzardo Baptista


Luis Fernando Luzardo

La impensada partida de mi querido primo, o mejor, mi siempre recordado y querido hermano Luis Fernando Luzardo y el regreso a esa Cúcuta, nunca olvidada, han abierto en mí, como un arcón lleno de recuerdos, los momentos que viví en esa infancia que, realmente, es lo más bello de mi vida.

El regresar y recibir, entre tantas preocupaciones, esa oleada de cariño de mi prima Elvirita y sus hijas, quienes como mariposas me arroparon con sus palabras, con esos afectos sinceros, para el tío que no veían desde niñas, fue como abrir una puerta, por donde ahora penetro al jardín de mis recuerdos…

Por sus calles sombreadas con las verdes acacias y mis pasos resonando en el empedrado que hoy ha desaparecido bajo el negro asfalto, recorrí de nuevo mi Cúcuta provinciana, con sus parques e iglesias, por donde pasábamos presurosos camino al colegio La Salle, imaginando fantasmas o aventuras, en nuestra desbocada imaginación de niños que sólo ansiaban el momento del recreo para cazar algún partido de fútbol.

De esa infancia, donde Luis Fernando y Elvirita fueron mis compañeros, penetro en el Club Tenis, con su gran piscina y sus canchas, potreros donde corríamos tras el balón y donde Luis Fernando era la estrella, con su picardía innata, con su facilidad en los juegos y para mí, el primo admirado y querido.

Allí está el gran Camilo, mi primer profesor de tenis, siempre bonachón, rodeado de sus hijos que también son mis hermanos y se me atropellan las caras de los amigos, las fiestas en el salón de baile, el esperar y buscar con la mirada los ojos de alguna muchacha, tantos sueños, tantas ilusiones girando con mis primeros pasos de pésimo bailarín.

Y cerca, muy cerca, la madre y el padre generoso, sus rincones, el solar donde encontraba nidos y animalitos y, con ello, los amigos de mis padres, sus reuniones, todo ese cariño que nos arropaba en cualquier necesidad.

Y los tíos, esos personajes especiales, que yo los imaginaba como héroes, como guías a seguir siempre…

El tío Gustavo, el tío po-po, con su feliz tartamudeo, con ese enorme corazón que brotaba entre sus manos, alegre, generoso de cariños. La tía Rosita, esa gran mujer, como buena antioqueña, con una forma especial de expresarse que me embobaba y me hacía amarla y creerle todos sus cuentos. La tía Elvira, la mujer que quizás nunca supimos apreciar, sufriendo una terrible enfermedad, llena de amor por nosotros, sus sobrinos, quienes éramos los hijos que nunca tuvo.

Y en un pedestal especial el tío Luis, el galante militar, con sus relatos de hazañas que lo convertían en un ser único, pícaro con las muchachas que nos visitaban, jugando, con esos ojos azules que abría sin recato para enamorar, convertido a veces en uno más del grupo, siempre alegre a pesar de los muchos problemas que vivía y que nosotros nunca conocíamos. Tío Luis, mi ídolo, su imagen que se me refresca en este encuentro, nunca olvidado, siempre recordado.

Anécdotas, cuentos, paseos, la Quinta Santander, la hacienda de los Canal, El Amparo, los olores del campo, el río, el caudaloso Pamplonita, eterno pulidor de piedras y sembrador de verdores: todo eso era nuestro mundo de niños felices.

Y llegamos todos a la casa de la Nona, donde convivimos por un largo tiempo, con su patio central, sus corredores, la pajarera, las leyendas y cuartos de aparecidos, nuestros temores y, también, nuestros amores, detrás de alguna muchacha que la Nona creía cuidar con mucho esmero, pero que enamorábamos todos en nuestros inicios de hombres.

El lúgubre reloj sonando las horas en la noche y la mesa, ese generosa mesa servida con todo el amor de la Nona, con aquellos manjares de navidad, el famoso postre de chocolate y galletas, el Napoleón esperado y devorado por todos nosotros, hambrientos comensales de esta mesa de unión y amor.

La noche traía un mover de mecedoras y sillas a la calle, donde se sentaban los mayores a conversar, se visitaban, mientras nosotros jugábamos y también visitábamos casas de amigos y amigas, una vida casi bucólica, libre de los problemas que hoy nos atormentan.

Recuerdos, nombres, el incendio del Mercado desde la terraza de la casa, las llamas parecían llegar hasta nosotros, la muerte del líder Gaitán, el regresar de manos de padres y tíos presurosos a la casa, mientras los cascos de los caballos del ejército parecían traer una seguridad contra cualquier problema. Los temblores, las noches en el jardín, acampando ante el temor de una nueva sacudida, pero todo ello lleno de amor, de camaradería, con vecinos, tíos y amigos.

Todo esto, y mucho más, fueron los recuerdos que me llegaron, mientras tomaba el tintico servido por Claudia, el alud de vivencias que tengo resucitados ahora, el momento triste de ir con el hijo y el sobrino a ver a ese primo querido.

Su amplio pecho, mi querido, mi admirado primo, mi nunca olvidado a pesar de la distancia y el tiempo sin vernos, mi niñez, mi juventud, mis querencias…Allí estabas tú, y yo, llorando por dentro, te contemplé, sin poder hacer nada, llevándome en el alma su imagen, pero no ésta, sino la del primo querido, la del galán con cigarrillo en la mano, la del hombre generoso y humano, la del encantador de muchachas, recordando tu risa, tu manera de caminar, tus enormes y azules ojos, en fin, tú, mi amigo, mi compañero, con quien no nos vimos en tantos años, pero siempre vivías en mi corazón, junto con toda esa Cúcuta querida que, ahora y por siempre, evoco.

Sepan ustedes, esposa, hermana, hijos, sobrinos, familia toda…que están en mi corazón, que si la vida nos separa, como es natural, que si el tiempo nos aleja, aquí los tengo guardados para nunca olvidarlos, ni dejar de pensar y orar por ustedes, que son mis raíces, raíces del alma, raíces de vida, savia que nunca deja de fluir y tú, mi queridísimo primo, ahora lejano, caminando hacia una arcadia donde espero te encontraré y oiré tus boleros y tú los oirás, porque así somos los Luzardo y los Baptista, el canto de mi alma, mis poesías, que arranco del fondo de mi corazón.

Los quiero y no quiero decirles más, porque estoy llorando…


Excelente Profesional   (Mario Galviz Mantilla)

Sentado aquí, frente al Mar Caribe, acompañado de un buen mojito y con el arrullo de las olas del mar…recuerdo a mi amigo, mi maestro y jefe Luis Fernando Luzardo Melguizo. ¿Por qué desde aquí? Aquí, frente a este mar, disfrutamos con él su último Congreso Nacional de Ginecología y Obstetricia en Mayo de 2012.

Compartí con él 25 años de amistad: discúlpenme sus amigos de mucho más tiempo por tomarme el atrevimiento de escribir estas cortas, pero muy sentidas palabras, pero quiero resaltar en ellas su vida profesional, tan importante para mis compañeros de trabajo y otros médicos, como los de mi generación, con lo que aquí quiero plasmar.

Desde antes de llegar a Cúcuta, todavía en la universidad en Bogotá, conociendo muy pocas cosas de la que hoy es mi bella ciudad, sabía que encontraría en el Hospital San Juan de Dios al profe Luzardo.

Su nombre y su descripción física, por el comentario de antiguos estudiantes, de entrada, infundía respeto y, por qué no decirlo, temor, por su prototipo de hombre estricto.

Tuve la oportunidad de conocerlo en el inicio de Sala de Partos del Hospital Erasmo Meoz, en el año 1987, sentados ya como internos en el estar médico, en compañía de su inseparable amigo, otro gran señor y maestro Eduardo Pérez Gómez.

A la distancia, sentíamos sus pasos cortos, suaves e inconfundibles (su aroma de la loción de moda todavía ronda por mi nariz): Ingresa por la puerta un señor alto, canoso, impecablemente presentado, con sus ojos azules profundos como el mar; por encima de sus lentes hizo un barrido de todos los asustados estudiantes que lo esperábamos y exclamó: -“Eduardo, ¿muchachos nuevos?”-

Por ser lunes, se dirigió nuevamente a su amigo y compañero: -¿por fin, cómo quedó ayer santafecito lindo?-. La respuesta fue rápida: -sí Luis Fernando, muchachos nuevos, y volvió a perder nuestro equipo-. Esa respuesta nos auguraba una mañana difícil; prendió su cigarrillo, recibió de manos de su secretaria su vestido de Mayo sin arruga alguna y procedió a darnos algunas instrucciones.

Venciendo el temor y rompiendo el hielo de esa primera impresión pude conocer y acercarme, dentro y fuera de la vida hospitalaria, a ese Especial Señor, trabajador incansable y estricto, de excelente cultura médica, con una actualización permanente y, lo que más admiré de él, con la magia de sus manos y la elegancia al operar.

Esa figura rígida, de caminar recto y cabeza baja, con el tiempo se convirtió en un gran amigo, con quien pude disfrutar de su humor fino, de sus palabras de cariño y de sus consejos sabios y sinceros.

En compañía de un buen trago conocí sus más profundas reflexiones de la vida y, con el paso de los años, me entregó muchos de sus trucos quirúrgicos que lo hacían diferente a los demás.

Durante nuestro último congreso, nunca faltó al oído su aporte académico en cada conferencia; siempre tenía algo más que anotar, consejos que seguramente ni el expositor de turno tenía en sus conocimientos. Por eso fue un EXCELENTE PROFESIONAL, una persona que en el trasegar de la medicina pudo decirle a nuestras pacientes –“estos fueron mis alumnos”- y muy orgullosos de ello nos sentimos.

Tuve la oportunidad de hablar con él por última vez el 11 de noviembre de 2012, en una corta y efímera recuperación; su cuerpo delgado, pero antes fuerte, estaba débil, su voz de jefe quebrada y cansada, su pulso lento… quería expresarme algo, pero ya no pudo hacerlo…decidí tratar de alegrarle este momento y le escribí en grande: -“ayer ganó su santafecito lindo”-: sólo me miró y pude robar su última sonrisa. Gracias por todo… gran maestro.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

viernes, 22 de noviembre de 2013

482.- EN LAS ENTRAÑAS DEL CORTADO DE LECHE



La Opinión

La mezcla se pone a hervir unas seis o siete horas.

Cuando Luis Alberto Delgado se integró hace 27 años a la fabricación de los cortados de leche de cabra, jamás imaginó que este trabajo sería para toda su vida y que con él podría llegar a mantener a sus cuatro hijas, sus cuatro nietos y hasta a sus yernos.

Dado que no quiso estudiar, optó desde niño por la ganadería, actividad que ejercía en 1985 cuando un amigo suyo, empeñado en montar una fábrica de cortados de leche de cabra, le propuso ser el socio de la incipiente empresa. Asi, sin saber cómo prepararlos, Luis Alberto accedió únicamente a distribuirlos, mientras al mismo tiempo le entraba la curiosidad  por aprender. Fue entonces cuando los papeles cambiaron y Luis resultó preparándolos.

“Él era el único que sabía hacerlos. Cuando yo entré le dije que me enseñara y ahora los hago como él o mejor que los de él”, explica Delgado en medio de risas.

Sin embargo, por motivos personales, su amigo decidió retirarse del negocio hace unos 25 años, una decisión que no significó el fin de la empresa. Entusiasmado por la calidad del trabajo realizado por Delgado le propuso a este continuar con la fábrica, una propuesta que no tuvo que pensar demasiado: sin otra alternativa, puesto que el ganado con el que trabajaba ya había sido vendido, Delgado aceptó en 1987 darle continuidad a esta idea, la misma que ha permitido a muchos cucuteños probar la leche de cabra en esta peculiar presentación.

Desde entonces, fabricar los únicos cortados de este tipo de leche se ha convertido en su quehacer favorito y en la base del sustento con el que ha mantenido, durante estos años, a su numerosa familia.

“Mis cortados son únicos porque son hechos con pura leche de cabra, a diferencia de los otros que venden. Lo que hace especial a mis cortados es la manera como la corto y los ingredientes que utilizo”, se jacta este hombre, quien ha logrado vincular al proceso productivo a cada uno de los miembros de su familia.

No todo es delegable en la preparación, afirma con orgullo Luis Alberto, al advertirnos que él es el único que sabe la medida exacta de cada ingrediente, lo que hace que el papel de su familia sea prácticamente el de ajustarse a esa fórmula exitosa que conoció hace ya 27 años.
 
El trajín de cada día

Pocos en Cúcuta conocen la rutina de Luis Alberto, la misma que les permite degustar uno de los dulces más exóticos de la región y la cual empieza, muy temprano, a las 5:30 de la mañana para obtener la materia prima, pues, no en vano, el mismo y después de tomarse un tinto, es quien, con sus sobrinos, ordeña  las cabras, algo que hace en un lote ubicado a 3 kilómetros de su casa-fábrica, localizada en la calle 18 del barrio Simón Bolívar.


En ese proceso se demora, aproximadamente, hora y media. Regresa a su casa a las 8 de la mañana para continuar con el segundo paso: cortar la leche con limón, agregarle la medida específica de azúcar para que queden en el punto exacto y no ‘apanelados’ ni tiesos, y una cucharadita de harina de trigo como ingrediente especial de Luis.

Luego prepara el fogón, que está hecho a la medida de la paila, donde pone a hervir la mezcla hasta que cambie de color y se merme. Con el cucharón, poco a poco, revuelve para que la mezcla se afloje y evite pegarse en la paila.

Cuando ya está lista se pasa al mesón que tiene las medidas exactas de cada cortado individual. Espera una o dos horas hasta que se enfríe y comienza a cortarlos con una regla especial que tiene las mismas medidas.

El trabajo de Duarte termina casi a las 4 de la tarde. Su familia se distribuye el proceso de empacar 10 cortados en cada una de las 25 cajas que aproximadamente se reparten día a día en algunos sitios de la ciudad como en el restaurante El Cabrito, en el aeropuerto Camilo Daza, en la vía a Puerto Santander y en Hielos Cúcuta.

Cabe resaltar que la producción de estos dulces depende de la cantidad de leche que se ordeñe diariamente. Muchas veces llegan a hacer 300 cortados que se fabrican en un día.

Por eso, para Delgado el negocio ha sido confortable y, aunque muchas veces han tenido disminuciones, la producción por lo general ha sido buena. Aparte de que, según aclaró nuevamente en medio de risas, puede descansar un poco más a diferencia de otros trabajos.

Este cucuteño de 62 años es ahora la envidia de quienes tratan de imitar sus dulces porque, según afirma, hay quienes visitan su fábrica y observan todo el procedimiento para aprender a hacerlos.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

481.- INICIO DEL ROTARISMO EN CUCUTA



Alvaro Orlando Pedroza Rojas





El compañero, past - president, Carlos Rangel (q.e.p.d) en su artículo “El Rotarismo en Cúcuta”, publicado en la edición 11-12  de la Revista “Cúcuta rotaria” a mediados de 1984, reseña la fundación del primer Club Rotario de la ciudad en el año 1928, el cual tuvo una efímera existencia; por razones no precisadas cesó su accionar en 1935. Sin embargo, el espíritu rotario debió quedar flotando en el ambiente local y a finales de 1959 e inicios de 1960, la idea volvió a cobrar fuerza y a encontrar en un grupo de visionarios quijotes (profesionales y empresarios de la región) coincidentes en su vocación de servir, el temple para llevar a cabo la misión de crear el hoy consolidado y más antiguo Club Rotario de la ciudad (Club Rotario Cúcuta), cuyo nacimiento formal a la vida social de servicio data desde el 23 de Marzo de 1960, con adscripción al único Distrito rotario existente en Colombia para la época: el número 429.

Una cena de amistad, celebrada en el Hotel Tonchalá de la ciudad de Cúcuta fue el escenario geográfico que sirvió de  punto de partida formal de la actividad  rotaria en la ciudad y en el Dpto. Norte de Santander. Desde entonces, las reuniones periódicas de los lunes, como ahora,  tenían la connotación de cena de fraternidad rotaria y se realizaban en ese prestigioso Hotel. La tradición señala que la asistencia a las cenas rotarias debía hacerse con vestido completo, luciendo el botón rotario en la solapa del saco.

De tiempo atrás, el nortesantandereano ex - gobernador rotario Rafael Pineda, militante del rotarismo en la ciudad de Bogotá, mostraba su interés de establecer en Cúcuta un Club Rotario. Sus nexos de amistad con personas coterráneas destacadas de la ciudad facilitó poner en marcha la idea. Revela el compañero fundador de nuestro Club, Guillermo Mora, la existencia de cartas de invitación para la configuración de este proyecto fechadas en 1959; por referencia del primer presidente del Club, el Doctor José Luis Acero Jordán, se conoce  que una serie de reuniones informales llevadas a cabo por cerca de medio año, organizadas unas, fortuitas otras, en las que siempre se sumaba un nuevo soñador, antecedieron aquel acto social que se registra como fecha concreta de creación del Club Rotario Cúcuta.

En cumplimiento de los Estatutos Rotarios, se requería para entonces como  ahora, que un Club de trayectoria, bien establecido, sirviera de Padrino y presentara ante Rotary Internacional el proyecto de creación del nuevo Club. El Club Rotario capitalino, al cual pertenecía el compañero Rafael Pineda, apadrinó al hoy, más antiguo Club Rotario de la ciudad: El Club Rotario Cúcuta.


José Luis Acero Jordán  primer presidente del Club Rotario Cúcuta

Con un registro de destacadas personalidades de la región constituidos como socios ( José Luis Acero Jordán, Luis Felipe Ramón, Julio Reyes Linares, León Londoño Tamayo, León Colmenares Baptista, Arturo Mutis Duplat, Carlos Mutis Duplat, Manuel Uribe Escobar, Jaime Uribe Escobar, Gabriel Pérez Escalante, Luciano Jaramillo Cabrales,  León Upegui, Hernando Serrano V, Carlos Gómez Vargas, Antonio Gómez Plata, Joaquín Abello Peñaranda, Alvaro Riascos Fernández, Julián Caicedo Arboleda, Enrique Vargas Ramírez, Guillermo Mora Laguado, Asdrúbal Romero y Daniel Bustamante Alvarez) empezó a operar el Club Rotario Cúcuta, presidido por el compañero José Luis Acero Jordán, con macería y secretaría, respectivamente, de los compañeros León Londoño  y Joaquín Abello; éste último, asumiría al siguiente año rotario la presidencia del Club. La carta constitutiva del Club fue expedida el 26 de mayo de 1960.

Entre los socios fundadores es pertinente destacar el nombre de Manuel Uribe Escobar como primer interlocutor epistolar con el promotor del rotarismo en el Norte de Santander, el nortesantandereano y para entonces Presidente del Club Rotario de Bogotá, don Rafael A. Pineda.

Por versión de los fundadores se conoce que la mística de confraternidad trascendía el espacio del tiempo de la cena rotaria; concluidas las sesiones ordinarias de los lunes, los socios permanecían en el hall del Hotel Tonchalá generando tertulias de amistad, charlas de negocios y diálogos sobre el devenir de la ciudad.

El apoyo al Amparo de Niños de la Garita con la meta obtenida de hacer de este Hogar Infantil una empresa auto sostenible, se registra como primera obra social del Club. La concepción, diseño, construcción y dotación de un acueducto rural que abasteciera de agua al Hogar Infantil hizo parte de ese primer esfuerzo rotario. A este empeño siguió la edificación de aulas y la consolidación de una industria avícola que, atendida por los jóvenes internos, servía para garantizar su propia manutención.

Han seguido a esta primera gestión social del Club innumerables hechos y obras orientadas a soportar proyectos que favorecen comunidades e instituciones o a dejar para la ciudad elementos de ornato y mobiliarios de proyección social. El Asilo Andressen, la Cárcel de Mujeres del Buen Pastor, el Hospital San Juan de Dios, el Hogar Santa Rosa de Lima, el Instituto Nacional de Ciegos, el Hospital Erasmo Meoz, la Comunidad Teresa de Calcuta, el Cooperativo Jesús Obrero del Barrio Cerro Norte, el Albergue de la tercera edad del Municipio de Los Patios, y el Hogar de la madre soltera del Barrio La Libertad, cuya primera etapa se construyó  a través de la Corporación del Club “Pablo Vanegas”, entre otras instituciones, han encontrado en el Club Rotario Cúcuta, respuesta real a sus necesidades básicas, materializadas mediante la construcción de espacios y la dotación e implementación de equipamiento.  Un Monumento Rotario en inmediaciones del complejo deportivo de la ciudad, el cual fue removido posteriormente en razón a modificaciones urbanísticas del sitio, el Comedor infantil en la Comunidad Fe y Alegría, la reparación mecánica de la fuente del Parque Santander de Cúcuta, la Construcción del Albergue San José como casa de prevención y atención del fármaco dependiente son obras visibles que revelan la gestión del Club.  En los últimos años el Club Rotario Cúcuta ha hecho presencia en el barrio los Olivos del Sector Antonia Santos colaborando en la gestión y diseño del complejo arquitectónico que le da vida a este sector de la ciudad, y unido a esto se encuentra  La Ludoteca Rotaria obra insigne en sus Bodas de Oro

Aún permanece en el Club, el compañero Fundador Álvaro Riascos, como veterano activo; los más, han sido llamados por el Padre Santo de los Cielos, otros por razones de oficio habitan en Bogotá u otras ciudades del país.

El Club Rotario Cúcuta, codificado como el Club Rotario No 7268 hace parte de los Clubes de la Zona 04 del Distrito Rotario 4270. Desde su creación ha tenido especial relevancia en el rotarismo nacional: cofundador de Foneducar, coordinador y anfitrión de las Conferencias I y II, colombo venezolanas, de buena voluntad pro la paz mundial, del Presidente de rotary internacional con sede compartida Cúcuta y San Cristóbal, coordinador de seminarios nacionales sobre Fundación Rotaria,  distinguido por RI por sus  aportes a la Fundación Rotaria, obtención de  Paul Harris y  Zafiros Rotario. Apadrinó la creación del Club Rotario de Pamplona, del Club Rotario Cúcuta II, de Rotaract e Interact. Ha contribuido con la dirigencia de la filosofía rotaria nacional con seis (6) gobernadores de Distrito ( Pablo Vanegas, Alvaro Riascos Fernández, Alvaro Villamizar Suárez, Carlos Rangel, Julio Moré Polanía y Juan Pabón Hernández, éste último pese a pertenecer al momento de ser designado como gobernador al Club Rotario Cúcuta II, su trabajo, proximidad a nuestro Club y su posterior membrecía al mismo, le hacen ver como propio) y un (1) Presidente Distrital de la Fundación Rotaria (Julio Moré Polanía); veintiocho de sus miembros han alcanzado, por su mística rotaria, el otorgamiento por parte de RI del Paul Harris; son ellos: Alvaro Riascos, Guillermo Eliseo Suárez, Alvaro Villamizar Suárez, Daniel Bustamante, Julián Caicedo A., Juan Pabón Hernández, Carlos Rangel, Azis Abrajim, Julio Moré Polanía, Hernando Lara Hernández, Antonio Gómez Plata, Guillermo Mora, Giovanni Martín, Timoteo Anderson, Miguel Husman Jalel, Carlos V. Rey, Alvaro Gil, Alvaro Hernández, Gabriel Uribe, Jorge Maldonado, Jaime Barajas, Marlene Mafla de Ararat, Patrocinio Ararat, Alonso Oliveros, Carmen Leonor Barajas, Josefina Arévalo, Melvin Hurtado, Jaime Figueroa, Gustavo Arocha , Gabriel Monsalve, Lyn Anderson, Juan Carlos Brahim . De igual forma, siete socios han obtenido el Zafiro Rotario, los socios Carmen Leonor Barajas, Marleny Mafla, Guillermo Mora, Alvaro Riascos, Julio Moré Polanía, Josefina Arevalo, Gustavo Arocha y Jaime Barajas.


Alvaro Riascos Fernández socio fundador del Club Rotario Cúcuta, ejemplo rotario 

Ha tenido el Club el honor de ser visitado por los Presidentes mundiales de RI ( Stanley Mac Cafrey y Ernesto Imbasai de Melo, respectivamente, con ocasión de la realización de la I y II Conferencia binacional colombo venezolana y Carlos Canseco, de nacionalidad mejicana, en su gira por latinoamérica y en virtud a los lazos de amistad con el compañero Alvaro Riascos). Por sus filas, en calidad de socios, han pasado eminentes personalidades del hacer nacional (Ministros, Gobernadores, Directores de Entidades de nivel nacional, Alcaldes, Jerarcas de la Iglesia, Altos mandos militares, Cónsules, Académicos, Profesionales y Empresarios destacados) y en calidad de invitados como expositores de alguna problemática específica han acompañado la Mesa Rotaria en sus sesiones ordinarias, hombres de empresa, representantes del sector público, delegaciones de las comunidades, deportistas, académicos y en general personas de bien de la estructura social regional y nacional.

En el seno del Club Rotario Cúcuta ha germinado la creación de grupos de estudio, gestión y desarrollo regional, tales como la Unidad de Acción Nortesantadereana (liderada por el past presidente Alvaro Villamizar Suárez y la creación de una promotora industrial concretada con el nacimiento a la vida jurídica de la Corporación Financiera del Oriente, cuyo primer gerente  fue el ex fundador, compañero  Gabriel Pérez Escalante, y ha promovido en la actual administración del Club, en cabeza del compañero Patrocinio Ararat Díaz, el fortalecimiento del programa de Foneducar, (en cuya mesa directiva tiene asiento nuestro past gobernador Alvaro Riascos), con el concurso de las Universidades asentadas en la ciudad.

El sentido de familia y pertenencia corporativa basada en la filosofía rotaria de los socios del Club, en todos los tiempos, le ha permitido desarrollar una dinámica de trabajo para cumplir formalmente con sus obligaciones con RI, atender el compromiso con la campaña PolioPlusy la Fundación Rotaria y desarrollar  programas de beneficio social y comunitario. Para estos propósitos, el Club además de crear la Corporación  Pablo Vanegas como instrumento propio para la consecución y administración de recursos, ha realizado diferentes acciones orientadas a la captación de recursos pro obras sociales del Club (gestión ante entidades, desfiles, presentación de artistas, eventos sociales, bazares, mercado de las pulgas institucionalizado los segundos domingo de cada mes y extendido al servicio de todos los Clubes de la zona, cenas, encuentros, entre otras actividades). En todas sus actividades el Club ha tenido el acompañamiento e incondicional apoyo de las Damas Rotarias, cuyo liderazgo y vocación de servicio dan, amén del sello de alegría y de familia, la garantía del éxito en los trabajos y proyectos que se emprenden.

La formalidad del encuentro de los lunes es un escenario que permite al Club fortalecer los lazos de amistad entre los socios, brindar información, idear, planear y orientar sobre acciones mediatas y futuras, realizar espacios de concienciación rotaria, desarrollar conferencias, y oír a delegados de la comunidad. Esta dinámica es complementada con visitas programadas a instituciones y comunidades, como vías de contacto, conocimiento de la problemática e intercambio directo con los actores de las diferentes estructuras sociales de la ciudad. Tiene el Club  su propio Boletín Rotario, órgano de divulgación que en forma continua y que de alguna manera llenó el vacío dejado por la recordada Revista mensual “Cúcuta Rotaria” editada en la década de los 80, como un esfuerzo conjunto de todos los Clubes de la ciudad. Para rendir tributo a uno de los fundadores, destacado por su sentido de pertenencia corporativo y con el propósito de brindar reconocimiento a personalidades destacadas de la región el Club creó la Distinción “Lucio Julián Caicedo Arboleda”, una vida con vocación de servicio; de igual forma, el Club destaca la asistencia plena  de sus socios a las Mesas Rotarias con la distinción “Daniel Bustamante Alvarez”, socio fundador ya fallecido, quien alcanzó el 100% de asistencia durante toda su actividad rotaria.

En Cúcuta para el año 2012 existen 7 clubes rotarios que pertenecen al Distrito  4270 que incluye los Departamentos del Norte de Colombia (la Costa Atlántica y los Santanderes), de la Zona 04 conformado por los siguientes clubes: Cúcuta, Cúcuta II, Cúcuta III, Cúcuta Ciudad de Todos, Cúcuta Ciudad de los Patios, Cúcuta Ciudad de los Arboles, Villa del Rosario, San José de Cúcuta y Pamplona



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.