Juan Ricardo Gélvez y otros datos
El general Durán y su familia.
Cuando los historiadores se refieren al general Justo Leonidas Durán lo reseñan
como un hombre de la guerra, pero lo que poco se destaca es que
también fue un hombre del agro y la paz.
Y es que para ese momento histórico de la Patria, el poder político
estaba en la capital, pero la convocatoria a la guerra estaba en la provincia,
en especial en las haciendas desde donde los jefes liberales
y conservadores decretaban o no la confrontación.
Por ejemplo, Justo Leonidas Durán fue a la guerra por primera
vez a los diecisiete años y lo volvería hacer en 1884 cuando se alzó en
armas contra las leyes fiscales del Estado Soberano de Santander en una
escaramuza que tan sólo duró tres semanas.
Al morir su padre toma las riendas de la familia, pero vuelve y se
embarca en otra guerra civil en la que alcanzó las trencillas de Coronel
y reputación como militar gracias a su inteligencia
y estrategia en el campo de batalla.
Inicios
Nació en Oíba en 1859. Fueron sus padres Miguel Durán Franco y Dionicia Gómez;
fue el único hijo varón y cuarto en la descendencia. Le
antecedieron sus hermanas: Dolores, Josefa y Francisca. Y la menor fue Eloísa.
Asistió a la escuela pública laica para luego marcharse al
Socorro donde se titularía como profesor.
Regresa a la guerra en el 85 y al terminar esta, se dedica a la
compra de ganado en el Magdalena y Bolívar para venderlo en
la ciudad de Ocaña y Cúcuta.
Eduardo Gaitán Durán escribe:
“Bien puede uno imaginarse el
temple, el don de mando y la autoridad del joven
ganadero santandereano que debió haber adquirido en sus
pocos años de vida para llevar a cabo con éxito este difícil y complejo
negocio que implicaba vivir a la intemperie durante muchos
meses llevando rebaños por las trochas más
difíciles y abruptas para venderlo e invertir sus
utilidades en repetir la hazaña”.
En ese trasegar se internó en la parte sur
oriental del Gran Santander lo que posteriormente sería Norte
de Santander y sus primeros acercamientos fueron en
Chinácota con su tío abuelo Juan José Durán
Franco, quien tenía propiedades y relaciones
comerciales con el corregimiento de la Troja.
Tan cercana fue esa relación que Justo Durán terminaría desposándose en
1890 con su prima Bethsabe, de cuya unión nacieron los Durán Durán: Miguel
(exgobernador del Departamento), Liduvina, Juan Jose, Alberto (exdirector de
Educación Departamental), Delina (madre de Jorge y Eduardo Gaitán Durán) y
Francisca. Asumió la responsabilidad de velar por sus sobrinas Julieta y
Felisa. Julieta es la madre de Virgilio Barco Vargas.
Su
vida pública
Fue un hombre de lleno, entregado a sus causas, desde muy
joven, de hecho inició la preparación para la confrontación que
estallaría en 1899 y que conocemos como la Guerra de los Mil
Días.
Dos años antes buscando pertrechos y fondos en lo
posteriormente serían los ejércitos liberales con
los que recorrería los territorios de Ocaña y la
provincia del Magdalena.
Fue a Venezuela para entrevistarse con el general Joaquín Crespo, presidente de
ese país simpatizante de las ideas liberales en busca de asistencia
militar y armamento.
En ese mismo año de 1899, en el mes de agosto, cae preso
por primera vez.
En la guerra
Relata en su libro, ¨Durania y sus protagonistas¨, el historiador
Fernando Velandia Caicedo:
“El 19 de octubre, estalla la
revolución liberal, Justo L. Durán, se pronuncia en Cáchira, al
mando de uno de los tres ejércitos revolucionarios.
Asume como jefe
civil y militar del Departamento del Magdalena y por igual
combate con los otros ejércitos del general
Benjamín Herrera y el del general Rafael Uribe Uribe”.
La historia de la guerra lo señala como el
único general victorioso en las batallas que le tocó asumir
en su libro `La Revolución Liberal del 99` escribió:
“En donde quiera
que empeñé combate vencí al enemigo” agrega: “Jamás me
dejé sorprender y jamás comprometí tonta y
locamente mis ejércitos, porque bien sabía yo
cuánto trabajo me costó formarlos y
organizarlos, cuántas fatigas, diligencias y erogaciones de
dinero hice para que estallara la guerra con el fin de
cambiar, por una liberal, la Constitución
del 86, causa de todos los males y las
ruinas de Colombia”.
Sus
distancias
Terminada la Guerra de los Mil Días, en 1904, el general Rafael
Uribe publica sus documentos militares y políticos, en los
cuales según el general Durán, Uribe se dedica a difamar y
calumniar a los jefes liberales que tomaron parte en la
revolución.
Allí Uribe dice del general Durán:
“Le faltaba en las
batallas el valor que encontraba en las botellas”
Cuando Justo Leónidas era casi abstemio. El general Durán
jamás perdonó tal ofensa al punto, que además de dedicarse
a defenderse en los periódicos liberales de la época como `El Bien
Social` y `El Promotor`, años después en 1911 en el Congreso Agrícola Nacional
al encontrarse con Rafael Uribe Uribe se niega
estrecharle la mano diciéndole :
“General usted no puede ser mi
amigo porque tenemos cuentas que saldar y usted no me
ha dado explicaciones por su conducta y las satisfacciones
del caso”.
En la
Paz
Fue el general Durán un hombre amante del agro participó en
la creación de la Sociedad de Agricultores de Norte de Santander,
también, aunque por en breve lapso, se desempeñó
como Secretario de Gobierno del Departamento, encargo que le hizo
el gobernador Rafael Valencia, en temas sociales.
Fue creado el departamento Norte de Santander y su municipio de Durania por
cuya iniciativa nace en la primera Asamblea a través de la ordenanza 12
del 23 de marzo de 1911.
Su presencia en la Asamblea le permitió dar origen al municipio Córdoba, que
luego tomo en su honor el nombre de Durania.
En 1912 fue Secretario de Gobierno Departamental.
En 1917 coadyuvó en la conformación de la Cruz Roja Nacional, de la cual
fue su Director en Norte de Santander.
El 29 de marzo de 1922 asistió a la Convención Nacional Liberal en Ibagué
como delegado del Departamento.
Fue pieza vital en la creación del diario El
Liberal y se hace accionista en la fundación de la
Universidad Libre luego del Congreso Liberal de
Ibagué presidio por el general Benjamín Herrera.
Su muerte
A principios de 1924 el general Durán le envía
una carta al doctor Eduardo Santos en la cual le
expresa que existe un permanente hostigamiento y
vigilancia a sus propiedades de parte de los guardias
civiles y le presume de un atentado contra su vida.
Pero el doctor Santos no recibe el texto
cuando en la noche del 6 de febrero
de 1924 cae asesinado en su hacienda de “El
Recreo” cuando estaba sentado en el corredor
de su casa en compañía de sus primas hermanas
Carlota y Juliana Durán.
Relata el historiador sobre su muerte:
“Cuando iban a entrar a
la sala, desde el corredor se sintió la descarga de siete proyectiles: uno en
la cabeza, uno en el pecho, en el hombro, dos en el estómago y otro
en la pierna, siendo los dos primeros los que le causaron la
muerte”
Al día siguiente, 7 de febrero a las tres
de la tarde el cadáver fue sepultado en el
cementerio de Córdoba, pues la familia se opuso a su traslado a Cúcuta,
como lo propusieron algunos dirigentes del Liberalismo , y el pueblo de
Córdoba pidió que su cadáver reposase en esa
tierra.
En el cementerio hablaron José Manuel Villalobos a nombre de su
periódico: “Comentarios”, el director de la escuela Urbana de
Varones de Córdoba, Mario Carvajal y Horacio Eslava.
La prensa del país deploró el crimen del general Durán.
Se hicieron conjeturas sobre los móviles del crimen;
desde el posible interés del gobierno de Pedro Nel Ospina,
Presidente de la época por detener una nueva
alzamiento en armas del General, hasta políticos en el municipio de
Córdoba donde Justo Durán tenía una reñida disputa por la conformación de
las listas al Concejo.
¿Quién
lo asesinó?
Dicen que su hijo el ex gobernador Miguel Durán Durán,
tuvo en sus manos las pruebas sobre los móviles de su
muerte, que al parecer nunca fueron develadas.
Al final, de las investigaciones emprendidas por el
mismo Gobierno, que designó una comisión especial para
el esclarecimiento del crimen y la captura de los responsables.
Sólo queda el reporte que entregó el corresponsal del
periódico “Comentarios” en el municipio de Córdova quien escribió:
“Dicen que en la casa del
general Durán hay unos perros bravos; que el crimen fue
cometido disparando un revólver a solo tres metros de
distancia del corredor de la casa, sin que los perros se hubiesen
dado cuenta, lo que indica que los atacantes eran conocedores de la
residencia”.
En otro párrafo de su informe señala:
“Eran tan conocedores del punto de
ataque que no abrieron la puerta sino que la saltaron, convencidos
de que el General acostumbraba a salir después de la comida a
sentarse en el corredor”.
Este es, a grandes rasgos, parte de la vida de un
hombre que se empoderó de nuestra región y que la
hizo grande con su trasegar, hecho que se posterga en
sus familiares y descendientes.
Su talante se dibuja a través de palabras con las cuales lo describió el Jefe
de los Ejércitos Liberales en la Guerra de los Mil Días, el
General Gabriel Vargas Santos:
“El liberalismo, en cuanto sea
expresión de justicia siempre tendrá grata memoria, de quien como
el general Justo Leonidas Durán, lo interpreta, lo honra con la nobleza
de sus sentimientos y la lealtad de sus procederes”.
Recopilado por: Gaston Bermudez V.
Me entero que de tal personaje vengan mis genes. Siendo nieta de una de sus nietas
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