PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

lunes, 6 de julio de 2020

1710.- NACIMIENTO DEL FERROCARRIL DE CUCUTA EN OBRA DE SOLANO BENITEZ



Omar Rozo Pérez (La Opinión)


INTRODUCCIÓN

El Ferrocarril de Cúcuta constituye uno de los eventos relevantes en la historia del Departamento Norte de Santander, la filosofía que rodeó su nacimiento nos muestra la pujanza y la visión de futuro que tuvieron nuestros ancestros del Siglo XIX y principios de Siglo XX, su funcionamiento nos enseña la forma en que fue parte importante del trascurrir de la vida de los ciudadanos de la época, los cuales se beneficiaron con su operación; el ferrocarril llegó a formar parte de su cultura urbana, lo anterior está en concordancia con Badaloni (2015) quien manifiesta que “durante el Siglo XIX, y buena parte de la siguiente centuria, el ferrocarril constituiría un símbolo de la modernidad, fuertemente asociado al progreso y al avance tecnológico” (p.1).

El presente ensayo por lo tanto pretende recrear lo que constituyó históricamente el nacimiento del Ferrocarril de Cúcuta para el Norte de Santander, basado en la obra del historiador nortesantandereano Guillermo Solano Benítez, de la misma forma constituye el inicio de un trabajo con el propósito de recuperar y enaltecer su obra como legado para el departamento.

GUILLERMO SOLANO BENÍTEZ Y SU OBRA

50 años de vida nortesantandereana constituye una obra de trascendencia para el departamento Norte de Santander, fue escrita por Guillermo Solano Benítez. Su trabajo recoge los hechos históricos de los aspectos más importantes sucedidos en el departamento relacionados con la labor administrativa de sus gobernantes, los entes legislativos departamentales y municipales, educación, salud, hacienda, infraestructura, transporte y en general de todos los aspectos de esta región como lo constituyen los eventos y desarrollos de la vida política, económica, cultural, artística e industrial, entre otros, que sucedieron en el departamento desde su fundación en 1910 hasta 1960, es decir como el título mismo de la obra lo expresa: “50 años de vida nortesantandereana”.

Uno de los aspectos importantes lo constituye los relatos de la forma en que transcurría la vida cotidiana de sus habitantes, así como también sus opiniones acerca de los diferentes sucesos, porque su obra no se limitó solamente a la recolección de la información, también tomó postura crítica y propositiva para el desarrollo en bien del departamento.

La obra constituye por lo tanto un homenaje que rinde el autor a las bodas de oro del departamento Norte de Santander como resultado de dos acontecimientos históricos que van juntos, según Solano (1970), al expresar que: “Hay en la historia de nuestro departamento dos hechos inseparables por ser consecuencia uno del otro: la eliminación del Departamento de Cúcuta, inaugurado el 1 de octubre de 1908 en virtud de la Ley 1 de 1905, y la creación del Departamento Norte de Santander, el 20 de julio de 1910, en cumplimiento de la Ley 25 del 14 de julio del mismo año” (Tomo I, p.135).

En alguna de las charlas que mantuve con quien fuera el secretario perpetuo de la Academia de Historia del Norte de Santander, José Antonio Toloza, manifestaba que “la obra de Solano Benítez constituye un invaluable documento para nuestro departamento ya que ningún trabajo recoge de manera tan fidedigna y detallada sus principales acontecimientos políticos, sociales, económicos y culturales en sus primeros 50 años de existencia; a través de su trabajo se han podido resolver incluso varios litigios judiciales”, también complementaba que “su obra es un gran legado y merece un reconocimiento de nuestra sociedad”.

Guillermo Solano Benítez, fue el ganador de un concurso abierto sobre la historia de la creación del departamento Norte de Santander, realizado por la gobernación con motivo de cumplirse el cincuentenario de su fundación el 20 de julio de 1960, la cual encargó al Centro de Historia del Norte de Santander para realizar el estudio y adjudicación del premio.

Este suceso fue trascendental para la obra de Solano Benítez, debido a que a partir de este estudio que realizó nació en él un interés y profundo amor por los sucesos y la historia que habían marcado al departamento durante ese período de tiempo.

Guillermo Solano Benítez estudió Ingeniería Civil en la Universidad de Scranton en Pensilvania, Estados Unidos, doctor en Ciencias de la Educación de la Universidad Pedagógica de Colombia, amante de la academia y especialmente de la historia lo que lo llevó a pertenecer a la Academia Nortesantandereana de Historia, uno de los honores que más le gustaba resaltar.

Su obra como se mencionó anteriormente trató muchas temáticas relativas a la existencia del departamento en ese período de tiempo, entre ellas, en parte por su misma condición de ingeniero civil y por la trascendencia que tuvo en la región y sus ciudadanos, el tren conocido como el Ferrocarril de Cúcuta ocupa un rol y posición preponderante en su obra. Por esta razón este ensayo recrea y retoma la importancia que tuvo este medio de transporte durante su existencia, el cual fue realizado a partir de los relatos e información de su trabajo, la cual no solo se limitó a los 50 años de estudio, sino que la enriqueció relatando desde sus mismos inicios cómo nació el proyecto del Ferrocarril de Cúcuta.

EL FERROCARRIL DE CÚCUTA

En el Siglo XVIII, con la invención de la máquina a vapor y la llegada a través de ella de la revolución industrial y del transporte en el siglo siguiente, representó un cambio trascendental de grandes proporciones, incluso mayor que cuando el hombre aprendió a cultivar la tierra. Es así como, desde que aconteció este fenómeno que llamamos revolución industrial, desde que este se extendió como una poderosa palanca por diversos países del mundo, las sociedades humanas se transformaron profunda y sustancialmente (Baldó, 2001).

El mismo desarrollo y evolución de la revolución industrial requirió de modernizar los medios de transporte, por un lado, para poder abastecer las fábricas de materias primas, pero por el otro de llevar la mayor cantidad de producción hacia los diferentes centros de consumo y hacia los puertos de embarque.


Estos nuevos requerimientos empezaron a dar frutos a principios del Siglo XIX, cuando Richard Trevithick elaboró el primer sistema de locomotora de vapor en 1804 y posteriormente en 1814, George Stephenson, logró crear la primera locomotora de vapor para el uso en vías de tren. Lo anterior se refuerza con Alliende (2006), cuando manifiesta que: Si al Siglo XVIII le correspondió la invención de la máquina a vapor, al siglo siguiente le correspondería su aplicación masiva, siendo el vapor la energía en boga durante todo el siglo XIX.

Como tal, impulsó la Revolución Industrial, pues modernizó la producción, abarató las mercaderías, intensificó el comercio, acercó a los pueblos y conquistó definitivamente el campo de la industria y el transporte (p.6).

En el mismo sentido se expresa Rojas (2014), al señalar que: El ferrocarril es el medio de transporte que acompaña los orígenes y expansión de la sociedad moderna y del sistema capitalista mundial, antes de la llegada del automóvil y del avión. Sus orígenes como industria están localizados en Inglaterra, de finales del Siglo XVIII, en el contexto de la revolución industrial, pero su difusión al resto del mundo, incluyendo nuestra América Latina, la podemos encontrar ya en la primera mitad del Siglo XIX (p.9).

El anterior relato de Rojas es importante, porque precisamente la época coincide con los inicios del Ferrocarril de Cúcuta que tiene por fecha de proyección, según Guillermo Solano, en el año de 1865.

Así se puede leer según su obra: Los cucuteños proyectaron la construcción de este ferrocarril desde 1865, al constituir la compañía del Camino de San Buenaventura, pues en el contrato suscrito para tal camino vemos la cláusula siguiente: “La compañía queda en el deber de acometer la construcción de un camino de carriles de hierro, si se llenan las condiciones establecidas” (Solano, 1970, Tomo III, p.351).

Según Solano Benítez, es considerado como el precursor del Ferrocarril de Cúcuta, el Camino de San Buenaventura, de Cúcuta al puerto de los Cachos, después Puerto Villamizar, la compañía se constituyó el 13 de mayo de 1865 mediante escritura pública firmada en Cúcuta.

El constructor del Camino de San Buenaventura fue Juan Nepomuceno González Vásquez, de quien expresa Solano que cuando regresó de Europa en 1864 propuso construir un tren de Bogotá a Facatativá, pero los comerciantes le volvieron la espalda, concurriendo posteriormente al presidente de entonces, Murillo Toro, este le respondió: “No se desaliente, váyase a Cúcuta que allá si hay verdadera resolución de progresar”; efectivamente en enero de 1865 Juan Nepomuceno fue recibido con gran entusiasmo en la ciudad de Cúcuta, confiándosele la construcción del camino carreteable a San Buenaventura, el cual terminó en dos años.

Las palabras de Murillo Toro relatan firmemente la proyección que tenía la ciudad de San José de Cúcuta para ese entonces, una ciudad en progreso y con hombres emprendedores y decididos realizar lo necesario para sacar adelante el desarrollo económico y social de la región nortesantandereana.

La fundación de la Compañía fue el 4 de septiembre de 1876, conforme al contrato firmado entre Vicente Herrera, secretario general del Estado de Santander, y José María Villamizar Gallardo, representante de la Compañía el Camino de Buenaventura. (Solano, 1970, Tomo V).

Igualmente, según se aprecia en la obra, es así como el 12 de enero de 1878 fue firmada la escritura pública en la Notaría de San José de Cúcuta para construir el ferrocarril de esta ciudad a Puerto de Buenaventura, entre el presidente del estado de Santander de ese entonces, Marco Antonio Estrada y la compañía de dicho camino. Se hizo una petición por unanimidad de parte de los miembros de la compañía, en la cual se solicitaba que la obra debía de dirigirla y ejecutarla Juan Nepomuceno González Vásquez, lo cual quedó pactado.

La obra la inició con el apoyo de los ingenieros Paulo A. Pinzón y Enrique Morales. Según los términos del contrato el ferrocarril se empezó desde Puerto Santander hacia Cúcuta, y debía darse al servicio por sectores de 18 kilómetros y una vez construidos los 55 kilómetros de su longitud y que hubiesen sido entregado al gobierno oficialmente, empezaría la compañía el usufructo por un término de 80 años (Solano, 1970, Tomo I).

Lo anterior coincide con Arias (2006) cuando manifiesta que, en 1876, el Estado de Santander contrató la construcción de un ferrocarril de Cúcuta hasta Villamizar. A mediados de septiembre de 1878 empezó la tendida de rieles y el 5 de octubre siguiente ya existía el primer kilómetro enrielado. Para el 16 de mayo de 1880 ya estaban construidos 16 kilómetros y 400 metros.

El 30 de junio de 1888 entró en el primer tren a Cúcuta y su inauguración se realizó al siguiente día es decir un 1º  de julio de 1888, por lo cual el presidente del estado de Santander, Guillermo Quintero Calderón, comunicó que habiéndose terminado la construcción del ferrocarril por la compañía anónima, empresaria del Ferrocarril de Cúcuta a Puerto Villamizar, sobre el río Zulia, en los términos a que se obligó, se da por recibida la obra y se declara a dicha compañía en posesión del privilegio de explotación con derecho a cobrar durante 80 años, desde el 1° de julio de 1888.

De esta forma se da inicio a una de las páginas más importantes de nuestra historia nortesantandereana, el Ferrocarril de Cúcuta, con su puesta en marcha logró ser parte de la vivencia y cultura de sus ciudadanos, alegrando y anunciando su paso al pasar con su silbido. Lo anterior lo recrea Solano Benítez en su trabajo, al mostrar que el tren era parte integral de la vida nortesantandereana, cuando se refiere a la posesión del primer gobernador del Departamento de Cúcuta, Francisco Sorzano, quien ejerció la primera magistratura del departamento desde el 8 de octubre de 1908 hasta el 11 de agosto de 1909, mostrando en su obra la forma en que arribó a Cúcuta; Solano (1970), lo relata de la siguiente forma: El doctor Sorzano vino a Cúcuta por Bucaramanga, donde tenía establecido su hogar.

El 6 de octubre de 1908 fue recibido debajo del Chopo, hoy Pamplonita, donde estaba el límite entre los departamentos de Bucaramanga y Cúcuta…El mismo día hizo su entrada a Chinácota…Al día siguiente partió de Chinácota y en Santa Elena fue recibido al medio día por la delegación del Consejo de Cúcuta. Continuó la marcha y a las cuatro de la tarde fue recibido en los Vados por los jefes de la segunda división de la Zona Militar de Cúcuta…De los Vados la comitiva se dirigió hacia el Rosario, donde el recibimiento fue igualmente solemne y entusiasta.

El señor gobernador se hospedó en la Quinta Santander, cuna del Hombre de las Leyes…Por la noche llegaron a esta quinta dos trenes con comisiones sociales cucuteñas a saludar al mandatario y con la Banda Militar, que le dio una espléndida retreta…A las ocho de la mañana del día siguiente 8 de octubre, partió de la Estación Rosetal de Cúcuta un tren engalanado para conducir al primer gobernador. La comitiva y las comisiones se apearon en la esquina de la Aduana Nacional, donde estaba reunido el consejo, con su presidente don Virgilio Barco, quien debía posesionar al señor gobernador (Tomo I, p.31).

Ferrocarril de Cúcuta con los hermosos paisajes

Como se puede apreciar en el relato y de la forma en que lo recrea el autor, el Ferrocarril de Cúcuta para ese momento ya hacía parte de la vida cotidiana de sus gentes como medio de transporte, para entonces contaba ya con 20 años de servicios para los habitantes de esta región, es decir, cuando nació el Departamento de Cúcuta y posteriormente el Departamento Norte de Santander el tren ya se había arraigado en la mente y el corazón de los cucuteños.

La fotografía recrea la forma en que se confundía el Ferrocarril de Cúcuta con los hermosos paisajes cuando pasaba por las praderas y fincas de la región nortesantandereana, de la misma forma en que se entretejía en la vida de los ciudadanos de la época; su silbido significaba el emprendimiento y el progreso nortesantandereano.

El 1º  de julio de 1913 el Ferrocarril de Cúcuta cumplió sus bodas de plata, para lo cual la compañía que lo operaba, el 30 de junio de ese año celebró los 25 años de haber dado al servicio de transporte férreo de Cúcuta a Puerto Villamizar. Durante la fiesta del almuerzo llevado a cabo en las oficinas de la compañía, don Joaquín Bellozo Pérez, recitó dos sonetos, de los cuales uno iba dedicado al tren, el cual tenía la siguiente prosa:

EL TRÉN

Veloz de la estación arranca el tren
Sobre las majestuosas paralelas,
En el aire blanquísimas estelas
Dibujando con gesto de desdén.
Es rítmico y airoso su vaivén
Al cruzar por campiñas y aldehuelas,
Y borda de lumíneas lentejuelas
La barranca, el collado, el terraplén.
Cuando silba, su grito altisonante
Parece que dijera muy ufano
Con acento estruendoso gigante:
Yo arrastro el carro del progreso humano
Y amparando los pueblos con mi gloria
De la lucha pregono la victoria.
(Solano, 1907, Tomo I, p.427).

Para el 1º  de julio de 1938, el Ferrocarril de Cúcuta, cumplía sus bodas de oro, para lo cual la compañía celebró sus 50 años de estar prestando el servicio. Ya para ese entonces así como se habían expandido sus servicios de la misma forma había iniciado a tener inconvenientes especialmente laborales, así se deja entrever por el pliego de peticiones de los obreros del 12 de diciembre de 1938, donde entre otras cosas solicitaban la no rebaja de sueldos y salarios, cesantía de un mes de sueldo por cada año de trabajo cuando se produjera la salida o despido de cualquier empleado u obrero, pensión vitalicia no inferior a las dos terceras partes del sueldo o salario cuando el obrero o empleado contrajese enfermedad profesional e intervención del sindicato en todo negocio o contrato de trabajo que la compañía realice; para lo cual la compañía alegó como causa principal para la no aceptación total de esas peticiones la merma de las exportaciones, toda vez que el comercio estaba desviándose casi en su totalidad por la vía de Bucaramanga, en consecuencia pidió un plazo para el estudio de lo solicitado y las posibilidades para aceptarla, y empezó a aceptar de hecho la no rebaja de los salarios (Solano, 1970, Tomo III).

“El 27 de diciembre de 1956 la Corte Suprema de Justicia dio aprobación al laudo arbitral acordado entre la Compañía del Ferrocarril de Cúcuta y sus trabajadores, consistente en liquidar la empresa de este ferrocarril y levantar sus rieles hasta Puerto Villamizar, como consecuencia de la compañía de no poder aumentarles su salario ni pagar las prestaciones ya decretadas a favor de los trabajadores” (Solano, 1970, Tomo V, p.468).

Igualmente, según Solano (1970, Tomo 5), el 25 de diciembre de 1958 la asamblea de accionistas del Ferrocarril de Cúcuta aprobó la liquidación de su compañía y nombró como liquidador a Jorge Jordán Pabón. Las causas principales que tuvo la asamblea para tomar esa medida fueron el alza de los precios de los combustibles y la baja de la carga de transporte ocasionada ésta por la competencia de la carretera paralela al ferrocarril. También pidió la asamblea al gobierno nacional el nombramiento de una Comisión Liquidadora, lo que fue atendido designando las personas correspondientes.  

El 15 de enero de 1959 la asamblea anunció que para mayo de dicho año sería totalmente suspendido el servicio del ferrocarril. Como se puede apreciar, la vida del tren no alcanzó siquiera los 80 años del cumplimiento del contrato inicial de concesión de su operación, su vida de funcionamiento solamente alcanzó los 70 años.

Finalmente, el 15 de agosto de 1960 el 43° gobernador del departamento, Miguel García Herreros, ordenó la demolición de la antigua estación del Ferrocarril de Cúcuta, para construir en el mismo sitio una glorieta con el monumento a los fundadores del ferrocarril.

De esta forma termina un capítulo importante en la historia de la ciudad de San José de Cúcuta y el departamento Norte de Santander, por un lado el orgullo de haber sido los pioneros de un medio de transporte que revolucionó este sector en el mundo, estando a la vanguardia y desarrollo de los principales países y ciudades del mundo, por otro lado, la tristeza de no haberlo podido mantener en el tiempo y quedar solo en el recuerdo la esperanza de lo que pudo haber sido y significado especialmente en nuestro desarrollo económico y social en la actualidad.

No es propósito juzgar su final, solo analizar las enseñanzas que nos dejó como legado de lo que es capaz de hacer una sociedad cuando se trabaja unidos por unos intereses comunes en aras de lograr un desarrollo sostenible para el bien de sus ciudadanos.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario