Hugo
Espinosa Dávila (Imágenes)
“No importa vencer ni ser vencido, lo importante es ser grande en la batalla. . .” -
Gastón Adolfo Bermúdez Vargas.
Gastón Adolfo, tiene un honroso ancestro. Su padre, Luis Adolfo (hijo de don Joaquín Bermúdez, comerciante liberal, Honorable Concejal a finales de 1930), primer alumno de la segunda promoción de bachilleres (1935) del Colegio Sagrado Corazón de Jesús (CORSAJE) de Cúcuta. Luis Adolfo, Licenciado en Educación Física de la U. Nacional de Bogotá, quizás el primer profesional del departamento en dicha área. Conoció a doña Ismenia (hija de don Eduardo Vargas, conservador, ejecutivo de ventas Casa Breuer Möller y Co., que del Colegio de La Presentación de Pamplona había llegado al Instituto Pedagógico de Bogotá, de quien se enamoró estudiando pedagogía, y contrajeron nupcias.
Casados, deciden establecer su hogar
en Cúcuta (1939), donde procrean cinco hijos, siendo Gastón el cuarto de ellos,
nacido (1947) en el barrio El Llano y bautizado en la iglesia el Perpetuo
Socorro. Hacía 1949 emigran a Maracaibo en procura de mejores condiciones
económicas. Cosa que logran.
En unas vacaciones en Cúcuta (1954),
intempestivamente fallece su padre, don Luis Adolfo, a la temprana edad de 35
años. Aún con su duelo, por imperiosa necesidad, la madre, toma el control
completo del hogar, reactivando labores del taller de costura y confección que,
con su esposo, habían comenzado a organizar, poco tiempo atrás, en Maracaibo.
Ahora, por ironías del destino, con tal actividad, pudo “levantar” a sus 5
hijos: “Siendo muy exitosa y reconocida en su labor”, acota
orgullosamente Gastón.
Por travieso de pequeñín, doña
Ismenia, de “armas tomar” y para disciplinarlo, lo envía a Colombia, a estudiar
“Interno” (junto a sus hermanos que ya lo hacían), primero en Pamplona en el
Liceo Niño Jesús de Praga (2º y 3º Grado) y luego a la Apostólica de Bochalema
(4º Grado). De regreso a Cúcuta, estudia en el Colegio La Salle el 5º Grado de
Primaria.
A la edad de 13 años (1961), ingresa a cursar 1º de Bto. en el tradicional y renombrado Colegio Sgdo. Corazón de Jesús (CORSAJE-Cúcuta), institución que, además de su exigencia académica, era cuna del baloncesto pues, desde los años 30`s, y de la mano del Rvdo. Hno. Arturo Monier (francés), había introducido ese deporte en el Colegio. Ese fue el inicio de su futura afición.
Con ese ambiente escolar y noticioso de los 60`s, Gastón acrecentó la ya disciplinada afición por la lectura deportiva diaria de periódicos, revistas, columnistas y temas coyunturales, tendientes a su culturización y formación con criterio evaluativo para la toma de decisiones.
Desde entonces, se le despertó la
inquietud por las noticias fulgurantes del básquet y los protagonistas de la
época: Roque “La Fiera” Peñaloza, Alfredo Díaz, entre otros. Todos ellos sus
primeros desconocidos ídolos en esa disciplina.
De esos aconteceres colegiales, más sus cuitas y anhelos por volver a Maracaibo y ver a su mamá, eran, en síntesis, las cartas mensuales cursadas con Doña Ismenia. “Casi todas… las he guardado, como mi tesoro, leyendo alguna de vez en cuando, como para evocarla y sentir su presencia espiritual”.
Cada año que cursaba en el CORSAJE, observaba
la conformación de la “cantera de basquetbolistas”, itinerante, año tras año,
por compañeros de grados superiores, quienes, en última instancia fueron los
determinantes y los imitados de esa su pasión. Así, se daba maña para asistir
(a escondidas del abuelo Joaquín) a los clásicos basqueteros de los colegios
Corsaje y La Salle, para observar y “catar”, y luego, a la hora de los recreos,
imitar, positivamente, los aguerridos jugadores de esos seleccionados: El
“Mono” Barreto, “Flecho” Hernández, “Pollo” González, “Chancharal” Sánchez, los
hermanos Forero, “Perica” Pérez, Juan José Lamk, “Colombia” Maldonado, etc.
Esas emociones fueron conformando el torrente que, con el tiempo, se
convertirían en su éxtasis.
Con emoción sin par, en 1962, integró
el primer equipo infantil de basquetbol para un torneo interbarrios realizado
en la “Toto Hernández”; y, en 1963, por primera vez, hizo parte de la
selección juvenil del Corsaje; en ese trajinar de la actividad
estudiantil y basquetera, cursó hasta 3º de Bto. en Cúcuta.
Y, el 4º de Bto., por disposición de su señora madre, lo cursó en Tunja, en el Colegio Sto. Domingo de Guzmán (Padres Dominicos), donde puso a prueba su destreza y malicia motilona, por lo que fue seleccionado para el Nacional Intercolegiados de Básquet en Bogotá, por el mérito alcanzado de ser Campeón del Dpto. de Boyacá en esa categoría.
En 1965, regresó al Colegio Sagrado Corazón a cursar el 5º de Bto. Llegó con el “virus atemperado” de su pasión e inmediatamente reanudó la camarería, tanto con sus compañeros de pupitre como los dejados cuando integró la selección juvenil de basquetbol del 63, casi los mismos con quienes se reencontró en el Intercolegiados Nacional del año anterior en Bogotá.
En el habitual, famoso y aguerrido
campeonato Intraclases del Corsaje (1965), de singular importancia y
competencia, pues era donde se “fogueaban” y se escogían los mejores jugadores
para la selección del Colegio. Nuestro curso de 5º de Bto. ganó esa
competencia, siendo los jugadores más sobresalientes: El “Cundo” Morales,
“Chucho” Lamk, “Luifer” Maldonado, César Contreras y, claro, Gastón.
Ellos, más los compañeros de otros
cursos, como: Said Lamk y Hernando Yepes, constituyeron el equipo del Corsaje,
el cual, a la postre fue la escuadra del plantel que integró el Dpto. N. de S.
para competir en el VIII Campeonato Nacional Juvenil de Basquetbol, disputado
entre las siete selecciones departamentales.
Esa escuadra rojinegra, fue la
Campeona por ser el equipo más técnico, con gran capacidad ofensiva y defensiva
de ese certamen juvenil de básquet. En aquellas gestas, “La Toto”, noche a
noche, se colmaba “hasta las banderas”, y la tribuna deliraba cuando jugaba el
Norte, acuñándose, una vez más, la impronta de ser Cúcuta: “La Capital
Basquetera de Colombia”. En esa
oportunidad, para la hinchada, los cronistas deportivos de Radio y Prensa,
tanto locales como nacionales, Gastón Bermúdez, fue declarado el mejor jugador
y líder encestador del Campeonato.
Quienes tuvimos la oportunidad de verlo
jugar, disfrutábamos de su elegante y limpio estilo, con su certero tiro de
media distancia, de precisión inigualable, haciendo vibrar a las tribunas,
catalogado por la prensa como el “Brazo de Oro”. Fue una lástima haya dejado la
Nº 7 tan pronto, pues, ha podido ser, sin exagerar, un ídolo en Colombia, quizá
similar a como lo fue su contemporáneo Jorge Niño.
Ese mismo año de 1965, fue estelar para Gastón, pues fue llamado para integrar la Selección Norte para disputar el Torneo Nacional Croydon de Básquet realizado en Cali. “Se cumplía así mi sueño - comenta - de jugar al lado de mis ídolos, especialmente con Roque Peñaloza, con quien pude apreciar, de tú a tú, su espectacular habilidad, inteligencia y salto, no obstante, su normal estatura; así como la destreza de mi otro cercano ídolo, mi primo “El Flecho”, de quien seguí su trayectoria en los torneos nacionales que participó”.
Al terminar el bachillerato, fue
tentado con oportunidades de estudios en universidades colombianas y continuar
practicando el básquet, cosa que no aceptó, por su fijación de ser Ingeniero de
Petróleo de la Universidad del Zulia en Maracaibo; vocación obtenida por
observación y admiración de los campos petroleros del occidente venezolano, al
atravesarlos, cada año, en sus idas y regresos, de vacaciones, a su casa en
Maracaibo. Además de la perenne recomendación de doña Ismenia y su abuelo de
que, “para ser alguien en la vida, había que estudiar y prepararse”. Por
eso terminó su carrera deportiva tempranamente.
Luego de optar el título de Ing. de Petróleos en la Universidad del Zulia, ingresó a la industria petrolera venezolana viviendo todo su proceso de nacionalización, culminando en PDVSA, destacándose con eficiencia en su labor de ingeniero de campo, réditos profesionales que le valieron para escalar relevantes posiciones dentro del grupo ejecutivo de la Empresa.
A igual que Gastón, luego de recibir el Grado de Bachiller, nuestros 46 compañeros de la Promoción CORSAJE 66, en función de sus labores profesionales, se dispersaron a diferentes ciudades y países, para, de cuando en cuando, sólo tener noticias ocasionales. Con ese liderazgo que siempre lo ha caracterizado, a finales del 2008, logró que comenzáramos a contactarnos, uno a uno, hasta comunicarnos y, muy animosamente, confirmar un reencuentro para la Semana Santa de 2009, luego de 43 años sin acercamiento físico de los 26 asistentes.
Hoy por hoy, Gastón Bermúdez
Vargas, desde Caracas, se ha hecho parte entrañable de nuestra cotidianidad con
sus intervenciones en diversos asuntos regionales. Nunca perdió la querencia
por su terruño, aunque distanciado por sus actividades, desde “sus cuartes de
invierno”, y con en
ese estilo de relator-cronista al que ya nos tiene acostumbrados, se ha abocado a alimentar con historias
actuales y contemporáneas de Cúcuta de diferentes escritores y propias, un
portal: CRÓNICAS DE CÚCUTA, que permitirá enseñar y mantener a propios y
extraños, nuestra historia a través del tiempo, inculcándonos el sentido de
pertenencia. Gracias Gastón.
Lo recuerdo con su lanzamiento de larga distancia desde las esquinas de la cancha. Gran jugador y mejor persona
ResponderEliminarnecesito saber ¿el vive todavía?
ResponderEliminarMe gustaria hablar con su señoria . Por Mezzinger. Buscar a Maite gold o Maria Teresa Zafra Rincon. Gracias. O facebook. Mensaje privado
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