Liliana Janeth Varón Villamizar (Revista EscribArte-Edición Especial, 2021)
El primer y único registro histórico de nuestra heroína en el municipio de los Patios, Norte de Santander, aparece en la página 83 del documento “Corona Fúnebre de los próceres de la independencia”. Bogotá Imprenta Medina e hijo MCMX (1910), en el que textualmente dice: “SALAS Florentina, heroína de Cúcuta, sacrificada por Lizón en Llano de Carrillo el 12 de octubre de 1813”.
Lo curioso a mi parecer, es que en aquella época, como en la actual, el sentido nacionalista de patria, de república, sigue vigente a la hora de referirnos a los próceres o héroes que lideraban las guerras, las batallas y/o los enfrentamientos con los ejércitos españoles.
En ese sentido, exaltar la imagen de estos personajes, ha sido fundamental en los procesos de enseñanza aprendizaje, y más que una asignatura o materia, la importancia radica en no olvidar, generando identidad de patria.
Sería bueno preguntarnos ¿cómo se desarrolla esa identidad de patria?, cuando la tarea ha sido asignada a los claustros educativos, a las múltiples trasformaciones pedagógicas, dejando o no de lado, el sentido histórico de cada hecho y su repercusión en el desarrollo político, social, económico y patrimonial como nación. ¿Cómo se desarrolla esa identidad patria?, cuando existe una gran fracción, entre el proceso pedagógico y sus estrategias implementadas en la escuela, con relación al trabajo que día a día desarrollan los historiadores y sus academias. ¿Cómo se desarrolla esa identidad patria?, cuando nos paramos en la cima del conocimiento y pretendemos que las actuales generaciones vean con nuestros mismos ojos los hechos históricos que nos han estructurado o desestructurado a lo lago de la vida de nuestra Nación.
Pero, estos son solo simples reflexiones, apasionadas, frente a realidades o no, de la cotidianidad que viven nuestros niños, niñas y jóvenes en los diferentes centros de formación, sea escuela, colegio, institutos técnicos o universidades.
Retomo entonces el tema de los próceres, héroes o heroínas de una lúcida, maravillosa, espeluznante, aguerrida y dignificada época de nuestro terruño colombiano y lo llevo al plano de su relevancia en el ámbito gubernamental. Pues, para algunos dignatarios, estos hombres y mujeres han sido la excusa para crear y recrear espacios de reconocimiento como parques, glorietas, construyendo bustos o monumentos de gran envergadura o relevancia a nivel local, regional, nacional e internacional, connotación que alcanza otros intereses… pues ninguno de estos gobernantes, ha dimensionado lo que pudo haberse vivido en aquel momento, lo que despertó en cada individuo ser parte de las revueltas, cómo surgió en su ser el deseo de aportar, de apoyar, de salir de su zona de confort, de dejarlo todo, por apoyar los ideales de aquellos hijos de hacendados que alcanzaron una formación en la capital o en los países cuyas ideologías se transformaban desde lo social, por la declaración de los derechos humanos.
Y al pasar los años, seguimos defendiendo nuestros derechos y luchando por ellos, que como lo dice un adagio popular, “qué pequeño es el mundo”, pues los periodos son cíclicos, se repiten y terminamos recurriendo a la historia, para no desfallecer en el intento y… seguir construyendo historia sobre la historia.
Sin embargo, aprovecho ese don de escribir para expresar ideas que surgen desde la reflexión misma, que seguramente hemos hecho en pasillos, en tertulias, con nuestros pares, en las aulas de clase, en coloquios, encuentros, conversatorios desde una profundidad cognoscitiva de admirar por la elocuencia, memoria e indagación con la que historiadores e investigadores han abordado y abordan estos temas.
Partiendo de lo dicho, regreso a hablarles de mi municipio de ¿Los Patios, que siento muy mío, a pesar de ser foránea; sin embargo, considero ser hija adoptiva, pues he pasado allí más de 20 años, para expresar, que desde el siglo XVI, esta era una región de grandes haciendas coloniales dedicadas a la agricultura y ganadería, de influencia nacional e internacional, destacándose con trascendencia histórica:
_La “Hacienda de Los Vados”, famosa por pertenecer en el siglo XIX a Cipriano Castro y transferida a Juan Vicente Gómez, lugar en el que, se dice, organizó su economía y fuerza para la campaña y toma del poder en Venezuela.
_ La “Hacienda La Garita”, fue escenario en la época republicana por ser punto de referencia para reclutar gente y mulas, proveedora de muchos elementos que se requirieron para la independencia.
_ Y la “Hacienda Carrillo”, que hace un aporte significativo a varios lugares de la Nueva Granada y ciudades como Quito – Ecuador por la comercialización e incorporación a los procesos independentistas de nuestro país y otras regiones de Sur América, de un producto, por así decirlo, muy curioso, la cría y producción de mulas que presentaban características anatómicas muy especiales, al poseer buena contextura física, y un hermoso pelaje gracias al consumo de una hierba silvestre: “el orégano”.
Cuan insignificantes hallazgos históricos podrían parecer, pero, cada pieza tiene un papel importante en el engranaje del motor, ¿verdad?, habiéndoles referido ya el tema de las haciendas para que se hagan una idea de nuestro territorio patiense, refiero algunos de los aspectos de la Batalla Carrillo y de nuestra heroína Florentina Salas. Pues, unas de las misiones del sargento mayor del quinto batallón de línea Nueva Granada, el General Francisco de Paula Santander, fue desalojar a los ejércitos realistas presentes en los valles de Cúcuta, enfrentándose a las fuerzas superiores del General Bartolomé Lizón, en aquel momento, cuando Bolívar continuó a Venezuela para ejecutar la campaña admirable. Encomienda que no fue fácil para Santander, quien cae derrotado y devastado con su regimiento, en lo que se conoce como La Batalla de Carrillo.
Posteriormente, en compañía del general Gregorio MacGregor, retorna al sitio de su derrota, desalojando a las fuerzas realistas de todo el valle, hasta la toma de Cúcuta el 1º de febrero de 1814 y el 4 de junio de ese mismo año, realiza la acción liberadora en Mérida, lo que le da un ascenso al grado de Coronel, otorgado por el Colegio Electoral de Pamplona.
Y dónde queda entonces nuestra heroína Florentina Salas. Nada más y nada menos que en el registro cronológico de las mujeres inmoladas por la causa de la independencia.
Un solo registro ha sido suficiente para enaltecer el papel de una mujer patiense, en la gesta libertadora, como los cientos de hombres y mujeres que se entregaron a un ideal, a un sueño, a un movimiento.
Nuestra Florentina Salas fue degollada en el lugar donde se dio la Batalla de Carrillo, posiblemente bajo la sospecha de haber ayudado a los patriotas. Muchos posibles sobre su participación: era quien proveía agua mientras se desarrollaba la batalla; podría haber sido mensajera, llevando documentos relacionados con “Los derechos del hombre y de los ciudadanos” a Pamplona, para las tertulias que se realizaban en casa de Doña Águeda Gallardo; seguramente caminó trayectos con Bolívar y Santander, escuchando atentamente sus diálogos, en los que acordaban acciones para contrarrestar la influencia realista en la frontera Norte de la Nueva Granada; tal vez tuvo en sus manos la casaca que doña Mercedes Ábrego confeccionó, bordada con hilo de oro y lentejuelas que obsequió a Bolívar; o quizás se unió al ejército patriota por amor, amor a sí misma, al sueño de mundos posibles, al anhelo del grito de independencia, a ser y vivir sin temor de que un día algún español ebrio de licor o locura la tomara a la fuerza dejándola enlodada en cualquier rincón…
Jamás conoceremos más de Florentina Salas, pero en estos 30 años de vida del Municipio de Los Patios, hay un parque en su honor en la actual vereda “Los Vados” frente a la casa de la cultura “Arnulfo Briceño”.
La primera estrofa del himno del municipio dice: “En Carrillo combatiendo al tirano español, Santander, cual lobo en celo con coraje enfrentó; Y en Los Vados Florentina Salas Con sangre este suelo abonó, Sacrificio de ejemplo envidiable. Un legado que la historia plasmó”.
Instituciones educativas como “La Garita” y “Fe y Alegría” en el marco del bicentenario de la independencia en el año 2010 realizaron experiencias significativas desde la reconstrucción histórica del Municipio; documentos que refieren a nuestra heroína; y finalmente desde el 2015 el Premio Florentina Salas, que se otorga a mujeres que se caracterizan en el campo social, cultural, económico y en la defensa de los derechos humanos.
Concluyo este breve escrito, para decir con orgullo que nuestra Florentina Salas, degollada o fusilada bajo la orden de Lizón, en el campo de guerra o después de la derrota de Santander en la “Batalla de Carrillo”, es un vivo ejemplo del inmenso sentimiento que como Mujer nos embarga a todas las patienses, desde una mirada femenina, aclaro, no feminista, porque el papel que hemos desempeñado y desempeñamos a lo largo de la historia de la vida, no tiene precedentes.
La fuerza y valentía que habita en cada mujer reconocida o no, como heroína, ha de ser motivo de reivindicación, de dignificación, a una tarea compartida con los hombres. Pues el amor, la compañía, la intuición, el instinto, la suspicacia, la reflexión y la capacidad innata para ser punto de apoyo, de soporte, de palanca, de empuje, hacen posible un mundo en la igualdad de género.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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