Entre las ciudades, inclusive a nivel internacional, que pueden preciarse de haber disfrutado de bonanza en el campo de la farándula está Cúcuta, y es por eso que hoy, le damos la bienvenida al mes de julio, recordando precisamente el día en que "Julio no llegó" a la capital de Norte de Santander.
¿Qué pasó? En 1979 el reconocido cantante Julio Iglesias dejó esperando a miles de cucuteños que emocionados deseaban escuchar sus canciones en un gran concierto.
Iglesias, quien ya se había presentado dos años antes en la ciudad avivó la confianza de sus seguidores en Cúcuta, quienes tenían la certeza de que sí pisaría tierras cucuteñas nuevamente.
Para 1979, se anunció la presentación en el Tennis Club, durante una velada organizada por la firma Ropay, una programadora de espectáculos de los cuales eran socios Carmen Payón, Hernando Roos y Lincoln Palomeque.
Se tenía previsto que el cantante de música pop y balada romántica llegará a la capital de Norte de Santander desde la ciudad de Medellín a las 2:30 de la tarde, a bordo de un avión de lo empresa Avianca, el lunes 25 de junio de 1979.
Junto a él, lo acompañaría su conjunto orquestal de 9 músicos y una comitiva de veinte personas, entre las cuales figuraba Daldo Romano, premio El Tiempo al mejor cantante; sus representantes Taño Nossi y Fernando Plazas; el presidente de CBS, Alberto Sánchez, el empresario de los espectáculos, Enrique Quintero y los integrantes del cuarteto Imperial de Argentina.
Su contratación fue difícil, debido a la fuerte demanda que tenía el cantante español en aquella época y para lograrlo, fue necesario alterar todo su itinerario y aceptar una serie de condiciones especiales.
El itinerario del artista constaba de una hora y media de canciones, acompañado por su conjunto de músicos, el cual lo venían acompañando desde hace varios años en ese momento. Pero antes de él, se presentaría el colombiano Claudio Martel, acompañado del guitarrista Alfonso Hernández y de la orquesta Los Famosos de Cali.
Después de la actuación de Iglesias seguiría la actuación del cuarteto Imperial, de Argentina y de la orquesta de Manuel Alvarado, la cual animará el baile que se prolongaría hasta las 4 de la mañana de aquella madrugada de antaño.
Con el fin de garantizar la comodidad de los asistentes, los programadores en Cúcuta limitaron a mil personas los cupos en el Tennis Club.
“Todo se ha organizado de modo que no se cree ninguna congestión ni las gentes que concurran se vean obstaculizadas o fastidiadas por aglomeraciones", dijo Carmen Payón la noche anterior de la fecha anunciada.
Nunca se presenta
Después de dos semanas de intenso preparativos para la actuación, llegó el gran día, Julio Iglesias era esperado en el vuelo de Avianca de las 4:20 p.m, procedente de Bogotá. Pero el cantante español no llegó, pese a que en la misma nave venían sus representantes comerciales y los integrantes de la orquesta que lo acompañaban.
Esa misma noche se explicó que Iglesias tomó una avioneta hasta Bucaramanga para venir desde allí a Cúcuta por la vía terrestre, pero cuando el aparato se aproximaba a aterrizar en Palonegro, el aeropuerto fue cerrado por mal tiempo y tuvo que regresar a Bogotá.
Los empresarios del espectáculo devolvieron allí mismo el dinero a las personas que habían comprado entradas y realizaron una velada bailable con animación de la orquesta del maestro Manuel Alvarado.
Debido a este hecho, el español fue demandado y, por ende, no podría salir del país hasta tanto no solucionar el problema con los empresarios de la ciudad.
Iglesias al llegar a Bogotá, ordenó a los miembros de la orquesta que vinieran a Cúcuta y que él lo haría en el último vuelo. Sin embargo, el cantante incumplió el contrato y se dirigió a Barranquilla.
En el aeropuerto Camilo Daza, largas colas de admiradores del cantante lo esperaron hasta el cierre de operaciones. Pese a que no llegó, quienes habían adquirido entrada a su presentación fueron al club, pero tampoco se presentó.
En consecuencia, los empresarios cucuteños alegan que han perdido cerca al millón de pesos y por ello, acudieron al abogado Guillermo Lamk, quien, constituido en parte civil, entabló el denuncio ante el Juzgado Penal del Circuito reparto por daños y perjuicios por dicho monto de dinero.
Carmen Payón y Hernando Ross, constituidos en empresarios, dijeron en aquel momento a La Opinión que "se otorgó poder al abogado y Julio Iglesias no podrá salir de Colombia hasta tanto no haya solucionado el problema actual".
Agregaron que el representante de Iglesias lo '"vendió" dos veces. Iglesias, en repetidas ocasiones ha revelado a la prensa que los días lunes solo los dispone para "hacer el amor y divertirse" y que “por ningún dinero en el mundo, los trabaja”.
Aunque en un principio existió el rumor que Iglesias alcanzó a estar detenido en Barranquilla, a órdenes del DAS, tan solo tres horas antes de que saliera para Miami (Estados Unidos), por gestiones de sus abogados logró viajar sin problema.
Igualmente se dijo que existía la oferta de que Julio actuara en la ciudad para reparar el daño que causó a quienes lo contrataron. Sin embargo, dicha versión nunca llegó a ser cierta.
Meses después de aquel altercado, se dio a conocer que lo de Julio Iglesias fue cuestión de orden personal; el cantante conoció 8 días antes que debería actuar en Cúcuta y señaló su negativa frente a sus representantes, los empresarios locales no fueron informados y por eso esperaron su arribo hasta las 11 de la noche.
Su demanda contra el español, no trascendió más allá de la ciudad por cuanto los faranduleros de Bogotá, Cali y Barranquilla que vivían de su trabajo y se negaron a publicar aquel desafortunado mal entendido con la ciudad y sus seguidores, que se quedaron vestidos y alborotados.
Julio sí llegó en 1977
El cantante español Julio Iglesias sí aterrizó por primera y única vez en el aeropuerto Camilo Daza de Cúcuta la tarde del miércoles 11 de mayo de 1977, esperado por una apreciable cantidad de mujeres de todas las edades, quienes en su carrera de admiración y de curiosidad, olvidaron el trabajo, el estudio y hasta a sus parejas.
Al bajarse del avión, lo siguieron en medio de gritos y empujones por toda la central aérea hasta llegar al automóvil que lo transportaría hasta el hotel, a compromiso de Jorge Rodríguez Beltrán y agentes de policías destacados de la ciudad.
El artista fue perseguido hasta moteles Bolívar, lugar donde los fanáticos coreaban sus canciones a la espera de su arribo.
Julio Iglesias solo estuvo fugazmente para su presentación en el Patio de Tango, un evento organizado por el empresario Jorge Rodríguez Beltrán; al espectáculo era una celebración exclusiva.
Lo que nunca esperaron los cucuteños fue la transmisión exclusiva de la presentación compartida por la cadena radial de R.C.N., que consiguió ‘con astucia’ un espacio para que los fanáticos del cantante pudieran escucharlo, porque para algunos, era misión imposible pagar una entrada.
El espectáculo costó alrededor de $ 400 mil pesos de la época.
Cúcuta para grandes conciertos
El balance de la farándula en Cúcuta en los años 70 permitió afirmar que los espectáculos presentados tuvieron el soporte de un buen criterio selectivo. Se buscó ofrecer siempre funciones de atracción, dejando de un lado los montajes fáciles y empezar por una apuesta de artistas de talla mundial.
En esas condiciones la ciudad registró la actuación de personajes de la mayor consagración como fueron los casos de Raphael, Julio Iglesias, Rolando Lasserie, Leonardo Favio, Mirla Castellanos, José Luis Rodríguez, Fausto, Anayansi, Fanny Mickey y su "Café Concierto"; La Negra Grande de Colombia, el doctor Clímaco Urrutia ("El candidato de la Pomada"), Lyda Zamora y Mario Gareña, Isadora, Greta, Martha Isabel, etc.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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