PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…

TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-

Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.

Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.

Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.

Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.

Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.

Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.

Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.

Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.

CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.

CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.

CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.

Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.

Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.

Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.

Nos bastaba con vivir en Cúcuta…

martes, 14 de febrero de 2023

2198.- EL DEPARTAMENTO DE CUCUTA

Gerardo Raynaud (La Opinión)


Departamentos de la región de los Santanderes en 1908. Cúcuta en color morado. Fue creado el 5 de agosto de 1908 y perduró hasta el 1 de enero de 1910, siendo parte de las reformas administrativas del presidente de la república Rafael Reyes respecto a división territorial. ​ El departamento duró poco, pues Reyes fue depuesto en 1909 y todas sus medidas revertidas a finales del mismo año, por lo cual las 34 entidades territoriales creadas en 1908 fueron suprimidas y el país recobró la división política vigente en 1905, desapareciendo entonces Cúcuta como departamento y vuelto a depender de Bucaramanga hasta la expedición de la ley del 25 de julio de 1910, fecha en la que nació el departamento de Norte de Santander.

Desde 1905, la distribución territorial del país incluía al municipio de Cúcuta como capital de la Provincia de Cúcuta integrante del Departamento de Santander, posteriormente, en 1908, la Asamblea Legislativa aprobó una nueva división territorial de la nación que se caracterizó por la creación de pequeños departamentos, fraccionando y reagrupando provincias y escindiendo territorios para reubicarlos, según criterios que no fueron del todo objetivos, a juzgar por la poca acogida que tuvo entre los pobladores y el rechazo unánime que originó la decisión adoptada.

Para el año en mención, la Asamblea Legislativa aprobó la creación del Departamento de Cúcuta, integrando los territorios pertenecientes a las Provincias de Cúcuta y Ocaña, del antiguo Departamento de Santander y a los municipios que integraban la Provincia de Rio de Oro, que pertenecían al Departamento del Magdalena.

La inconformidad que había generado la decisión relativa a la nueva división territorial de la Asamblea y la perspectiva amenazante de una contrarreforma territorial en la que se preveía de la reintegración de nuestro territorio al nuevo Departamento de Santander, alarmó de tal manera a todos los habitantes de esta región que influyó para que sus dirigentes resolvieran conformar el que llamaron “Comité Departamentista”, cuya presidencia estuvo a cargo de don Julio Ramírez B. e integrado por los señores Luis Cuervo Márquez, Carlos Ferrero G., Manuel Guillermo Cabrera, Manuel Rodríguez Chiari, Melitón Angulo Herrera y Oscar Pérez F., para que redactaran una publicación en el que expusieran las causas y motivaciones que se tuvieron en cuenta para la creación del Departamento de Cúcuta y las razones por las cuales consideraban suficientemente justas y reales para mantener su estatus de departamento autónomo.

La magnitud de sus rentas, la importancia internacional de Cúcuta por su posición geográfica, su valor comercial, agrícola y fabril, y todos los demás puntos que juzgasen convenientes serían explicados en el documento en el que se pretendía demostrar la importancia de la ciudad y la región para mantener su autonomía e independencia que pretendían coartar con su inclusión en territorio vecino.

Como era de esperarse, el acendrado patriotismo de los personajes que conformaban el ‘Comité’, hizo que dirigieran a la Honorable Asamblea una brillante exposición sobre la necesidad y conveniencia de la conservación del Departamento de Cúcuta como unidad territorial, documento que iba acompañado de las solicitudes y constancias de las municipalidades de las Provincias de Cúcuta, Ocaña y Pamplona, debidamente documentadas para ese mismo fin.

El documento presentado a la Asamblea contenía las descripciones pormenorizadas de todos los aspectos socioeconómicos, demográficos y culturales de la ciudad y la región que le permitirían regir sus propios destinos.

A medida que el tiempo discurría, las aspiraciones de mantener las mismas condiciones del territorio se iban desvaneciendo, sin embargo, el tesón y la constancia que mostraron los miembros del ‘Comité’ hicieron posible que se propusiera en las plenarias, una alternativa que satisfizo las aspiraciones de la región, cuando sometida a votación se aprobó en plenaria, la Ley 25 expedida el 14 de julio de 1910 por la cual se creaba el Departamento Norte de Santander integrado por las Provincias de Cúcuta, Ocaña y Pamplona, y de paso complaciendo las aspiraciones de toda la población.

Pero aún quedaban algunos detalles para completar el panorama que hoy constituye el Departamento tal como hoy se conoce y que fueron solventados pocos meses después. El 5 de septiembre, de acuerdo con el numeral 5 de la Ley 40 de ese mismo año, fueron segregados de la llamada Provincia del Carmen y agregados a la Provincia de Ocaña, los municipios de El Carmen y Convención.

Posteriormente fue agregado al nuevo departamento, la Provincia de Ricaurte, con capital en Chinácota, territorio que había sido establecido según Ordenanza No. 1 de 1913 e inaugurada el 1 de julio de ese año.

Recordemos que el primer gobernador fue el doctor Víctor Julio Cote quien nombró como su Secretario de Gobierno al jurista Ernesto Conde.

Hasta aquí la corta genealogía del Departamento de Cúcuta, pero ¿qué escribieron los miembros del ‘Comité Dapartamentista’ para convencer a los honorables Asambleístas para que mantuvieran su visión de ente territorial relativamente independiente de su hermano mayor del sur?

Muy brevemente presento un esbozo del documento, resultando los apartes que consideraron de mayor importancia. En sí, el documento muestra la trayectoria de los acontecimientos de la región desde la llegada de Cristóbal Colón, pero hacen énfasis en que la mayor trascendencia giró en torno a la expedición del conquistador Ambrosio Alfinger a quien presentaron como hombre de músculos y corazón de hierro.

Cito textualmente: “…el primero que, en su atrevido viaje al interior del país, divisó desde las alturas de la cordillera, los hermosos valles de los Hacaritamas donde no se atrevió a penetrar por temor a las numerosas tribus de indios de que tuve conocimiento existían allí”. Planteando que fue él quien abrió las puertas para la conquista y posterior desarrollo de esa región que más tarde constituyó el dominio departamental.

Luego de la reseña histórica, se habla de la importancia de su actividad comercial y de su importante sistema vial en la que se destaca sus vías férreas, comenzando por la construcción del Ferrocarril de Cúcuta en septiembre de 1879 y poniendo en marcha la primera locomotora el 30 de junio de 1888.

El valor que representaba para el país tener una vía en la que se realizaban todas las operaciones de comercio exterior a bajo costo y con todas las facilidades de trasporte y logística que imperaba en esos años de comienzo de siglo, tan importantes para la generación de divisas que el país requería.

Finalmente, el proyecto explicaba el gran potencial fabril y comercial de la ciudad que le garantizaba una estabilidad económica que envidiaban otras capitales departamentales.

Al parecer, según las estimaciones que se conocieron en los informes brindados, el documento contribuyó positivamente al logro de los objetivos que se habían planteado.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

domingo, 12 de febrero de 2023

2197.- CLAUDIA HISTER, SEÑORA CUCUTA

Celmira Figueroa (La Opinión)

La modelo y cantante cucuteña competirá el título Señora Colombia Intercontinental
a partir del 12 de mayo 2022 en Bogotá.

Claudia Hister no se detiene ante ningún proyecto y acepta los que le propongan, no solo para complacerse a sí misma, sino también con el propósito de enviar un mensaje de aliento a todas las mujeres.

En su vida tiene variados pasajes que la han nutrido y el de subir a una pasarela, no para desfilar creaciones de diseñadores, sino de candidata al reinado Señora Colombia Intercontinental que no se centra en la belleza física, sino a todo un conjunto, es su prioridad.

Llegó a Bogotá para continuar proyectando el perfil de la mujer cucuteña, de frontera. Aquí recorrió los sitios icónicos, se tomó fotografías, grabó videos para promocionar la ciudad y ante todo abanderó la campaña social ‘Mujer todo es posible’ donde pudo reunir a varias jóvenes para empoderarlas y hacerlas pasar una tarde inolvidable.

La modelo cucuteña porta la banda de Señora Cúcuta desde el año pasado 2021, pero el certamen no se había podido cristalizar por la pandemia. Sin embargo, este año 2022 dieron vía libre para la organización del 12 al 15 de mayo, donde podrá disputar el título con varias señoras del país, incluyendo a Norte de Santander.

Ella no solo representará a Cúcuta sino también al área metropolitana. Aquí los requisitos no incluyen el 90-60-90, pero se mantiene en forma a pesar de tener a sus tres hijos: Álvaro, Luna y Sara.

Sus redes sociales las ha inundado de mensajes como “Daré todo por representar a la mujer cucuteña que más allá de ser tierra de mujeres hermosas, es de guerreras, capaces de llevar cargas pesadas, generosas, que ayudan a quien lo necesita. Madres y esposas entregadas, incapaces de ser ciegas ante las necesidades de su familia”. Y ella es una muestra de que por ser esposa y madre sí se puede luchar por los sueños, hacerse visible.

Su carrera como cantante no la ha abandonado y precisamente alista un sencillo para estrenar en el próximo mes cuando todos los astros se han alineado a su alrededor.


Claudia Hister anunció también que se estrenará como presentadora del programa ‘Popularísimo’ del canal de televisión Directv a partir del 7 de mayo.

Sus comienzos fueron en el barrio Belén de Cúcuta donde nació y después de terminar bachillerato en el Cardenal Sancha se le abrieron las puertas en Bogotá y pudo participar en el reality ‘La isla de los famosos’. En la capital de la república se radicó y continuó con el modelaje y la música.

Grabó ‘Dónde queda el rey’ y ‘Enamorada’ de corte popular. En el 2019 retomó la composición y se inspiró en ‘La decisión’, palabra que resume “no volverme a enamorar, no volverlo a buscar”. El álbum contiene otros temas como ‘Estamos por estar’, ‘Me duele tanto’, ‘Me ahogo en licor’ y ‘Magia’.

Claudia María Hichster es su nombre de pila, pero en el mundo de la farándula la conocen como simplemente Claudia Hister.

En el parque Santander se tomó una estampa con las palomas y en su Instagram escribió: Los recuerdos son los que nos mantienen encendida la llama, de lo que conocimos y anhelamos, volver a tener en nuestras manos... Quién fuera ave...para ir y volver volando a donde quisiéramos estar”.

Y a Bogotá regresó llena de optimismo para representar, por lo alto, a su natal Cúcuta, ahora como Señora.


Nota.-

ASI FUE LA VERSION 2022 DE SEÑORA COLOMBIA INTERCONTINENTAL

Ilva Carbono Bayona, representante del Magdalena fue elegida como la nueva Señora Colombia Intercontinental 2022-2023. Los títulos entregados a las otras 5 finalistas fueron:

Claudia María Hichster Cáceres, Representante de Cúcuta fue la Virreina del certamen.

La señora Región Andina, Olga Lucía Murcia, obtuvo el título de Señora Colombia Universo, quién nos representará en Asia.

Alejandra Castellanos Sánchez, representante de Bogotá, Señora Colombia Turismo.

Yeimy Dayanna Serrano Pérez de Bucaramanga, Señora Colombia Internacional que nos representará en República Dominicana.

La tercera princesa fue Evelyn Buitrago Sánchez, Señora Quindío.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

viernes, 10 de febrero de 2023

2196.- INICIO DEL COLEGIO CUCUTA, 1935

Gerardo Raynaud (La Opinión)

Escuela Normal Superior María Auxiliadora

En 1935, por iniciativa oficial, había abierto sus puertas el Colegio Cúcuta, una institución educativa exclusiva para señoritas, en una época donde poca atención se le prestaba a ese género. No fue el primer colegio de esta modalidad, toda vez que las Hermanas Dominicas de la Presentación, se habían establecido a finales del siglo XIX, venciendo todas las dificultades que se les presentaron y logrando que, en 1923, la Asamblea Departamental expidiera una Ordenanza declarando como colegio semioficial al Colegio de la Presentación.

Con el advenimiento de la “República Liberal” y la asunción a la presidencia del presidente Alfonso López Pumarejo, las políticas educativas presentaron giros notables a raíz de la famosa reforma educativa propuesta en 1932, la cual permitió una mayor cobertura, en especial para la población de menores recursos.

Fue en el año en mención que se produjo la primera gran expansión educativa en el país y en particular en la ciudad, pues además del mencionado nuevo Colegio Cúcuta, el Colegio de La Presentación retomó su carácter de privado, con lo cual, partir de ese momento habría una oferta educativa exclusivamente femenina en dos instituciones locales, una con orientación religiosa y otra laical.

Decían las crónicas de ese momento que “…el primer año de labores ha sido una revelación feliz de la eficacia de este instituto, donde la juventud femenina va preparándose para descollar por su cultura y su saber en el seno de la sociedad.

Muchos padres de familia llamados a prestar apoyo a obras como esta, lo miraron con indiferencia y lo consideraron un ensayo sin probabilidades de éxito; otros quisieron aniquilarlo en las telarañas de las sugestiones.

Pero el gobierno persistió en su esfuerzo y después de un año de labores el ensayo ha constituido una victoria firme, espléndida. El ‘Colegio Cúcuta’ se ha impuesto por su organización, sistemas y la calidad de su profesorado. Las directoras, señoritas Soledad Reyes Gutiérrez, Marina Mejía y Ofelmina Gómez, verdaderas maestras preparadas en las modernas prácticas pedagógicas, merecen cálidos aplausos por los resultados obtenidos este año, que son prenda de mayores éxitos en el futuro”.

Muchas innovaciones fueron presentadas en el Colegio Cúcuta, que tenía el deber de demostrar que sus propuestas académicas eran tanto mejores o por lo menos similares a las de los colegios regentados por religiosos.

Por esta razón, una de las novedades que presentaba el colegio era una dirección plural conformada por las profesoras Soledad Reyes Gutiérrez, Marina Mejía y Ofelmina Gómez, quienes se dieron a la tarea de implementar una serie de actividades inéditas en el medio y que propenderían a desarrollar el intelecto y las habilidades cognitivas de las alumnas y una de ellas fue precisamente el “Concurso de Redacción”.

Veamos a continuación los argumentos que fueron presentados por las directoras, para explicar las razones de tal recurso.

Esto dijeron en la presentación del concurso: “… los medios que la educación moderna tiene a su alcance para mejor perfeccionamiento, son innumerables, no obstante, para que todos sean puestos en acción y den los rendimientos que exige toda iniciativa, es preciso como elemento primordial la expresión oral o escrita. De aquí que, para estimular la cultura intelectual de las educandas, se haya establecido en las clases de Castellano, una serie de concursos, redacciones en las cuales pondrán ellas de relieve las nociones que han recibido acerca de la expresión escrita.

Son composiciones sencillas, es verdad, pero en ello hay gran esfuerzo de su parte, pues se trata de un primer año de energías hacia su mejoramiento integral. Dichos concursos se establecieron de la siguiente forma: las alumnas reciben el tema dado por la profesora, lo desarrollan y firman con un pseudónimo adoptado por ellas, lo entregan en un sobre cerrado dentro del cual, en otro sobre, se encuentra su nombre correspondiente. Luego que hayan sido revisados los trabajos y elegido el mejor, se abren los sellos en presencia de las alumnas para saber a quién corresponde el pseudónimo premiado”.

En la reunión en la que fue presentado el primer éxito del concurso, las directoras les dijeron a los asistentes, que el resultado había sido maravilloso, pues no quedaba duda que, en los siguientes, cada una de las alumnas procurará ser la primera y enseguida se presentó el trabajo que había ocupado el primer lugar, llamado “Influencia de la Mujer en el Progreso de un Pueblo”.

Este trabajo, el primero en ser galardonado, fue escrito por la alumna Aura María Moncada es el siguiente: “… La mujer, sea cual fuere su posición social, puede llegar a ser útil a su familia, a la sociedad y a la patria y por tanto contribuir a su progreso y adelanto.

En mi humilde concepto, el mejor medio de que debe valerse una mujer para aportar su contingente en el progreso o adelanto de un pueblo, se funda en el interés que tome por su cultura intelectual, física y moral. ¿Y esta cultura en dónde se podrá conseguir?

Allá, bajo el techo sagrado de un establecimiento instruccionista. Allá donde se transita por el bello sendero de la ilustración y la ciencia. Allá donde pasamos la edad más feliz de nuestra infancia, bajo la dirección de ángeles que nos guardan y nos inculcan sentimientos puros. Allá donde se empiezan a despertar nuestras inteligencias a la luz de la ciencia, como el despertar del alba a la luz de un nuevo día. Esa luz que destierra la oscuridad de la ignorancia como la oscuridad de la noche con la presencia del astro rey.

Eso es lo que se proponen los establecimientos de educación femenina con dar a la mujer una mayor cultura intelectual.

El departamento de Norte de Santander no se queda atrás; veamos el entusiasmo que ha tomado por la educación de la mujer, fundando un número crecido de escuelas para que ni en los rincones más apartados falte semilla que fructifique.

Yo, que tengo la dicha de contarme como alumna del nuevo plantel fundado este año por la Dirección de Educación Pública, puedo decir que sólo hasta ahora empiezo a edificar las bases de la muralla de la ciencia, por medio de las ideas sanas y precisas que nuestras dignas superioras procuran a cada momento inculcarnos.

El progreso de un pueblo no está solamente en manos del hombre; está también en las nuestras si aprovechamos el tiempo de nuestra juventud, si cultivamos hoy para cosechar mañana siendo útiles a la patria, porque ella necesita de nosotras; está en peligro y nos reclama apoyo.

La delicadeza de sentimientos femeninos unida a la cultura intelectual y la física, formará mujeres fuertes, capaces de sobresalir un día como bienhechoras de la humanidad.

Bien sabido es que…educar a la mujer es trasformar el mundo”.

Con este escrito, se dio inicio al programa que perduró, por lo menos con éxito, durante el primer año lectivo del Colegio Cúcuta, que años más tarde pasó a ser regido por la congregación de María Auxiliadora y trasformado en Normal Superior y manteniendo su condición de colegio femenino.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

miércoles, 8 de febrero de 2023

2195.- LOS ALMANAQUES BRISTOL, LA CABAÑA Y CIGARRILLOS PIELROJA

 Sergio E. Urbina G. (Imágenes)


ALMANAQUE DE BRISTOL

Todavía recuerdo, aún con nostalgia, que en mis años de muchacho, mitad citadino, mitad pueblerino y un poco también de campesino, y de estos han pasado más de siete décadas, cuando conocí en mi casa de pueblo o de la hacienda, y casi al tiempo que los regalos que traía el Niño Dios en la Navidad, las ediciones de estas dos primeras e inolvidables publicaciones, que del mismo modo de traer información del tiempo con sus cambios de luna y sus mareas, datos sobre astronomía, el horóscopo, frases célebres y chistes, con el santoral y otras lecturas, que nos ayudaban a reforzar conocimientos.

¿Pero quién fue Bristol? El doctor Cyrenius Charles Bristol creador del almanaque que lleva su nombre, fue un médico del estado de Nueva York, que se dedicó a fabricar y patentar preparaciones químico farmacéuticas para diferentes usos, entre los que lo hizo famoso en 1830 el producto, la “Zarzaparrilla de Bristol”, usada por muchos años con extraordinarios resultados, como diurético y desintoxicante, y ¿quiénes de la época a que me refiero, no recuerdan cómo nuestras madres no compraron para el hogar, otros productos populares, como colonias, el agua de Florida de Murray y Lanman, el Tricófero de Barry, tónico ideal para el cabello y el jabón de belleza de Reuter, que se expendían en farmacias, tiendas de pueblos y veredas?.

Pero fue en el año 1832 (192 años) que publicó el “Almanaque gratuito de Bristol”, que lo convertiría en una leyenda popular, y que año tras año gana ­ fieles adeptos, tanto en países de Estados Unidos, como de Suramérica.

EL CÉLEBRE ALMANAQUE DE LA CABAÑA

En los días de ­ fin de año, en ventas callejeras de pueblos, aparece esta otra sencilla, célebre e inolvidable publicación, que, sin cambio de formato desde su inicio, en una sola hoja, desde el año 1914, está dedicada a la familia campesina, en especial de los dos Santanderes, del norte, como del sur, del país.

Y recuerdo, que detrás de la puerta principal de la casa de la hacienda, pegada o ­ fijada era, y no sé qué tanto ahora, el oráculo y consejero permanente de toda la actividad agraria de la hacienda, y muy pocas se hacían sin consultar a este almanaque.

Empezando por la consulta sobre los cambios de la luna tanto para la siembra como para la recolección de la cosecha, e igual se hacía para la purga de los animales, el corte de la madera para la construcción de las casas, lo que medía su durabilidad, e inclusive para nombrar al niño recién nacido y adecuarlo al santoral del día.

Es posible que ya no se consulte hoy en día con la misma credibilidad de antaño, otros medios modernos de medir los cambios climáticos han hecho que para la gente del campo sean más apropiados para la consulta de lo que sucede en el día a día, además de los escépticos que no creen en estos cuentos de los viejos.

EL ALMANAQUE PIELROJA

En El Tiempo del 19 de diciembre de 2004, se lee: “El almanaque al que no le pasan los años”, y dice, que la idea inicial de estampar rostros de mujeres bellas, tipo modelos, que se repitió por décadas, desde el año 1934, cuando la empresa Coltabaco comenzó a sacarlo para popularizar entre las mujeres el cigarrillo Pielroja, (la mayor parte de las mujeres de la época, mascaban el chicote) que había nacido diez años atrás, con el símbolo de un indio de doce plumas, crea[1]do por el caricaturista Ricardo Rendón, (la cajetilla de cigarrillos) para contrarrestar la propaganda de los tabacos importados de Estados Unidos.

El primer ejemplar fue realizado en color sepia con material plástico, el respaldo contenía los doce meses y podía ser utilizado como regla, sus hojas eran siempre de arrancar, donde en cada una de ellas se imprimía el día, las fases de la luna, la fiesta nacional y el santoral.

Las modelos en su inicio fueron de caras de mujeres importadas, pero, en la década del setenta, estas se reemplazaron, por caras de modelos nacionales. Cuando en el año 2005 la empresa Philip Morris obtiene el control absoluto de Coltabaco, marca el ­ final del calendario y no obstante a petición de sus socios, que con gasto propio se siguiera, el último calendario se imprimió en el año 2006.

Coletilla: en esta ciudad, y en el cruce de la calle 11 con avenida Gran Colombia, he visto como en otros años, la venta de los ejemplares de los calendarios Bristol, y el de arrancar las hojitas, éste ya no el original con la cara del indio.

 

 

Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

lunes, 6 de febrero de 2023

2194.- JULIAN CAICEDO, UNA PEQUEÑA HISTORIA…

Sandra Caicedo Gutiérrez (Imágenes)


Esta pequeña historia que afortunadamente no es muy larga, la cuento con alguna frecuencia no solo porque la disfruto, sino porque me trae buenos recuerdos y porque a pesar de la distancia se me hace parecida a casi todas de ustedes. Ello porque a pesar que soy más cucuteña que nadie, me siento un poco más caucana, payanesa y acaso de Silvia, este el pueblo por el que mi padre tuvo sus mejores afectos.

La vida, porque no existe otra consideración, se llevó a mi padre para la frontera otrora tierra de las oportunidades, allí sentó sus reales y resolvió volverla suya. Él siempre pensó que Cúcuta le había sido generosa, no solo por lo que logró, sino porque le dio oportunidad de crecer en todos los sentidos y, al ­ final, con el esfuerzo y el trabajo que muchas de ustedes le conocieron, lo volvió uno de los suyos.

Un día y solo a nombre de su viejo partido liberal intentó ser su alcalde. Se equivocó porque creyó que las elecciones se ganaban con el trapo rojo y siendo honesto y limpio. No lo logró porque las maquinarias y las triquiñuelas lo derrotaron. Lo que pasa es que mi papá era un hombre guapo que no le tenía miedo a nada.

A título de anécdota, el ingeniero de la muy ilustre universidad del Cauca, perteneciente a una familia de gran reconocimiento, tuvo que aceptar el cargo de jefe de mecánicos de un concesionario de automóviles lo que, por supuesto, era un oficio menor para su condición. Lo que pasa es que, por encima de todo, era menester ser decente y llevar el sustento a su familia

Mi padre, para los que no lo conocieron, como ya les dije era un hombre guapo, arisco y que se enorgullecía de saber que casi todo se lo había ganado a pulso y que profesional o personalmente aceptaba con agrado las cosas que implicaban un reto.

Solo para mencionar compró y colonizó una tierra difícil, la sembró la hizo producir y se volvió un importante productor de pitaya. En oportunidades se le veía dirigiendo a sus trabajadores sin soltar el azadón, porque sentía que eso lo vinculaba a la tierra. Es que advertía que él era un campesino guambiano.

Trajo de alguna parte unas semillas de una planta que solo nace en los climas más duros, solo porque creyó, sin mucha fortuna que, los desiertos que rodean su nueva ciudad eran los adecuados para darle vida. Amaba los animales y los protegía, pero los que eran de trabajo debían ser cerreros como el amo.

Su caballo tenía el nombre de corcel de epopeya y solo se dejaba montar por su amigo el patrón. Debo contarles que más de una vez lo tiró de su montura.

Era católico sin estridencias, pero cumplidor de sus obligaciones religiosas. Alguna vez formo parte de grupos cercanos a su iglesia. Cuando tuvo alguna libertad económica porque le gustaba y porque sentía la necesidad de apoyar a su mujer, volvió su casa la casa de todos.

Allí permanentemente había gente todos los pelambres. Los amigos de sus hijos, las reinas, sus amigos, los curas, los obispos y me imagino que algún cardenal. Siempre, para todos, la mesa estaba puesta.

Intentó ser culto y lo logró en gran medida. Le interesaba la lectura, especialmente de los clásicos, la música y especialmente sus paseos por el mundo. Ahora lo recuerdo hablando deliciosamente de Madrid, Nueva York o de algún pueblo de la campiña francesa.

Fue un hombre generoso de verdad, no solo con su entorno familiar, sino fuera de él. No hace mucho tiempo me topé con alguna persona mayor que me contó agradecida que aún vivía en la casa que él le ayudó a construir.

Lo llamaron Lucio Julián, pero él tomó el Julián y lo volvió un nombre recio, trabajador, y eso le encantaba.

Al ­ final, cuando llegó el momento aceptó la muerte con seriedad y sin temor. Supongo que porque creyó que había cumplido y porque había pagado todas las cuentas con las que comprometió.

Hasta el ­ final, intentó ser buen ciudadano y trató de ser de ser un buen padre y un buen amigo. Quizá soy excesivamente generosa. Pero se trata de mi padre.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

sábado, 4 de febrero de 2023

2193.- F. DE P. SANTANDER Y JOSE I. DE MARQUEZ BARRETO

MÁRQUEZ Y SANTANDER-Banco de la República (Imágenes)

Francisco de Paula Santander

Por los años de 1792 en Villa del Rosario, en la frontera con la Capitanía de Venezuela, y 1793, en Ramiriquí (Boyacá), nacen Francisco de Paula Santander y Umaña y José Ignacio de Márquez Barreto. Entre plantaciones de cacao, aprendiendo las primeras letras castellanas y los principios de latín, transcurre la niñez del primero. En un medio rural de pueblos de indios y parroquia de blancos José Ignacio es iniciado por el cura del pueblo.

Con el apoyo de su tío materno ingresa en 1805 Francisco de Paula al Colegio Real de San Bartolomé. Para su admisión allega la documentación que da prueba de legitimidad y de limpieza de sangre y la ausencia de parientes que hubieran practicado “oficios innobles o mecánicos”. Vestirá la beca bartolina y será designado Conciliario del Colegio de San Bartolomé.

El Conciliario cucuteño rubricará la documentación de la probanza de sangre del boyacense Márquez Barreto. Ambos habían nacido durante la administración del virrey barcelonés José de Ezpeleta, en el reinado de Carlos IV. Apenas un año largo los distanciaba, mas no así su muerte en la Bogotá republicana, Santander a los 48 y Márquez a los 87. Márquez, presidente de la Nueva Granada, se reconcilia con Santander y preside sus exequias. Como presidente de los Estados Unidos de Colombia, el general Julián Trujillo acudirá al Cementerio Central a la inhumación del ex presidente Márquez.

El 20 de julio de 1810, a los provincianos internos bartolinos la revolución los conducirá por caminos diferentes a lo largo de la década. Santander marchará, interrumpiendo sus estudios, como abanderado en las tropas patriotas. Márquez, ajeno a los ajetreos militares, se recibirá en 1813 como bachiller en Derecho y continuará su práctica forense de 48 meses; se someterá a exámenes de la Real Audiencia para litigar como abogado e incursionar en la cátedra.

Entre tanto, y bajo el mando de Bolívar, Santander ascenderá en los ejércitos de Nueva Granada y Venezuela. Al mando de la vanguardia invadirá el virreinato en la campaña libertadora de 1819. Compartiendo con Anzoátegui, jefe de la retaguardia, los honores del triunfo de Boyacá y la liberación de la Nueva Granada, son ascendidos por el Libertador a generales de División. Encarga a Santander del poder ejecutivo y marcha a Venezuela, da cuenta de los triunfos al Congreso de Angostura y se crea la unión de los pueblos granadino y venezolano.

Al Constituyente de Cúcuta acude Márquez y, después de sucesivas y fatídicas designaciones de presidentes, le corresponde presidir las sesiones del Congreso en que se debate el sistema centralista y el federalista como proyectos políticos para la nueva república, por el año de 1821. En el templo donde recibiera el bautismo Francisco de Paula, el presidente del Congreso de Cúcuta José Ignacio de Márquez posesiona a Bolívar como presidente de Colombia y como vicepresidente a Santander, triunfador sobre Nariño después de varias votaciones.

En 1828, en Ocaña, la cuna de las Ibáñez, en el templo de San Francisco, presidirá la Gran Convención, que marcó el principio del ­ fin de los proyectos de integración acuñados por Bolívar y Santander. Tuvo que lidiar Márquez con los generales granadinos y venezolanos; vivir en carne propia todos los sucesos políticos durante su agitada vida burocrática en el período de 1820-1850: alianzas, negociaciones, indultos, renuncias, viajes clandestinos, persecuciones, ocupación de sus propiedades por la tropa, petición de ayuda al presidente Juan José Flores de Ecuador para sofocar las rebeliones de las provincias del sur. Los antagonismos entre el estamento militar y el civil estaban marcados por las actuaciones y mutuas relaciones de los hombres de la independencia.

No sobra retomar de la pluma del Libertador su apreciación cuestionadora del papel de los jurisconsultos republicanos y de los centros de educación como espacios de perversión política, en la hora de las conspiraciones de 1828. La tradición recoge sus palabras en el camino de Honda hacia la muerte: “Prefiero el destierro o la muerte a la deshonra de dejar mi gloria en manos del Colegio de San Bartolomé”.

El testamento político de Márquez a sus conciudadanos fue redactado anticipadamente, a catorce años de su muerte.: “Y ya que cercano a la tumba me dirijo acaso por última vez a mis compatriotas, me aprovecharé de la ocasión para dar de nuevo las más rendidas gracias a la nación por el cúmulo de honores con que por muy cerca de cuarenta años tan generosamente me favoreció; honras tanto más gratas cuanto más espontáneas, porque yo jamás solicité destinos, antes bien los renunciaba; ni ambicioné puestos, ni mendigué votos, ni traté de captarme el aura popular [...] Y tanto más me linsojean, cuanto que sin bordados, bandas, penachos y estrellas no me hacía notable por los ensangrentados laureles cogidos en los campos de batalla, ni por esas proezas guerreras que publica estrepitoso el clarín de la fama, que tanto deslumbran a los pueblos, ora salvajes, ora bárbaros, ora civilizados.

Simple ciudadano, la nación no podía ver en mí, para hacerme por tantos años depositario de su alta confianza, sino mi acrisolada probidad, mi consagración absoluta al desempeño de mis deberes, sin faltar a ellos por respetos humanos, aunque perdiera el amigo, o me granjeara enemistades. Yo le serví con amplia lealtad, y jamás me separé por malicia del sendero que me trazara la ley, de acuerdo con el interés del público, sin tener en mira mis propios medros, sin arredrarme las censuras, buscando el modo de servir así mejora mi patria”.

Evocativa síntesis de su trayectoria pública y sus controvertidas actuaciones como mandatario. Débil para unos, moderado para otros. Claudicante ante los generales de la guerra de los Supremos. Ensayó y multiplicó las amnistías, los indultos y todos los intentos de apaciguar las sublevaciones. Denostado tanto y más que Santander puesto que, ya ex presidente, aquél irrumpió como jefe de la oposición parlamentaria.

Mientras otros lo hacían en la calidad de sediciosos, como lo señalara Mosquera. Las tensiones sociales fueron polarizando los bandos y amplificando los debates políticos y los intereses de casta. La sucesión del general Santander en la Presidencia de la Nueva Granada con las candidaturas de Vicente Azuero y del general José María Obando -preferido por Santander- recayó en Márquez, el vicepresidente constitucional. Invocando incompatibilidades cuestionó Santander su elección y entró por medio de La Bandera Nacional a instaurar la oposición en la tradición republicana al gobierno de tumo. Los “ministeriales”, afectos al régimen de Márquez, respondieron desde la imprenta con El Argos. Cuando cerró ediciones La Bandera Nacional, le siguió pronto El Argos, pues ya no había con quién pelear.

José Ignacio de Márquez Barreto

Los “doctrinarios” atizaron en torno a la instrucción pública y a los textos utilitaristas leídos en las aulas, un debate que se prolongó hasta finales del siglo XIX. La Católica, con la complacencia del nuncio papal, la emprende contra el arzobispo de Bogotá Manuel José Mosquera. Los oficiales republicanos editan El Amigo del Pueblo (Herrán y Mosquera, yerno y suegro). Se debatía sin fin por la legitimidad de la oposición, ajena a la sedición.

Entre tanto. Lorenzo María Lleras empezaba a agrupar ideas en torno a las sociedades populares, la Democrática Republicana. Santander agobiaba a la administración con memoriales y con petición de transcripción de documentos. Márquez le encarga redactar un código militar que deja en 222 folios (recién descubiertos por el general Jaime Duran Pombo en el caótico archivo del Congreso).

Pero duele a Santander ser perdedor (ante un Márquez que fue siempre ganador en las designaciones presidenciales en el Congreso), en el año 1839 frente a Joaquín Mosquera por la Presidencia. Ya Santander había metido mano en el proyecto de código penal que Márquez redactara y que le correspondió sancionar en 1837 y estuvo vigente durante un siglo, hasta 1938.

La guerra de guerrillas, los alzamientos en Vélez, Casanare y Pasto, confunden al mandatario Márquez a la mitad de su mandato. Indulto de Herrán a los sureños después de la batalla de Buesaco. Luego vendría el indulto de Los Árboles, de Herrán a Obando; reinserción fallida, abusos con los indultados de Vélez.

En lo educativo, debe ceder a las presiones para extirpar los textos de Jeremías Bentham de los estudios en los colegios santanderinos. Los debates parlamentarios en torno al indulto vuelven a enfrentar ya no a los hombres, sino a las administraciones Santander y Márquez. Santander inclinado al indulto, al olvido de las corrientes de oposición. Ultimo ataque al ex presidente Santander en la más cerrada de las agitaciones en su contra.

Ha publicado Santander en 1837 sus Apuntamientos y dado la versión de los acontecimientos que protagonizara. Eladio Urisarri le rebate en un conjunto panfletario de cartas, las “Cartas de los sin cuenta”. En marzo de 1840 el general Eusebio Borrero ataca desde el Senado a Santander por su severo comportamiento frente a los conspiradores de 1833. Las crónicas afirman que el debate precipitó la muerte de Santander.

Lo cierto es que mientras se sepultaba a Santander, Borrero, secretario del Interior, caía como sacrificio político de Márquez a la reconciliación, y como catalizador del desagrado popular. Pero la muerte de Santander no acalla al descontento popular.

Nuevos focos de sublevación reaparecen por el sur. Se precipita la crisis del gabinete. Los triunfos de los sublevados del oriente andino hacen flaquear a la administración. Márquez emprende misión secreta hacia Popayán en busca del ejército leal. Se multiplican los alzamientos y las escaramuzas. Antiguos soldados de la independencia y oficiales encargados por la administración se enfrentan al gobierno de Márquez. José María Reyes Patria y Juan José Neira, coterráneos boyacenses, refulgirán en el escenario del conflicto. Neira entra a la nómina de los héroes consagrados por Bogotá y Márquez ofrece un discurso fúnebre, pieza de encendido sentimiento.

Buen trecho de la vida pública y hogareña de Márquez transcurre en Bogotá y la Sabana. Incursiona hacia su Boyacá natal en busca del escenario para su matrimonio con la hija menor del antes marqués de Surba y Bonza, María Antonia del Castillo y Vargas. Había vivido unos meses encargado de la administración política de la provincia de Tunja. Había sido rector de la Universidad de Boyacá. Por el año de 1826 le había insinuado a Santander la supresión de conventos en la provincia, para dedicar sus rentas a la instrucción pública. Había pertenecido al Consejo de Estado y allí redactó su proyecto de código de instrucción pública.

A semejanza de Santander, una vez iniciada su vida de ex presidente de la Nueva Granada continuó como parlamentario, por sucesivos períodos. Le correspondió fallar en el juicio contra el general Obando por traición a la patria en torno a los sucesos del golpe de Meló, acogiendo la sentencia absolutoria, a pesar de las constantes deslealtades y violaciones a indultos y perdones de Obando.

Como rector de la Universidad Central (hoy Universidad Nacional) había sido designado desde 1846 por el presidente José Hilario López. Habría de terminar destituido a finales de 1849 por presiones estudiantiles que exigían la supresión de ejercicios espirituales. Otro escándalo de tipo religioso había sucedido durante su mandato, promovido por universitarios, en ceremonias de la iglesia catedral.

Ahora sería el debate religioso en torno a la re-expulsión de los jesuitas el nuevo toque de la agitación política. Márquez desde el Senado apoyaba a los eclesiásticos. Pero al fin se produjo el extrañamiento de la Compañía de Jesús. Márquez se dirige al exilio voluntario en Europa y viaja por Inglaterra y Francia.

Su estadía supera el año y retorna al país. A medida que envejece, va desdibujándose su figura en el panorama político nacional. Márquez es el testimonio de una vida dedicada a servir a las instituciones republicanas. Opacada su figura histórica por el brillo de los mandatos de sus amigos generales de la República, empezando por Santander. Márquez fue el único de los constituyentes del Congreso de Cúcuta de 1821 que fue elegido a la Presidencia de la República; el exponente de una generación letrada que, conviviendo y debatiéndose con los estamentos militares, intentó un manejo jurídico de las tensiones políticas y de orden público, con una voluntad de servicio incomparable.

En la década de los años treinta, fue el sucesor de Santander y primer presidente civil de la Nueva Granada, venciendo al general Obando. En fin, Márquez, como su condiscípulo Santander, contribuyó en medio de sus detractores a afianzar el espacio político de la controversia, en una dialéctica que se vuelve caprichosa y biliar en los entretelones de la vida privada.

Herederos ambos de una mentalidad legalista colonial, ensayaron fabricar una estructura jurídica alternativa, con el lastre tricentenario de la vida colonial. Hombres de provincia, marcados por la tierra y sus maestros, alternando en el empeño de modelar una sociedad que hoy apenas identifica cómo comenzaron los procesos de formación de la nacionalidad y la identidad de colombianos, en la América libre.



Nota.- José Ignacio de Márquez Barreto (Vicepresidencia 1832-1833; 1835-1837); (Presidencia 1837-1841)

La ausencia de Santander, quien se encontraba en Estados Unidos en el momento de su elección, obligó a Márquez a tomar provisionalmente el poder ejecutivo, entre el 10 de marzo al 7 de octubre de 1832, permaneciendo en el cargo por 8 meses. Su corto gobierno destacó por la paz y la unidad nacional. Márquez entregó el cargo a la llegada de Santander a Bogotá. Cuando Santander se posesionó, Márquez continuó siendo el vicepresidente del país hasta el 31 de marzo de 1833, cuando fue reemplazado por el expresidente Joaquín Mosquera. Posteriormente, Mosquera dejó el cargo por conflictos morales ya que el presidente empezó una serie de reformas liberales relacionadas con el laicismo y la educación pública. Por lo anterior Santander volvió a llamar a Márquez para que fuera su vicepresidente, estando en el cargo de 1835 a 1837, cuando fue postulado para ser candidato presidencial.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

jueves, 2 de febrero de 2023

2192.- OLINTO MARCUCCI RAMIREZ – SUS ARCHIVOS

Olga Cruz (https://www.banrepcultural.org/)


Olinto Marcucci esculpiendo

El escritor y escultor Olinto Marcucci Ramírez nació en Cúcuta el 16 de noviembre de 1896 y murió en Los Angeles, USA el 2 de febrero de 1982, sus padres fueron Rafael Marcucci y María Espíritu Santo Ramírez. Su primera obra escultórica, La Victoria, fue comprada por el gobierno departamental en 1919 para conmemorar el triunfo de la Batalla de Boyacá al cumplir los 100 años de la misma y adornar el parque Colón o parque de La Victoria de su ciudad natal. El singular talento que evidenciaron estos hechos le significó una beca para estudiar en Italia. Fue el menor de sus hermanos José Antonio, Rafael, Alida, Ilva y Rolando.

Desde 1919 hasta 1926, Marcucci se vinculó a la Real Academia de Bellas Artes de Roma y allí conoció a quien sería su esposa: la bogotana María Echeverry Quijano, en ese entonces estudiante de la misma institución. La pareja se casó en 1926 y regresaron a la capital colombiana para establecer su vivienda y estudio en el Palacio Echeverry, ubicado en la carrera 7.a con calle 8.a, propiedad de la familia de María; allí nacieron sus hijos Guillermo, Beatriz, Álvaro y Cecilia.

La familia de María Echeverry, si bien se había radicado en Bogotá a finales del siglo XIX, provenía de una tradición comerciante antioqueña de vieja data y, para el momento en el que ella se enlaza con Olinto, se encontraba radicada en Suiza, de ahí que buena parte del archivo custodiado por la Biblioteca Luis Ángel Arango sea correspondencia personal entre los miembros de la familia Echeverry, sus amigos y allegados residentes en diferentes ciudades de Europa.

El trabajo artístico de Marcucci, dedicado a la escultura conmemorativa, se extendió por las principales plazas de las ciudades colombianas, siendo de especial reconocimiento los monumentos a Carlos E. Restrepo, Erasmo Meoz (Cúcuta), Ismael Enrique Arciniegas (cementerio de Bucaramanga), Rojas Pinilla (Riohacha) y Simón Bolívar (Neiva y Girardot).

Notas manuscritas de Marcucci

Además de ser escultor, Olinto Marcucci fue un inquieto pensador, escritor, político, activista social y viajero.

Publicó varios textos sobre cooperativismo, antroposofía, movimiento agrario y liberalismo; algunos borradores (hojas mecanografiadas y anotadas de puño y letra) de estos escritos figuran en este archivo. Miembro de la Sociedad Teosófica, la Iglesia Católica Liberal, la Sociedad de Agricultores de Colombia, del Club Social Científico Vegetariano, el Comando Popular Liberal y la Acción Sindical, fundador y presidente de la Sociedad de Autores y Compositores Colombianos (Sayco), colaboró en los periódicos La Razón y El Tiempo. El acervo documental también contiene materiales inéditos sobre estas instituciones y el papel de Macucci en ellas.

La colección está compuesta por 5 carpetas (422 documentos, 24 bocetos y 12 fotografías en blanco y negro).

La carpeta n.° 1 contiene la mayor parte de la correspondencia personal entre María Echeverry, sus familiares y amigos en Europa y América, con un centenar de cartas escritas en español, francés e italiano, en papeles membretados de hoteles europeos, transatlánticos y oficinas comerciales de ambos continentes. Aquí se incluyen las primeras cartas de amor entre Olinto y María, así como la proposición formal de matrimonio, la comunicación de ingreso de Cecilia Echeverry (hermana de María) al convento y las comunicaciones que Olinto enviaba a su familia en Cúcuta y Venezuela, contándoles sobre sus avances en los estudios artísticos.

La carpeta n.° 2 incluye otro centenar de documentos personales de Olinto y María, entre los cuales se destacan: el diploma de estudios artísticos de la Real Academia de Bellas Artes de Roma otorgado a Marcucci; los primeros contratos que recibió en Colombia para ejecutar obras como la del Dr. Meoz, en Cúcuta; documentos notariales y judiciales sobre la sucesión de bienes del padre de María; notas sobre la actuación de Marcucci como representante de la agrupación de vecinos del barrio Las Ferias, en Bogotá, y telegramas en los que le comunican que Manuel Quintín Lame ha sido apresado. En esta misma carpeta reposa buena parte de documentos referidos a la sucesión del padre de María, en la que se incluye el Palacio Echeverry, edificación declarada Bien de Interés Cultural del ámbito Nacional, en 1984, y actual sede del Ministerio de Cultura.

La carpeta n.° 3 contiene 64 documentos de diversa índole producidos en la década de 1950 a 1959: comunicaciones del Ministerio de Gobierno autorizando acciones promovidas por Marcucci en calidad de secretario del Comando Popular Liberal; textos mecanografiados sobre cooperativismo; solicitudes de cotización y contratos para elaborar bustos del general Gustavo Rojas Pinilla en varios municipios del país y, así mismo de otras obras; correspondencia bancaria y legal relativa a la muerte de su hija Cecilia Marcucci en un accidente aéreo; cartas con María, y papeles de su divorcio.

La carpeta n.° 4 incluye 73 documentos personales y familiares con saltos cronológicos, precedente de invitaciones a fiestas infantiles de sus hijos pequeños (cuatro en total, nacidos entre 1926 y 1940), cartas entre María, sus hermanas y amigas más cercanas y postales de Olinto para su esposa enviadas durante sus viajes. Acompañan este íntimo complejo documental 7 borradores de discursos y escritos políticos y teosóficos sin fecha, mecanografiados y con anotaciones al margen.

Certificado de la Academia de Artes

En la carpeta n.° 5 se encuentran, además de 84 documentos relacionados con el trabajo artístico de Marcucci (incluyendo un diploma del I Salón de Artistas Colombianos) y sus ideas político-filosóficas, un sobre de 12 fotografías en blanco y negro, 9 de las cuales son de la obra y el taller de Olinto (con él presente) y 3 son de eventos políticos en los que participa.

Basta por señalar la importancia que tiene este archivo tanto para los historiadores del arte colombiano, por cuanto incluye documentos inéditos del oficio y trayectoria del escultor Olinto Marcucci, como para los investigadores interesados en el movimiento antroposófico y la historia institucional de agremiaciones de artistas.

La riqueza del material que contiene información sobre compra y venta de propiedades, costos de viajes y artículos de lujo, pago por encargos de arte, sostenimiento de una familia y comunicaciones intercontinentales resulta útil para documentar la vida de una familia bogotana de clase alta en la primera mitad del siglo XX.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.