Miguel Palacios (hectorvoz.com)
¿Sabe usted quién fue Marcos León Mariño? Todos los 23 de julio se cumple años de su muerte y queremos enseñarle gran parte de su historia:
Marcos León Mariño fue quien esculpió el monumento a Cristo Rey.
Fue el que 1945 hizo el decorado de la catedral de Cúcuta, entre otras las siguientes obras:
Los cuadros que representan la muerte del patrono de Cúcuta y la de San José Obrero, situados en la parte alta de las naves laterales. La decoración de la cúpula central y cada una de las cuatro pechinas.
Fue quien pintó en 1947 el óleo sobre los últimos momentos del Libertador y que está en la sacristía de la catedral San José. Este cuadro en su momento, fue escogido por el gobierno nacional para elaborar una edición de estampillas, con motivo del sesquicentenario de la muerte de Bolívar.
Don Marcos León Mariño fue quien laboró en el acceso de la catedral San José, en sus naves laterales, los óleos gigantes que fueron robados y que aún no han regresado al lugar donde pertenecen. Uno hacía referencia al bautismo de Jesús y el otro al terremoto en el que sobresalía de entre las ruinas, el reloj que marcó lo hora del fatídico momento y a San José y la Virgen con el niño, salvados del movimiento telúrico.
En el interior de la sacristía está el óleo de monseñor Luis Pérez Hernández, primer obispo de la diócesis de Cúcuta.
Muy apreciados son también sus trabajos decorativos en el templo parroquial de San Antonio de Padua de Cúcuta, con la vida del santo, elaborados en el año de 1949.
Algunas personas han afirmado que los oleos del viacrucis, que solo hay cinco, son suyos, y esto es falso, esos óleos son obra del artista Santiago Martínez.
Entre otros trabajos está un óleo de la heroína Mercedes Abrego, que está en el despacho del alcalde de Cúcuta.
También un precioso cuadro sobre la fundación de la ciudad, que estaba en el edificio de la Sociedad de Mejoras Públicas y que ahora reposa en el despacho del director de la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero.
Don Marcos León Mariño también elaboró el óleo de doña Juana Rangel de Cuellar.
Igualmente, el cuadro de la Divina Pastora, copia de la Virgen de la Tablita del templo parroquial San Antonio de Padua en el Municipio del Zulia.
Don Marcos León Mariño, es boyacense de nacimiento y cucuteño de corazón, nació en Corrales, Boyacá, el 11 de septiembre de 1881, y cuando se celebró el primer centenario de su nacimiento, se trasladaron sus restos del templo de San Antonio de Padua a la catedral San José, rindiéndole un gran homenaje con la presencia de familiares, entre ellos su hijo Juan Mariño Sánchez, miembro de la Sociedad Bolivariana de Bogotá.
Distinción, Ciudadano Ejemplar Marcos León Mariño – Fundación Cultural ´El 5 a las 5´
Luis Arturo Melo (La Opinión)
La Fundación “El Cinco a las Cinco”, creó la distinción Ciudadano Ejemplar Marcos León Mariño, en reciente sesión extraordinaria.
Este personaje tiene un significado especialísimo para la decencia y la pulcritud cucuteña y para la preservación de los valores locales, pues su obra está esparcida providencialmente en nuestros estratégicos escenarios cotidianos de la ciudad, como el pie adelantado tras el sable, para mantener el honor y la tradición de Cúcuta.
Si. Porque la obra cultural de Mariño nos enfrenta esos compromisos del honor y la bondad, cada vez que entramos a la Catedral de San José, desde las bóvedas de su cielo, desde cada pintura mural o de sus oleos que, solo viéndolos, adoba nuestra oración tibia o la fervorosa.
O en los muros de la Iglesia de San Antonio, o en el monumento a Cristo Rey en las colinas de la Cabrera, o en el culto escondido al Libertador Simón Bolívar en el óleo de la sacristía de la catedral, que un día el Gobierno Nacional lo volvió estampilla nacional, para honrar el sesquicentenario de su muerte.
Qué acierto ha Tenido la Fundación El Cinco a las Cinco, al perpetuar esa memoria del maestro. Que en su pincel trasuntó, la fe regional en los oleos: del bautismo de Jesús en el rio Jordán, o el amor patrio en los sacrificios por la libertad de nuestras mujeres simbolizadas en el retrato de Mercedes Abrego, o las conmemoraciones de la fundación de la ciudad, o los dolores comunales retratados tras el terremoto de Cúcuta.
El segundo acierto de la Fundación El Cinco a las Cinco, ha sido la escogencia del doctor Rosendo Cáceres Durán, médico anestesiólogo, para exaltarlo como ciudadano ejemplar. Un chinacotense de todo el café, nacido en pleno inicio del gobierno liberal en la vereda de Palo Colorado en las faldas del cerro de La Vieja.
Nació, creció y envejeció trabajando, con el ejemplo recibido de su viejo Antonio Andrés, uno de los primeros indocumentados de Colombia y Venezuela, por capricho.
No he sido su amigo, pero he seguido su parábola desde un día en que me enteré, que como él, nos identificaban algunas coincidencias; no solo la cafetera.
Sino otras como que el kínder y la primaria la hicimos con las monjas, él con las hermanas de la Presentación de Chinácota y yo con las Hermanas Terciarias Dominicas de Lourdes. ¡Ah, los niños de las monjas!
Bachiller del Sagrado Corazón de Jesús de Cúcuta, en la época de las estrellas, cuando la ciudad era la Meca “Basketera” de Colombia, la de Alfredo Díaz Calderón, David Darío Porras, Ernesto Garviras, Heberth Suárez y Olinto Merchán, como lo reseñó un día el cronista deportivo Pedro Jáuregui.
Desde la Universidad Nacional como estudiante de Medicina, en su ejercicio profesional y sus querencias con el deporte regional el Doctor Rosendo Cáceres Durán ha sido uno de los ciudadanos ejemplares que los cucuteños debemos imitar. Una parábola vital dentro de la solidaridad y la justicia social, sembrando paz.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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