Ahora, noviembre 2020, que ordenan la liquidación del Cúcuta Deportivo, traemos a esta sección al equipo de 1964, cuando tuvo en la última fecha la oportunidad de forzar un partido de desempate frente a Millonarios si le hubiera ganado a Once Caldas en Manizales, pero empató y se quedó con el subcampeonato del torneo; ya en esa época jugaban en el conjunto 3 cucuteños. Uno de los equipos base lo conformaron Heriberto Solís, Carlos Zas, Víctor Pignarelli, J. Gómez y Julio Brucessi. Hincados, Gilberto ‘Palomo’ Ramírez, Germán ‘Burrito’ González, Omar Verdún, Elías ‘El Maestrico’ Rincón y Walter ‘Cata’ Roque.
El descadenado Cadena Editorial La Opinión 14/11/2020
En la historia oscura de la ciudad quedará el nombre de José Augusto Cadena, que llevó al insigne Cúcuta Deportivo a una etapa nunca antes esperada a lo largo de su participación en el fútbol profesional colombiano, como es la relacionada con la liquidación.
La antítesis futbolera desde el punto de vista del manejo administrativo sucedió con este personaje, al que le han puesto la etiqueta de ‘mercenario’ por la manera de comportarse con los equipos a los que ha llegado.
El escándalo siempre lo ha seguido en sus actividades al frente del Atlético Bucaramanga, Patriotas y luego con el club fronterizo al que dejó en maltrechas condiciones.
En el futuro se recordará que, al Cadena arrastrar al abismo al club cucuteño, también se llevó de paso su imagen, puesto que nadie dirá que es un abogado o un empresario y miembro de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), sino un ‘sepulturero’.
Ese título se lo ha ganado con creces, porque profundizó la pérdida de credibilidad y de deterioro de la imagen de la dirigencia futbolera colombiana, puesto que tenemos que ser claros en que, si por el Cúcuta Deportivo hay una tormenta, sobre la Dimayor se abate un huracán.
Llamó mucho la atención que, esa institución saliera a lanzarle una especie de salvavidas al cuestionado dirigente que se encontraba al frente del once motilón, pero que finalmente no se quedó sino en el anuncio, porque a Cadena ‘le cortaron la cabeza’.
Que a controlar equipos de tan larga tradición como el Cúcuta -que entre sus activos muestra a una afición considerada como de las mejores de Colombia- lleguen personas que piensen en el negocio, lógico, pero no en llenarse los bolsillos, aprovecharse de los derechos de televisión, y tener cualquier nómina, no debe permitirse más en el país.
Así como muchos quedan inhabilitados por la justicia para ocupar cargos públicos, Cadena debería ser ‘vetado’ para que no siga ‘descadenando’ al fútbol colombiano y que su único contacto con este deporte sea tal vez, como hincha o jugador aficionado, pero nunca más como accionista.
Imagínese, en este pandémico 2020, Cadena dejó al Cúcuta Deportivo con el reconocimiento deportivo suspendido, con el rompimiento definitivo de las negociaciones con los grandes acreedores y, de ñapa, con el proceso de liquidación judicial en marcha.
Eso en términos futbolísticos sería igual como que, le convirtieran un gol olímpico, después le expulsaran varios jugadores, le convirtieran varios penaltis y terminara goleado y abucheado por la afición.
Y de abucheos sí que ha sido objeto Cadena, que a finales de 2013 llega a Cúcuta con el rótulo de ‘salvador’, pero meses después su personificación se ve trastornada por sus polémicas decisiones y la ciudad entera empezó a verlo como un villano y hoy ya no quiere volver a saber absolutamente nada de él.
Y qué mejor que recordar estas premonitorias afirmaciones de un futbolista como Marco Lazaga, exjugador paraguayo al describir el paso de Cadena por el fútbol profesional colombiano:
“Creo que él tiene que dar un paso al costado, estuvo en Patriotas y casi lo desbarata, también pasó lo mismo en Bucaramanga y ahora quiere hacer algo similar con un equipo tan grande como lo es el Cúcuta”.
Por fortuna se fue, y ojalá bien lejos.
La audencia (Gustavo Contreras/La Opinión) José Augusto Cadena perdió el manejo administrativo del Cúcuta Deportivo
En una jornada histórica para el Cúcuta Deportivo, el 11 de noviembre de 2020, la Superintendencia de Sociedades ordenó el fin del proceso de reorganización empresarial y dio apertura a la liquidación judicial de la institución deportiva. Este hecho se da por el incumplimiento en el pago de las acreencias vencidas al Instituto Municipal para la Recreación y Deporte (IMRD) y a la Alcaldía de Cúcuta, en el marco de la reorganización empresarial, en la que se encontraba el club desde 2013.
La audiencia, que era la cuarta en el año, a primera vista parecía ser la crónica de una muerte anunciada, puesto que la institución futbolera no le había cumplido a sus acreedores y llegaba nuevamente buscando más prórrogas, que por antecedentes, no iban a ser concedidas.
El primer acreedor en reafirmar un incumplimiento fue Colpensiones, quien señaló que el Cúcuta tenía una deuda real de $1.207.000 y una deuda presunta de $25 millones. Sobre este caso, Juan Carlos Paredes, representante del club motilón, dijo que la deuda real sería pagada durante el día. A Colpensiones le siguió la DIAN, que advirtió que no se había efectuado el pago ni existía el ofrecimiento de una garantía por la deuda en concepto de retenciones de 280 millones y 400 millones de atrasos por cuotas del acuerdo. Con la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, el club acordó, en ese momento, pagar $150 millones el 23 de noviembre y quedaría por cancelar otros 530 millones, el 11 de diciembre.
Al continuar la diligencia, la delegada de la Supersociedades, Ayda Jaimes Rueda, llegó al caso de incumplimiento laboral con los exjugadores rojinegros Braynner García, James Castro, Diego Chica, Henry Obando, Mateo Cardona, Freddy Hinestroza, Jhonny da Silva, Carmelo Valencia y Javier López. Sobre este punto, el club hizo llegar unos soportes de pago de los primeros a los siete futbolistas, el 20 de septiembre. Eduardo Ramírez, apoderado de los jugadores, denunció nuevamente que en el equipo se presenta la doble contratación y que dichos documentos hacían referencia al contrato más bajo. “La sociedad concursada tiene un engranaje para incumplir sus obligaciones laborales. Tiene una costumbre repetitiva, con la firma de la doble contratación. Cancela los saldos insolutos del contrato de trabajo, que por regla general ascienden a un millón de pesos”, expresó Ramírez.
Además, hizo mención de que “el Cúcuta presenta esta modalidad de contratación que defrauda los derechos laborales y que ya hay una demanda ordinaria laboral sobre el tema”. En referencia a los dos jugadores restantes (Carmelo Valencia y Javier López), el jurista afirmó que al primero se le adeudan $53 millones y al segundo un total de $40 millones. Paredes salió en su defensa junto con el departamento contable del club, alegando tener otras cifras y que podría pagar $36 millones a Valencia y $16 millones a López.
El viacrucis siguió con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), quien pidió el pago de $2’070.791 por parafiscales, los cuales acordaron pagar en la jornada. En continuación, el turno llegó para el IMRD, que aseguró por medio del apoderado Misael Zambrano y del director Oscar Montes Ararat, que la deuda vencida estaba por los $1.029 millones al 31 de septiembre de este año. El Instituto Municipal de la Recreación y el Deporte subrayó que el Cúcuta no se había acercado a pagar esos compromisos. Frente a esto, Juan Carlos Paredes salió a decir que estaba en proceso el adelanto de $1.500 millones de la Dimayor, por derechos de televisión, y que con ese dinero se pagaría la deuda. El representante de la escuadra fronteriza dijo en la audiencia que igualmente estaban a la espera de que en el Concejo de Cúcuta se aprobaran los alivios tributarios del Decreto 0149 de 2020, que la Corte Constitucional declaró inexequibles. Vale la pena recordar, que al rojinegro le declararon improcedente una tutela en la que reclamaba el derecho a la igualdad y en la que de fondo se buscaba que se le fuera incluido en los descuentos.
A esta oferta de esperar los dineros de la Dimayor, el IMRD exigió una garantía real que diera certeza del cumplimiento, por ejemplo, que la Dimayor desembolsara el pago directamente al IMRD. El presidente José Augusto Cadena afirmó que se iba a dirigir a la Dimayor para que los dineros llegaran directamente al IMRD, como se estaba planteando. Sin embargo, el instituto insistió en que, si no se presentaba una garantía real, se debería continuar con la audiencia.
Por su parte, la Alcaldía de Cúcuta llegó con su pedido del pago de $545 millones de la deuda vencida. En ese momento, la delegada de la administración municipal, Marcela Rodríguez, reveló que la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) le había enviado una carta al alcalde Jairo Yáñez, solicitándole que aplazara la audiencia. A razón de esto, Yáñez pidió como garantía un pagaré firmado por Ramón Jesurún, presidente de la FCF donde se avalara el pago de la deuda antes del lunes. A esta solicitud se unió el IMRD. “Con la firma de la Dimayor no aceptaría, ya que existe el antecedente de incumplimiento”, dijo Yáñez.
Durante la diligencia, Edwin Del Castillo, ex entrenador de las divisiones menores del club, notificó deudas laborales por $27’644.000, reclamando su pago inmediato. “Los trabajadores de divisiones menores no tienen contrato, les adeudan salarios. Me permito solicitarle se impongan sanciones o multas sucesivas, puesto que los incumplimientos son reiterados”, señaló. La delegada de la Superintendencia de Sociedades notificó que compulsaría copias al Ministerio del Trabajo. Los otros acreedores fueron el exjugador Damián Malrechauffe, de quien se demostraron soportes de pago, la Promotora de finca raíz ($7’200.000) y a la misma Supersociedades.
En consecuencia, a la solicitud de los acreedores y lo pactado, la delegada ordenó una suspensión de cuatro horas para que el Cúcuta llegara con “los pagos indicados a Javier López, Carmelo Valencia, el ICBF, Promotora de finca raíz, a la Superintendencia de Sociedades, a Colpensiones y a Edwin Del Castillo y que se suscriban los documentos requeridos por la Alcaldía de Cúcuta y el IMRD”.
Al reanudarse la audiencia, el Cúcuta Deportivo mostró los comprobantes de pago a López, Valencia, ICBF, Promotora de finca raíz y a Edwin Del Castillo. Mientras que con la Supersociedades y Colpensiones quedaron en trámite, sin impedimento de los acreedores. El punto álgido del asunto llegó cuando el IMRD y la Alcaldía de Cúcuta afirmaron que no hubo un acercamiento con el club ni se había normalizado la deuda. En medio del receso, la Dimayor envió una carta a la Supersociedades en donde anunciaba que el adelanto de los derechos de televisión estaba en trámite, porque faltaba la aprobación de dos de los 36 presidentes de los clubes afiliados. La División Mayor del Fútbol Colombiano precisó en el documento que de no lograrse la totalidad de apoyos, se iba a efectuar una asamblea la próxima semana, para someter a votación este salvavidas al Cúcuta. En cuanto al pagaré pedido como garantía por el alcalde Yáñez, no resultó viable en el sentido de que la FCF no es responsable de los dineros a cargo de la Dimayor. Por ello, tanto el IMRD como la Alcaldía pidieron que se procediera conforme a la ley.
La delegada, anunciando que no podía dar más prórrogas debido a que esta era la cuarta audiencia en el año, tomó la decisión de decretar el incumplimiento del acuerdo de reorganización y declarar la terminación del mismo. De la igual manera, decretó la apertura del proceso de liquidación judicial del Cúcuta Deportivo.
Tras el anuncio, Juan Carlos Paredes en representación del conjunto cucuteño, en reposición alegó que la próxima semana podían efectuarse los pagos con el adelanto de la Dimayor. Sin embargo, ambos acreedores (la Alcaldía y el IMRD) alegaron su rechazo en contra del recurso interpuesto y posterior a esto la Supersociedades confirmó y dejó en firme el fallo.
Ahora, la Superintendencia delegará a un liquidador auxiliar de la justicia, quien llegará a administrar la institución rojinegra para empezar a pagar las acreencias, advirtiendo que los administradores, asociados y controlantes, a partir de la expedición del auto, están imposibilitados para efectuar operaciones en desarrollo de su actividad comercial. En el auto leído por la delegada Jaimes, también se decreta el embargo y secuestro de los bienes, haberes y derechos, propiedad de la sociedad susceptible de embargo; y que los deudores del Cúcuta solo podrán hacer los pagos al gerente liquidador, entre otros detalles judiciales.
Misael Zambrano, abogado asesor externo del IMRD (La Opinión)
Incumplir el acuerdo de reorganización empresarial, irrespetar a la hinchada con declaraciones hirientes, no pagarles a sus empleados y en sus siete años de administración tener al equipo dos veces por fuera de la ciudad, hicieron que gran parte de los cucuteños deseara que José Augusto Cadena se fuera de la institución.
En la audiencia, se presentó una postura firme por parte del Instituto Municipal de Recreación y Deportes (IMRD) y de la Alcaldía de Cúcuta, para que Cadena cumpliera con el pago de las deudas vencidas, como eso no fue posible y tampoco se ofrecieron garantías reales, no hubo acuerdo y la Superintendencia de Sociedades decretó el inicio del proceso.
“Nuestra intención no era liquidar. Fue una decisión complicada. En ese momento confluye la situación como cucuteño, como hincha. La ciudadanía debe tener claro que se intentó hasta el último momento y con la benevolencia de la misma Supersociedades, que fue un poco laxa. La audiencia se alargó hasta donde más se pudo para evitar una liquidación de esta sociedad, que no es una sociedad cualquiera, sino que derivan en ella muchos sentimientos de la ciudad”, afirmó el especialista en Derecho Laboral, Derecho Administrativo y master en Derecho Procesal.
La deuda que, si bien la vencida era de 1.029 millones, en total es cercana a los 1.700 millones, según contó el director del IMRD, Oscar Montes Ararat. “La deuda del Cúcuta es una obligación bastante antigua. Corresponde a los impuestos de espectáculos públicos de 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010, y fue graduada y calificada en el acuerdo de reorganización, en el que estaba subsumido el Cúcuta”, aclaró Zambrano.
“Es una circunstancia que no podemos negar, que nos sorprendía que en el Cúcuta no había una intención de buscar un acercamiento, una posible salida de esta obligación que siempre permaneció insoluta. Fue una situación que no se pudo normalizar”, contó el abogado quien años antes le había ganado dos procesos a Cadena, con exempleados del club.
“Confluyen muchos sentimientos encontrados. Lamentablemente, debemos decir que es el mejor paso en aras de recuperar la dignidad del Cúcuta Deportivo, de su hinchada. Lo que se percibía en la ciudadanía era un reclamo y un clamor generalizado. La gente estaba cansada y golpeada por esta administración que regentaba el equipo”, confesó.
Igualmente indicó que el IMRD, estará muy atento a esta nueva etapa y a la llegada del gerente liquidador.
Además ‘Lo que hizo Cadena con los jugadores fue una canallada’ (La Opinión) El plantel fue abandonado, debía regresarlos a la ciudad.
La frondosa tormenta extradeportiva que vive el Cúcuta Deportivo sigue estando latente a la espera de la llegada de un gerente liquidador, que será delegado por la Superintendencia de Sociedades para que tome las riendas del club.
Por ahora, el motilón que no podrá jugar hasta la llegada del liquidador, y los jugadores están en vilo sobre si podrán ejercer o no su trabajo en el resto del año.
El plantel, que en estos momentos se encuentra en Armenia, denunció que no estaban pagos el hotel, ni tenían tiquetes de regreso.
A esto, la Dimayor se hizo cargo con los gastos del equipo. También, Oscar Montes Ararat, director del Instituto Municipal para la Recreación y el Deportes (IMRD), se organizó junto a unos empresarios de la ciudad para aportarle a delegación viajera.
“Recogimos recursos con unos empresarios de la ciudad para pagar un tema de transporte allá y el alojamiento acá de dos miembros de la nómina viajera, quienes al llegar a Cúcuta no tienen donde hospedarse”, le afirmó a La Opinión el director.
En referencia a la incertidumbre que vivieron los jugadores, Montes expresó que fue una canallada.
“Lo de Cadena (expresidente del Cúcuta) fue una canallada. ¿Cómo es posible dejarlos sin con qué venirse? ¿Cuándo iban a pagar el hotel? Todos esos gastos corrían por el equipo y tuvieron que dejarlos con anticipación”, reclamó. Asimismo, fue enfático en que por moral y éticamente, existen implicaciones para no dejar a los jugadores en ese estado.
“La dirigencia tenía una desorganización gigante y la Dimayor debe penalizar a Cadena por eso, que no se comprometa la ficha. Si hay un responsable para alguna sanción debe ser Cadena”, subrayó Montes Ararat.
En este momento, el plantel se encuentra en la capital del Quindío a la espera de su regreso, que se debe efectuar. Es necesario recordar que a los jugadores se les quedó debiendo sus salarios de los meses de septiembre y octubre.
El liquidador (La Opinión) Arturo Acosta Villaveces será el liquidador.
Arturo Acosta Villaveces, abogado de la Universidad del Rosario y especialista en derecho tributario, asumirá las riendas del Cúcuta Deportivo en su proceso de liquidación judicial. En su hoja de vida, Acosta presenta un amplio recorrido en el sector empresarial.
"La consultoría en el sector inmobiliario lo ha llevado a trabajar con empresas tales como el Grupo Conconcreto, Pedro Gómez & Cía., Manufacturas de Cemento S.A., Constructora Colpatria, Constructora Bolivar, Camargo Correa de Brasil, Canales Andrade & Cía SAS, Arias Serna y Saravia, Espacios Urbanos, Casa de Campo, Prodesa S.A., Incol, Gayco Ingenieros Constructores, Juan Gaviria Restrepo y Cía., Luis Soto & Cía., Amarilo, Vicón, Toro Ortíz y Cía., Falabella, Mall Plaza, Ospinas & Cía., Alianza Fiduciaria, Fiduciaria Central, FiduBogotá, Acción Fiduciaria, FiduColombia, etc.Adicionalmente, Arturo Acosta Villaveces ha sido consultor de empresas del sector financiero y del sector real, entre ellas Nortel, General Motors, Eveready, Procter & Gamble, Chubb de Colombia, Mamut de Colombia, Protabaco, Pacific Rubiales, Asocaña y muchas más de nacionalidad Colombiana y extranjera", expone en su portal web.
Acosta Villaveces tendrá la tarea de revisar cómo está el club para empezar el camino de pagar las acreencias de la sociedad. El liquidador fue asignado por la Superintendencia de Sociedades, de una lista de auxiliares de la justicia que tiene establecido para tal labor.
De igual forma, en su porta da a conocer que ha sido miembro de las Juntas Directivas de Protabaco SAS (Presidente), Mamut de Colombia S.A., Vicón S.A., Juan Gaviria Restrepo & Cía. Y Luis Soto y Cía. S.A., Politécnico Grancolombiano Institución Universitaria, y Universidad del Istmo (Panamá). Gun Club de Bogotá (Secretario), Club El Rincón de Cajicá (Presidente), Club Payandé de Villeta (Tesorero), Emcocables S.A., y otras empresas incluida la Compañía Colombiana de Seguros de Vida S.A. (Colseguros) y Aseguradora El Libertador S.A. (Seguros Bolivar S.A.).
El Cúcuta Deportivo somos todos Cristian Buitrago (La Opinión)
Una tarde cualquiera del año 1978, me encontraba en actividades extracurriculares en el Colegio Calasanz, cuando de manera sorpresiva entró a la institución una cantidad de jugadores de gran talla y con uniformes de entrenamiento rojo y negro.
Nunca había visto un verdadero equipo de futbol de cerca y menos poder saludarlos y estrechar sus manos. Recuerdo con admiración a la Bruja Verón, quien hacia parte de esa plantilla histórica. Desde ese mismo instante, aun siendo niño, empecé a ser un seguidor ferviente del Cúcuta Deportivo.
Mientras estuve en el colegio nunca pude ir al estadio a verlo jugar, sin embargo, estando en Bogotá era toda una pasión ir a ver jugar a nuestro Cúcuta en el Estadio el Campín y en especial, salir con la satisfacción de que siempre que el Cúcuta jugaba con el encopetado Millonarios, le ganaba o le empataba en su campo, así estuviera en las últimas posiciones de la tabla.
Cuando el Cúcuta Deportivo descendió a la B, una tristeza embargó a todos sus seguidores, pero eso no fue razón para retirarle el respaldo y muchos menos el afecto que le tenemos y que le seguiremos teniendo a nuestro equipo. Antes que desfallecer, la hinchada roja y negra, con la fe del carbonero, esperamos pacientemente la oportunidad del ascenso y a fe que lo logramos con una actuación histórica para el fútbol nacional al ganar el torneo de acenso y campeonato profesional, lo que le valió el irrevocable remoquete del “doblemente Glorioso Cúcuta Deportivo”.
La participación en Copa Libertadores fue sencillamente delirante, no sólo la hinchada cucuteña sino el país se paralizó ante la increíble campaña de este equipo que goleó en México y remontó al invencible Boca Junior, con toda su trayectoria.
Sin embargo, en la “bombonera” fuimos víctimas de la presión de los argentinos que hicieron reanudar un partido en el que literalmente no se veía y cuyo gol de córner a oscuras producto de la densa neblina, nos lapidó, haciéndonos presa de una jauría liderada por una hinchada que literalmente nos comía a punta de canticos y gritos de euforia.
El Cúcuta Deportivo no merece el entierro de quinta que un indolente empresario quiere hacerle, pensando únicamente en su bolsillo, cercenando la ilusión de un pueblo y el recuerdo de grandes gestas y hazañas que hoy son parte del tesoro histórico cultural de nuestra región y que un insensible presidente no podrá arrebatárnoslas.
No pudimos estar en la Bombonera para impedir que nos robaran la Copa Libertadores, pero hoy si estamos en Cúcuta para impedir que nos roben el equipo, el sueño y sobretodo la pasión.
El Cúcuta Deportivo es el patrimonio inmaterial de todos los nortesantandereanos y no permitiremos que nos lo rapen, pues estamos cansados de tanta pasividad cómplice con las injusticias que nos ocurren.
Es necesario unirnos en una sola causa común y proteger lo que es nuestro. El Cúcuta es un pedazo de nuestro corazón. Hagamos algo y salvémoslo porque el Cúcuta no merece la muerte de quinta que un insensible empresario quiere darle. Es necesario recordar que más que un equipo, el Cúcuta Deportivo somos todos.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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