José Luis Villamizar Melo (Revista EscribArte-Edición Especial, 2021)
Se especializó en Castellano y literatura en la Universidad Javeriana de Bogotá, para luego ejercer la profesión de pedagoga. Fue bibliotecaria en Arboledas, donde ejerció la docencia por varios años. Estuvo dirigiendo las escuelas de Cucutilla. Buscó refugio en Durania y ahí escribió el libro "Raíz afuera".
Como funcionaria le fue asignada la dirección de la Biblioteca Pública Departamental Julio Pérez Ferrero, cargo que desempeñó por 15 años y ejerció ese mismo cargo en el Instituto Inem "José Eusebio Caro" de Cúcuta, por otros 15.
Sin lugar a dudas, Ofelia es la más alta cifra de la poesía entre nombres femeninos que oficiaron en este altar en el Norte de Santander, reconocida como tal en el ámbito nacional e internacional. Fue miembro de número de las Academias de historia de Cúcuta y Ocaña, de los ateneos literarios regionales, perteneció al Colegio Nacional de Periodistas del Norte de Santander y a la Sociedad de Mejoras Públicas de Norte de Santander, miembro del Círculo Rojo de Bogotá.
Su obra poética recibió estímulos, recompensas y honores, que abrieron a su voz lírica una vasta zona de influencias. Obtuvo premio en Zipaquirá con su poema "Mater Admirabilis" donde fue condecorada con la "Orquídea de Plata", en Cúcuta con el poema Torcoroma y en Bogotá en el concurso de la Revista "Cromos" con "Una vida de Bolívar". En Torneo patrocinado por "El Tiempo" triunfó con el soneto Abstracción. Los títulos de sus libros son: Mater Admirabilis, Torcoroma, Raíz Afuera, Noria, Isla Verde, y dos inéditos: Cántaros de Greda y Esta es mi voz.
Ofelia Villamizar fue poeta, con toda la profundidad que sugiere esta palabra. Sus poemas son joyas literarias, pertenece a la categoría de Gabriela Mistral, a quien tanto se pareció en su oficio de maestra, dedicada a la artesanía de formar almas y de construir sueños. "Su contundente poesía corre fluida sobre la rigidez de las páginas, apacible y vocinglera con marcada tendencia al regocijo púdico... Presenta a veces una especie de afinidad con la naturaleza, principio y razón primordial de su ser, como si ella fuera el núcleo de cada corpúsculo vital.
Murió en Cúcuta el 30 de enero de 1991, a sus 70 años cumplidos.
ZAPATOS
Qué pobrecitos los niños
(dicen los enzapatados)
que pobrecitos los pobres
campesinitos del campo.
El que esto dice, no sabe
la gloria de andar
descalzos.
Poner los pies en el
suelo,
sorber su sumo barato;
como Anteo ganar fuerzas
por ósmosis con el barro,
plena tierra, pleno sol,
sin sombrero y sin
zapatos.
¿Qué mejor que los pies
libres
para trepar a los palos?
-corozos, guamos,
mamones,
como cualquier araguato?
¿Pobres? Los de la
ciudad,
todo el día con zapatos.
Los zapatos son muy
buenos
para andar por el
asfalto.
Mas, para cruzar
potreros,
pasar río y barrancos
cuando uno es chico, no
hay cosa
más bella que andar
descalzos.
Para jinetear “en pelo”
con sólo estribos de
lazo,
con riendas de lacias
crines
del más “resabiado”
macho,
nada igual a la delicia
de no ponerse zapatos.
Y para alzar la estatura
con un lindo par de
zancos
(dos horquetas de cafeto
o de elástico guayabo)
sólo el pie mondo y
lirondo
sin medias y sin zapatos.
Descalzos nos trajo Dios
a este edén de puro barro;
y al barro seguramente
iremos tarde o temprano;
Y es mejor para ese
viaje,
que no nos pongan
zapatos.
Porque en lo que yo
recuerdo
de haberlos visto
pintados,
allá arriba, en lo
celeste,
sin medias y sin zapatos
“Ángeles y serafines
dicen Santo, Santo, Santo
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
María Ofelia en el recuerdo...
ResponderEliminar