Alvaro Carvajal Franklin
Luis Alberto Lobo fue ministro
Plenipotenciario de Colombia en Venezuela entre 2005 y 2009. Estuvo vinculado a
la Cancillería durante más de 10 años.
Fue secretario de la Comisión Presidencial
para Asuntos Fronterizo (Copiaf). Se desempeñó como jefe de Planeación de
Corponor, catedrático de la Universidad Libre y alto consejero para la
competitividad en la Cámara de Comercio y el Municipio.
Fue también cónsul adjunto en Venezuela siendo canciller Enrique Vargas
Ramírez. Asimismo miembro de la fundación cultural el Cinco a las Cinco.
Lobo se graduó como Economista en la universidad Jorge Tadeo Lozano, y cursó
estudios en la Universidad Experimental del Táchira (Venezuela).
También estuvo en la dirección de Coldeportes Norte de Santander, y en la
gerencia del Grupo Radial Colombiano Cúcuta.
En su homenaje de la Fundación
Cultural El Cinco a las Cinco
Aunque hoy nos
reúne el recuerdo y el reconocimiento a un intelectual, miembro fundador de la Fundación
Cultural El 5 a las 5, Alberto Lobo era por sobre todo un amigo y me voy a
referir inicialmente al amigo.
Tuve la fortuna
de conocer a Alberto hacia el año 1968, en la casa de su hermano Arturo, vecina
a mi casa paterna. Aunque había alguna diferencia de edades que en los niños es
muy notoria, Alberto que era el mayor de nuestro grupo de la esquina en el
barrio La Ceiba, desde entonces y como siempre, no dudó en brindarnos su
amistad, su tranquilidad y su consejo a los amigos de sus sobrinos-amigos de
entonces, los hermanos Lobo Vargas.
Compartió y nos
acompañó, hasta que como el mayor del grupo, se fue para Bogotá a estudiar
Economía pero siempre en vacaciones, venía y compartía, hasta cuando por las
leyes de la vida, con el tiempo nos fuimos dispersando y creando el futuro de
cada uno.
De pronto nos
veíamos cada año o más, pero manteníamos ese encuentro de amigos de siempre,
con la alegría que dan tales encuentros.
Y fuimos
creciendo profesional e intelectualmente y siempre pensando en nuestra Cúcuta,
Alberto mas que nosotros, pues su rumbo fue por la dirección de Fronteras en la
Cancillería y luego en la embajada en Caracas.
Nos tomó ventaja
y en ese tema solo fuimos espectadores a su sapiencia y planteamientos, de un pragmatismo admirable y
a veces con un sarcasmo que casi siempre
lo hacían reir y a nosotros, a pensar.
Nos
reencontramos en Bogotá, en Cúcuta, donde fuera y, siempre su preocupación era
Cúcuta y su situación como frontera.
Si se hablaba de
economía, su fuerte, el análisis iba de la mano con la situación de Venezuela y
su constante lucha por dejar esa dependencia total del vecino, sin olvidar que
estamos ligados para siempre y es una gran fuente económica.
Si se hablaba de
sociedad, remontaba ese ancestro, ese amigo, ese “compadre” que cada cucuteño
tiene en Venezuela y explicaba el porqué somos tan parecidos a los tachirenses
y tan distintos a los venezolanos y ellos tan parecidos a los
Nortesantandereanos y tan distintos al resto de los Colombianos.
Siempre tenía
una razón para toda la política de buen vecino y de habitante de la Región
Frontera.
Sin tener
elocuencia para hablar en público, sí era muy elocuente en las mesas de
trabajo, en la reunión de amigos, siempre sus apuntes inteligentes eran
certeros y nos gustaba sus análisis, nos agradaban y admirábamos su mediación
que fue desplegada en toda su magnitud en su paso como segundo a bordo de otro
gran cucuteño, Enrique Vargas Ramírez, en la Embajada en Caracas.
Las distinciones
valoran, no solo por los logros profesionales y personales de los elegidos,
sino porque destaca las virtudes y calidades personales del homenajeado y su
compromiso con su terruño y con el mejoramiento de la calidad de vida de sus
gentes.
Alberto tuvo ese
compromiso que le merecía todas las distinciones en vida que le reconocimos en
privado y que creíamos que lo haríamos alguna vez en público pero con él
presente.
Pensando en
Cúcuta, no dudó en ser parte de la Fundación Cultural El 5 a las 5. Pensando en Cúcuta, estuvo en
la Universidad Libre compartiendo su sapiencia con las nuevas generaciones.
Pensando en Cúcuta,
era un invaluable consejero para todas las gentes en la administración
municipal, desde su sobrino el Alcalde que tiene mucho de hechura suya, hasta
el mas humilde de los funcionarios que buscara su consejo.
Y, en la
tertulia del Ventura Plaza, donde compartía su gaseosa ½ litro con el que fuera
llegando, se arreglaba el país, la ciudad y hasta la vida de los contertulios
porque el rato era muy agradable.
Ese fue Alberto,
un hombre culto, sencillo, preocupado por su terruño, pendiente de su familia,
pendiente de sus amigos, por eso, su prematura e inesperada partida nos duele,
nos duele como la de un ser querido porque puso en práctica en toda su
extensión la definición de amistad:
¨Es compartir, es una relación en la cual están
asociados valores como la lealtad, la solidaridad, la sinceridad, la
incondicionalidad, el compromiso y el afecto, entre otros, valores éstos que se
cultivan con el trato frecuente y el interés por el bienestar recíproco¨.
Una buena
amistad como la de Alberto, complementa
y enriquece, no solo en el intercambio de ideas, de información y sentimientos
afectivos, sino también compartiendo buenos y malos momentos, triunfos y
dificultades, éxitos y fracasos, todo eso lo hizo.
Tomando las
palabras de Alberto Cortés, “Cuando un amigo se va queda un tizón encendido que
no lo logra apagar ni las aguas de un río”. Siempre quedará encendido ese tizón
en nuestros sentimientos y en la Fundación Cultural El 5 a las 5.
Por eso, la
partida de este gran amigo, de este gran cucuteño, deja un gran vacío que no se
entiende y es muy difícil de asimilar.
Comentarios
Hugo Espinosa Dávila.- ¨Fue para mí, sustento espiritual y
emocional en muchas de las circunstancias privadas por las cuales acudí a él y
era habitual que con expresiones anecdotarias y ejemplarizantes, me hacía
razonar; creo también que muchos así conocimos a Lobito cuando en su procura
acudíamos, pues al hacerlo reconocíamos en él, a pesar de su corta edad, al
amigo probo y confidente, de buenas costumbres, de aura paternal, virtud que lo
exaltaba para ser el primero de entre todos los iguales.¨
¨Se nos
fue Alberto cuando más lo necesitamos, es una pérdida para la integración
fronteriza que siempre oteó. Cúcuta perdió uno de sus más valiosos hijos,
ejemplo de superación personal y de contribución desinteresada al desarrollo de
la región.¨
Sergio Entrena López.- ¨Jamás le escuché alzar su voz al dialogar
con argumentos y estaba muy informado de los temas de su predilección: la
economía y la política, porque hablaba con conocimiento y precisión bien fueran locales o regionales,
del país o relacionados con su entrañable Venezuela.¨
¨…jamás
le escuché expresión alguna de crítica infundada o comentario desapacible sobre
ninguno.¨
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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