Gustavo Contreras (La Opinión)
En diciembre de 2006, el Cúcuta Deportivo consiguió el triunfo más importante en toda su historia: campeón de la Primera División luego de haber ascendido en 2005.
¿Sus artífices? Un plantel con grandes jugadores como Robinson Zapata, Walter Moreno, Pedro Portocarrero, Braynner García, Joe Luis Ragua, Nelson Flórez, Charles Castro, Lin Carlos Henry, Macnelly Torres, Blas Pérez, Roberto Bobadilla, Rodrigo Saraz, entre otros y un cuerpo técnico dirigido por Jorge Luis Pinto y asistido por Germán ‘Burrito’ González, un histórico del fútbol nortesantandereano.
González dialogó con La Opinión para contar algunos de los momentos vividos en el año de la consagración rojinegra a nivel nacional.
Una propuesta innegable
Tras el ascenso, la dirigencia buscaba armar un equipo que diera la pelea en el 2006. Es así como el Gobernador de la época, Luis Miguel Morelli, llamó al Burrito el 27 de diciembre 2005 para hacerle una propuesta.
“Hablamos y me preguntó por Jorge Luis Pinto, le dije que nos encontramos algunas veces por cuestiones de fútbol. Me comentó la idea de que fuera técnico del Cúcuta y yo su asistente. Respondí que sería fabuloso que viniera, pero tenía claro que Pinto era un ganador y no creía que llegara a un equipo que recién ascendía. Me preguntó que si aceptaría ser asistente y yo lo reafirmé. Me fui para mi casa le comenté a mi familia y llegamos a la conclusión de que era una broma por el Día de los Inocentes. Al otro día salió publicado que Pinto venía, pero pensamos que no era más que una inocentada”, contó González quien posteriormente estuvo todo el 2006 en la Asistencia técnica del Cúcuta.
“El 3 de enero recibo la llamada de Pinto para reunirnos. Nos vimos, me hizo la propuesta para trabajar y me preguntó qué iba hacer en esos días. Le conté que viajaría con mi familia al día siguiente a Islas Margarita, pero vi que no le gustó. Le pregunté por sus planes y me dijo que el 6 de enero arrancaba la pretemporada en Bogotá. De inmediato le dije a mi familia que no viajaría y me fui a Bogotá e inició el proyecto 2006. Recuerdo que nos encontramos con un equipo muy bueno ya que había traído a Macnelly, Lin Carlos Herny y Roberto Peñaloza, además de otros excelentes jugadores”, dijo El Burrito sobre su vinculación.
‘Nadie externo entra a la cancha’
Abiertamente se conoce que Pinto es un director técnico con un carácter fuerte. Disciplina, sentido de pertenencia, orden, actitud y personalidad, caracterizan a los equipos por los que ha pasado.
Según cuenta González, los entrenos se hacían a doble jornada; uno de ellos a las 6:30 de la mañana. Pinto odiaba que algún externo entrara a la cancha.
“Detestaba que entraran al entrenamiento. Una vez entró un capellán provisional y cuando Pinto lo vio fue y lo sacó corriendo diciéndole de todo por entrar a la cancha. Yo corría detrás de él para explicarle que era el cura. Jorge no sabía. Cuando acabó el entreno, lo buscó y le pidió disculpas”, contó González.
“En otra ocasión, llegaron los ingenieros que estaban construyendo la tribuna occidental, con ellos estaba el acalde. A penas los vio en la mitad de la cancha, los sacó con palabras fuertes. Nuevamente fui y le dije que ahí estaba el alcalde, pero eso no le importó y decía que él no llegaba al despacho del alcalde en pantaloneta como si nada. Fue tanta su rabia que me dijo que acababa el entreno y se iba”, dijo El Burrito.
Tras ese anunció, el asistente técnico fue y les dio explicaciones a los ingenieros y a Ramiro Suárez quien le dijo que “lo que había hecho Pinto estaba bien porque ese era su trabajo. Esa es la persona que yo quería para sacar al equipo campeón”. Narró González que para la fecha solo llevaban un mes de trabajo y al trasmitirle al director técnico las palabras del alcalde, su manera de ser cambió.
Disciplina, sobre todas las cosas
En su relato, Germán confesó que de jueves a sábado hacía rondas por las casas de los jugadores de 11 de la noche a 2 de la madrugada para que estos no fueran a la vida nocturna. “Tenían que firmarme una planilla”.
El fichaje de Blas y Rufay
A final del primer semestre del 2006, Pinto se fue para el Mundial de Alemania, pero antes le dejó la tarea a González de fichar un arquero y un delantero de categoría.
“Empecé mi tarea y lo primero que hice fue llamar a Karim Gorayeb, un hombre del fútbol, hijo de Álex Gorayeb quien había sido presidente en mi paso por el Cali. Le dije que estaba buscando a un arquero y un delantero para el Cúcuta. Él me comentó que en canchas del América se estaba entrenando Rufay Zapata con Otoniel Quintana y que no tenía equipo. Y que el panameño Blas Pérez quería salir del Cali porque luego de fallar un penal en la final del semestre anterior, sus relaciones se rompieron con la dirigencia técnica”, afirmó González.
Luego del mundial, Pinto llegó a la ciudad y de inmediato se reencontró con su asistente para posteriormente reunirse con los dirigentes del club. “De camino a la reunión le dije que ya tenía algunos nombres, pero no le comenté que eran Blas y Rufay.
Cuando llegamos la dirigencia había traído al argentino Germán Caffa sin consultarnos. Nos paramos al frente y empecé a decir que ya tenía listos a dos jugadores de Cali, nada más era que autorizaran y venían. Dije Blas Pérez y Robinson Zapata y me empezaron a tratar como si no estuviera hablando en serio”.
Tras esa reacción de la dirigencia, Germán decide tomar el teléfono y marcarle a Gorayeb en alta voz. “A penas confirmaron que era cierto, no se las creían. Recuerdo que de la rabia no almorcé con ellos. Al otro día, ya estaban los jugadores en la ciudad y creo que eso fue un punto que selló la confianza con Pinto”.
La gasolina de avión
En los años 2006 y 2007, en el Cúcuta Deportivo los pagos eran muy buenos. Además de eso el alcalde entregaba unos premios a los que se le denominaron ‘La gasolina de avión’.
“El único que entraba al camerino era el alcalde. Recuerdo un partido de cuadrangulares finales contra el Medellín. Los jugadores esperaban a que llegara la ‘caja’ y nada que la veían. Antes de iniciar el juego Suárez bajó y yo les dije a los jugadores:
“Ahí viene Botinelli (por el botín) y todos se rieron cuando llega el alcalde y los regaña porque el partido era de mucha seriedad. Yo guardaba esa gasolina en mi locker y al final del partido se la entregaba a Rufay, Portocarrero y Blas quienes repartían el premio con los demás jugadores. Si hay esa motivación, ¿Quién no se va a romper el pecho en la cancha?”, narró.
La final en Ibagué
Para el segundo semestre del 2006, el Cúcuta Deportivo enfrentaría al Tolima en su cancha la final de vuelta tras ganar la ida 1-0.
“No viajé con el equipo porque el profe me pidió que me quedara. Antes del viaje Gustavo Morelli, quien era comisario de campo me comentó que Pinto se iba para la Selección Colombia.
Viajé aparte con dos miembros del cuerpo técnico. Cuando me vio allá me regaño porque había dejado a los otros jugadores. Pero le hice saber que no quería que por su temperamento se metiera a la cancha pues ya estaba listo su pase a la Selección Colombia. El quedó sorprendido y le dije que si pasaba cualquier cosa yo me metía”, confesó el Burrito.
El partido lo terminaría empatando a un gol el Cúcuta y con un 2-1 global, se consagraría campeón.
“Al momento que Anchico hace el gol del Tolima, yo me metí a la cancha y fui y le dije al árbitro que el juez de línea había levantado la bandera. Ahí llegaron a reclamar los jugadores y yo los provocaba, pero no pasó nada.
Me expulsaron e iba a entrar a la tribuna, pero la gente me decía de todo, me tiraron una lata de cerveza que me pegó en la nuca. Terminé encerrado en un baño y no pude ver el gol de Macnelly.
Al acabar el encuentro escuchó bajar a Ramiro Suárez y al gobernador Morelli quienes mandaron a que me abrieran. Salí como un toro y terminé por equivocación en el camerino del Tolima, de ahí me dijeron de todo y luego fui a celebrar a la cancha.
Por esa
acción me impusieron una sanción de cuatro fechas y seis millones”.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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