Así narró el historiador Gustavo Gómez Ardila, y secretario de la Academia de Historia de Norte de Santander, la importancia que guarda este hecho en el devenir de Cúcuta, la nación y el pueblo venezolano.
En la confrontación participaron 500 combatientes al mando del coronel Bolívar, denominados el ejército criollo; contra 800 soldados españoles comandados por el general Ramón Correa.
Cuenta el historiador que la gesta comenzó cuando Bolívar venía realizando su campaña por el bajo Magdalena, desalojando a los españoles que pernoctaban en los pueblos.
Estando en Gamarra -Cesar-, se enteró de la presencia de tropas españolas en Ocaña.
“Desvío su curso a esta región nortesantandereana y allí organizó su ejército, afianzando el movimiento patriota. Eso ocurrió a finales de 1812 y principios de 1813. Estando en Ocaña y por medio de los correos que enviaba Mercedes Abrego, informante de los ejércitos granadinos, se enteró que el general Correa se había apoderado de Cúcuta y estaba haciendo estragos”, manifestó Gustavo Gómez Ardila.
En ese momento Bolívar partió hacia Cúcuta y el 27 de febrero de 1813 posó cerca de San Cayetano. Al día siguiente, un domingo, sorprendió a los españoles y desplegó a sus tropas en los cerros occidentales de Cúcuta.
Cuando los invasores europeos se dieron cuenta de la presencia de las fuerzas libertadoras, poco pudieron hacer porque geográfica y estratégicamente tenían las de perder.
Los españoles fueron desplazados, y la ciudad quedó en poder de los patriotas.
El periodista Rafael Ibarra, estudioso de la vida de Bolívar, cuenta que el Libertador vivió dos meses y medio en Cúcuta luego de la victoria, en el lapso comprendido entre el 28 de febrero y el 14 de mayo de 1813.
En ese tiempo planeó la estrategia para invadir a Venezuela y sus tropas acamparon inicialmente en el sitio conocido como plazoleta el cují, ubicada en la manzana de las calles 14 y 15 entre avenidas 4 y 5.
Cuando abandona el valle de Cúcuta, ingresa a Venezuela por San Antonio del Táchira y pasa a San Cristóbal, de ahí, va a Mérida y a Trujillo, donde dictó su decreto a muerte contra los opresores.
De esa zona parte a Valencia, y a Maracaibo, y el 6 de agosto de 1813, hace su entrada triunfal a Caracas, donde es recibido con honores y es proclamado como capitán general de los ejércitos venezolanos y recibe el título de Libertador.
“Sus palabras en ese momento fueron: Soy el hombre más glorioso de todos los imperios del mundo”, manifestó Rafael Ibarra.
Durante la Batalla de Cúcuta y la estadía de Simón Bolívar en la ciudad, se dieron hechos de interés que con el paso del tiempo, han quedado en el olvido.
“La conmemoración es una oportunidad para conocer la historia de la independencia, a la que se le ha dado un tratamiento de segunda. Más, cuando se modificó el pensum en los colegios y sólo se enseña sociales, pero no se profundiza”, indicó el historiador Gustavo Gómez Ardila.
De los planteamientos expuestos por él y la investigación del periodista Rafael Ibarra, surgió la siguiente recopilación de hechos:
Cuando Bolívar partió hacia Cúcuta venía de ser derrotado en el fuerte de Puerto Cabello, como consecuencia de la traición de un soldado patriota.
De la presencia del general Ramón Correa en Cúcuta, se enteró por un correo que envió Mercedes Reyes Abrego, una costurera que vivía en el corregimiento de Urimaco y era informante del ejército granadino.
La batalla duró cuatro horas, de 9:00 de la mañana a 1:00 de la tarde. Era un día caluroso y un poblador llamado Eugenio Sosa, cargó agua desde la toma del centro de Cúcuta, para calmar la sed de las tropas patriotas.
Pese a que en las placas conmemorativas que permanecen en el monumento dicen que fueron 400 soldados al mando de Bolívar, los historiadores reseñan a 500 hombres.
Una vez el coronel Simón Bolívar ganó la batalla, fue ascendido a general y Mercedes Reyes Abrego le obsequió una casaca en hilos de oro, que portaba cada vez que entraba a un pueblo.
El general Correa y Bolívar ‘eran parientes’. Ambos, descendientes de españoles, fueron amamantados por la misma nodriza, una negra que fue buscada por los padres de cada uno, ante las dolencias físicas de sus progenitoras. Cuando crecieron se separaron porque Bolívar se fue a Europa y juró liberar a la tierra donde nació (Venezuela -1783) y Correa decidió luchar por España.
A la edad de 3 años Bolívar quedó huérfano de padre. A los 9 años, murió su mamá. A los 18 años decidió casarse con María Teresa Rodríguez y 10 meses después enviudó y juró ante el cadáver de su esposa no volverse a casar. Sin embargo, le prometió matrimonio a AnneLenoit, una francesa. Ella lo siguió hasta Mompox, donde el Libertador dijo: “Si Caracas me dio la vida, Mompox me dio la gloria”.
El matrimonio no se dio por la muerte de Bolívar, en Santa Marta.
En el monumento la Columna de Bolívar, permanece un cañón proveniente de Turbo -Antioquia-, y que fue donado como homenaje a Virgilio Barco Vargas. El cañón no fue utilizado en la batalla, puesto que solo se emplearon fusiles que eran tacados con pólvora, tiro a tiro.
Al hacer un recorrido por el monumento, se aprecia la desidia del gobierno local y la falta de sentido de pertenencia de la ciudadanía. El panorama es de pisos y muros que se desmoronan, bancas cuyas partes metálicas son hurtadas y zonas verdes que perdieron el encanto del prado. Y cual si fuera poco, mensajes estampados sobre el espiral de ladrillo en limpio y las paredes de los alrededores.
Es de recordar que la obra fue construida por el arquitecto Juan José Yáñez Rey. El pedestal de la columna es de la autoría de Gabriel Villamizar Gómez, y la columna de piedra fue creada por artesanos de Barichara.
La Columna de Bolívar, es ícono de los barrios; y de Cúcuta como cuna de la independencia nacional.
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