La Opinión
La clase dirigente de Cúcuta y Norte
de Santander no se hizo sentir con votos en el plebiscito del domingo. Prueba
de ello fue la victoria del ‘No’ en 31 municipios, de los 40 que conforman el
departamento.
La sorpresiva victoria del ‘No’, el domingo 2 de octubre de 2016 en el
plebiscito, no solo dejó un sabor
amargo entre ese 49,78% que estaba convencido de que esta sería la oportunidad
para poner fin a 52 años de conflicto con las Farc, sino que le pasó la
cuenta de cobro a los liderazgos de la clase política, principalmente, que en
esta oportunidad no contaron para inclinar la balanza a favor del acuerdo de La
Habana.
La poca movilización que se vio en
la jornada electoral y los comentarios que se escucharon en muchos puestos de
votación, dejaron en evidencia que, además de la confusión que muchos tenían en
torno al contenido de lo que se pactó con la guerrilla, al pueblo colombiano se
le acostumbró a sufragar por interés y motivado por las dádivas.
Por esta razón, en vista de que lo que estaba en juego no era un cargo de
elección popular y no hubo el tradicional combo (transporte, comida y aporte), ni los políticos se movilizaron ni sus
estructuras hicieron el mayor esfuerzo por llamar la atención del electorado.
De ahí que uno de los grandes
derrotados de esta jornada, en el caso particular de Cúcuta, fue el exalcalde
Ramiro Suárez Corzo, quien en cuerpo ajeno se mostraba como uno de los
principales promotores del ‘Sí’ en el plebiscito, pero al final no logró
acercarse, siquiera, a la votación con la que hizo elegir a César Rojas como
alcalde de los cucuteños, en octubre de 2015 (102.388).
Ni las reuniones obligatorias que les ordenó a los líderes en los barrios,
ni la mancha amarilla, como se identifica a los trabajadores que hacen parte
del programa de generación de empleo de la Alcaldía y que llenó las pocas
manifestaciones que se hicieron en la ciudad para mostrar el apoyo a los
acuerdos, surtieron el efecto que muchos esperaban en la capital de Norte de
Santander.
El poderío de Suárez Corzo, condenado a 27 años de prisión por el homicidio
del exasesor Alfredo Enrique Flórez, esta vez no se sintió.
Algunos aseguran que al exalcalde lo dejaron solo con toda la logística y
por eso, al no poner a circular grandes cantidades de dinero, la maquinaria no
marchó como siempre.
Una fuente consultada por La Opinión aseguró que si bien el alcalde se
había comprometido con más de 40 carros para el día del plebiscito, finalmente
solo autorizó 15 y en unas pocas zonas.
Ni el gobernador ni los congresistas
sumaron
Otros de los grandes perdedores que dejó la histórica votación del
plebiscito fueron el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar
Laguado, y la bancada de congresistas, quienes no le respondieron ni al
Gobierno, ni a las comunidades del Catatumbo.
Pese a ser los líderes de una de las zonas más afectadas por el conflicto y
en donde más esperanzas había con la posibilidad de terminar la guerra con las
Farc, en esta oportunidad no pusieron a andar sus organizaciones políticas y
por lo tanto no hicieron contar los votos que los eligieron en 2015 y 2014,
respectivamente.
Prueba de ello es que solo nueve municipios, siete de ellos del Catatumbo,
le dijeron ‘Sí’ al acuerdo. Justamente es en esas poblaciones donde los
congresistas tienen el menor número de votos. En cambio, el área metropolitana
de Cúcuta, que es donde principalmente se mueven, votó de forma masiva por el
‘No’.
En total, 31 municipios de Norte de Santander decidieron no apostarle a la
refrendación (63,92%, equivalentes a 282.183 votos, casi los mismos con los que
ganó Villamizar).
Tampoco los concejales y diputados
Norte de Santander y su capital Cúcuta fue en realidad una de las zonas en
las que la campaña por el plebiscito se sintió con menos fuerza.
Y es que tan solo unos días después de que el mecanismo de
participación fue avalado, algunos de los integrantes del Concejo y la Asamblea
reaccionaron a la responsabilidad que tenían en sus manos de trabajar por el
‘Sí’.
Muchos se quedaron en el lamento ante la falta de apoyo por parte del
Gobierno para movilizar a los electores y salvo las manifestaciones lideradas
por el gobernador y el alcalde de Cúcuta, poco se hicieron sentir en la
promoción.
El ministro Cristo volvió a perder
El ministro Juan Fernando Cristo fue otro de los dirigentes de Norte de
Santander a los que se le achacó la apabullante derrota del plebiscito en
Cúcuta y el departamento.
Pese a ser uno de los artífices de que el acuerdo de paz se destrabara a
última hora y fuera posible su aprobación, de ser víctima y el encargado de
llevar la pedagogía de paz por el país, su mensaje no caló entre sus
coterráneos y por lo tanto no logró hacer reaccionar al electorado.
Al final, Cúcuta solo se reportó con 83.572 votos por el ‘Sí’ (34,63%) y
una escasa participación del 45,27%.
A nivel nacional, el titular de la cartera política tampoco logró convocar
a los partidos para que trabajaran como uno solo por el acuerdo y, por el
contrario, cazó peleas con Cambio Radical a raíz de la postura del
vicepresidente Germán Vargas con el punto de justicia, lo cual le envió un mal
mensaje al país.
Piden la cabeza de Cristo
La pérdida del plebiscito ese domingo ya empezó a
buscar responsables desde lo político, y
uno de los primeros a quienes le quisieron pasar la cuenta de cobro es al
ministro del Interior, Juan Fernando Cristo.
La puja la dan el
Partido Liberal y Cambio Radical, el partido del vicepresidente de la República. Cristo está en el gabinete del presidente Juan Manuel
Santos desde agosto de 2014 como cuota del liberalismo, acompañado del ministro
de las TIC, David Luna, y el director de Planeación Nacional, Simón Gaviria.
Por los rumores que ya empezaban a circular, el liberalismo, tanto en sus
bancadas de Senado como de Cámara de Representantes, expidieron comunicados de
respaldo a la labor de Juan Fernando Cristo.
El ministro de la política fue negociador del
presidente Santos en la mesa en los últimos meses y estuvo frente a los temas
de cómo sería la participación política de las Farc, tanto en el período de
transición como posteriormente ya en las curules que se les asignarían.
“Respaldamos la tarea que viene adelantando el señor
ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien con sapiencia y dedicación
ha logrado una interlocución efectiva con el Congreso y con los demás
estamentos políticos del país, para lograr que el sueño de conseguir la paz
siga vigente”, plantearon los senadores liberales.
Los representantes, en un comunicado similar,
expresaron que “resaltamos la labor que el ministro Juan Fernando Cristo ha
realizado desde el inicio del proceso de paz, de la excelente gestión en
alcanzar los logros legislativos y del arduo trabajo comprometido y de
convicción en alcanzar la paz de nuestro país. En estos momentos de
incertidumbre, el gobierno y el país necesita de su talante político, demócrata
y social, para encontrar el consenso nacional que necesitamos los colombianos”.
Resultado (Eduardo Durán)
¨El plebiscito por la paz arrojó un resultado inesperado,
pues todas las predicciones, incluidas las de las casas encuestadoras, daban el
triunfo al ‘Sí’, situación que no se vio reflejada en el resultado. Ganó el
‘No’, aunque por precaria mayoría, pero ganó.
El nuevo escenario exige definiciones de suma urgencia.
Todos los grupos manifestaron que estaban de acuerdo con la paz, pero los
ganadores pensaron que no en la forma planteada en los acuerdos logrados entre
el gobierno y la guerrilla.
Lo que vemos ahora es una disponibilidad para el
diálogo de parte de todos los grupos involucrados, para producir las
modificaciones que permitan afinar los textos finales, que sean los que sellen
esa paz esperada después de 52 años de lucha armada.
Esto quiere decir que el momento reviste una
importancia sin precedentes. Aquí es cuando se requiere sensatez, claridad
mental, interpretación de la definición acertada, para que todo conduzca a que
la oportunidad de paz se aproveche y nos podamos despojar los colombianos de la
tara macabra de la guerra, que ha producido destrucción, muerte, privación de
oportunidades y un enorme desconsuelo que ha arropado a todas las generaciones
que hemos vivido el conflicto¨.
Cuando ya todo se veía desvanecer para el presidente
Juan Manuel Santos, apenas cinco días después del episodio doloroso, aparece el
Nobel de la Paz en sus manos y lo dispara como uno de los líderes mundiales de
primer orden, y de paso revive el anhelo de la reconciliación nacional. Sus
primeras palabras, apenas conocida la noticia, fueron “Ni un muerto más”. Ya Mandela,
el otro Nobel, había pronunciado una expresión similar “Un muerto, es ya
demasiado”.
Un
impulso que ayuda
A continuación el comunicado emitido por el Comité
Noruego del Nobel al anunciar la atribución del premio de la Paz al presidente
de Colombia Juan Manuel Santos por sus esfuerzos para impulsar un proceso de
paz con la guerrilla marxista de las Farc.
"El Comité del Nobel noruego decidió conceder el Premio Nobel de la Paz
2016 al presidente colombiano Juan Manuel Santos por sus tenaces esfuerzos para
poner un fin a la guerra civil que ha vivido su país durante más de 50 años y
que provocó el desplazamiento de cerca de seis millones de personas.
Esta recompensa también tiene que ser vista como un
homenaje al pueblo colombiano, que pese a las grandes pruebas y los abusos que
ha sufrido, no abandonó la esperanza de una paz justa, y para todas las partes
que han contribuido al proceso de paz. El homenaje es sobre todo, para los
seres queridos de las innumerables víctimas de esta guerra civil.
El presidente Santos lanzó un proceso de diálogo, que culminó con la firma de
un acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc, y
siempre buscó hacer avanzar este proceso.
A pesar de que sabía que era algo controvertido, jugó un rol esencial para que
los electores pudieran expresar su opinión sobre los acuerdos de paz en un referéndum.
El resultado de las votaciones no fue el que hubiera querido el presidente
Santos: ya que por una ligera ventaja, una mayoría de los 13 millones de
colombianos que fueron a las urnas, votó en contra de lo que hubiera querido el
presidente Santos y dijeron no al acuerdo.
Este resultado creó una gran incertidumbre en torno al futuro de Colombia.
Existe un riesgo cierto de que el proceso de paz sea interrumpido y que la
guerra civil se reanude.
Por ello se hace aún más importante que las partes, lideradas por el presidente
Santos y por el líder de la guerrilla de las FARC Rodrigo Londoño (Timochenko),
sigan respetando el cese el fuego.
El hecho de que la mayoría de los electores hayan dicho "No" al
acuerdo de paz no implica forzosamente que el proceso de paz esté muerto. El
referéndum no era un voto a favor o en contra de la paz. Lo que los partidarios
del "No" rechazaron no fue el anhelo de paz, sino un acuerdo
específico.
El Comité del Nobel destaca la importante de la
invitación que hizo el presidente Santos a todas las partes para participar en
un amplio diálogo nacional, para hacer avanzar el proceso de paz.
Incluso quienes se opusieron al acuerdo celebraron que haya este diálogo. El
Comité del Nobel espera que todas las partes retomen su cuota de
responsabilidad y participen de forma constructiva a las negociaciones de paz
en un futuro.
Encontrar el equilibrio entre la necesidad de que haya una reconciliación
nacional y la justicia para las víctimas va a ser un ejercicio particularmente
difícil. Una característica importante del proceso de paz colombiano ha sido la
participación de los representantes de las víctimas de esta guerra.
Ver la valentía y la voluntad de los representantes de las víctimas a la hora
de dar testimonio de las atrocidades y de confrontar a los responsables de cada
parte beligerante, ha provocado una fuerte impresión.
Al concederle el Premio Nobel de Paz este año al presidente, Juan Manuel
Santos, el Comité Noruego del Nobel desea alentar a todos los que se esfuerzan
para lograr la paz, la reconciliación y la justicia en Colombia.
El mismo presidente fue muy claro a la hora de decir que va a seguir su labor
para conseguir la paz hasta el último día de su mandato.
El Comité espera que el premio de la Paz le dé la fuerza para tener éxito en
esta exigente tarea. Es más, el Comité alimenta la esperanza de ver en los
próximos años al pueblo colombiano recogiendo los frutos del proceso de paz y
de la reconciliación que hay en marcha.
Sólo en ese momento, el país podrá combatir grandes problemas como la pobreza,
la injusticia y la criminalidad ligada al tráfico de droga.
La guerra civil en Colombia es una de las guerras civiles contemporáneas más
largas que ha habido y es el único conflicto armado que subsiste en el
continente americano.
La profunda convicción del Comité Noruego del Nobel es que, pese a la victoria
del no en el referéndum, el presidente Santos acercó este cruento conflicto de
una conclusión pacífica, y que se sentaron la mayoría de las bases con miras a
un desarme verificable de los guerrilleros de las Farc y a un proceso histórico
de fraternización y de una reconciliación nacional. Estos esfuerzos para
promover la paz están acordes con la carta y al espíritu del testamento de
Alfred Nobel".
Luego de que conociera que fue elegido como el ganador del premio Nobel de
Paz, a las 7:15 de la mañana el 7 de octubre de 2016, acompañado de su esposa,
la primera dama María Clemencia Rodríguez de Santos, el presidente Juan Manuel
Santos agradeció el premio y dijo que lo recibía en nombre de las víctimas.
“Agradezco infinitamente y de todo
corazón esta honrosa distinción. La recibo no a nombre mío, sino a nombre de
todos los colombianos, en especial a nombre de los millones de víctimas que ha
dejado este conflicto que hemos sufrido a lo largo de 50 años. Colombianos,
este premio es de ustedes, es por las víctimas y para que no haya una sola
víctimas más, un solo muerto más”.
El primer mandatario dijo que este es un momento para que todos los
colombianos se unan y se logre terminar el proceso de paz.
“Este reconocimiento también es un
tributo a todas aquellas personas que han contribuido a que estemos a punto de
lograr esa paz tan anhelada. A los negociadores de ambas partes y a tantas
otras personas e instituciones que nos han apoyado en este proceso”.
El mandatario que fue recibido entre aplausos en la sala de Conferencias de
la Casa de Nariño, dijo:
“Recibo este reconocimiento de gran humildad y como un mandato para seguir
trabajando sin descanso por la paz de los colombianos. A esta causa, a esta
causa dedicaré todos mis esfuerzos por el resto de mis días”.
Y finalizó: “Los invito a todos
para que unamos nuestras fuerzas, nuestras mentes, nuestros corazones en este
gran propósito nacional, para que así logremos el más importante premio: la paz
de Colombia”.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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