Uno de los aspectos más interesantes en destacar en estas crónicas ha sido mostrar la publicidad que se utilizaba antaño a través de las publicaciones de avisos de prensa, que, dicho sea de paso, en los comienzos del siglo XX era la forma más eficaz de promocionar las actividades comerciales, culturales y profesionales, esto sin demeritar otros medios existentes como los carteles estacionarios, por ejemplo.
La ciudad de Cúcuta, se destacó desde el comienzo de su vida ciudadana, por la vocación de su gente por los medios y las formas de comunicación, como lo atestiguan múltiples ejemplos que van desde los impresos hasta el tranvía como fórmula de trasporte masivo urbano.
Todos quienes tenían la intención de prosperar en su actividad, buscaba la forma de informar a sus potenciales consumidores o usuarios el ofrecimiento que hacía de sus productos o servicios de la manera más ingeniosa o que llamara su atención de forma llamativa o que estuviera fuera de lo común. Por ello, muchos de los avisos contienen una dosis de ironía o perspicacia cuando no eran ocurrentes, sarcásticas o sagaces.
También era notorio y así lo fue hasta bien entrado el siglo, que los avisos no mostraban las direcciones de los anunciantes a excepción que se tratara de la oferta de algún bien inmueble que así lo requería, de resto, no era necesario pues el pueblo era lo suficientemente pequeño para que la gente ubicara el lugar, así que veamos algunos:
- Con el título de “El triunfo de la Medicina”, La Tachirense, una droguería que estuvo vigente hasta finales del siglo pasado cuando la última generación de propietarios tuvo que cerrarla, atropellados por los eventos fatídicos de la modernidad, ofrecía toda clase de medicamentos así: “Depurativo Universal, Píldoras tocológicas de Curty, Jarabe Grancher por Ulises Anselmi T., Píldoras de Foster para los riñones, Solución Digestiva para la dispepsia, Depurativo Olarte, Píldoras de Blancard, Febrífugo del Dr. Villamora, vino Blanco, Perlas de Quinina, Alquitrán Guyot, Tricófero de Barry y así sucesivamente hasta ocupar buena parte del espacio de la página de anuncios.
Los profesionales eran unos asiduos clientes de los impresos como veremos:
-El doctor Manuel Enrique Puyana, ofrecía sus servicios de abogado y comisionista, en la ciudad de Bucaramanga para los juicios civiles y criminales, reclamaciones administrativas, cobro extrajudicial de deudas y comisiones comerciales, pero su especialidad era…la defensa ante el jurado, la que se resaltaba en el aviso.
- El doctor Víctor Julio Cote, quien sería gobernador años más tarde, médico y cirujano de la facultad de Bogotá, anunciaba que atendía en el consultorio que ocupaba anteriormente el doctor De la Roche a una cuadra al oriente de la casa Breuer Moller & Co.
- El doctor S. Díaz Mantilla, cirujano dentista de la facultad de Bogotá, hacía énfasis en la rigurosa antisepsia con que sometía su instrumental y garantizaba sus trabajos, en de don Trinidad Ferrero (antigua librería).
- El farmaceuta titulado Federico Espina B. director de la Botica Central, ofrecía ‘medicinas frescas, escogidas y puras’ a la orden del público a toda hora del día y de la noche. También anunciaba ‘esmero y escrupulosidad en el despacho de las fórmulas. ¡A precios sumamente baratos!
Los comerciantes no se quedaban atrás en sus propuestas publicitarias:
-¿Quieres comprar barato? Pues ocurre sin demora a ‘La Perijanera’ allí encontrarás un variado surtido de artículos de primera calidad entre los cuales tenemos los acreditados y legítimos sombreros Borsalino. Sin más información los clientes de este almacén sabían a dónde dirigirse.
Mientras tanto, los importadores y exportadores Cristo & Vélez, ofrecían permanentemente un buen surtido de mercancías nuevas al detal y por mayor; también compraban café y cambiaban monedas.
- La fábrica de jabón La Aurora, de los señores Colmenares B. & Valbuena, fundada en 1900, ofrecía sus conocidos productos así: 30 quintales de amarillo a $10 y 26 quintales de negro al mismo precio.
-¡Adelanto! ¡Progreso! ¡Perfección! Este ha sido el lema de la Fábrica de Cigarrillos ‘EXCELENTES’ desde su fundación a esta fecha. Y cabe al empresario la honra y la satisfacción de haber cumplido su mayor anhelo. Hechos hablan y con voces muy halagadoras. Para elaborar su tren elaboratorio faltaba a esta acreditada industria una máquina de hebra y hoy posee una famosa que da el mejor tipo de cigarrillo de esta clase.
Hace saber al mismo tiempo que sus favorecedores tendrán de hoy en adelante la confianza de encontrar dentro de sus cajetillas vales por jabones grandes de olor, frascos de finos perfumes, cortes para señora, navajas de a cinco y seis fuertes, dollars, &c. &c. (era la fórmula que antes se usaba para representar la que hoy se conoce como etc.). ¡A los ‘Excelentes’ se les ha dispensado una gran acogida y hay que corresponder de igual manera! El anterior aviso fue publicado por don Guillermo Ruán, propietario de la empresa.
- El almacén de Meléndez y Ardila anunciaba: ¡10 NOVEDADES! Llegadas últimamente al almacén:
1. Navajas de barba de la afamada marca “Solingen” muy conocida en todo Sur América.
2. Máquinas para cortar el pelo, calidad extra, fábrica americana.
3. Irrigadoras higiénicas de caucho, las únicas que se pueden lavar con facilidad.
4. Muebles de Viena, de los más aristocráticos estilos.
5. Sombreros de fieltro, blancos, grises, acafetados y negros.
6. Cubiertos para mesa, mejor calidad no llega.
7. Sobrecamas blancas y de colores de exquisito gusto.
8. Vinos blancos y tintos de los no pocos renombrados viñedos franceses.
9. Llaves de corte, de tres escapes, vertedoras, niples, codos, tes, &c.
10. Escobillones de plumas de pavo, más cómodos y suaves, no maltratan ni los más delicados objetos.
¡OCURRID! ¡ES TODO BARATO!
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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