El compartir frontera con la República Bolivariana de Venezuela, país rico en recursos naturales de gran demanda internacional (petróleo, gas, hierro y aluminio, entre otros), ha sido para Cúcuta una gran oportunidad tanto para vender sus productos y servicios, como para comprar alimentos, vehículos, electrodomésticos y combustible a precios subsidiados. Esta situación ha generado una dependencia para nuestra ciudad durante varios años, especialmente desde 1961 como consecuencia del descubrimiento de grandes yacimientos de petróleo en el país hermano y el consecuente aumento de su riqueza, reflejado inicialmente en el poder adquisitivo de su moneda. Durante 22 años el bolívar fue una divisa de aceptación internacional (1 dólar= Bs. 4.30), un récord mundial inalcanzable. Pero ante la constante devaluación del peso colombiano, el precio del bolívar en la frontera fue en aumento desde $1.64 en 1961, hasta $17.30 en febrero de 1983. Esta diferencia cambiaria significó para nuestra región una bonanza, con un intercambio en continuo crecimiento, razón por la cual esta frontera se convirtió en una de las más dinámicas de América Latina. El auge económico permitió que las ventas hacia Venezuela por Cúcuta representaran ingresos netos por 137.5 millones de dólares en 1978 y de 226 millones en 1982, por citar solo algunas fechas. La industria de mayor desarrollo fue la del calzado, convirtiendo a nuestra ciudad en la líder en este sector a nivel nacional durante varios años. Le siguieron la arcilla, lácteos, cemento, textiles y minería. Los márgenes de utilidad eran considerables y la oportunidad para la recreación era amplia. Por ejemplo, de Cúcuta salía semanalmente un vuelo directo hacia Miami, motivo suficiente para que el Camilo Daza se ubicara en la categoría de Aeropuerto Internacional. La creciente afluencia de venezolanos en busca de productos y servicios, atrajo a la vez a muchos empresarios y trabajadores de Colombia, generando una gran demanda de locales comerciales y vivienda. Como respuesta se presentó un considerable auge en el sector de la construcción. De acuerdo con los informes de la Cámara de Comercio y con base en las cifras suministradas por planeación municipal, en 1980 se expidieron 92 licencias y se construyeron 97.985 metros cuadrados con una inversión de $1.022.391.000, mientras en 1982 las licencias expedidas fueron 132, los metros cuadrados construidos 678.926 y la inversión $1.183.608.000. Las tradicionales casas de familia, como las ubicadas en la calle 10 entre avenidas cero y catorce, se convirtieron en locales para negocios con elevados arriendos y cobro de jugosas primas. Según la Cámara de Comercio de Cúcuta, en 1980 el registro de nuevas empresas fue de 635, en 1982 llegó a 1.260 y en 1983 alcanzó las 1.485 empresas. Era común ver a visitantes de otras ciudades de Colombia, especialmente empresarios, ubicarse en lugares estratégicos de la ciudad para ver el desfile sabatino de carros novedosos en la época, como los Montecarlo, Mustang, Pontiac, Mercury, LTD, Cadillac, Buick, Mercury y Maverick, entonces muy escasos en el centro de nuestro país. Luego de las compras en los almacenes cucuteños y pamploneses en donde era muy común escuchar “está barato, dame dos”, los vehículos regresaban a Venezuela llenos de mercancías haciendo interminables colas. Ante la gran demanda y el deseo de satisfacer a los ricos visitantes, diversos centros de diversión abrieron sus puertas y dos zonas de tolerancia se hicieron famosas: La Ínsula y El Magdalena. Pero como no hay felicidad que dure tanto, la burbuja estalló y la divisa venezolana se vino al piso un día de no grata recordación para los cucuteños: el 18 de febrero de 1983. Aquel viernes negro el bolívar se desvalorizó un 65 por ciento, pasando de $17.30 a $6. Ese día se podía escuchar el ruido de una mosca y semanas después empezaron a verse los letreros “se vende” – “se arrienda”, síndrome de las crisis económicas. Sin embargo, la elevada inflación registrada en el país vecino en los años siguientes, 1987 (40%), 1989 (81%) y 1996 (103%), así como la devaluación represada de su moneda, se convirtieron en nuestras aliadas. Como consecuencia, el precio del bolívar inició nuevamente su ascenso: 1990 ($8.20), 1991 ($9.30) y 1992 ($10). Cuando todo parecía color de rosa y estábamos olvidándonos de que el comportamiento económico es cíclico, se presentó la crisis de mediados de los años noventa y nuevamente se revienta la burbuja y la divisa venezolana cae a $3 en 1995 y a $2.10 en 1996. Fiel al principio de que las crisis son una oportunidad para mostrar el liderazgo y la creatividad, durante los últimos 15 años del siglo pasado se celebraron varias ferias internacionales en la Zona Franca y El Bosque Popular. De acuerdo con la evaluación de los resultados, se alcanzaron los objetivos de atraer visitantes y abrir nuevos mercados para nuestros productos. La zona Franca de Cúcuta fue considerada la más dinámica de América Latina. El siglo XXI arrancó con un bolívar a $2.20 hasta caer a $1.15 en el 2005. En este quinquenio se celebraron algunas ferias en la sede asignada para esta clase de eventos, ubicada entre la urbanización Niza y el anillo vial. Pero las dificultades para desplazarse a este lugar y la incomodidad de sus instalaciones incidieron considerablemente en la disminución del flujo de visitantes, ocasionando considerables pérdidas a los expositores y el consecuente cierre de estas instalaciones. Desde entonces no se han desarrollado más eventos de esta categoría. Durante este mismo periodo se abrieron tres exposiciones binacionales de alta tecnología en las instalaciones de la Universidad Francisco de Paula Santander organizadas por la Incubadora de Empresas de Norte de Santander y con la participación de expositores de Universidades de Colombia y Venezuela. Pese a las dificultades generadas por el bajonazo continuo de la divisa del vecino país en estos últimos cinco años, los venezolanos siguieron llegando a nuestra ciudad en busca de productos y servicios. ¿La razón? La facilidad para acceder a los dólares a través de la tarjeta Cadivi, como consecuencia de la masiva entrada de dólares a las arcas venezolanas debido al alto precio internacional del crudo. Los resultados de esta bonanza se reflejan, en parte, en el reporte dado a conocer por la DIAN sobre el pago del IVA y el impuesto a la renta en Cúcuta durante los últimos 10 años. En $millones. Año Renta IVA 2000 $12.316 $20.239 2004 $22.341 $33.674 2005 $21.972 $39.775 2006 $32.492 $55.124 2007 $44.324 $66.761 2008 $65.844 $81.337 2009 $80.278 $86.491 Con base en un IVA del 16 por ciento se puede tener una cifra aproximada de las ventas: en el año 2000 pudieron ser $126.494 millones y el año 2009 $540.569 millones. En esta última década el IVA pagado tuvo un crecimiento del 327 por ciento, al pasar de $20.239 en el 2000 a $86.479 en el 2009, en tanto que y el impuesto sobre renta creció 552 por ciento. Estas diferencias son representativas, aún restándoles lo correspondiente a la inflación. Vale resaltar, igualmente, el progreso sin antecedentes en la Perla del Norte en los últimos años con el desarrollo de megaproyectos, la llegada de almacenes de cadena, la construcción de centros comerciales, incluyendo el centro comercial abierto, la remodelación del estadio General Santander para convertirlo en uno de los mejores de Colombia. Gracias a la gran actuación del Cúcuta Deportivo, hasta alcanzar el subcampeonato suramericano, muchos visitantes, la mayoría extranjeros, llegaron a nuestra ciudad. Pero así como ser vecino de un país rico en recursos naturales, y casi importador neto de servicios y alimentos, tiene sus ventajas, también tiene sus desventajas. Los cucuteños dependemos más de las decisiones del gobierno venezolano que de lo que suceda en Colombia. Basta recordar como luego de las compulsivas compras de los venezolanos ante el afán de gastar los cupos de las tarjetas CADIVI en los años 2007, 2008 y parte del 2009, estos desaparecieron ante las limitantes impuestas por el gobierno bolivariano debido a la crisis económica. Hoy, mientras Colombia celebra el aumento de las exportaciones en los primeros meses de este año en un 19 por ciento, en Cúcuta nos lamentamos de la caída de las ventas a Venezuela en un 75 por ciento. La situación es tan difícil que se está pidiendo la declaratoria de la emergencia económica y social para la región, porque hasta febrero 2010 el desempleo llegó a 16.4 por ciento y el subempleo a 31.5 por ciento. Además, la secretaría de hacienda municipal acaba de informar que hasta mayo solo se ha recaudado el 30 por ciento de lo calculado en impuesto de industria y comercio. Nuevamente se lee en algunas puertas y ventanales: “se vende”- “se arrienda”. Todo parece haber sido un sueño del que estamos despertando. Sin embargo, hay que seguir soñando porque soñar no cuesta nada y es el principio de todo proyecto exitoso. Al fin y al cabo el comportamiento de la economía es cíclico. Recopilado por : Gastón Bermúdez V. |
Son referencias a sucesos, personajes, sitios, historias, etc. traen recuerdos o dan enseñanzas del terruño. Transportan al pasado en forma agradable y entretenida. Se trata de actualizar el escrito original y/o adicionar párrafos o fotografías de otros autores o personales para complementar la narración. La intención es entretenernos con el pasado. RECORDAR ES VIVIR!... Nota- En artículos las fotos son ilustraciones colgadas por RECOPILADOR.
PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…
PORTAL CRONICAS DE CUCUTA: Estandarte cultural de historias, recuerdos y añoranzas cucuteñas…
TERREMOTERO -Reconocimiento, enero 2018-
Apasionantes laberintos con inspiraciones intentan hallar rutas y permiten ubicarnos en medio de inagotables cascadas, son fuentes formadas por sudores de ancestros. Seguimos las huellas, buscamos encontrar cimientos para enarbolar desprevenidos reconocimientos en los tiempos. Siempre el ayer aparece incrustado en profundos sentimientos.
Corría finales del año 2008, Gastón Bermúdez sin advertir y sin proponerlo, inicia por designios del destino la creación del portal CRONICAS DE CUCUTA. Parecen haberse alineado inspiraciones surgidas por nostalgias. Gran cúmulo de vivencias, anécdotas, costumbres y añoranzas, fueron plasmadas en lecturas distintas.
Ya jubilado de la industria petrolera venezolana, recibió mensaje que expresaba una reunión de amigos en Cúcuta. Tenía más de cuatro décadas ya establecido de forma permanente, primero en la ciudad del puente sobre el Lago y después en la cuna del Libertador. Viajó ilusionado, acudió puntual a la cita desde Caracas. Encontró un grupo contemporáneo, conformado por amigos ex-jugadores de baloncesto y ex-alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.
La tierra cucuteña levantada desde primeras raíces plantadas, siempre acompañó todos los hijos ausentes. Cuando encontramos distantes los afectos, creemos separarnos de recuerdos. Nos llevamos al hombro baúles de abuelos, cargamos con amigos del ayer, empacamos en maleta la infancia y juventud. Muchas veces una fotografía antigua, atrapa y confirma que nunca pudimos alzar vuelo.
Entonces por aquellos días apareció publicado ´La ciudad de antaño´, parido desde generosa pluma con sentido de identidad comprometida, fue el mártir periodista Eustorgio Colmenares Baptista dejando plasmados recuerdos de finales de los 50 y años 60. Sin querer, esas letras fueron presentación inaugural de CRONICAS DE CUCUTA. Los Inolvidables sentires viajaron al modesto grupo de amigos y abrieron compuertas para afianzar arraigos de infancia. Don Eustorgio culmina la crónica con frases retumbando las memorias: “Había muchos menos avances tecnológicos a disposición de la comunidad, pero vivíamos como si nada nos faltara. Nos bastaba con vivir en Cúcuta”.
Sentires intactos, ahora plasman recuerdos en calles transitadas por niños que fuimos. Nuevamente los arraigos hacen despejar las avenidas a los rieles del antiguo ferrocarril. Nos bastaba con vivir en Cúcuta. Asoman madrugadas entre indetenibles remembranzas y añoranzas.
Sin planificar nada, Gastón compartía vía internet las crónicas del Diario La Opinión aparecidas cada ocho días en lecturas dominicales. Sin saber, creció el portal CRONICAS DE CUCUTA. Cada acontecimiento recopilado se convertía en homenaje In Memoriam para hombres y mujeres que dejaron muy alto el Valle de Guasimales. Igualmente, exalta la dignidad con reconocimiento a grandes glorias del ámbito artístico, cívico, periodístico, religioso, deportivo, cultural, social y político.
Oficialmente se convierte en PORTAL WEB el 7 de octubre 2010. En forma admirable acumula ya 1.329 recopilaciones tipo crónicas, casi todas extractadas de periódicos y publicaciones locales, libros populares, escritos nacidos de historiadores, periodistas, inéditos autores y muchos escritores del Norte de Santander. El portal permite hallar el original ADN ancestral y ubica el sentido innato de pertenencia cucuteña. Llegó un día a la vida de todos los internautas, igual como aparecen las buenas nuevas, sin avisar, sigilosamente introduciéndose en las cortezas que somos y las venas que siempre fuimos. Su creador, nunca imaginó un buscador que tocara el alma y menos tallar imborrables despertares en ávidos ojos de lectura.
Aparece ahora como paso determinante para navegar en referencias de Cúcuta. Asegura a nuevas generaciones herramientas para afianzar valores jamás perdidos. La perspectiva futura para ámbitos históricos, culturales, sociales y deportivos, harán necesario considerar el Portal como insigne buscador de consulta e informativo. Importante archivo tecnológico para infantes en colegios y escuelas. Podrá acceder directamente cualquiera a profundos arraigos allí recopilados. Casi imperativo considerarlo como salvaguarda del sentido de identidad y pertenencia.
CRONICAS DE CUCUTA se convirtió en sugestivo repaso de acontecer histórico, recopilado en 19 capítulos o clasificaciones. Portal libre, siempre abierto a todo aquel deseoso por descubrir datos históricos, biografías, nombres de grandes personajes, fechas emblemáticas, sucesos de vida social, cultural, deportiva, religiosa, artística y política. Formidable vía adentrándose en acontecimientos del siglo XVIII hasta nuestros días. Todo expedicionario oriundo se encontrará representado en cada letra, apellido, dato, foto y fecha. Todos volverán a observar las luces de la gran ciudad en medio de rutas por hallar orígenes.
CRONICAS DE CUCUTA no debe tener como destino el olvido, deberá asegurar a nietos de nuestros nietos, inquebrantables lazos surgidos de nostalgias, recuerdos y añoranzas. CRONICAS DE CUCUTA es herramienta tecnológica para demarcar el hilo conductor entre hoy y ayer. Parece luz encontrada en días oscuros, nos abre el entendimiento. Pulsar la tecla nos lleva a destinos con encuentros pasados. Valiosa información contenida en páginas adornadas con sentimientos profundos.
CRONICAS DE CUCUTA garantiza el resurgir de valores originarios que parecían adormecidos por culpa del avasallante mundo moderno. CRONICAS DE CUCUTA llegó para quedarse, igual que mares inundados por recuerdos. CRONICAS DE CUCUTA confirmó la premisa donde las nostalgias se convierten en vehículos para transportar la historia. Una enciclopedia virtual presentada por nuestras gentes con sencillo lenguaje.
Anclados quedarán por siempre nuestros sentires, intactos los arraigos, despiertas las añoranzas y vivas las costumbres intactas. Ahora aseguramos el reguardo de raíces que retoñan desde cenizas del ayer. Dios jamás declaró desértico el Valle Arcilloso, siempre fue bendecido, tampoco declarado deshabitado para la vida del hombre.
Fueron creciendo raíces en medio de cenizas y milagrosamente reverdecieron los gigantescos árboles frondosos. CRONICAS DE CUCUTA reafirma lo que somos. Seguiremos siendo aquello que siempre fuimos, nada cambió, solo algunos pañetes y varios techos distintos.
Todo estará por volver, todo por crecer y todo por llegar. Nunca estaremos solos. Cada generación hará brotar nostalgias por siempre convertidas en historias llenas de arraigos.
Nos bastaba con vivir en Cúcuta…
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