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Elías M. Soto (Cúcuta, 22 de septiembre de 1858 - 11 de octubre de 1944) fue uno de los mayores exponentes del género musical del departamento colombiano de Norte de Santander y especialmente de su ciudad natal: Cúcuta.
Historia
Siendo niño quedó huérfano y con sus hermanos María y Marco Antonio fueron ayudados por Juan Antonio Ángel, un gran amigo de la familia, quien era el organista y sacristán del templo parroquial de San Antonio, el segundo en ser creado en la ciudad.
Juan de Dios Bustamante y Julio Rueda, maestros de la escuela en donde Elías M. Soto aprendió sus primeras letras, lo encaminaron por el solfeo y el piano.
En ocasiones reemplazó a Juan Antonio Ángel en el templo parroquial de San Antonio. Después, se desempeñó como el "cantor" de la Catedral de Cúcuta y en la histórica capilla de El Carmen, contigua al Hospital San Juan de Dios (hoy, Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero).
De la unión matrimonial con María Elías Ramírez Matamoros en 1894, nacieron 12 hijos. Uno de ellos, Carmen, fue la que heredó su talento musical.
Elías M. Soto, como la historia y la música lo identifican, interpretaba violín, corneta, bajo y piano.
Como pianista integró la "Sociedad Filarmónica de Cúcuta", junto con su hermano Marcos y otros grandes músicos de la época. En 1918, dirigió las bandas del Batallón Tiradores", del regimiento Santander, acantonado en Cúcuta; y la de músicos del Departamentos. En 1931, lo reemplazó el maestro José Rozo Contreras.
Su numerosa y variada composición musical incluye bambucos, pasillos, valses, himnos escolares y religiosos, marchas fúnebres y patrióticas. De su obra solo tuvo trascendencia nacional "Brisas del Pamplonita". Su esposa María Elisa Ramírez, tras la muerte del maestro presentó en el Registro Nacional de Propiedad Intelectual, en Bogotá, 59 de sus principales composiciones.
Elías M. Soto fue el autor, entre otros, de los himnos a la heroína nortesantandereana Mercedes Ábrego, al regimiento Santander y a la antigua Escuela Normal de Varones de Cúcuta.
El periodista cucuteño Luis Hernández Gómez, quien siempre hace sus escritos con el seudónimo de Luhergo, lo describió como "...Alto, erguido, de rostro risueño, y bondadoso; de cantar suave y alegre, de finos y artísticos ademanes, pulcro en el vestir y amable y cordial con todos... Perteneció a una generación de hombres buenos, sustantivos que tuvieron por norma una vida decorosa y ejemplarizante virtud, dejando en cada uno de los cargos desempeñados a la huella de su dignidad, de su inteligencia, de su conducta irreprochable y de su fiel compañerismo".
En 1936, la Alcaldía de Cúcuta le confirió en gesto de gratitud la "Lira de Oro". Y el 21 de abril de 1943, el Consejo de Cúcuta le otorgó la medalla al "Mérito Ciudadano", en reconocimiento al invaluable aporte como compositor.
Murió en Cúcuta, el 11 de octubre de 1944, y sus restos reposan en el Cementerio Central. Tenía 86 años.
Entregó su alma al creador, su cuerpo a la madre tierra, y su obra musical a la inmortalidad, escribió Luis Eduardo Suárez Ramírez, en su libro "Las Brisas del Pamplonita y sus autores".
Los cucuteños, como gratitud por haber compuesto la canción que los identifica nacional e internacionalmente, quisieron perpetuar su memoria con las siguientes obras: el puente que atraviesa el río Pamplonita a la altura de la Diagonal Santander con la glorieta de San Mateo y un parque, en cuyo centro está el busto del maestro en la Diagonal Santander, metros antes del puente que lleva su nombre.
Las Brisas del Pamplonita
Esta composición musical no fue el resultado de un encargo al maestro, sino de creación libre, según Carmen Soto de Ramírez, quien manifestó que "...Papá siempre dedicó su obra a mamá. Brisas del Pamplonita, la compuso a raíz de un disgusto con ella, en la época del noviazgo".
Inicialmente, era para piano. Al poco tiempo, le introdujo instrumentación para la banda "Progreso", otro de sus grandes amores. La letra del bambuco "Brisas del Pamplonita", es del poeta Roberto Irwin Vale, quien había nacido en Cúcuta el 25 de enero de 1866 y falleció el 24 de septiembre de 1900, en Villacaro, Norte de Santander.
Recopilado por : Gastón Bermúdez V.
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