Músico, guerrero y poeta, que en el parnaso de la inspiración con arte musical, con sentimiento folklórico, con sencillez y con el configurado sentido metafórico y el acompasado sabor regional, le cantó a Cúcuta y a su río Pamplonita, Cúcuta “La Amada Infiel” como dijera el poeta Miguel Méndez Camacho, con la letra del inmortal Bambuco “BRISAS DEL PAMPLONITA”.
El maestro Irwin Vale, nació en Cúcuta el 25 de enero de 1866, músico, compositor, poeta y militar, descendiente de aquel célebre médico irlandés que acompañó al Libertador Simón Bolívar, en las campañas de la emancipación americana. Murió el 24 de septiembre de 1899, a sólo 34 años de vida plena, cuando aún podía dar más, la muerte se hizo presente para llevárselo en los carruajes de la eternidad.
Nos dice don Pedro María Fuentes, el historiador cucuteño q.e.p.d. “Irwin Vale fue uno de los miembros de la Sociedad Filarmónica, asociación de caballeros que perseguía un ideal de belleza y de concepción intelectual, considerada como la cuna de la vasta pléyade de músicos con que Cúcuta contribuyó al haber artístico nacional”.
Los versos de Roberto Irwin Vale, forman parte de las viejas antologías cucuteñas, en cuyas estrofas sobresale el pulimento de la inspiración y el sentimiento, en versos que venidos del pueblo, vuelven a él, en soltura con la métrica. Fue Irwin Vale el autor de la letra de “Brisas del Pamplonita” de Elías M. Soto y que constituye la canción-himno de Cúcuta.
En la guerra civil de 1899, fue de los jóvenes que se sumaron a la revolución liberal, e intervino en varias acciones de armas, principalmente en Peralonso y Palonegro. Como derrotados en esta última contienda de armas fratricidas, enfermo de disentería, llegó a San Pedro (Villa Caro), donde amparado y protegido por el cura párroco de aquella población que lo había conocido antes en Cúcuta, murió el 24 de septiembre.
“Fue casi un profesor de música —escribe Hernies García Guzmán—. La flauta entre sus dedos cantaba como turpial entre maizales. En tiempos de grata recordación, cuando José María Ardila, Elías M. Soto, Julio Angulo Lewis, y Arístides Osorio constituían una agrupación filarmónica, Roberto era uno de los individuos indispensables en las reuniones íntimas donde aquellos artistas hacían primores de ingenio, de civilidad y de alegría.
“Sectario convencido de las ideas liberales, fue de los primeros en esta ciudad que abandonaron su escritorio para ir a aumentar la unidad del naciente ejército del general Benjamín Herrera. En Peralonso, fue uno de los oficiales de Estado Mayor que con gran intrepidez arrollaron, machete en mano, al enemigo. En Palonegro, se le vio siempre en los puntos avanzados, firme y sereno, o en su cabalgadura, herido transmitía ordenes, sin afán, ni alarma, con profunda y hasta con melancólica indiferencia por la muerte”.
El historiador y escritor don Rafael Gómez Picón, en la revista “Cúcuta” de marzo de 1961, se expresó así sobre el bambuco “Las Brisas del Pamplonita”: “Las Brisas del Pamplonita, vinieron a la vida del arte en junio de 1849, la letra, que es un verdadero acierto, se debe a Roberto Irwin Vale, músico, poeta, comerciante y guerrero. Y termina: La ciudad está en mora de exaltar igualmente, la memoria de Roberto Irwin Vale”.
Anotamos: Según la partida de bautizo que hallamos en los archivos de la Diócesis de Cúcuta, el nombre es: ROBERTO POLICARPO DE JESÚS IRWIN VALE.
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