Tomado de www.Sayco.org / La Opinión-Jennifer Rincón Peña
El Maestro, fiel exponente de la música folclórica colombiana, nació en Villa de Sucre, Arboleda, Norte de Santander,
el 26 de Junio de 1938 en el hogar de un humilde carpintero Pedro José Briceño
y Solina Contreras mujer pujante. Orgulloso de su
tierra y de sus raíces, solía decir que haber nacido en el campo era tener el
privilegio de venir de lo básico, de la esencia.
Adelantó sus estudios elementales en una escuela pública de Cúcuta, en
donde con una presentación sencilla pero emotiva, inició su carrera como
vocalista interpretando la canción "Luz
de mi Villa Sucre, Norte de Santander, con motivo del día de las madres.
Recuerda Jesús Niño
Nieto que por el año 1956 cuando hacía primer año de primaria en el Liceo San
Antonio ubicado en la calle 9 entre avenidas 11 y 12, después que habían empezado
clases entró a ese colegio Arnulfo
Briceño a cursar cuarto primaria, ya era mayor para cualquier estudiante de
este Liceo que apenas tenía los cursos de primaria. ¨Briceño siempre sacaba el
primer puesto y era muy elogiado por el director del Liceo, don Armando
Rodríguez; pasados varios años supo que Arnulfo Briceño vivía por la Loma Bolívar
y ya se comentaba de sus composiciones y de sus canciones¨.
Antes de terminar sus estudios secundarios en el colegio Gremios Unidos,
había contraído nupcias con Oliva Vera de cuya unión habían nacido tres de sus nueve
hijos, quienes han seguido el buen ejemplo de su progenitor tanto moral como
artísticamente.
Cursó estudios de Derecho en la
Universidad Libre de Colombia, obteniendo el título en 1973. Así mismo
adelantó estudios en la Universidad Pedagógica de Colombia, de la que recibió
la licenciatura en Pedagogía Musical en 1981.
Arnulfo Briceño fue padre de nueve hijos, producto de dos
relaciones. La primera con su fiel compañera la cucuteña Olivia Vera, con quien
tuvo a Raúl, Luz Stella, Elizabeth, Arnulfo, Emmanuel, Juan Francisco
y Daniel.
La segunda con la cantante pereirana Zulma Gómez de cuya unión
nacieron Catalina y Ricardo.
Catalina lo recuerda como un ser cariñoso y descomplicado que siempre
echaba las golosinas al carrito de mercado cuando salía de compras con su
familia. El padre ejemplar.
Y la vena artística del padre la heredaron seis de sus hijos, quienes
alternan sus profesiones con la música.
Catalina recuerda entre risas que en algunas ocasiones el público venezolano no
creía que las letras y las composiciones fueran de su padre. Mucha gente le
refutaba y le encontraba otros autores a su música. “Le decían que ‘Ay mi
llanura’ era de Reinaldo Armas, y se iban a una confrontación verbal donde él
les explicaba que era el compositor”.
Para Emmanuel, su padre fue un hombre temeroso de Dios, amoroso, respetuoso
y dedicado. “Que respiró a su país por cada uno de sus poros, creía
inmensamente en la gente, en su capacidad para hacer cosas buenas aún en medio
de la injusticia”
Su trayectoria artística a nivel más profesional, inicio desde muy
joven, cuando conoció a Alfredo Gutiérrez con quien creó el dueto Los Pequeños
Vallenatos, en el que interpretaban los instrumentos del acordeón y la
guacharaca.
Sus presentaciones alcanzaron un éxito inesperado en el territorio
colombiano, es así que se expandieron por varios países, iniciando por el
Estado Zulia-Venezuela, en donde lograron plazas llenas y manifestaciones de
aprecio por diversos públicos, su campaña se incremento en teatros y emisoras
pero sin remuneración hasta 1966 cuanto viajaron a México, Ecuador y Perú. En
México grabaron un L.P. para Musart con el hit continental de la obra de
Briceño, "Quinceañera", inspiración que lo consagró como compositor.
Siendo intérprete solista participó en diversos eventos y escenarios,
como en el programa Buscando Estrellas que difundía la Voz del Norte, en el que
se hizo acreedor a una guitarra al alcanzar el primer lugar.
En 1967 concurso en el Festival
de la Canción Colombiana, realizado en la ciudad de Villavicencio, en el
que fue acreedor del primer premio, con
el Joropo-Pasaje "Ay mi llanura", tema que fue elevado al
rango de himno del departamento del Meta, mediante decreto 382 del 27 de junio
de 1979, expedido por el entonces gobernador Hernando
Ruiz Castro.
A esta obra suma: Quinceañera, Linda Colegiala, Hato Canaguay, Qué le
Pasará a Mi Pueblo, Cumbia de Amor, Mi Guacharaca, Perdóname, Quiero Estar
Equivocado, Divina, La Noche Más Larga, Flor María, Remanso, Pensamientos, Un
Hombre, Alma Americana, A quién Engañas Abuelo, Qué más Quieren los Señores, A
Crecencio Salcedo, Colombia Mi Pueblo, Ahí nos Vemos José Alfredo", en
ritmos de cumbia, joropo, merengue, bambuco y ranchera.
Muchas veces usted se habrá preguntado ¿Por qué un
nortesantandereano le cantó con tanta pasión y amor a la tierra llanera?
La razón es sencilla. Soñó con una tierra que nunca había
conocido. Dibujó en su mente un paisaje que solo había visto en fotografías
y leído en libros. Esto le bastó para inspirarse.
“Le he cantado al llano porque se ha metido en mi alma, porque lo siento tan
mío como un llanero bien nacido y como lo debemos sentir orgullosamente todos
los colombianos”, manifestó en alguna ocasión.
La pasión de Briceño por los llanos se remonta a su época de estudiante, donde
leía sobre la campaña libertadora y la resistencia puesta por los llaneros para
lograr la libertad de la nación del poder español. El llano representaba la
libertad de su patria.
Autor y Compositor de la
"Misa para Coros en Sol Mayor", interpretada
durante la visita que realizó el Papa Juan Pablo II a Bogotá. Esta fue una labor titánica. El maestro reunió 600
voces, y tras un año de preparación logró componer y dirigir la “Misa para Coros
en Sol Mayor”, catalogada por su santidad como la misa en español más bella que
jamás había escuchado.
Luego de esta composición, recibió una invitación del Papa para que
viajara a El Vaticano para que le enseñara a su coro estas partituras. Igualmente autor de varios himnos para instituciones y empresas.
Se radicó en México, país en donde interpretó su obra durante tres años,
e hizo despliegue del folclor musical de Colombia, en diversos países tales
como Francia, Polonia, Alemania, Venezuela, Ecuador, Perú, Costa Rica. En Cuba
participó en el Festival de la Nueva Trova.
De igual forma como cantante y actor, formó parte del elenco de la
novela Hato Camaguay y de las películas Canaguaro y Fuga.
El maestro Briceño, en virtud a su magistral obra artística, expresada
en cada circunstancia de su vida, fue galardonado por el Gobierno del Meta con
la Orden Centauro de Oro; recibió de la Alcaldía Mayor de Cúcuta la Orden
Benjamín Herrera; por parte de la Universidad
Pedagógica recibió el Honor Artístico de la Sociedad Proarte
Internacional; fue galardonado con el Trébol de Oro otorgado en México por su
obra "Quinceañera", además multitud de pergaminos y diplomas, conferidos
por diversas agremiaciones.
En 1986 recibió las llaves de Nueva
York por parte de la Fundación Proarte Internacional.
Cada vez que recibía un
homenaje decía que este no era para él, sino para Colombia entera. Se
sentía orgulloso de llevar el nombre de su país en alto.
En homenaje a su nombre, en Cúcuta
encontramos la glorieta Arnulfo Briceño, el puente elevado, y una escultura en
este mismo lugar hecha por el maestro Gerardo García-Herreros en honor a este
artista. Además del barrio Arnulfo Briceño ubicado al oriente de la ciudad.
En Villavicencio está la Concha
Acústica ‘Arnulfo Briceño’, sitio de recreación denominado mirador
turístico, donde se puede observar parte del paisaje de la ciudad.
Igualmente en la capital del Meta figura el colegio Arnulfo Briceño
Contreras que tiene cuatro sedes distritales con más de 2.000 alumnos, con la
filosofía Briceñista de ‘mantener
la sencillez y la humildad sin importar que tal alto se pueda llegar ‘.
Allí se institucionalizó el 11 de junio de este año, el Día Briceñista.
Aunque había comunicado a sus familiares y
amigos que presentía que su fallecimiento ocurriría aproximadamente a la edad
de 50 años, tomó por gran sorpresa y tristeza a todo el pueblo colombiano, ya
que en un viaje que realizaba a Tame Arauca, en plena actividad de sus labores
artísticas, falleció por causa de accidente aéreo el 11 de Junio de 1989.
Recopilado por : Gastón Bermúdez V.
ARNULFO BRICEÑO. ANTE TODO UN CABALLERO A CARTA CABAL. COMO MUSICO GRAN TALENTO , PERSONALMENTE ME ENCANTABA. UNAS COMPOSICIONES BELLAS. DEJO UN GRAN LEGADO, ESTE HOMBRE TENIA UNA VENA ARTISTICA E INSPIRACION , BASTA ESCUCHAR SUS CANCIONES. SIGUE VIVIO EN NUESTROS CORAZONES.
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