Algunos de ellos fueron jugadores estelares en diferentes épocas del Cúcuta Deportivo y del fútbol aficionado cucuteño: Rolando Serrano, Juan ‘caquita’ Díaz, Germán ‘burrito’ González, Guillermo ‘mico’ Santander, José ‘chonto’ Jaimes, Tulio Niño, Alejandro Sinisterra, Efraín ‘monalisa’ Ramírez, Armando Santafé, William Centeno, Alfredo Vásquez, ‘culebro’ Rojas, Yesid Londoño, José Vicente Caicedo, Elías ‘maestrico’ Rincón, Marcos Contreras, Omar Verdún y Hugo Horacio Lónderos, entre otros.
También participaron los doctores: Julio Foliaco Gamboa profesor de la UFPS, Iván Darío Rosales abogado y prefecto de Ureña, Carlos Parada médico legista, Manuel Díaz Caro médico cirujano, y Miguel Angel Torres ingeniero del Ministerio de Transporte.
El árbitro de este partido fue Ciro Contreras funcionario de la DIAN, y los protagonistas se dividieron en 2 equipos, A y B.
El equipo B jugó todo de color blanco y fue capitaneado por el ‘mico’ Santander.
El marcador final fue 2 por 0 a favor del equipo A, y el partido terminó a las 06:40 pm en total oscuridad, después de casi 4 horas de juego.
Sin embargo los espectadores no protestaban por el alargue maratónico del partido.
En medio de gritos alegres, aplausos, bromas y risas, la mayoría de los de allí presentes decían que el cronómetro se le había parado al árbitro.
Cuando por fin sonó el pitazo final el árbitro, Ciro Contreras dio la siguiente explicación:
“Yo no utilicé cronómetro ni reloj, porque este partido se programó sin límite de tiempo.
Cada equipo inscribió 24 jugadores para que todos jugaran.
En total jugaron 48 futbolistas y se cumplió el objetivo de que todos nos divirtiéramos.
A pesar de que se nos vino la noche encima dejé continuar el juego en medio de la obscuridad, porque tenía la esperanza de que el equipo B anotara el gol de la honrilla.
Lamentablemente ese golecito no llegó”.
Las palabras de Ciro Contreras recibieron tremendo aplauso por parte de todos los allí presentes y de inmediato se inició la segunda parte del programa.
Juan ‘çaquita’ Díaz como organizador principal de esta fiesta deportiva, se encargó de repartir cerveza bien helada para todos los presentes, que empezaron a repartirse en grupos, algunos sentados en sillas, taburetes o cajas de cerveza, y otros de pie.
En cada grupo el tema central era el fútbol, pero desde diferentes perspectivas y en diferentes épocas.
Se recordaban los clásicos de fútbol aficionado, Napoleón vs Latino, Latino vs Unión Santander, Cúcuta vs Colpet, Unión Frontera vs Guasimales.
Y a las figuras de esa época, Daniel Antolínez, Juan ‘marranito’ Romero, Pedro ‘palito’ Medina, etc…
Se recordó la forma como se construyó y se remodeló el estadio General Santander.
Manuel Díaz Caro, Rodolfo Lizcano (atrás), Omar Verdún, Guillermo “mico” Santander, Orlando Puerto y Hugo Londero (parcial).
Se recordó el debut del Cúcuta Deportivo en el campeonato profesional de 1950 y sus grandes jugadores, ‘gallito’ Contreras, ‘cajurra’ Díaz, ‘marciano’ Miloc, Julio Ulises Terra, Juan José Tulic, Ramón Alberto Villaverde, etc…
También la llegada en 1951 de los 5 grandes cracks, Schubert Gambeta, Ramón Eusebio Tejera, Antonio Sacco, Juan Carlos Taibo y Bibiano Zapirain.
Al Cúcuta subcampeón de 1964, y sus estrellas Omar Verdún, Germán ‘burrito’ González, Elías ‘maestrico’ Rincón, Julio Brucesi, Víctor Pignarelli, Omar Ayala, y el portero Heriberto ‘el virrey’ Solís.
Para concluir con esa terrible realidad del descenso de nuestro equipo negrirojo a la categoría B y cuya salida de allí después de 5 años de permanencia, se vislumbra más lejana cada día.
Estos temas y otros más siguieron debatiéndose hasta las 11:00 pm de ese jueves 30, porque a esa hora se inició la tercera parte del programa.
Nada menos que un humeante pocillo de consomé, seguido después de un plato de carne asada, yuca y pichaque.
Durante más de una hora se habló poco porque las mandíbulas estaban ocupadas en lo suyo.
En esos momentos lo único que se escuchaba era la voz de ‘chonto’ Jaimes por ser el jefe de esa zona de alimentación.
A la una de la madrugada de aquel viernes 31 de diciembre de 1999, se inició la cuarta parte del programa.
Más de la mitad de los contertulios aplicaron aquel refrán, ‘Indio comido, indio ido’ , y se quedó allí un grupo de 23 deportistas, jóvenes y viejos, sentados alrededor de la fogata donde ‘çhonto’ Jaimes continuaba asando lo poco que aún quedaba de carne.
La cerveza lógico, ahora estaba más helada y más sabrosa que al principio.
A las 02:00 am se sirvió nuevamente picada de carne con yuca.
Ahora el tema era sobre el futuro de nuestro deporte y especialmente sobre lo que pasaría con el Cúcuta Deportivo en el año 2000.
A las 04:00 am se terminó la carne y se acabó la cerveza, y empezó la despedida.
Abrazos entre todos y los mejores deseos para el año nuevo que nacería dentro de 20 horas.
Alguien muy optimista gritó, “Feliz siglo XXI para todos ustedes y para el Cúcuta Deportivo”.
Juan ‘caquita’ Díaz estaba recogiendo las últimas sillas y recibía abrazos de los últimos que ya se retiraban a sus casas, cuando alguien le preguntó:
“Juan, cómo hiciste para financiar esta fiesta?...Porque los uniformes, la carne y la cerveza valen mucho… “.
Juan Díaz le contestó que se estableció una cuota de $10.000,00 y la pagaron únicamente 14 deportistas con lo cual no se cubría ni la mitad de los costos, pero que afortunadamente el comerciante cucuteño Rafael Rodríguez Pantaleón había asumido el costo total del faltante.
Pero Juan también agregó que ese había sido el partido más largo que había jugado en su vida pues para él empezó a las 02:00 pm del jueves 30 cuando llegó a instalar las sillas y a disponer las cavas con cerveza, y terminó a las 04:00 am del viernes 31 de diciembre de 1999.
Sin embargo era necesario agregar que los futbolistas cucuteños habían hecho historia en el siglo XX.
El fútbol inició el siglo XX con un partido histórico jugado por obreros y empleados del Ferrocarril de Cúcuta en el cementerio clausurado de Carora, el primero de enero de 1900. Un partido irregular, sin árbitro y sin reglas.
Y el 31 de diciembre de 1999 se había cerrado el siglo XX con una linda fiesta deportiva, donde el acto central había sido un partido de fútbol irregular con 4 horas de duración y 48 futbolistas veteranos recreándose en la cancha San Eduardo para revivir algo de sus mejores épocas.
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